12
—Al día siguien desperté en su cama. Mi ropa estaba doblada en una cómoda y tenía 3 llamadas perdidas de Joon. Me volví a vestir y fui a buscarla pero en la heladera había una nota que me decía que había ido a trabajar, que comiera algo y claro, estaba su número.
—Básicamente ya la habías conquistado.
—Tal vez aunque fue un enamoramiento tan efimero como... Un arroz. Supongo.
—Mmm buena comparación.—Rió. Dispuesta a seguir preguntando más detalles.—¿Y por qué terminaron?
—Ahyoung. La conocí en una de esas fiestas elegantes a las que acompañaba a Subin y ella... Pues se veía exactamente perfecta para que estuvieran juntas. Comenzamos a hablar y esa misma noche las obligué a irse juntas. Una semana después terminamos para que esté con ella seriamente.
—¿No hablaron nunca más?—Se formó un silencio tenso, Minji recordó su charla con Bora y por un momento se sintió mal. Pero era demasiado tarde y lo hecho hecho estaba, no era como si la hubiera engañado. Así que se ocupó de romper esa pequeña tensión.
—Le hice un favor hace un tiempo, y a veces le pregunto algunas cosas.
—¿Qué tipo de favor?
—Salír con su amiga.
—¿Hace cuánto?
—No lo recuerdo... ¿mes y medio tal vez? Supongo que sí.—Yoohyeon lo pensó ¿Mes y medio?, salían desde comienzo de clases, literalmente ¿y había visto a alguien más? Bueno, había sido un favor a alguien importante en su vida. Lo entendía y no quería sonar molesta.
—¿Mientras salíamos?—Tal vez no lo había logrado por el bichito de los celos que estaba molestando cerca de su oído. Y quiso darse un facepalm por el tono que usó.
Solo atinó a esconder la cabeza en el cuello de su novia.
—Ujum... ¿Te molesta?
—No... —Habló con tono dudoso— Solo tenía curiosidad.
—Celosa.—Acusó la mayor para luego darle un beso en la frente.—Pero confias en mi ¿Verdad? Por que te amo solo a ti...
La menor asintió, cerrando los ojos y disponiendose a corresponder los besos de Minji. Cortos, tiernos y abandonaron sus labio para llegar a su cuello y mejillas.
—Yo también te amo...
(...)
Alta y delgada, con una gran figura. Liso cabello rojo atado en una cola de caballo. Un delicado flequillo y lentes finos cubriendo sus ojo. Camisa Blanca, un Jean azul y Vans negras. Atractiva, eso pensaba Minji al mirarse en el espejo. Luego rió por la poca modestia que tuvo su mente.
Tomó su mochila y salió de su habitación mientras se ponía los auriculares.
—¡Seung! ¡Voy a salir!
—¿A dónde?
—¡Al parque! ¡Adiós!
La siguiente pregunta era "¿A qué parque?" Pero la pelirroja no la esperó. Caminó tranquila unas 8 cuadras, compró un gran paquete de gomitas y siguió andando mientras las comía. Era un bonito día, soleado y cálido. De los últimos días así antes de que comenzará el frío. Aunque no sabía cuándo volvería a casa, por lo que en su mochila llevaba su última chaqueta de cuero.
No había algo en especial para hacer, pero eran las 2p.m. y en media hora llegaría su mamá. Prefería estar afuera y escuchar música mientras caminaba por ahí. Una vez que llegó al parque, comenzó recorriendo la parte exterior, buscando algún lugar ligeramente vacío. Gracioso, por que era una tarde de vacaciones. Sería difícil encontrar un lugar así. Se metió por la parte de juegos infantiles y buscó alguna mesa vacía para descansar. Se quedó observando los columpios y el gran juego que estaba en medio, ese que tenía muchas escaleras, toboganes y un pasamanos. Aún midiendo más de un 1,23 metros se veía imponente.
Algunos recuerdos con su padre volvieron a su cabeza. Como él siempre la había alentado a cruzar el pasamanos sola, cuando la consolaba al caer y rasparse las rodillas. O que nunca le daba un descanso al usar su bici por todos los caminos de la plaza de juegos.
