Cuando llegamos en suelo Venezolano en Caracas, lo primero que hice fue llevar a Gastón al médico y asesorarme de que no me mintiera y ver que si había alguna alternativa, pero no, si estaba muriendo, no me culpo de nada, ni podía hacerlo él había hecho demasiado mal como para que yo creyera en su palabra. Nos fuimos a Puerto Ordaz como si nada y llegamos a la casa de Gastón, lo que era para vivir juntos y casi me entro un dolor en el pecho al ver que no me case con quien si amaba y se había ido para siempre, como para proponer un regreso a esas ideas. El señor Pablo esa noche nos visito y estaba feliz, de vernos aun juntos, pero sí, yo también lo estaba, pero debía esperar un año más y podría tomar mis propias decisiones y las riendas de mi vida. En la cena el señor Pablo estaba algo preocupado.

-Tu padre me llamo hace unas horas para saber si habían llegado, pero a esas horas Gastón me importo que estaban aquí y tu padre dijo que vino y no estaban aun ¿salieron? – pregunto y Gaston se quedo callado, mis padres habían venido, pero di orden de que dijeran que no habíamos llegado, no quería verlos.

- No piense mal señor Pablo, pero no estábamos con ánimos de visitas – El se espanto.

- ¡Pero son tus padres! – Dijo casi horrorizados.

- Si, unos que me vendieron sin importar mis sentimientos – Le dije y Gastón me miro para que le bajara el tono con sus preguntas y mi alteración.

- Cambiemos de tema papa – Dice Gastón intentando armonizar la cena.

- Tu primo está en la zona y tu padre no quiere acercarse a él a pesar de que posee mucho dinero – se ríe y eso me interesaba.

- ¡Padre! – Gastón lo interrumpe.

- Déjalo que hable – me mira aturdido.

- Tu padre está en la quiebra de nuevo por hacerle un tratamiento a la prostituta esa ¿Cómo es que se llama? Bueno a la final no importa, para que quedara embarazada y ahí está un nuevo Martínez, pero tu padre está sin nada – se ríe – Recurre a mi valiéndose del vinculo entre el matrimonio de ustedes, pero no entiendo ¿Por qué no recurrió al muchacho Anthony y dejar esto en secreto? Solo lo expone, cuando sabes que todos le darán la espalda – Pregunta y no digo nada. Gastón me mira y como no digo nada bueno, pero tampoco malo, interviene.

- ¿Y los ayudaras? – Le pregunta a su padre – Recuerda que es mi suegro – y el papa se le desvanece la sonrisa y me mira.

- ¿Qué piensas tu Brian sobre ayudar a tu padre? – Me pregunta.

- ¿Clase de pregunta es esa papa? – Lo interrumpió de nuevo – Claro que quiere que ayudes a su...-

- No, no les dé ni un préstamo – miro a Gastón que no puede creerlo – Si no pudo sacarla a flote la ultima vez ¿Quién asegura que esta vez rendirá frutos? Mejor utilice su dinero para invertir en otras cosas menos en mi familia – Digo.

- Brian no hables así de tu... El papa lo interrumpe.

- Déjalo, el muchacho esta en lo cierto, el papa perdió el talento en los negocios, por eso no rindió frutos que invierta en el. Lo único bueno eres tu Brian, tienes suerte, casado con mi hijo, así no trabajes, nunca te faltara nada, promesa – Dice el señor Pablo y Gaston estaba hecho furia por lo que dije. Y empezó a sentirse mal, agarrándose la cabeza y grito. Nos alarmamos y lo llevamos a la recamara y llamamos al doctor. El estaba acostado en la cama, dormido por un sedante para que pudiera resistir el dolor.

- No lo vayas a dejar solo – Dice el señor Pablo – Aunque no lo creas el te ama, por eso todas esas locuras – Y se fue hablar con el doctor dentro de la habitación. Me quede pensando después que se había convertido en mi verdugo, se había convertido en mi protegido y mi protector.

Cuando regrese al instituto todo estaba arreglado por Gastón, antes del rapto. Me acomode para ir a exámenes finales a mi grado y así poder cursas mi último año, cuando todos me vieron, se agruparon a mi alrededor haciéndome preguntas que no lograba construir las respuestas en mi cabeza y pasaba de largo para poder huir, incluso Lauren y Rosa estaban fisgoneando mi llegada.

- Sabemos lo de su enfermedad, aunque se prefirió que se mantuvimos en secreto ¿por eso regresaron? – Me pregunto Rosa – Y tú no estás bien y es mejor que te desahogues, se te ve en la mirada, puedes confiar en nosotras – Le agarre el brazo y luego la solté, para marcharme - ¿Por qué eres tan frió?

