Desde hace un tiempo el Gondaime de Sunagakure, Kankuro se encontraba ansioso por pisar la aldea de Konoha después de tres años desde que él y sus hermanos terminaron los exámenes Chunin, tres años desde que había conocido aquella chica de ojos color jades y a medida que pasaba el tiempo no lograba sacarla de sus pensamientos pese del tiempo de no verla

Por eso volver a visitar el País del fuego le causaba un sentimiento ameno con la esperanza de volver a ver aquella niña que ahora debe de ser toda una joven

Sus hermanos no eran ajenos de su buen un humor pero le había dado su espacio de no preguntarle lo que sucedía.  Y no era algo que le fuera cómodo de expresar, después de todo era algo confuso de entender

Cuando llegaron a la aldea de Konoha fueron recibidos por el chico Namikaze quien lo esperaba con aquella expresión serena y firme como lo recordaba la última vez
Gaara con pasos animados se acercó a él ofreciéndole una pequeña sonrisa, su pequeño hermano se había acercado considerablemente hacia aquel chico desde la última vez que tuvieron en Konoha causándole sorpresa al saber que era por el hecho de ser ambos Jinchurikis y compartían pequeñas cosas en común

—Menma es un placer volver a verte —Expreso el pelirrojo tomando una posición firme pero relajada, Gaara inconscientemente tomaba una posición recta para querer ser aceptado como un igual y no como un simple niño.

—Lo mismo digo, Gaara —Una leve sonrisa vaciló en los labios de rubio pero desapareció cuando su mirada se centro en el superior de de Suna e hizo una breve reverencia—. Kazekage-sama espero que hayan tenido un buen viaje.

—Namikaze gracias por recibirnos, por suerte no hubo inconvenientes. —Establecio en un tono relajado, a su lado su hermana dio un asentimiento sin decir nada.

Después de intercambiar un par de palabras mas comenzaron su camino hacia la torre del Hokage, durante el trayecto el castaño no podía evitar mirar a su alrededor notando ciertos cambios de la aldea, pero no era eso que le interesaba si no alguien específico

Pero no fue hasta que llegaron a la oficina de la Hokage dónde aquella chica de cabello rosado se sintuaba a un lado de la Hokage junto con otra mujer que de hayaba recta en su lugar cargando un pequeño cerdo negro

Fueron solo breves segundos dónde conectaron sus ojos, ella le dio una calidad sonrisa ocasionandole un pequeño sonrojó. Apartando su vista miro a la Hokage dando un pequeño asentimiento en forma de respeto

—Hokage-dono —Pronuncio aparentando seguridad teniendo sus dos hermanos a su par, el chico de cabellos rubio se retiró de la oficina después de dar una reverencia para retirarse

—Gondaime Kazekage-dono muchas gracias por venir a prestarnos su ayuda, espero no haber sido importuna.

—Para nada Hokage-dono, si pacte en venir hacia aquí fue por gusto. Además que mi hermano quería desde hace mucho visitar Konoha

Aquella era una gran mentira, pero nadie tenía que saberlo al excepción de él y sus hermanos claro.

—¿Les apetece descansar? —Ofrecio la mujer de ojos almendras terminando de acomodar una pila de papeles.

—Si no es mucha molestia, me gustaría hablar sobre el asunto que usted me escribió por el pergamino —Expresa queriendo llegar al punto y no dejarlo para después. La hokage asistió para luego ofrecerle asiento en unas de las esquina de la oficina, dónde los dos se sentaron con sus escoltas a la par
—En primer lugar ya debe de ser consiente que Konoha y Suna pactaron hace años un tratado de paz con las demás naciones así acabando con las guerras y ciertos acontecimiento que hemos tenido entre ellas —Inicio con un tono tranquilo y el castaño solo dio un asentimiento guardando silencio aunque no podía evitar mirar de reojo aquella chica que le ponía un tanto nervioso—. Se cree que es necesario volver a renovar aquel tratado para asegurarnos que seguimos en paz, por ello necesito que usted nos ayude a enviar unos de sus ninjas a una de esas naciones.