Aunque después de 10 años los juegos no eran iguales, tenían otros colores, otros niños, incluso había cosas que se habían cambiado, los bancos y las mesas eran relativamente nuevos, el sube y baja ya no estaba y su lugar había unos columpios para bebés.
Definitivamente había cambiado, igual que ella, o que su papá.
Lo extrañaba demasiado, pero estaba segura que después de 7 años ya había hecho una buena vida en Japón, seguro era feliz y esperaba que hubiera encontrado a alguien a quien amar. Por que sabía que por mucho que le hubiera prometido que ella sería la mujer de su vida, era su hija y no era el mismo tipo de amor.
—Hey linda ¿Por qué tan sola?—Se escuchó una voz chillona atravesar su música, junto al pequeño codazo en su brazo.
—Porque las niñas plásticas como tú no me caen bien. ¡Ay! —sintió un golpe contra su pierna mientras se sacaba los auriculares. Y al bajar la cabeza había una niña en el piso.—¿Estás bien?
—Ujum—Asintió con lágrimas en los ojos. "Llorona" fue lo que pensó Minji al agacharse y sonreirle. Igual a ella de pequeña.
—¿Te lastimaste?— La niña negó— Ouw ¿Y por qué lloras?
—Por que me caí...
—Pfff Yo me caigo siempre y mira, estoy bien. Tú tambien lo estas así que ven, te ayudare a levantarte. —Dandole una mano la ayudó a levantarse y le afreció gomitas a la niña. Hizo una extraña expresión mientras miraba el paquete y al final decidió tomar un par al azar.
—Gracias.—se animó a darle un beso en la mejilla y volvió a correr en dirección a los juegos, siguiendo su camino. Minji la miró unos segundos con una sonrisa hasta que la voz de Bora el llamó la atención.
— ¿Te gustan los niños?
—¿Eh? nonono, no me van los peques, ni los bebés
—Estabas mirando los juegos infantiles y trataste a la niña super dulce... Es poco creíble lo que dices.
—Lo digo de verdad. Hago llorar a los bebés y por lo general con los peques peleo.
—Pero te gustan.—Insistió la más baja.
—Mhg~ no.—Se llevó un par de gomitas a la boca y le ofeció a Bora.—¿Qué hacías por aquí? ¿Me estás acosando?
—Sí, por que no tengo nada más divertido que hacer.—Usó un claro sarcasco con una sonrisa más falsa que los helados en los comerciales— Estaba aburrida y salí. ¿y tú?
—Lo mismo. Ya terminé la tarea y estoy libre.
—¿No sales con Namu?
—Mm no, no se me ocurrió. Pero seguramente esté ocupada, tiene un nuevo videojuego.
—Oh sí, estuvo hablando un montón de él. Por los gráficos y que se yo... Usa muchísimas palabras que no entiendo pero parecía ser algo increible.
—Entiendo a qué te refieres, yo todo después de la Play 2 me es desconocido.
—Al menos sabes usar los controles.
—Algo así. No quiero presumir pero tengo manos habilidosas.
—Sí, muy graciosa, ja-ja.
—Voy a dedicarme al stand up ¿qué opinas?
—Que sigas con eso de ser corredora. A todo esto, no te mataste con esa moto aún.
—Noup. Es fácil usarla, ¿sabes que no lo es? La hora y media que tengo que pasar en el gimnasio antes... Podríamos dar un paseo ¿qué dices?
—Que me gustaría seguir viva. Pero no sabía que tenías que estrenar antes.
—Sí~ Tengo que tener una buena condición fisíca, además de empezar a practicar otras cosas. Así que voy a volver al ciclismo.
—Con razón tienes tan buen trasero.—dijo tomando su mentón y mirando dicha parte de Minji. Luego lo apretó deliberadamente ganandose un empujón.
—¿Qué crees que haces, pervertida?
—Tengo un problema con los traseros. Los miro objetivamente y-
—No te excuses, pervertida.
—Ay tu cállate.
Bora le devolvió el empujón y así siguieron peleando, de una forma infantil. Mientras tanto seguían hablando y buscando puntos para molestarse entre sí. Hasta que notaron que el sol ya se había escondido. Los faroles de la calle iluminaban todo, junto con otras luces de negocios locales.
—Hey Minji ¿quieres venir a cenar?
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