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Capítulo 17

-Agh... -murmuramos todos de vez en cuando por el dolor de que se nos estuviera escribiendo una frase estupida en la piel de nuestra mano.

Miramos a Umbridge, yo la veía con gran molestia por estar disfrutando de este momento, sentada en la silla de Dumbledore pues ahora ella es la nueva directora de Hogwarts. Quería sacarle esa sonrisa de un Avada Kedavra o un Cruciatus. Aunque a mí me hizo escribir una segunda frase diciendo "No debo amenazar".

Para cuando salimos de allí encontramos a Cho afuera esperando por Harry, algunos la golpearon con el hombro al pasar, me incluyo entre ellos. Pero al mirar a un lado vi a Draco esperándome. Aparté la mirada y pasé de él cubriendo mi mano con la manga de mi abrigo. No quería que viera algo como eso recién hecho.

-¿No saludas a tu novio? -Daphne se burla. Golpeé mi hombro con el suyo.

-Cállate, maldita arpía.

Ella se ríe mientras yo me alejaba hasta mi habitación, me encerré allí y busqué unos vendajes para cubrir mis manos. Me encerré en mi habitación el resto del día y solo salía para ir a clases pero aún así, al acabarlas regresaba a estudiar encerrada en mi habitación. Mis manos dolían, ambas, ayudaba poner un poco de hielo pero el dolor regresaba.

Pero como sea, pude aguantar el dolor durante las pruebas Timo's. Umbridge disfrutaba de vernos a todos sentados y haciendo aquellas estúpidas pruebas mientras ella observaba con su reloj gigante atrás. Pero entonces nos distrajimos por unos golpes en la puerta, Umbridge no tardó en caminar hasta allí pero apenas las puertas se abrieron apareció un fuego artificial en el rostro de la profesora que pasó a estallar dentro del salón. Entonces, los gemelos Fred y George entraron volando en sus escobas y tirando toda clase de fuegos artificiales. Sonreí recostandome contra mi asiento y tirando mi pluma al aire, ya no haría el examen.

Me empecé a reír cuando un fuego artificial explotó contra el trasero de Crabbe y luego otro que persiguió a Draco y dejó su rostro contra la pared. Fue divertido de ver.

-Cuando estés listo...

Fred lanza uno muy especial pues cuando estalló se volvió un dragón que persiguió a Umbridge hasta alcanzarla en la puerta y explotando por completo todos sus decretos en la pared. Salimos del salón siguiendo a los gemelos, aproveché para golpear con mi hombro a la vieja cuando pasé por su lado. Todo continuó afuera pero Luna, Ginny Neville y yo queríamos ir a buscar a Harry y los demás, pues los vi irse viéndose alterados.

-Busquen por las escaleras o el salón -mencioné alejándome por el otro lado pero apenas nos separamos Daphne sale de un pasillo con su varita apuntándome.

-Tú vienes conmigo hermanita, ¿no quieres encontrar a tus amiguitos? Te llevaré con ellos.

La miré atenta mientras retrocedía para guardar distancia pero entonces saqué mi varita, esquivé su hechizo y lancé otro. Nos escondimos entre esquinas y muebles, nos lanzamos más hechizos que esquivábamos o contrarrestamos. Me escabullí y luego usé el desmayo que la lanzó contra la pared, aproveché para retenerla.

-Ya no eres mejor que yo en todo, ¿eh? -sonreí.

-Eso es lo que crees.

Me da un golpe con la cabeza en el rostro que me tumba en el suelo, realmente tiene la cabeza dura. Daphne patea mi rostro y me quita mi varita.

-Ahora... Vendrás conmigo, bastarda.

Escupí la sangre que molestaba en mi boca y me limpié molesta. No tuve opción, ella me levanta con brusquedad y me lleva hasta la oficina de la directora, empujándome dentro de esta.

-Aquí traigo a una traidora más -comenta Daphne.

-Bien hecho, ahora que están todos reunidos... -Umbridge se dirige hacia Harry, el que estaba siendo interrogado.

Draco me ve y observa mis heridas. Cubrí mi nariz, pues esta seguía derramando sangre. Él se me acerca disimuladamente y me tiende un pañuelo con sus iniciales bordadas... suspiré y lo tomé agradeciendo por lo bajo. Me cubrí la nariz y miré mi varita en manos de Daphne, vi a Draco viendo lo mismo que yo, pude sentir que sutilmente acarició uno de mis brazos y se colocó entre Daphne y yo mirándola con asco.

-Querías ir con Dumbledore, ¿verdad? -cuestiona Umbridge.

-No.

-¡Mientes! -ella le da una bofetada que incluso sorprendió a Draco.

-¿Me mandó llamar, directora? -Snape aparece en ese instante.

-Snape, sí. Llegó la hora de las respuestas, quieran dármelas o no. ¿A traído el veritaserum?

-Temo que usted agotó mis reservas interrogando alumnos, uso el último en la señorita Chang -respondió Snape-. A menos que quiera envenenarlo, y le aseguro que la comprendería si quiere hacerlo... no puedo ayudarla.

Snape estaba yéndose cuando Harry se apresura a hablar de nuevo.

