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C

Era martes, estaban por dar las 14p.m. y Yoohyeon volvió a mirar la hora en su celular. Aún faltaban dos minutos y conociendo a Minji entraría por la puerta apenas dieran las 14:00. Ni un minutos más, ni uno menos.

Respiró y decidió salir de su oficina, cerrar con llave, guadar la llave en su mochilita y volver a mirar la hora. Guardó el celular, bajó las escaleras hasta el lobby y se miró en el reflejo de la pared de vidrio. Su pelo se veía bien, los pelo no se escapaban de su colita. El grueso collar negro estaba de frente, viendose justo en medio el "Minji's bitch" en letras claras y plateadas. Aún así lo acomodó otra vez.

Su remera blanca aún estaba dentro de su pantalón de jean y el saco negro no se había enganchado en ningun lado. Su cordones estaban atados y sus zapatillas limpias. Por último miró dentro de su mochila antes de colgarsela en el hombro. Billetera, celular, llaves y la cajita con el anillo. Quería estar preparada por si le proponía casarse. Y obviamente no podía dejar que nadie supiera que Minji estaba comprometida. Tambien lo hacía por que sabia lo mucho que a Minji le gustaban esos detalles, le gustaba que pensara en ella, en lo que le gustaba. Por eso el anillo no era nada descomunal, por que a Minji no le gustaba usar alajas extravagantes. 

Aunque ¿se iban a comprometer realmente? 

La sonrisa de la pelinegra interrumpió sus pensamientos. Yoohyeon no dudó un segundo antes de salir corriendo hasta ella para saltarle encima y abrazarla tanto con brazos y piernas. Estaba segura que no se caería aún si no la abrazaban devuelta, pero no era algo en lo que pudiera pensar al sentir la fuerza contraria sostener su peso. La gamer olvidó que estaba en medio le lobby al besar con pasión los labios contrarios. Claro, hasta que un carraspeo las interrumpió. 


—Te extrañé.—Sonrió al estar otra vez con los pies en la tierra.


— Y yo a ti, bebé. Hey ¿cuánto dura tu almuerzo? 


—40 minutos.—De pronto recordó que eso era todo el tiempo que tenian juntas después de no verse por un mes. ¡Un mes! Y apenas tenían poco más de media hora. Odiaba eso.


—Perfecto. Vamos a comer algo.—Dijo la mayor saliendo del edificio, viendo el diagusto en el rostro de su novia e intenta di disiparlo al recordarle que eataban juntas.— ¿Caminamos? Hace un lindo dia. 


—Seguro. — Pareció no funcionar.


—Ay~ ¿por qué esa carita? ¿No estás feliz de verme?


— ¿Eh? Si estoy feliz es solo que... Es poco tiempo para estar juntas... Y te extrañé demasiado...


Era verdad. Minji tambien habia estado demasiado imoasiente pot verma ¡oero ahí estaban! Juntas otra vez. Así que rodeó la cintura de Yoohyeon con su brazo, por que luego de tanto tiempo al fin podía,  y besó su frente cuando la castaña bajó la mirada al resguardarse en ella. Esperaba que eso la animara un poco.— Tenemos que aprovecharlo al máximo ¿no crees? Además si hoy no estás muy ocupada puedo pasar a buscarte en la noche y dormimos en casa. Juntitas, calentitas~ que ya está por volver el frío. 


—Eso espero. —Rió leve por las bobas pero tiernas palabras de su contraria.


—Bien ¿qué quieres almorzar? 


— Algo que no sea pizza... ¡Ya sé! Shukashu me dijo que abrieron un local de comida italiana cerca. ¿Vamos?— Era imposible negarse cuando el brillo de entusiasmo había vuelto a los ojos de Namu.


—Pero la pizza es italiana. 


—Ag~ pero hay más cosas~. Además es abierto y tranquilo.


JiU rió mientras asentía y comenzaban a caminar hacia dichoso local. Llegaron, buscaron una mesa cerca de una ventana y ordenaron Lasaña y fideos con salsa boloñesa, unos refrescos y pudieron hablar sin parae de lo que habían hecho ese último tiempo. Claro que Minji debía guardar bien los secretos del videojuego ya que era algo que preocupaba demasiado a la menor. Su secreto era no entender mucho sobre programación. 

