Capítulo 5
Escrito por Sereny Cullen
Y así había llegado el tan esperado día, se escuchaba el melodioso trinar de las aves, y el susurro del viento que parecía contar un secreto a las hojas, sus eternas amantes en el bosque de Forks.
Isabella sentía en su rostro ese pequeño y cálido haz de luz que se filtraba por la ventana de su habitación y la despertaba cual princesa con un dulce roce; hoy se sentía más perezosa que nunca y quería quedarse en la cama por unas cuantas horas más, pero sabía que en unos instantes su querida madre estaría tocando su puerta para que la ayudara con el desayuno familiar; nunca se quejaba, es más realizaba la tarea con amor y entrega, sobre todo hacia su padre, Charlie ese hombre fuerte y tenaz, pero que por momentos parecía tener la mirada cansina...y ella lo comprendía , seguirle el ritmo a su madre y hermanas era algo digno de méritos para una persona tan tranquila y poco llamada a sobresalir, justo como lo era ella; era cierto que hubo momentos en los que se planteó su forma, para algunos oscura y gris de vivir, tal vez si fuera un poco más alegre o efusiva... pero no, ese definitivamente no era su estilo, eso se lo dejaba a sus pequeñas y un poco alocadas hermanas, eran ellas las que tenían ínfulas de princesa, Bella solo era como algunas señoras de la elite susurraban en copiosas tardes de té, el patito feo de la familia Swan, siempre rodeada de libros, luciendo ropas anticuadas y muy poco favorables para sus formas y edad; algunas veces durante sus tiempos de lectura llevando puesta unas horrendas gafas de pasta, que hacían que la gente pensara sin lugar a dudas que su destino seria vestir santos, pobre criatura se atrevían a decir algunas, ha nacido tan poco favorecida... pero lo que ellos no sabían era que dentro de esa misma muchacha tan poco agraciada a sus ojos, se gestaba una ninfa del bosque, que cual oruga se resguarda en su crisálida esperando el transcurrir del tiempo para salir de su confinamiento; Oh sí! Y allí temblaría todo Forks, y muchas aquellas que se consideraban bellas llegarían a maldecir su suerte al verse cara a cara con la fémina que robaría el aliento de aquellos pobres desafortunados que le entregarían su corazón... y Edward Cullen era solo el comienzo...
—Toc, toc... Bella hija, ¿ya estas despierta? necesito tu ayuda por favor.
— Si madre en un momento estaré contigo, solo termino de vestirme y voy
— De acuerdo, pero date prisa, tu padre quiere unos omelette rellenos y tú sabes que a mí siempre se me queman...
—Está bien, ve alistando los ingredientes, ya casi estoy— se escuchaban por el corredor los pasos de una muy apurada Renée
Unos instantes después en la cocina...
—¡Que no, ya te dije que no! – gritaba una muy acalorada Lauren
—Él va a ser para mí, lo quieras tú o no— rebatió Jessica
— Ya quisieras, él ni siquiera sabe que existes, mejor quédate con Newton, que Eddie va a ser para mí, él y sus millones
—Niñas, niñas, calma, no hay por qué pelear, por supuesto el Señor Cullen sabrá apreciar su belleza, y no dudo que en su momento considere pertenecer a nuestra familia así como ya está en ello el señor McCarthy— las alentaba su madre.
—Pero mamá, conmigo de su mano seriamos la pareja perfecta —seguía soñadora Lauren.
—Sí, perfecta para el desastre ¿Cómo crees que alguien tan elegante como él andaría con alguien tan corriente como tú?- contestó Jessica.
— ¿Qué yo qué?— se enfurecía cada vez más Lauren
—Pues eres bonita hermana, no te lo niego, pero...comoquetienesdospiesizquierdos—soltó de corrido una muy asustada Jessica al ver como el rostro de su hermana cambiaba literalmente a un rojo casi escarlata, acentuando la vena de su cuello y expandiéndosele las aletas de la nariz.
—Tranquila, que me asustas Lauren, así pareces un toro bravo—trataba de defender lo indefendible.
—Primero dudas de mi destreza y me dices pies izquierdos; y ahora me llamas toro bravo... ¡Arrgg! mejor corre por tu vida Jess porque si te agarro se degüello...
— ¡Ay! ¡Mamaaaaá Auxilio! Lauren se volvió loca y quiere atentar contra mi vida...
— ¿Que es todo este desastre?— preguntó un enfurruñado Charlie entrando a la estancia.
—Nada cariño, aquí las niñas ya sabes, disertando en algunas opiniones, pero nada de cuidado
— Renée defendió a sus revoltosas hijas.
— ¿En serio? ¿Y porque nombraban al señor Cullen? Espero que ninguna de ustedes dos muchachitas estén planeando ponerme en ridículo exhibiéndose ante ese señor y mucho menos que tú las estés ayudando Renée.
— ¿Yo? – preguntó la señora Swan tratando de mostrarse indignada. —No sé de donde sacas que yo llevaría por el mal camino a mis pequeñas Jefe Swan, simplemente les estoy motivando a alcanzar sus sueños.
