Jeongin dio un respingo cuando el rubio puso una mano en su pierna.

—Perdón ¿te molesté? —le preguntó y Jeongin negó.

—Sólo fue raro.

Entonces el rubio siguió apoyando su mano en su cálido muslo.

El chico era un atrevido, ni siquiera Chan siendo su novio había hecho algo como eso.

El camino fue más lento de lo esperado a pesar de que Hyunjin manejaba al límite.

Cuando se detuvo en su casa Hyunjin no lo dejo salir hasta que le abrió la puerta.

Era todo un caballero.

—Gracias por traerme —le dijo.

—De nada, me ha gustado pasar tiempo contigo —le sonrió y lo atrajo hacía su cuerpo rodeando su cintura—. Espero verte en la escuela mañana —le susurró al odio haciéndolo estremecer, luego dejó un beso en su mejilla y después otro en los labios.

Jeongin se apartó instintivamente.

—Claro, estaré ahí mañana, nos vemos.

Le dijo y salió corriendo hasta su casa, cerró la puerta y respiro con dificultad, llevo sus manos a sus labios recordando el sentimiento.

—Mierda.