—Comprendo —Aquel detalle lo veía lógico, aunque había algo que no le cuadraba por lo que no dudo en preguntar—; ¿Ha visto usted algún acontecimiento extraño en unas de esas naciones?

La expresión de la Hokage se endureció cuando él dijo aquellas palabras, compartió una mirada con las dos mujeres que se posicionaban a su lado, la pelirosa asistió dando un paso al frente tomando la palabra

—Desde hace un par de semanas se ha visto movimientos extraños en las frontera, como si tuvieran vigilando a los alrededores. Hace poco aparecieron tres familias asesinadas

—¿Están seguras de que aquellas naciones tienen algo que ver? —Relajo su expresión cuando dirigió su mirada hacia ella, quien asistió con una expresión sería

—Un miembro de cada familia han sido ninjas de Konoha que anteriormente estuvieron en combate con ninjas de Iwa y de Kiri, asesinando a los miembros al estar rodeados.

Kankuro guardo silencio ante información, la sintucion si daba para tomar medidas por seguridad

—Pensamos que algún ninja de una de aquellas aldea busca venganza por lo sucedido del pasado —Retomo la palabra la Hokage—. Por ello queremos actuar cuánto antes.

—Comprendo. No tengo problema en mandar unos de mis ninjas en solicitar la renovación del tratado de paz —Acepta. Las tres mujeres permanecieron aliviadas por su repuesta—. Aprovechando el momento, me gustaría comunicarle que planeare hacer los exámenes chunnin en Suna, y me parece una buena oportunidad para fortalecer la alianza.

Ante aquella información, la Hokage estuvo más que acuerdo por lo dicho

—Me alegra poder contar con usted Kazekage-dono. Le pediré a Shizune que los acompañe a unas de la habitaciónes que le hemos reservado, espero que lleguen a sentirse cómodos.

—Muchas Gracias —Dijeron al uniso él junto con sus hermanos.

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—¡Vamos! No puedes dejar que yo vaya solo —Gaara hizo un mohin, una típica expresión de un niño cuando no conseguía lo que quería. Kankuro solto un suspiro mientras negaba

—Acabamos de llegar, Gaara. Necesito un descanso —Termino de doblar su vestimenta ninja a un lado de la cama. Gaara solo se quedó mirándolo con un mohín en su rostro, Kankuro soltó un suspiro y sonrió—. ¿Por que no le dices a Temari? Ella con gusto te acompañaria.

—Ella ya fue a recorrer la aldea, al parecer fue a encontrarse con ese chico de expresión tonta —Solto un resoplido el pelirrojo, y su hermano no pudo evitar reírse. Al parecer los tres llegaron a Konoha con segundas intenciones

—Esta bien, solo dame un segundo. —Aquellas palabras bastaron para que la mirada de Gaara se iluminará. Y el castaño no pudo evitar pensar que su pequeño hermano menor era como un libro abierto.

Pese a su cansancio, elegio una prenda de ropa más sencilla y presentable que había traído desde Suna. Quería pasar desapercibido entre la multitud de Konoha a esa hora de la tarde, y no se equivocó cuando se encontraron con una cantidad de personas en la calle de la aldea riendo y niños jugando entre ellos.

—¡Vamos hermano! —Apresuro Gaara a pasos rápido, tuvo que contener en poner los ojos en blanco. Su hermano menor solía ser muy imprudente

Mientras seguía a Gaara no pudo evitar mirar a su alrededor, inconscientemente quería encontrar aquello princesa de cabellos rosados

¿Pero cuáles eran las posibilidades que se encontrarán?

—Kazekage–sama, es un placer encontrarlo por aquí.

