Miré el libro salvaje que tenía en mis manos sin saber cómo hacer que se tranquilizara, pues apenas se le quitara el seguro este se lanzaría a atacarme cruel mente y... no tengo ganas de perder un dedo, muchas gracias.

-¿Y cómo lo abrimos? -pregunta Draco con una mueca mientras ve el libro.

-Tienes que acariciarle el lomo. Que insolencia -dice Hagrid como si fuera lo más obvio.

Acaricié el lomo del libro al que pareció agradarle hasta que me dejó abrirlo sin atacarme como le sucedió a ese chico Neville Longbottom. Me fijé en la página que Hagrid comentó, dándome cuenta de que hoy veríamos a un Hipogrifo de verdad, sentí que eso me emocionaba, siempre quise tocar uno pues se ve que son realmente suaves.

-Ay -me quejé cuando choqué contra algo duro.

-__________, sé que quieres estar pegada a mí pero ¿sabes lo que es el espacio personal? -se burla Draco.

-Ahá, como si quisiera eso, Malfoy. Bájate de tu nube -bufé.

-No puedo, ya está demasiado alta.

Rodé los ojos y volví a mirar el libro, hasta que estábamos frente al mismo Hipogrifo llamado Buckbeak. Se ve tan suave... quiero acariciarlo.

-Bien, ¿quién quiere acercarse? -pregunta Hagrid, enseguida levanté la mano-. __________, no me sorprende. Bien, ven aquí.

Dejé mi libro a un lado con una sonrisa y me acerqué a Hagrid junto al hipogrifo, me detuve a unos cuantos pasos e hice una reverencia siguiendo sus indicaciones. El hipogrifo me respondió con lo mismo y entonces me dejó acercarme para tocarlo, es tan suave como me lo imaginé.

-Que lindo -murmuré.

-Realmente tienes un talento con las criaturas -halaga Hagrid-. Bien hecho, ________, muy bien hecho. ¿Quieres montarlo?

-Hm, por el momento estoy bien.

-Como quieras. ¿Quién sigue?

Todos retroceden dejando solo a Harry quien no se había dado cuenta. Hagrid lo hace acercarse, yo volví a mi lugar para ver a Harry acercarse al hipogrifo, pero cuando consiguió acariciarlo Hagrid lo invitó a montarlo pero esta vez no aceptó el rechazo y lo subió a su lomo. Buckbeak sale corriendo hasta elevarse en el cielo, abriendo sus alas majestuosamente y yo me arrepentí de haber dicho que no.

-Pff, está alardeando -menciona Draco a mi lado.

-Creo que el que alardea es Buckbeak -reí leve.

Lo vimos volar hasta desaparecer por un rato pero finalmente regresa y todos aplauden haciendo molestar a Draco, pues él no aguanta que Harry Potter sea el centro de atención.

-Que estupidez -Draco se levanta para acercarse a Buckbeak.

-Draco, espera -intenté detenerlo pero aún así se acercó a paso rápido mientras Hagrid no veía.

-Ya no eres tan peligrosa, bestia -dice Draco pero entonces Buckbeak se para en dos patas y le da un zarpazo en el brazo.

-¡Draco! -corrí hacia él mientras Hagrid calmaba a Buckbeak.

-¡Me mató! ¡Voy a morir! -dramatiza.

-Que exagerado, no morirás rubio -dije-. Hagrid, hay que llevarlo al hospital.

-Oh, sí. Yo soy el profesor.

Hagrid levanta a Draco mientras este se quejaba del dolor y decía que su padre se iba a enterar. Sabía que él odiaba la idea de perder en algo contra Harry, lo entiendo, pero Buckbeak no tiene la culpa. De todos modos lo acompañé para asegurarme de que estuviera bien.

-Esa tonta bestia, casi me arranca el brazo -se queja Draco teniendo el brazo ya vendado.

-Ya, ya, no seas tan dramático -me reí leve pero entonces la puerta se abre y el señor Lucius Malfoy entró.