-¡Tiene a Canuto! Ambos están en el lugar que usted sabe.

-¿Canuto? ¿Quién es Canuto? ¿Qué significa? ¿De qué está hablando Snape? -muchas preguntas ya hace la marrana esa. Snape solo se voltea y niega saberlo antes de retirarse finalmente-. Muy bien... no me dejas opción Potter.

Miré a los demás en alerta, ya podía esperar cualquier cosa de esta malvada bruja.

-Ya que esto pone al ministerio en peligro, no tengo... otra alternativa. La maldición cruciatus te aflojará la lengua.

-Es ilegal -se apresura a decir Hermione.

-Cornelius, ojos que no ven, corazón que no siente -es la defensa de Umbridge.

Miré a Draco, no sabía que hacer y estaba por intentar robarle mi varita a Daphne para usarla contra Umbridge pero sabía que eso sería perderlo todo. Los demás igualmente estaban nerviosos y ansiosos a la vez.

-¡Dícelo Harry! -habla finalmente Hermione llamando la atención de Umbridge.

-¿Decirme qué?

-Si tú no le dices dónde está, yo lo haré.

-¿Dónde está qué? -insiste Umbridge.

-El arma secreta de Dumbledore -responde Hermione.

Umbridge no planeaba perder esta oportunidad así que se los llevo a ella y a Harry para guiarlos hacia el arma dicha. Apenas nos quedamos solos se hizo un silencio terrible en la habitación.

-Oigan esta situación me ha dado hambre, ¿me dejan comer mis dulces al menos? -pregunta Ron.

-Cállate, Wesley -dice Goyle.

-Sí, mejor entréganos esos dulces.

Crabbe se los quita todos, ellos y los demás de Slytherin comienzan a comer sin parar. Draco parecía querer agarrar uno pero yo sostuve su mano disimuladamente para detenerlo.

-Así que... ¿cómo se sienten después de todo esto? -Daphne se sienta en el escritorio de Umbridge, yo no dejaba de ver mi varita en su mano, sabía que ella no tocaría esos dulces-. Luego de... saber que todo lo que han hecho no sirvió de nada y que son solo una bola de fracasados. Todos.

-No lo sé, hermana. ¿Qué se siente ser la mascota de una perra como Umbridge? -respondí-. Te descuidas y al final ella es tu verdadera madre, pues... yo soy la que tiene el parecido con nuestros padres. Tú en cambio pareces hija de Umbridge.

Daphne se levanta molesta y se acerca hasta mí para finalmente darme una bofetada en la mejilla.

-__________...

Detuve a Draco y los demás y me enfrenté a Daphne.

-No tienes derecho a hablar, maldita víbora bastarda, así que cállate ya -espeta Daphne haciéndome reír.

-No sigo órdenes de una perra faldera.

-¡Tú...!

Planeaba volver a golpearme pero entonces se distrajo cuando los chicos de Slytherin empezaron a vomitar. Ella chilla asqueada pero yo aproveché para darle un puñetazo en la nariz que se la dejó rota y ella cayó al suelo.

-Wua... Eso se sintió bien -mencioné agitando el puño, agarré mi varita y la apunté-. Desmaius.

Daphne cae inconsciente finalmente así que todos sonreímos aliviados de que las amenazas hayan sido detenidas.

-Está bien... pero hubiera quedado mejor un ¡avada kedav...!

-¡No!

-Es broma -dije riendo- ¿Nos vamos o qué?

-Am... -todos miran a Draco con nervios.

Draco nos observa a todos, mira hacia sus compañeros vomitando aún en una esquina pero entonces me observa a mí y sonríe levemente.

-Váyanse, fingiré que también me comí uno de esos dulces o algo.

-Gracias... -dije tomando su mano-. Pero sigo enojada.

-Entonces... -él me atrae y besa mis labios por sorpresa-. Espero que eso haya ayudado a desenojarte, princesa.

Mis piernas vuelven a flaquear, me aparté y oculté mi rostro para que no vieran mi sonrojo, extendí mi mano hacia él e intenté alejarlo lo más posible.

-¡N..No ha..hagas es..sas c..cosas, Malfoy! ¡Hay gente!

-No me importan -tomó mi mano y besó mis nudillos-. Ahora vete, o los efectos pasarán.

-¡S..Sí, tienes razón! ¡V..Vámonos!

Todos salimos corriendo en ese momento, dejando a Draco atrás. Pero no pude evitar regresar, pararme en puntillas y besar sus labios de forma rápida.

-Adiós, hurón. Nos vemos.

Asintió antes de soltar nuestras manos cuando por fin me alejé. Corrí hacia los demás y fuimos a encontrarnos con Harry y Hermione en el puente.

-_________ ¿por qué estás tan roja? -pregunta justamente ella.

-¡P..Por nada! No pregunten -negué rápidamente.

-Draco nos dejó ir por ella y la besó para desenojarla por lo de antes -canturrea Ginny haciéndome fulminarla, Hermione me mira con picardía.

-¡C..Cállense! -suspiré profundo y miré a Harry-. A lo que vinimos.

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