➸ Kim TaeHyung ; 26 años
➸ Jeon JungKook ; 25 años

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Kim JungKook se sentía en paz.

Él realmente podría jurar que su vida era como un cuento de hadas, aunque uno más realista y bonito. Pero, junto a su amado esposo, él era feliz.

Aunque algunas veces las dudas lo hayan hecho dudar y colocarse negativo, ha podido seguir gracias a que, a pesar de los años, TaeHyung sigue siendo una persona bastante comprensiva y paciente con él; demostrándole todos los días el gran amor que le tiene.

Habían pasado unos cuantos años desde que se casaron, y aunque no pueden decir que todo ha sido color de rosas, ellos han sabido comunicarse y seguir siendo una pareja bastante simpática y amorosa.

Muchos dudaron, hasta ellos, en algunos momentos. Es un poco increíble que se conocieron y están juntos, básicamente, desde los seis años, y hubieron circunstancias en las que por poco caen y se guían de aquellos que decían que su relación iba a terminar mal porque no habían tenido más experiencia de la adquerida por sí como pareja.

Decían cosas como: "Deberían explorar más, aún no saben si realmente quieren pasar el resto de su vida juntos.  Son muy jóvenes". Pero JungKook no entendía, él de verdad... había intentado comprender las intenciones de ese tipo de comentarios.

¿Acaso creían que él no era feliz?

¿Que TaeHyung no era precisamente lo que él quería?

Joder, claro que lo era. JungKook nunca dudó de su esposo, ni de lo valioso que es estar junto a él.

Aunque esas personas piensen que él no es feliz, o simplemente no encuentra todo lo que busca en TaeHyung, se equivocan, y muchísimo.

Kim TaeHyung era todo para JungKook.

Y JungKook era todo para TaeHyung.

No había más que decir.

Pese a todo, han sabido callarles la boca a todos aquellos que dudaron de su relación, y ahora, aún pasando todos estos años, y esperando pasar más, ellos confesaban y eran realmente felices juntos.

Entrando en lo actual, la pareja se encontraba en el parque de la ciudad, habían decidido salir de picnic. Estaban cerca de un frondoso árbol, que les proporcionaba una buena cantidad de sombra, TaeHyung estaba sentado y recostado, abrazando al, aún, pelinegro, entre sus piernas.

Veían en un cómodo silencio a las personas pasar, algunos niños, otros adolescentes, uno que otro padre y parejas viejitas, que les causaban ternura, y a la vez les hacían desear llegar hasta ese punto.

A la vejez, juntos, amándose incondicionalmente, justo como ahora.

TaeHyung repartía besitos en el cuello de su esposo, quien soltaba risitas bajas.

—Ya~ chuuu —se quejó como un bebé, causando que el, ahora, peliazul riera enternecido.

Amaba tanto a JungKook...

—Hay que irnos, amor. Recuerda que quedamos con JiMin y EunWoo. —habló Tae luego de unos momentos. JungKook se quejó.

—No quiero pararme, que flojeraaa~ Estoy bastante cómodo aquí. —murmuró, acomodándose en el pecho del mayor.

—Kim JungKook, levántate o tendré que usar mi arma mortal. —amenazó, sonriendo en grande cuando el mencionado ni se inmutó, por lo que... tuvo que usar su arma:

Las cosquillas.

Comenzó a mover sus manos rápidamente por el cuerpo del menor, este comenzando a reír fuerte y chillar que parara, sintiendo ganas de hacer pipí.

—¡Y-Ya! —rió fuerte— ¡Taee, me haré pipí! N-nuuu —chilló. El peliazul se sumó a las risas, haciéndole más cosquillas a su pequeño esposo.

—Te dije que iba a utilizar mi arma mortaal, JungKookieee.

Luego de unos momentos, cuando el pelinegro estuvo rojito de tanto reír, Tae lo dejó ir.

—Ow~ —su barriguita le dolía. Fulminó con la mirada a su hombre— Idiota. —masculló, al ver al mayor reír por su expresión de sufrido.

—Amas a este idiota, bebé~ —le dio un pequeño beso en los labios que sin duda hizo sonreír a ambos. Levantándose, TaeHyung le extendió su mano al menor, quien correspondió enseguida—. Vamos, se nos hace tarde.

