Chan no sabía por dónde empezar, no sabía cómo llevar el ritmo, tenía cero experiencia y sus manos estaban temblando mientras le quitaba la playera a Jeongin y desabrochaba sus pantalones.
—Tengo miedo de arruinarlo —le dijo finalmente deteniéndose.
Jeongin sonrió sonoramente.
—Tranquilo, algo saldrá —le dijo—. No moriremos por esto, si no funciona podemos volver a intentarlo una y otra vez.
Le besó suave en la mejilla, luego juntó sus frentes y frotaron sus narices.
—¡He decidido que sí! —soltó Jeongin de la nada—. Ahora es momento de escuchar tu respuesta, si es demasiado difícil, hay ejemplos para elegir. No tienes que perder tu tiempo pensando.
—Oh por dios, no hagas esto —pidió Chan avergonzado, el mayor ignoró el comentario y siguió cantando.
—No sé qué elegirás, así que preparé estas dos opciones, elige sólo una de las dos, ¿sí o sí?, no sé lo que quieres, así que prepararé estás dos opciones. Haz tu elección, ¿sí o sí?
Chan sólo podía reír avergonzado y con las mejillas rojas.
—Hyung, basta por favor.
—Diré que no a tu no, ¿soy yo o eres tú?, respeto tu elección, pero rechazo tu rechazo, sólo hay una respuesta la elección depende de ti...
Ya no pudo seguir cantando, correspondió con gusto a los besos de Chan, a sus toques, deshaciéndose de la estorbosa ropa.
Se sentía tan bien, estar en los brazos de Chan, ya no tenía que imaginarlo, lo estaba viviendo y lo estaba disfrutando, sin importar el dolor, se aferró a la espalda del menor con fuerza mientras Chan se movía dentro de él, escondió su rostro en el cuello del rubio repartiendo besos y olisqueándolo.
Le gustaba el aroma de su perfume, le gustaba todo de él.
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