Pasaron los días y no deje de pensar en esa nerda, desde que la vi decidí hacerla mía y ya hoy mismo será mi perra.

Tocan el timbre me levanto del sofá y me dirijo hacia la puerta y abro, era ella mi futura perra.

-Buenas tardes Lyon.

-Pasa.

Ella asiente y pasa la guio directo al cuarto de estudio.

-Y dime, tienes alguna idea para el proyecto.

-Mmmmmm la verdad no lo se.

-Qué tal si hacemos las rutas comerciales marítimas, y su importancia sobre la economía italiana.

-Sorprendida- para ser mafioso, eres inteligente.

-Lo se.

Ambos rieron.

-Quieres un vaso de agua.

Asiento.

Me levanto y voy directo a la cocina, echo unas cuantas pastillas que en seguida se disolvieron en el agua, Andrea bebió minutos después sin sospecha.

- (Al fin serás mía).

Tras la planificación del proyecto empezó a sentir como su coño empezaba a mojarse.

-Fingiendo- Andrea ¿está bien?

-Nerviosa- estoy bien.

La veo y está ccompletamente mojada, así que me levanto y me pongo detrás de ella.

-Susurro- ¿está bien?

- Nerviosa- lo estoy.

Pongo una mano en una de sus tetas, mientras el otro pongo en su vagina y empiezo a jugar con su clítoris.

-Asustada- D-ET-E-N-T-E.

No le hice caso, posicionó entre las piernas de Andrea, y las abro por completo, dejándola totalmente expuesta y avergonzada ante él.

-Susurra- Mira a la cámara.

-Avergonzada- ¿Q-que haces?

- Tu vagina tan apetitosa, dignó de una perra como tú.

-Asustada- detente por favor.

Le meto 3 dedos en su vagina, y grita de suplicas.

-No te basta con solo 3 dedos.

Meto mis 5 dedos de golpe en su vagina, haciendo que ella se arqueara abriendo más los ojos.

-Desde la primera vez que te vi, me gustaste mucho, sé que serás una buena perra y te podré dar muchas cosas. Solo tienes que portarte bien, y hazme caso ¿de acuerdo?

Asiento.

Sigo penetrándola, hasta haciéndola gritar desconsoladamente a Andrea, ella le dolía mucho, pero estaba tan dilatada que su mano entraba a la perfección.

-Llorando-ya basta.

Con mi mano, abrió su camisa y vio sus redondas y firmes tetas con esos chocolate y pezones puntiagudos, empieza a mordedlas y a chuparlas desesperadamente,ella ya no podía ni llorar,estaba sumida en el placer y la humillación, tanto así que se corrió, manchandotodo el sofá.

-Eres una perra demasiada hermosa.

Saco mi mano de su vagina, y se la meto en la boca.-Chupa perra, chupa.

Veo como se quitaba el pantalón y su bulto se hacía más notorio, se notaba aún con el bóxer puesto.

-Mi perrita hermosa, a partir tu nuevo hogar.

Lyon me carga y me lleva a un cuarto de color, había una cama en el se encontraba en él centro, había unas barras de striptease, justo en frente se encontraba un cómodo sofá. Había muchos espejos por toda la habitación. También, distintos potros en múltiples posiciones, una jaula e incluso unos comederos en el suelo, da mucho miedo.

La coloco despacio en uno de los potros, dejando su vagina y ano a su vista, me deshice todas las prendas de ella, le colocó un collar de perro.

—A partir de hoy, serás mi perra.

Se quito toda la ropa, por primera vez Andrea ve su pene inmenso, Era enorme de era un pene enorme de unos 20 cm, la más grande que había visto jamás, así es el pene de Lyon.

Su vagina no aguantó más y volvió a correrse, no paraba de verla mientras me reía de tanta humillada y tan suya.

-Con que te gusta mi polla, ¿eh?, no te preocupes perra, te daré lo que quieres.

Sin más dilación, penetre mi pene en su vagina y ella grito, mirando los ojos, sintió su interior colapsar mientras empiezo con sus fuertes embestidas, a la vez, sin darle descanso, metió dos dedos por su ano ya que era virgen, me rio ante los gritos incesables de ella que estaba debajo de él y siguió moviendo sus caderas para penetrarla con gusto.

-Te gusta ¿eh?, Eres una puta nerda, eso es lo que eres.

Mientras azotaba las nalgas sin piedad, ella solo podía pensar en que nunca jamás vería a Mika o a sus padres y que tampoco volvería a coger griego como asignatura. Si le hubieran dicho que esto terminaría así... Sus pensamientos se vieron interrumpidos por otra corrida más. Estaba exhausta, pero Lyon no paró hasta que él también se vacío dentro de ella, ya ni siquiera le importaba el hecho de que estuviera ovulando y de que, con su mala suerte, seguro que la había dejado preñada.

En la noche Lyon me deja en mi casa, sin decir nada subo a mi cuarto, y me quita la ropa, y me meto a bañar.

-Te odio Lyon Lombardi.

A la hora sale, me pongo la pijama, y me acuesto llorando.

Fin.