Recogiendo todo, JungKook llevaba su canasta de picnic, y, entrelazando su mano con la de TaeHyung, comenzó a caminar junto a su mayor a la casa de su hermano y cuñado.

En el camino, compraron unos helados, e iban felizmente comiéndolos. Saliendo del bonito parque, JungKook miró a una pareja llevando una cuna con una linda bebita dentro, quien chillaba emocionada. Se quedó embelesado de la imagen, como, mientras iban paseando a su niña, la pareja se daba mimos y cariños.

Apretó inconsciente la manó que entrelazaba con la de Tae, quien le miró confundido, para luego dirigir su vista a la pequeña familia.

Oh.

Observó de nuevo a JungKook, el menor tenía los ojitos abiertos, admirando la tierna escena, en sus orbes, un brillo inigualable adornaba.

—¿Amor? —llamó bajito, viendo a su esposo acudir de inmediato, parpadeando un par de veces antes de corresponderle la mirada.

—¿S-sí?

—¿Pasa algo? —Tae frunció el ceño cuando el chico se mostró un poco perdido.

—No... —murmuró su respuesta.

Pero, como todo el sobre protector que era Kim TaeHyung con su esposito, se colocó frente a este, abrazándolo, sabiendo porqué JungKook se encontraba así de... ¿nostálgico?

—Kook... amor, sé que estás pensando en eso —murmuró bajito, suspiró triste—. Lo seguiremos intentando, bebé, solo... seamos pacientes, y verás que nosotros también tendremos nuestra propia familia.

Los ojos de JungKook se llenaron de lágrimas, y escondió su rostro en el cuello de TaeHyung, quien era un poco más alto que él, por lo que se acoplaba bien.

El menor de la pareja se sentía triste, de alguna manera, los recuerdos que invadían su mente en esos momentos le dolían mucho.

Por lógicas de la vida , JungKook no contaba con un cuerpo apto para procrear hijos, y aunque existían pequeños casos en donde los hombres podían hacerlo, él no era parte de esos. Y, junto a TaeHyung, habían intentando varias veces adoptar, pero siempre eran rechazados por ser una pareja de hombres, y ser "mala influencia" para los niños.

Y aunque aún mantenían la fe de poder ser padres, él se sentía bastante mal. Los sentimientos tan tristes que... le generaban comentarios despectivos a su esposo y a él como padres de varias personas cuando iban a adoptar, le afectaban de alguna manera, y, aunque TaeHyung siempre intentaba recordarle que nada de lo que esas personas decían era cierto, él a veces no podía evitarlo.

Su corazón era frágil, y él era una persona bastante sensible para ese tipo de situaciones.

Sollozó bajito, mientras el peliazul se encargaba de darle mimos, se habían sentado en un banco que se encontraba cerca.

—Amor, estaremos bien... podremos lograr tener un pequeño o una pequeña a nuestro cuidado, con nuestro apellido, ¿uhm? Pensemos positivo. —animó Tae, y JungKook se aferró más a él.

Pasaron unos pocos minutos, y Kim mayor pudo calmar a su esposo. Limpiando el bonito rostro de su amor, TaeHyung miró con cariño al pelinegro, que mantenía una expresión derrotada, sus ojitos rojitos, sus mejillas y nariz sonrojada. Igual, aún viéndose demacrado, el de hebras azules miraba a JungKook como lo más hermoso en su mundo.

—¿Mejor? —recibiendo un suave asentimiento, Tae sonrió, recostando el rostro de kook en su pecho, abrazándolo, y acariciando su largo cabello azabache—. Créeme, mi pequeño príncipe, seremos muy felices, solo debemos esperar.

JungKook suspiró, sintiéndose amado y cuidado, asintió despacio, el mal rato pasando, y él cada vez sintiendo como su buen humor volvía.

Se quedaron un rato ahí, sentados, hasta que el pelinegro se calmó por completo, y decidieron seguir su camino.

Kim JungKook estaba más positivo, tal y como le dijo su esposo que debía estar.

Después de todo... apenas la historia de los dos comenzaba, se avecinaban muchas cosas para su vida, y él realmente esperaba y confiaba que una de ellas era tener un pequeño bebé en sus brazos, o tal vez dos, no sabe y no le importaría, él aceptaría todo lo que pudiese.

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Jsjdjdj no sé qué hice, espero les haya gustado <3