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Capítulo 3

Salió del supermercado dándose cuenta, de que el Sol se estaba despidiendo del viejo año.

Sus pensamientos estaban muy lejos de allí y aun sus neuronas no conectaban del todo.

Realmente Jungkook estaba en Corea, específicamente en Seúl.

Estaba ahí.

Sus pies se detuvieron en medio de la calle mientras él procesaba ahora si la información.

— Jungkook está aquí — susurró, su colita se movía de un lado a otro como un parabrisas en una fuerte tormenta, llamando la atención de algunas personas que lo veían curioso y sonriente — ¡Sí! — gritó de pronto ganándose, ahora sí, todas las miradas de las personas.

Se sonrojó al ver tanta atención en su persona pero, no podía detener la felicidad que de su pecho burbujeaba.

Era extrañamente fascinante.

Una sensación crecía dentro, que provocaba euforia en él.

Salió corriendo por las calles pasando a las personas y pidiéndoles disculpas a algunas con las que llegaba a tropezar.

Corrió muchas cuadras y cruzó muchas avenidas.

Llegó a su casa, percatándose que sus padres y hermana habían llegado. Pasó las rejas apresurado y tocó la puerta con fuerza, las bolsas eran muchas, pero más podía la emoción creciendo en él.

La madre abrió la puerta un poco desconcertada, su ceño se frunció al notar a su hijo al borde de las lágrimas.

— Taehyung — susurró preocupada — ¿Qué pasó? — preguntó enseguida abrazando a su hijo que no esperó nada en llorar en los brazos de su madre — Tae…

Entre lágrimas de felicidad comenzó a reír, algo que confundió por completo a su madre.

— M-mamá.

— Tae… — Contestó acariciando las orejitas cafés de su hijo.

Aun en su cuello sonrió — Jungkook regresó — Su madre detuvo las caricias y sorprendida, se alejó de Taehyung.

— ¿Jungkook? — Taehyung sonrojado, con una sonrisa y aun lágrimas saliendo de sus orbes, asintió — ¿Cómo sabes?

— Me envió un mensaje, quiere que nos veamos hoy — La madre tenía una sonrisa al ver la expresión alegre y esperanzada en su rostro.

— Oh, Tae — Ella se conmovió, era la hora de su pequeño. El brillo había vuelto a ese hermoso rostro — Debes alistarte para ir ¿cierto?

Taehyung asintió frenéticamente y entró a la casa dejando las bolsas en la cocina.

Sacó las provisiones y aparte, la comida de Yeontan quien no tardó en acercarse a su dueño a buscar lo que le tocaba por haberse portado bien.

Taehyung compartió la razón de su alegría con su papá y hermana, que no tardaron en sonreír al ver la felicidad encarnada en Taehyung.

Le dieron consejos por si era alguna estafa o alguien que se pudiera estar pasando por él, pero Taehyung no creía nada de eso.

Era su Jungkook.

Podía sentirlo en su corazón, su colita se movía ansiosa y sus orejitas en puntitas percibiendo todo a su alrededor.

Soñó despierto cuando estaba en la ducha, mientras el agua caía por todo su cuerpo y su cabello grisáceo se mojaba con el pasar de los minutos.
Echó su shampoo con aroma frutal, incluso su jabón tenía aroma a vainilla.

Quería estar presentable para Jungkook.

Se hacía en su mente muchas escenas lindas para no dejarse ganar por sus nervios.

Una hora después que se consideró limpio y —casi— se desvaneció su piel por llevar más agua que un pez en una pecera, salió buscando algo que se le ocurrió en la ducha.

La sudadera que compartían.

Se vería cursi, pero no importaba.

Estaba emocionado y hacía las cosas sin pensarla.

Ese día obligó a Jungkook a comprarlas, amó a primera vista el diseño y saltó como un niño pequeño ante el mayor para convencerlo, casi se arrodillaba para que dijera que sí.

Aunque eso no fue necesario, Jungkook le dijo en ese momento: No debes rogarle a nadie, TaeTae.

Y sonrió como un conejito.

— Te ves muy lindo — fue sacado de su burbuja cuando vio a su hermana en la puerta sonriendo.