La voz de aquella chica detuvo sus pasós, frente a él se encontraba ella junto con sus dos compañeros de equipo. El Namikaze y el Uchiha no dudaron en hacer una breve reverencia, por otro lado Gaara se encontraba al lado del rubio emocionado

—Sakura–san, es un placer volver a verla. Lamentó no haberle saludado como es debido —Sonrio levemente mirando a la chica—. ¿Van saliendo para alguna misión?

—Oh no —Solto una pequeña risa—. Solo venía acompañar a los chicos, por lo que veo Menma se hizo gran amigo de su hermano.

Los tres —Kankuro tuvo que contar al chico Uchiha— miraron al par quien conversaban animadamente, bueno, Gaara hablaba animadamente con Menma que solo escuchaba atentamente.

—Contando el hecho de que Menma no suele socializar mucho, es bueno verlo así. —Menciono el chico Uchiha ladeando una sonrisa. Sin esperarlo, el chico hizo una reverencia hacía él y después miro a la pelirosa con una sonrisa coqueta

Aquello le causo cierta molestia al líder de la arena

—Gatita, iré a visitar a mi flor favorita. Espero que no te moleste que te dejé sola con un hombre importante.

Sakura puso los ojos en blanco, Kankuro solo guardo silencio ante el intercambio

—Sé respetuoso Sasuke, y esta bien. Sólo no juegues con Ino, recuerda que ella no es unos de tus juegos. —Lo amenazó, y pudo notar que la expresión del azabache se endureció.

—Ino nunca sería un juego, no te preocupes Sakura. —Aseguro con una seriedad que le sorprendió, y supo que a la pelirosa también. Pero la expresión del Uchiha cambió a una sonriente, casi asustandolo—Nos vemos, con permiso Kazekage–sama.

Kankuro solo pudo parpadear mientras veía al chico alejarse, miro a Sakura confundido pero ella se encontraba preocupada

—¿Todo está bien? —No pudo evitar preguntar atrayendo la atención de la chica, está lo miró sorprendida y después rió

—Si, todo está bien. Solo me preocupa Sasuke. —Admitio, y Kankuro sonrió de medio lado

—¿Te gusta? —Se armó de valor para preguntarle, Sakura pareció sorprendida.

—¿Eh? Claro que no —Respondio divertida—. Él es como mi hermano. Solo que Menma y yo lo cuidamos mucho, aunque no lo demostremos
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El chico de Suna pareció confundido, ¿Por qué cuidarían al chico Uchiha? Según entendía él era uno de los clanes más poderosos que había poseído Konoha. Pero no quiso entrar en detalles

—¿Le gustaría tomar un helado? —Invito con seguridad, su hermano se había ido con el otro chico y tenía que aprovechar el momento que tenía con la princesa cerezo.

—Me parece bien —Acepto, pero Kankuro no supo si era por cortesía o era por que realmente quería. Lo mejor era no indagar mucho

Mientras comenzaron a caminar hacia uno de los puestos de helado platicaron de cosas superficiales hasta que tuvieron sus respectivos helados que él mismo pagó

Se sentaron en un pequeño banco bajo la sombra de un árbol, Sakura río ante una broma que había hecho referente a su hermana y su amigo Nara

—La verdad hacen buena pareja, ambos son muy inocentes. Pero me preocupa que Shikamaru no sea lo suficientemente inteligente para no darse cuenta de lo que sienten.

—Bueno, todo a su debido tiempo ¿No? —Se encogió de hombros Kankuro dándole otra probada al glaseado del helado, estaba muy frío.

—Ahora que eres Kazekage ¿Como te sientes en asumir una gran responsabilidad? —La sonrisa de Kankuro vaciló, no era una pregunta que se había esperado. Los ojos jades de la chica lo observaba atentamente

—Ehm.. — Carraspeó recobrando la compostura, la hija del Hokage pareció notarlo por lo que si mirada cambio a una preocupada.

—Lamento si mi pregunta te incomodo, no era mi inten...