Él me vio y detuvo sus pasos, parecía molesto de verme aquí. Yo me levanté y miré sonriente a Draco.

-Debo irme, pero nos vemos más tarde.

Draco asiente. Me alejé hasta estar junto a su padre al cual saludé por educación, sin obtener respuesta. Pues a ese señor ni le parecía buena idea que yo estuviera cerca de su familia pues no se llevaba muy bien con la mía.

Volví a clases con normalidad, tuve que asegurarle a los demás de que Draco estaba bien. Hasta que todos nos reunimos en el gran salón a estudiar, allí fue donde Draco se encontró con nosotros. Estaba tan metida en mis estudios que no prestaba tanta atención a su conversación con Pansy.

-¿Te duele mucho, Draco? -pregunta Pansy con una voz aguda muy sobreactuada.

-A veces, pero... tuve suerte. La señora Pomfrey dijo que pude perder un brazo y es imposible que pueda hacer ninguna tarea.

Pansy suspira preocupada y toca el vendaje de Draco, acariciandolo mientras él disfruta de la atención. Rodé los ojos y traté de no prestarle atención.

-¡Lo vieron, lo vieron! ¡A Sirius Black! -escuché a uno de Gryffindor gritar y se amontonaron a ver el periódico.

-Como estaba diciendo -Draco atrae la atención de Pansy nuevamente. Suspiré cansada, cerré mis libros y me levanté para irme-. Oye, Kingsley, ¿a dónde vas?

-Hay mucho ruido aquí y no puedo concentrarme -me excuse.

-Sí, como si te importaran tus estudios -Daphne pasa por mi lado golpeando mi brazo-. De todos modos aunque estudies sin parar esa cebeza hueca tuya no absorbe nada de conocimiento.

Apreté los puños con ganas de lanzarle un golpe o un hechizo pero no quería meterme en una pelea y menos con la favorita de mis padres. Pero ganas no me faltaban.

-Como sea -me di vuelta y me alejé de ellos hasta llegar a una torre vacía en la que pude estudiar.

Pero mi mente no dejaba de desconcentrarse hacia Daphne. La odiaba demasiado, es tan irritante y odiosa.
Leí como por milésima vez el mismo párrafo pero de nuevo no pude concentrarme en lo que leía y eso me provocaba estrés. Finalmente terminé de explotar y dejé el libro con brusquedad a un lado. Me frustraba que Daphne tuviera razón, no consigo aprender nada.

-Mejor momento para encontrarte -levanté la mirada rápidamente, Draco se acerca y se sienta a mi lado.

-¿No estabas con Pansy exagerando lo de tu brazo? -pregunté abrazándome a mí misma y apartando la mirada hacia el lado contrario a Malfoy.

-Sí, pero ya me aburrió -respondió sincero-. Ahora me interesa otra cosa.

No respondí, él extendió el brazo sano hasta alcanzar mis libros y anotaciones. Las leyó por un momento.

-¿Qué te hizo enfadar esta vez? ¿El simple hecho de ver a Daphne, lo que dijo o las lecciones del libro?

-Todo... Me enfada todo -suspiré cubriendo mi rostro entre mis manos para acariciar levemente mis ojos-. No consigo comprender esto y me molesta porque le da la razón a ella.

-Ahá -él miró mis anotaciones-. Es que eres una distraída, mira. Lo estuviste tratando de aprender a lo difícil.

Draco me hace prestar atención, comenzó a explicarme de modo que pudiera entender. A veces se me olvidaba que bajo esa fachada suya es en realidad un muy buen estudiante que incluso Snape aduló alguna vez y fue gracias a él que Slytherin conseguía muchos puntos.
Sonreí levemente mientras veía a Draco hablar sobre los temas en el libro que no podría comprender.

-¿Qué? -preguntó al verme observándo demasiado.

-Nada, te estoy escuchando.

-Más te vale, porque no lo volveré a explicar.

Asentí comprendiendo, pero sabiendo que no es verdad. Si yo le preguntaba sobre algo que ya explicó, lo volvería a hacer, lo sé.