—Mmm...ya veo de qué manera...pero igual aún están muy pequeña, y no creo que nuestro estimado amigo deje de salir a pasear con Bella para quedarse a jugar a las muñecas con las niñas.
— Te puedo asegurar que si tiene buen ojo lo haría sin du... ¿Con Bella dijiste? ¿Qué tiene que ver ella en todo esto?
—Bueno, ya está el desayuno listo ¿papá deseas algo más aparte de los omelette rellenos? ¿Chicas ustedes quieren algo?—preguntó una muy animada Bella haciendo su entrada triunfal.
— ¿Podrías explicarme qué es esa salida a la que se refiere tu padre y de la que yo no estoy enterada?— exigió Renée.
—Este bueno...yo...yo pensé...que...— recién notaba como las miradas de todos confluían en un punto, y ese punto era ella.
—Responde de una buena vez niña, sabes que la paciencia no es lo mío— la señora Swan estaba empezando a acalorarse.
—Yo pensé que no tenía tanta importancia madre— dijo en un murmullo al ver la penetrante mirada de su progenitora, y las de asombro de sus hermanas, así como una muy apenada por parte de su padre.
— ¿Tu pensaste? ¿Tú seriamente pensaste que salir con un hombre guapo cuyo patrimonio está valuado en millones de dólares no era importante? ¡No niña! ¡Tú definitivamente no pensaste!— gritó la madre. —¿Y a qué hora es la salida para prepararte?
—Pues pensaba preparar el desayuno y luego ir a cambiarme, él dijo que pasaría por mí al mediodía y...
— ¿Qué? ¿Y qué diantres estás haciendo aquí?— se apresuró a jalarla del brazo para llevarla al dormitorio matrimonial y así poder embellecerla.
—Pero mamá ¿Y el desayuno?— protestó Bella.
—Ah, no, eso sí que no, ninguna hija mía saldrá son un millonario con olor a omelette en el cabello— dijo con decisión la matriarca Swan, al imaginar ya casi cumplidos sus sueños de tiempos de bonanza y renombre si lograba emparejar a su patito feo con el señor Cullen, así como ya lo estaba haciendo con Rosalie.
Momentos después en la habitación...
— ¡Rose apúrate!—gritaba Renée. —No puedo hacer milagros en tan poco tiempo...nena ¿por qué no te cuidas un poco más el cabello así como tus hermanas? Casi no tiene forma ¿Hace cuánto tiempo que no te lo cortas? creo que lo mejor será que lleves un recogido, de esa manera también lucirá tu cuello...
—Aquí estoy madre, ya traje el vestido, lo perfumé con agua de rosas— comentó una apurada Rosalie. —Y tengo unos pendientes que harían juego con el vestido y el peinado, voy a buscarlos
—Bella, linda, escúchame un momento— su madre aprovechó el instante que compartían en soledad. — Quiero que hoy te luzcas, que muestres todos tus atributos y no solo hablo de los intelectuales cariño
—Pero madre yo...
—Sshhss... déjame terminar por favor...sé que eres muy inteligente, caray ya quisiera yo ser igual pero seamos francas pequeña, muy pocas veces se te va a presentar una oportunidad igual, no todos los días un millonario joven y guapo toca tu puerta... en fin a lo que quiero llegar es que pienses en lo bien que le haría esto a la familia, en cómo cambia tu vida si estuvieras relacionada con tan apuesto caballero y como todos seriamos felices por eso.
—Si lo sé madre. Sé exactamente lo que deseas— murmuró Bella.
—Exacto, pero solo porque quiero lo mejor para la familia y sé que tú al estar en tan privilegiado lugar de decisión harás lo correcto. Confió en ti nena, estar cerca de McCarthy y Cullen es la oportunidad de nuestras vidas; tu padre se hace cada vez más viejo, y el dinero que aporta con su mísero sueldo de policía honesto apenas alcanza para el bienestar familiar. ¡Ya no nos es suficiente si queremos permanecer como personas de estima!
—Si mamá tengo muy presente el coste de los vestidos nuevos que cada semana lucen mis hermanas, me consta las deudas que tienes en el salón de belleza del pueblo y a todas las consultoras a las que les sacas a crédito— la segunda hija se sentía utilizada por su propia madre.
—Sólo promete que harás lo mejor que puedas por la familia— gruñó Renée
—Sí madre, no lo dudes— comentó una afligida y no muy segura Bella, al ver como sus planes luego de esta charla daban un giro de 180 grados.
Y como las horas corren y todo momento llega, así llegó el mediodía de un día primaveral en nuestra pequeña saldría de nuevo cual cisne hermoso a robar suspiros, encontrándose con un galante y algo impaciente caballero, que al fijar sus ojos en ella estuvo seguro que nada sería igual a partir de aquella cita, sin lugar a dudas era algo que marcaría sus vidas el determinante de un futuro incierto; pero sí de él dependiera haría hasta lo imposible por impresionar y conquistar el corazón de su bella dama, una que una primera vez pasó por alto, pero él no era de los que tropiezan dos veces con la misma piedra...y así estos dos corazones, ¿futuros amantes tal vez? salieron al encuentro de su destino...
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Gracias por leer
PATITO
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