"Castigos de muerte"
Un libro, dos libros, cinco libros, ocho libros, casi siempre es lo mismo, ver quien puede tener mas libros sobre su cabeza sin que los tire, esa era la cantidad que yo tenia, ocho libros, para mi se podría decir que era fácil, llevaba tiempo de hacerlo, y estoy segura de que incluso podría tener veinte libros y no los tiraría, aunque no me interesa comprobarlo.
Al mismo tiempo que los teníamos sobre nuestras cabezas, debíamos hacer diferentes cosas, como caminar, levantar algo del piso, hacer una reverencia y ese tipo de cosas, hubo dos ocasiones en el inicio de esta clase donde casi se me caen los libros, por suerte, no paso.
- Bueno, las chicas que se les cayeron los libros mas de dos veces, ya saben que deben hacer
Vi como una tercera parte de nosotras salia, me sentía mal por ellas e incluso se guardo silencio, para empezar a escuchar los gritos y sollozos de una de ellas al estar siendo latigueada, lo cual, posiblemente ningún príncipe sabia, pues estaban realmente sorprendidos, e incluso unos empezaban a sentirse nerviosos muy notoriamente, entre ellos, mis hermanos, Blard y Reaper.
La siguiente prueba, delicadeza al caminar, esta era la antepenúltima y ya empezaba a sentir temor, casi siempre me latigueaban por la última.
Camine con total naturalidad y fluidez, con el espalda recta, una mirada seria, mis manos sobre mi regazo, sin hacer sonar mucho mis tacones y mirando un punto fijo sin despegar mi vista de ahí.
Nuevamente, salieron las chicas que les fue mal en esta, ahora solo quedábamos una minoría, lo siguiente era delicadeza y conocimiento, según ellos, claro esta. Consistía en ver que tan bien tomaban un cubierto, y si sabían que cubierto era para que cosa, ya que tenemos muchos, y no podemos utilizar un cuchillo para mantequilla, para cortar pan. Nuevamente esto siendo visto por los príncipes, a los cuales no le exigían que hiciesen esto. Ahora la única que quedaba ahí, era yo, debo mencionarles que la chica que llegue al final y se equivoca es la que mas latigazos recibe, pues se dice que si no puedes con la última, que es la mas fácil, debes recibir un castigo más duro por insolente, además que serias observada por todos los presentes. Tenia miedo, y mucho, pero no lo demostraría.
- Como usted ya deberá saber en lo que consiste la última prueba del día, y del estudio de una princesa, por favor, explíqueles a sus compañeros el articulo número uno y mas importante a sus posibles pretendientes
¿Mencione que las que llegaban al final eran las mas codiciadas por las reinas y reyes para sus hijos? ¿No? Pues ya lo hice.
Geno- El primer articulo, del libro de corrección y educación de princesas, volumen tres, única edición que se encuentra el la biblioteca del reino muerto, se menciona que la princesa que no logre pasar la última prueba deberá ser latigueada por al menos tres horas, estando con la espalda y espalda-baja descubierta, siendo vista por varios presentes, lo ultimo mencionado se llevara a cabo hasta sus dieciséis años cumplidos.
- Bueno señorita, ya deberá usted hacerlo bien, al menos conseguirá buen partido y bueno... Ya tiene sus dieciséis años...
Sentía todas las miradas sobre mi, las princesas me veían con esperanza, y anhelo de que lo lograra, ya sabían como era de egocéntrico y las múltiples palizas que me dieron mis padres a escondidas de mis hermanos por mi desacato ante las ordenes de mis padres. La siguiente prueba, reverencia, una reverencia debe ser perfecta, sin hacer que el vestido rebase mas de la punta del tacón, la inclinación no debe ser grande, se debía mostrar sumisión y pasividad, al mismo tiempo que calma, paz y respeto... pero yo no muestro eso, a menos que la persona lo merezca y esta... señora... no lo merece.
Todo bien, estaba frente a aquella mujer, mi vestido no rebasó la punta de los tacones, no me incline demasiado pero... no cerré los ojos y sonreí, vi mi error y lo hice después de un segundo... grave error.
- ... Afuera señorita...
No me moví de mi lugar, debe saber que por mi actitud, prácticamente siempre me sacan arrastrándome.
- He dicho salga
Geno-... no lo haré
- ¡Guardias!
Ya estaba listo para eso, solo lo hacían para intimidar a uno, se pusieron detrás mio, mucho mas altos que yo, invadiendo mi espacio personal; Todos me veían, como diciéndome que no lo arruinara mas y caminara, pero no lo hice y me mantuve indiferente.