- Una vez me deje confiar y darles mi amistad y ustedes no les importo mis sentimientos – Las deje atrás.

Cuando llegue estaban Anthony y Fanny en la sala principal esperándome. Anthony con sus lentes de sol, y Fanny con un nuevo cambio de look que le hacía parecer modelo de Tumblr y no me los esperaba de verdad, pero estaba obligado hablar con ellos.

- ¡Brian! Cuando supe que regresaste a Venezuela, vine lo más pronto posible, también supe que te casaste ¿Cómo te trata ese animal? – Me pregunto molesta y me puse furioso.

- ¿Por qué no me avisaste? Hubiera venido antes – Dice Anthony como si no hubiera pasado nada, estos últimos cuatro meses y me enfurecí.

- ¿Cómo te iba avisar, si te fuiste sin decir nada? Ni me contestabas los mensajes – Le pregunte gritando y llorando, quizás estaba en lo correcto, pero tener la razón era lo que menos me importaba en aquel momento - Y tú a pesar de que me viste hundido en mis problemas fuiste egoísta, tomaste tu dinero y no supe nada de ti – Le dije a Fanny que estaba apenada y no era para menos, ella sabía que lo había hecho y que no me importaba que tuviera que decir para excusarse, estaba molesto y se quedaron en silencio como dos niños pre-escolar.

- Yo no tengo que hablar con ustedes, pueden irse – Los estaba echando.

- ¿Nos dejaras hablar? – Me pegunto Anthony sorprendido aun de cómo los estaba tratando. El no era nadie para mí.

Cuando subí a la habitación Gastón estaba mirando la TV y me ve sin dejar de hacerse el loco, pero se notaba que había escuchado mi conversación con mis primos.

- ¿Ellos se fueron? – Me pregunto.

- Si, tenían mejores cosas que hacer – Me desvestí delante de él – Además yo estoy cansado. Me fui al baño desnudo y él me siguió y entro a la ducho conmigo, me abrazo, beso y mordió mis labios suavemente, era lindo, pero no podía dejar de pensar cuando me obligo acostarme con él, y poco a poco lo rechace y me Salí rápido, antes que él. Me vestí velozmente y me metí en la cama arropándome de pies a cabeza y el desnudo se metió en la cama a mi lado. Estuvo así hasta que se dio cuenta que no le diría nada y pago la luz y se acostó a dormir también sin más remedio que dejarme tranquilo.

A la mañana en el desayuno llegaron mis padres y tuve que recibirlo y estaban sin los hijos de papa y la mujercita. Agradecí ese pequeño gesto.

- Bueno Gastón queremos que nos digas ¿Qué paso? ¿por qué secuestraste a Brian? – Le pregunto papa serio y yo dejo los cubiertos a un lado, me limpio las manos con una servilleta.

- ¿A estas alturas crees que es importante eso? – Le grite.

- ¡Brian! – Exclama mama porque le respondí mal en público a papa.

- Claro, te casaste sin avisarnos – Dice el.

- Igual me casaría con él, sea como sea – le respondí mal.

- ¿Cómo les va de casados? – Pregunta mama como si nuestro matrimonio fuera por amor.

- Un año más y creo que no lo dejare – Lo miro a los ojos y el se ríe agarrándome la mano – Pero no es por eso que están aquí ¿verdad papa? – Le pregunte y estaba nervioso.

- ¿De qué hablas Brian? – Mama mira a papa porque se imaginaba que pasaba - ¿Por qué estamos aquí realmente ¿ - El se quedo callado.

- Bueno, lo diré yo – subí el tono de voz – Me vendiste y ahora que tienes de nuevo un desastre en tu empresa y necesitas dinero ¿recurres a Gastón por un favor de suegro? – Le grite.

- ¡Brian cálmate! – Gastón me dio casi molesto por mi arrebato.

- Necesito es una inversión nada mas – dice el casi sin ganas.

- Para invertirlo en tu amante – le grite – Se lo del tratamiento y el bebe ¡Felicidades! – Papa se levanto.

- Gastón ¿podrías ayudarme? – le suplica y cuando él me miro e iba a responder lo interrumpí.

- No padre – Gastón me miro indignado por mi maldad – Gastón esta delicado de salud y abandono los negocios y coloco todas las responsabilidades en manos del señor Pablo, así que pierdes tu tiempo – Le dije y me miro con odio y no era para menos y ese era mi objetivo que me odiara a tal punto de que se fuera lejos.