Pasaron del trabajo a los amigos, comentando lo último que sabían de SuA, Siyeon,  Aina o incluso de Gahyeon que estaba tanto tiempo, o incluso más, que Yoohyeon trabajando. Pasaron a la familia, Alessandro, Italia, Minjun, Jimin... Y luego a temas random mientras volvían a caminar para digerir la comida. Un poco de tranquilidad y cuando estuvieron dentro del jardín floral Minji miró la hora, aún tenían 10 minutos. 


—¿Recuerdas lo que te pregunté el otro día? —Claro que sí, pero estudió la posibilidad de hacerse la tonta y preguntar pero concluyó que era una pérdida de tiempo. 

— Síp. Adoptar... Pero no quiero, no ahora. Sé que Alessandro seguro te sacó ese ¿Instinto maternal? Si eso, pero no creo que sea el momento. Digo... Con suerte nos vemos más de una vez al mes y sinceramente en lo único que pienso es ti, en coger y en UDS. 


—¿No quieres de 'no quieres' o no quieres 'ahora'?


—No quiero 'ahora'.


—¿Y qué tal si te digo en unos años? No sé, 4, 5... 10.


—Sí, supongo que en unos años sí voy a querer.—Sonrió luego de dar el primer sí, viendo como empezaban a caminar directamente hacia el túnel de rosas que ya casi no tenía flores pero si muchas hojas. Eso daba cierto margen de privacidad y ciertamente era romántico. Miró de reojo a la azabache; estaba callada y miraba distraída como el sol entraba por pequeños huecos. Tenía el corazón acelerado, nervioso por que de pronto Minji se arrodillara frente a ella o comenzara a hablarle diciendo cosas muy lindas y cursis.

Un tierno "te amo" fue todo lo que escuchó antes de volver a su oficina y lamentablemente sin anillo en el dedo anular. Minji suspiró luego de que la perdiera de vista y caminó tranquila hasta el auto. Pero lo había logrado, aun teniendo el anillo en el bosillo se contuvo para no arruinar lo que había estado pensando hacer durante el viaje de Italia a Corea.


El cartel lo había descartado enseguida,  quería hablar ella. El osito de peluche fue una gran incógnita pero lo terminó comprando por que podía quedar como idiota sin miedo. Dejó una cajita roja y alargada con una cadenita simple y un dije en forma de arbol colgado. Dejaría la cena lista. Eso era fácil ya qur obviamente comerían arroz con curry. Yoohyeon sr había enamorado de esa comida durante su tiempo en Japón y seguía amandola. Tambien unos dulces de postre no estarían demas, y pensó en comprar algún vino hasta que recordó que ninguna tomaba vino y descartó la idea. Ya, dos copas con... con cerveza no, era demasiado casual, con ¿Jugo de naranja? ¿coca-cola? ¿Sprite?

Respiró y prefirió dejar un par de opciones a la carta. Despejó un poco la sala poniendo el sillón contra una pared y luego llevó la mesa de la cocina a la sala y la de la sala a la cocina. Puso dos sillas, um mantel, puso los servicios y servilletas. Solo quedaba bañarse, cambiarse, arreglarse e ir a buscar a Yoohyeoon.

¡Tin! Un mensaje. 

Namu♡: Amor, voy a salir más tarde.

Namu♡: Tenemos una junta por el videojuego.


¿Una junta? Mínimo tardaban dos horas. Y ya estaban por ser las 11p.m. Minji suspiró mientras se sentaba en la cama y pedía que le avisara cuando salía. Al recibir un corto "Oky" se puso a pensar qué más hacer.

Miró la lámpara de noche que tenía y sonrio llevandoka a la sala. La prendió y apagó las otras luces. El tono amarillebto ke daba  calidez al ambiente y su tenuedad daba un toque de intimidad y romanticismo. Las velas no eran una buena idea teniendo en cuenta lo distraidas que eran ambas, en especial cuando hacianhacían el amor. 

Minji mordió su labio y miró el anillo. Nunca se había querido casar en su vida y ahora estaba siendo de lo más cursi. Estaba segura que Joon se reiría de ella y que de no estar de gira seguro la estaría ayudando a preparar todo.

3 horas, 45 minutos y una crisis nerviosa de Minji más tarde llegó el mensaje de la castaña diciendo que al fin pera libre y que tenía sueño. 