— ¿Qué haces aquí? — reprochó tapando su torso.

— Iba a preguntarte algo, pero, ya obtuve la respuesta — la pelinegra se acercó a él — Cuídate y, cualquier cosa que haga, dale en los testículos como el hombre que eres. Déjalo sin hijos en caso de algo — Taehyung sonrió y asintió — Bien, te dejo cambiar.

— Espera — su hermana casi en la puerta se volteó — ¿Qué ibas a preguntarme?

Ella sonrió — Iba a preguntarte si aún amas a Jungkook, pero, tu sonrisa me lo dijo todo. Las acciones hablan más que las palabras, TeTe — salió de la habitación dejándolo en su burbuja de nuevo mientras veía la sudadera.

Claro que amaba a Jungkook.

Nunca dejó de hacerlo, aunque no había experimentado esas sensaciones desde hacía mucho, pero volver a sentirlas fue lo más agradable.

No podía sentirlas si no tenía a Jungkook, el impulso de ellas.

Se vistió y perfumó repetidas veces, creía que no olía lo suficientemente bien. Un poco de maquillaje, su cabello grisáceo estaba a la intemperie dándole un toque salvaje a su rostro, junto a dos aretes largos.

Estaba bien.

Sonrió satisfecho al verse por quinta vez en el espejo.

Se reprochó a si mismo luego de que sintiera la inseguridad querer colarse sin permiso alguno en su mente. Salió de su habitación asegurándose de llevar todo en sus bolsillos y se despidió de sus padres.

El vecindario quedaba lejos de su nueva casa; desde que habían regresado de la universidad, sus padres decidieron buscar un lugar más grande, dejando así el acogedor vecindario y trasladándose a otro mucho más amplio.

No había visitado el vecindario luego de la despedida, intentó hacerlo una vez, pero sus piernas flaquearon y la melancolía se apoderó de él, haciéndolo dar la vuelta y regresar a casa.

En todo el camino al parque, la inseguridad se plantó a su lado, casi rozando sus hombros y tocando su mano, atento a cualquier oportunidad que Taehyung le diera. Sin embargo, el peligris solo pensaba en las palabras de su madre antes de salir: Todo saldrá bien.

Algo simple que lo mantenía con la sonrisa en su rostro.

Apuró su paso hasta el parque, memorizando el camino que su mente se rehusó a olvidar, contaba mentalmente cada pisada que daba, hasta que reconoció la calle de entrada.

Una pequeña capa de sudor se presentó en sus facciones. Lentamente se encaminó por el vecindario que estaba, casi igual a como lo recordaba. Las casas estaban iluminadas, con coches en los estacionamientos y diferentes canciones agradables de fondo.

Su corazón se oprimió al reconocer el parque, protegido por la naturaleza que habitaba allí.

Sus pasos se detuvieron a varios metros de una silueta alta que le daba la espalda, con la sudadera que reconoció al instante y una colita negra a punto de armar un alboroto.

La fresca brisa animó el lugar, anticipando el emotivo encuentro que se desataría en pocos minutos, hasta las estrellas habían salido en el cielo para no perdérselo, acompañado del lucero, que enfocaba a los protagonistas de la escena.

Taehyung sintió las lágrimas arremolinarse en sus ojos, su colita se movía de un lado a otro expectante a la reacción.

Por su parte, Jungkook sintió la presencia familiar detrás de él. Su cola se movía inquieta, pero no le hacía justicia a como latía su corazón.

Respiró profundamente y se volteó, quedando maravillado del que desde niño, era el amor de su vida.

La expresión que encontró en el rostro del contrario lo llenó de calidez, el tierno sonrojo, los ojitos cristalizados y la colita saludándole, fueron las pruebas suficientes de que había hecho lo correcto, haciéndole sentir seguridad.

Sonrió en grande mirando esos ojitos cafés claros que tanto había extrañado.

Taehyung sonrió provocando que las lágrimas se deslizaran por sus mejillas. Se aproximó al mayor y enrolló sus brazos alrededor de su torso, escondiendo su rostro en el pecho contrario y dejando salir el llanto más reconfortante que había tenido en su vida.