—No no —La interrumpió rápidamente ante el malentendido, a causa de ello el cono de helado que sostenía se resbaló de su mano cayendo al piso, salpicando a Sakura y a él mismo—. Maldición —Solto un pesado suspiro.

Llevó ambas manos hacia su rostro, esto no podía haber estado pasando.

—Lo siento mucho...

Sakura se mantuvo en silencio observando al hombre que lideraba toda una aldea disculpándose avergonzado, una pequeña sonrisa se formó en su rostro cuando el chico volvió a suspirar apartando sus manos de su rostro.

—Dejame limpiarle ese desastre —Murmuro de forma audible sacando una pequeña tela de su bolsillo del pantalón, sin siquiera preguntar comenzó a limpiar primero las pequeñas manchas que poseía ella en su brazo, pero se detuvo cuando las siguientes manchas estaban en sus piernas. Sakura aún en silencio analizó al Kazekage quien se había sonrojado

Soltó una pequeña risa

—De verdad me sorprendes, Kazekage—sama —El castaño desvío la mirada ante el tono que había usado, soltando nuevamente otra risa tomó la pequeña tela y se limpió ella misma. Cuando ya estuvo lista no dudo en limpiarle las manchas que él tenía en sus rodillas que eran cubiertas por sus pantalones.

—Es complicado... —La chica alzó la mirada cuando el superior hablo, se alejó para poderle prestarle atención pese que él se encontraba observando a otro sitio.

—¿A que se refiere?

—Ser Kazekage. — Explicó esta vez devolviendo la mirada, Sakura pudo ver cómo su mirada se encontraba decaída—. Cuando nuestro padre me asumió el cargo, creí que estaba preparado pero no era así. Ser Kazekage conlleva una gran responsabilidad y temo no poder cumplir las perspectivas que tienen sobré mí.

—Pero has tomado buenas decisiones, incluso Tsunade–sama lo reconoce —Y era cierto, las noticias de como estaba prosperando Suna había llegado por toda la nación, Kankuro había logrado resolver diputas que habían tenido con algunos rebeldes, o ayudar a los que perdieron su hogar durante la tormenta de arena.

—Pero aún así necesito demostrar más que eso. —El ceño de Kankuro se frunció mientras qué formaba sus manos en puños así apretándolos, Sakura solo pudo llevar su mano hacia unos de ellos, así él pudo relajarse un poco—. No quiero decepcionar a mi gente, o a mi padre e incluso a mis hermanos. Soy el Kazekage, y no puedo mostrar vulnerabilidad ante nadie...

—Pero aún así estás diciéndome todo eso. —Los ojos de Kankuro se abrieron por la sorpresa, Sakura solo sonrió enternecida mientras llevaba su otra mano hacia su mejilla para que él la observará—. Entiendo como te sientes, pero no puedes tener tener ese pensamiento de ti mismo. Pensé a tu edad has avanzado más que cualquier otro, y no vas a decepcionar a nadie, ni siquiera a tus hermanos.

Los ojos de Kankuro se cristalizaron ante sus palabras, con cuidado tomó distancia pero tomo la mano que quedó extendida de la chica dándole un apretón un murmuró un pequeño "Gracias". Sakura sonrió

—Has madurado, cuando te vi por primera vez eras alguien amargado.

Kankuro no pudo evitar soltar una risa ante lo dicho de la chica

—Puedo decir lo mismo, incluso luces más bonita. Aunque ya lo eras

Esta vez las mejillas de Sakura se enrojecieron, Kankuro sonrió.

—Muchas gracias, princesa. ¿Mañana te gustaría salir a dar una vuelta? Me gustaría pasar mi estadía en Konoha contigo.

Si antes la chica estaba sonrojada, ahora parecía un tomate antes lo dicho del castaño. Pero aún así sonrió avergonzada

—Seria un placer, Kankuro–san

Aún le quedaba un día en Konoha, por lo que no desaprovecharía la oportunidad de pasarla con aquello chica de ojos jades. Quién sabe, quizás algo nuevo puede surgir de esto