Eso era obvio de tan solo mirar sus ojos sin energía y ver sus pasos lentos, o su puchero al intentar abrir la puerta del auto. Minji la ayudó y vió como se sentaba con pesadez casi queriendo tirar su mochilita por cualquier lugar.


—¿Cansada?— Yoohyeon asintió recostandose contra el asiento. — ¿Estresada?


— Se borró uno de los mapas y me quiero suicidar... Lo tengo que hacer otra vez...


—Ay bebé- —Se calló al cómo de la nada su novia se tapaba la cara y se inclinaba en su asiento, luego al eschucar un sollozo romprer el tenso silencio. La pelinegra acarició su espalda temiendo que en esa posición no pudiera resopirar bien.— Está bien, ven.


Minji echó asiento lo más atrás que se podía y dejó que Yoo se sentara en sus piernas para seguir llorando contra su pecho. Entendia un poco la gra  frustración que sentía en ese momento la menor.


—No sabes cuanto tardé haciendolo, mirando los detalles, las pruebas, las críticas ¡Miles de veces probé que fuera perfecto! ¡Y ya no está!... Ya no está, Minji... Tengo que volver a hacerlo. 


—¿Desde 0?


—Algo así... Tengo guardado una de las primeras revisiones pero es... Básicamente como empezar desde el principio.—La menor absolvió su nariz mirando un punto fijo en el auto mientras sentía las manos ajenas recorrer su pelo y espalda. — Vamos a casa... Quiero dormir...


—¿Comiste algo?


—No... Me quedé con el café de la tarde-noche. Pero no tengo hambre...


— Bueno, si te da hambre hay arroz con curry... Y medio limón con moho.


—Js ¿de verdad? 


—Bueno ya no. Lo tiré. Hey necesito que te bajes para poder manejar, bebé. 


—Pero estoy cómoda... ¿Nos podemos quedar así? 


—Si nos quedamos así no podemos ir a casa. ¿No te queres acostar atrás? Seguro estás cansada...


—No... Me siento en mi lugar, no quiero dormirme todavía.


Pero aún estando sentada se quedó dormida de camino a casa. Estaba tan cansada al entrar que ni siquiera notó la mesa preparada o el osito sentado en una silla. Simplemente pasó a la habitación y se tiró en la cama.


—Bebé, las zapatillas...


—Si~.


De mala gana se casó dicho calzada con los mismos pies y se metió entre las sábanas. Los brazos de su mayor la rodearon desde atrás da dándole calor en la espalda y el estómago. 


—Yoohyeon... ¿Tienes los ojos abiertos?


—Si... Más o menos.


—Yoohyeon.


—¿Qué? 


—¿Te gustaría casarte conmigo?— En el momento en que habló y dejó ver la cajita roja abierta supo que todo lo que había planeado seria un desperdicio pero no le importó con tal de animar un poco a su novia.


— ¿Qué?  —Preguntó volteando su rostro con una pequeña sonrisa.


— ¿Te gustaría casarte conmigo? Sé que no es la mejor propuesta del mundo pero te amo y lo sabes, bebé... Y odio verte triste o frustrada así que quise proponertelo aunque no tuviéramos una cena romántica a la luz de las velas o un momento especial que te diga que eres la mujer de mi vida...


—JiU unnie eres muy cursi cuando quieres.—sonrió dándose la vuelta entre los brazos contrarios con algo de esfuerzo por el sueño. —También te amo y- eres la mujer de mi vida~... Siempre me haces mimitos aunque estemos lejos, me cuidas y me regañas... Y me gusta eso de ti... Me gusta que aveces seas obvia con algunas cosas... 


—Ouw... Ya lo sabías ¿verdad? 


—Si JiU unnie~... ¿Sabes dónde está mi mochila? 


—En la silla.


—¿Me la traes~? Por fis.— Con algo de extrañeza Minji le pasó su mochila a Namu y está luego de sacar algo la dejó a un lado de la camasin el mínimo cuidado. La menor dejo ver la cajita mientras miraba sonriendo a su contraria.— JiU unnie, si quiero casarme contigo... Y tener hijitos contigo.


—Vas a matarme con lo linda que eres.


Un largo y tierno beso fue lo que duraron los anillos en sus dedos antes de que la menor se quedara dormida. Aún así cuando la alarma sonó no tardó en querer festejar a su manera favorita.


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Fin

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