Sentí como me empezaban a tomar de los brazos, empezaron los murmuros, entonces empecé a hablar fuerte.
Geno- ¡Articulo cuarenta y cinco, apartado dos! -Todos callaron- ¡No se le puede obligar a una princesa al salir de un recinto si no es de su propia voluntad! ¡A menos que haya cometido acto de TRAICIÓN!
La duquesa me empezó a ver con odio, ¿Mencione que también teníamos prohibido leer sobre política?
- ¡Articulo ciento dos! ¡Apartado uno! ¡Las mujeres no deberán leer libro alguno de política!
Geno- ¡ARTICULO CIENTO TRES! ¡APARTADO UNO REGLÓN DOS SE LES DARÁ UN PERMISO ESPECIAL A LAS MUJERES DE LA ALTA SOCIEDAD!
- -Vi una sonrisa macabra en su rostro- Articulo uno, apartado cinco... si una princesa falla en las pruebas se deberá hacer TODO para corregirla
Se me arruinaron mis planes, se me había olvidado. Aun así, no me moví, al final, terminaron jalandome hacia fuera, con todos por detrás siguiéndome, todos estaban sorprendidos, y lo agradecía, quería un cambio, y las demás chicas, ya vieron que si se puede.
Prácticamente me estamparon contra un palo de madera, haciéndome que casi me astille la cara, sentí como me quitaban mi molesto corsé y empezaban a bajar el cierre de mi vestido, y al mismo tiempo, ese idiota hacia algo que no se podía hacer... tocarme. Pude ver de reojo que todos estaban sentados viéndome, la mayoría con preocupación y lastima... eso... debo ganarme su cariño... mi revolución no tardara en empezar.
Empezamos, el primer latigazo, se oyó el sonido de aquel cuero chocar con mi piel, mas no se escucho quejido alguno de mi parte, no les daría el gusto y al parecer eso molesto a la duquesa aun mas. Otro mas, me retorcí del dolor, lagrimas empezaban a aparecer, mas no hice sonido alguno. Mordía mi lengua para no llorar, no quejarme, al punto de que incluso empezaban a sentir sangre recorrer mi boca, ya había perdido la cuenta de cuantos golpes me habían dado, mis piernas flaqueaban, luchaba por mantenerme de pie, mi ropa estaba prácticamente hecha pedazos, mi espalda y piernas tenían marcas. Mi rostro algunos cuantos cortes por la rasposa madera, manchando mis blancos huesos de sangre.
- ¡Deténgase! ¡Los reglamente señalan que no deben ser amas de cuarenta latigazos!
- ¡Silencio! ¡Es para que aprenda!
¿Cuarenta? Podría morir y esa tonta iría a la cárcel por violar una regla, es mas... se me ocurrió una idea.
Cerré mis ojos, dejándo caer al piso mi ahora lastimado cuerpo alarmando a todos, incluso a la loca duquesa, mi sangre manchaba el verde y brilloso pasto, de paso, y aplaste algunas plantas en el proceso.
- ¿¡QUE HA HECHO!?
Oí gritar ala reina, sentí como alguien me tomaba de la cintura y me colocaba sobre sus piernas, sentí como mas descendientes se acercaban para ver mi estado.
Error- H-Hermano... n-no...
h-habré los ojos
Sentí como mi hermano me colocaba en su pecho, lo supe porque el fue quien hablo cerca de mi rostro. Por un lado no quería preocupar a nadie pero... me sentía tan débil... mi cuerpo no respondía y no quería hacerlo, con la poca fuerza que me quedaba, abrí mis ojos, puede ver que los que mas cerca estaban de mi, era mi hermanito error, seguido de Reaper y Blard, pude ver a ese chico que me pidió bailar con mi hermanito también, sabia que Fresh era muy pequeño para ver estas cosas y lo mas posible es que al momento de mi colapso lo hayan alejado.
Sonreí, intentando calmarlos, coloque mi mano sobre la morena mejilla de mi preocupado hermano Error, pude ver lagrimas asomarse por sus ojos, y su mano se colocaba sobre la mía, de hecho, varios estaban llorando por no decir la mayoría.
Sentía como mis ojos volvían a cerrarse, y apretaban mi cuerpo "¡Hermano! ¡No me dejes!" oí gritar desesperado a Error, pero no aguante mas y termine cerrando mis ojos, tratando de mantener aquella sonrisa en mi rostro... espero haya servido de algo mi corta vida.
CONTINUARA
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