Capítulo 18
Corrí por los pasillos hasta llegar de nuevo hasta la oficina de Umbridge, pero cuando vi la puerta esta se abrió, Draco sale de allí y yo me lancé sobre él sorprendiéndolo.
-¿________? ¿Qué haces aquí? ¿No que te habías ido?
-¿Y dejarte solo? Para nada, hurón. Vine a ayudarte -sonreí-. Decidí que quería quedarme contigo, los otros estarán bien.
-¿Querías quedarte conmigo? -sonríe de lado con arrogancia.
-No me hagas cambiar de opinión, estoy a tiempo si agarro mi escoba -lo amenacé apuntándolo con el dedo. Él levanta las manos a modo de paz pero entonces atrapa mi mano y empieza a quitarme el vendaje- ¿Q..Qué, qué haces? Oye...
Él deja caer las vendas de mi mano y mira la cicatriz que ha quedado luego de escribir con esa pluma del diablo ese. Draco saca su varita y toca ligeramente aquella cicatriz, poco a poco fue desvaneciéndose hasta ya no quedar marca.
-¿Cómo? No conozco un hechizo que quite cicatrices -mencioné.
-Pues yo sí conozco uno, es muy raro pero ahora sé que funciona.
-¿Me usaste como conejillo de indias, Malfoy? -lo acusé.
-Puede... -se rascó la nuca nervioso pero entonces me tendió la otra mano, suspiré y se la di. Igualmente me quitó el vendaje e hizo desvanecer mi cicatriz.
-Gracias... -murmuré.
-No es nada, Kingsley -ambos nos miramos con unas pequeñas sonrisas antes de que yo me obligara a reaccionar.
-Bien, vine a ayudarte con esos de allí -mencioné apuntando a los de slytherin casi muertos de tanto vomitar-. Pero no pienso entrar allí y tocarlos.
Usé mi varita para hacer flotar a algunos y sacarlos. Draco me imita pero ambos vimos a Daphne aún en el suelo.
-Meh, déjala allí. De todos modos no me importa.
-Como digas, princesa.
Mi rostro entero se volvió completamente rojo de nuevo. Aparté la mirada y sacudí la mano frente a él.
-Y..Ya vámonos.
Lo escuché reír tras de mí. Apoyó su brazo sobre mis hombros y fuimos hasta la enfermería donde inventamos una buena excusa para dejar la responsabilidad e irnos. Vimos a casi todos los estudiantes disfrutando de su momento libre sin la estúpida directora Dolores del recto.
Draco y yo aprovechamos igualmente para pasear por el castillo y por fuera, me dejó colgarme de su brazo y burlarme de Pansy y Astoria quienes nos veían con rabia, bueno... a mí.
No pude evitarlo y me detuve para enfrentarlas levantando el dedo medio y haciendo una mueca.
-Ya vámonos, princesa -Draco pasa frente a mí tomándome por la cintura para cargarme y llevarme.
-M..Mi nombre es _________, no princesa -dije sonrojada mientras él me seguía cargando.
-Princesa.
-__.._______
-Preciosa entonces.
-Ay Diosito -cubrí mi rostro haciéndolo reír aún más.
Finalmente me baja cuando estamos lejos de Pansy y Astoria. Me senté bajo un árbol y él hizo a lo mismo, acomodándose a mi lado.
-¿Crees que Hermione y los demás estén bien? -cuestioné mirando al cielo.
-Si de algo estoy seguro es que Potter es un idiota que pondrá sus vidas antes que la suya, estarán bien. Aunque odie admitirlo -rueda los ojos y habla como si sus propias palabras le enfermaran pero me gustaba que aún así las decía para calmarme. Dejé caer mi cabeza sobre su hombro.
-¿Entonces anteponer otras vidas sobre la tuya es de idiotas? -cuestioné con una leve sonrisa.
-Por supuesto... pero, si se trata de tu vida, prefiero que me llamen idiota por el resto de mi vida.
-Eres un tierno, Malfoy. Aunque no seas un hurón -mencioné.
-Dale con lo del hurón, ¿no lo superarás? -negué.
-Te veías tan lindo, no podría superar eso, además cuando querías que yo te protegiera ¡fue adorable!
-¿Adorable? -me mira entre molesto, indignado y sonrojado-. No soy adorable, ¿qué es lo que dices? No vuelvas a decir algo como eso.
Me empecé a reír levemente, abracé a Draco y besé su mejilla para que se sonrojada aún más y dejara de molestarse. Funcionó.
Suspiré profundo, podía sentir el viento frío contra mi rostro mientras nos mantuvimos en silencio por un tiempo en el que comencé a pensar de más.
-¿Qué sucede? -pregunta de repente.
-¿Hm? -lo miré de reojo.
-Algo te preocupa, ¿qué es?
-No me preocupa nada, en serio -aseguré separándome para verlo. Draco me observa, sabe que estaba mintiendo pero... no quería decirle-. Oye, cuando estemos de vacaciones... mi familia y yo iremos de viaje, te lo digo por si piensas aparecer de nuevo en mi casa.
-¿Irás? -preguntó frunciendo el ceño-. Creí que quizás sería mejor que te quedaras conmigo y mi familia estas vacaciones.
Sonreí enternecida, ojalá pudiera aceptar. Agarré la mano de Draco y besé sus dedos suavemente. Él se sonroja un poco y aparta la mirada.
-Esta vez no podré negarme. Es importante y me obligarán a ir de todos modos -respondí.
-Entonces... -Draco se quita uno de sus anillos, uno que siempre usa, agarra su varita y convierte unas ramas en una cadena de plata preciosa. La pasa por el anillo y esta se cuelga por mi cuello-. Si no podré verte en todo el verano por lo menos quiero que tengas algo de mí contigo.
Agarré el anillo para verlo, era muy grande y eso me hizo sonreír enternecida. Es por eso que lo volvió un anillo para mí.
-Gracias, hurón.
Rueda los ojos pero sonríe. Me atrae hasta sí y me abraza, suspiré y aprecié este abrazo pues no lo volvería a sentir hasta el final de las vacaciones.
No quería llegar a mi casa, no queria enfrentarme a eso sin salida que me espera. Me gustaría irme con Draco pero... sé que es imposible.
-Me gustas mucho, Draco -murmuré.
-A mí me encantas, Kingsley -sonríe y besa mi cuello haciéndome erizar.
Ojalá este momento fuese eterno.
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