Jungkook correspondió al abrazo, acariciando sobre la tela de la sudadera la espalda del menor. Sus lágrimas no se quedaron atrás, luego de que reconoció el gran error que había cometido.

Había dejado pasar mucho tiempo.

Se reprochaba internamente mientras aspiraba el aroma de las hebras grisáceas, depositó un beso en ellas y se aferró al cálido y delicado cuerpo que tanto había extrañado.

El menor dejó de llorar pero, se aferraba como un koala al cuerpo de Jungkook. Por su parte, el mayor no sabía cómo iniciar una conversación después de años sin verlo en persona. Lo único que se le ocurría en la mente era pedir disculpas por haber dejado pasar tanto tiempo.

Suspiró y bajó hasta el oído del menor, dejó un casto beso provocando una reacción tierna por parte de Taehyung, que se removió en sus brazos crispando su colita.

Jungkook sonrió “Aun funciona” pensó. Había logrado su objetivo que era, tener la atención del menor, aunque este, se sentía avergonzado de verle.

— Perdón — susurró — perdóname por haber dejado pasar mucho tiempo para reencontrarnos. Perdóname por haberte hecho sentir inseguro y dudar sobre lo nuestro, fue irresponsable de mi parte abandonarte así — suspiró —  Yo—

Fue interrumpido por un casto beso en sus labios.

Sus ojos demostraban la sorpresa de que el menor tomara esa iniciativa, pero al ver sus ojos brillando en la oscuridad como dos luceros y la sonrisa de la cual se había enamorado, sonrió.

— Estás aquí  y es lo que importa — respondió el peligris — A veces no estamos de acuerdo con lo que pasa en nuestras vidas y dejamos de hacer cosas por inseguridad. Tal vez sí, debiste venir antes — asintió — pero ¿las cosas resultarían como ahora?, para que vinieras antes, algo de lo que pasó tendría que no haber pasado. Tal vez no hubieras logrado lo que tienes ahora, ni hubieras llegado a tu éxito — se alejó un poco para ver mejor al mayor — Las cosas pasan por algo. Si el destino nos quiso juntos ahora y no antes, es porque nos ve capacitados para dar los siguientes pasos.

Jungkook miraba encantado al peligris, había madurado tanto que en un minuto que habló se había enamorado más.

¿Por esto se sentía inseguro?

Estuviera su madre y le hubiera dado un golpe en la cabeza por tonto y por pensar de más.

Sus pobres dedos habían quedado sin uñas por culpa de sus nervios.

— Tienes razón — contestó tomando entre sus manos el hermoso rostro del menor.

— ¿Eh? — Taehyung enarcó la ceja — El gran Jeon Jungkook ¿dándome la razón? — Jungkook rodó los ojos — Eso hay que grabarlo — sus manos hicieron el amago de ir al bolsillo en busca del teléfono.

— Hay otra cosa que deberías grabar — Dijo Jungkook con picardía, acercándose a los labios del menor que correspondió gustoso la invasión en su boca.

En medio del beso suave que se extendía en una cálida bienvenida, Jungkook acariciaba las mejillas de menor, alborotando las hormonas y haciendo a los nervios enviar mensajes al cuerpo contrario que reconocían la llegada de su otra mitad.

Se separaron por falta de aire y sonrieron mirándose el uno al otro.

— Te amo, Taehyung — las mejillas del menor se incendiaron en un fuerte rojo carmesí — Estoy aquí y no volveré a dejarte.

— ¿Y si te toca viajar? — ladeó su cabeza el menor en un intento de espantar el sonrojo.

— Viajarás conmigo.

— ¿Y si me niego?

— Te llevaré a rastras — sonrió burlón el mayor.

— Tienes una respuesta para todo señor si no la gana la empata — reprochó el menor ganándose un beso en los labios del peliazul.

— Sí, amor.

Y nuevamente Taehyung se avergonzó y el sonrojo que era imperceptible volvió a aparecer fuerte en sus mejillas. Jungkook rió fuerte al verlo y el menor le propinó un buen golpe.

— Idiota — susurró enojado, cosa que desapareció cuando el mayor entrelazó sus manos — ¿A dónde vamos?

— ¿Tu familia?

— En casa.

— Allá vamos — Dio varios pasos pero fue detenido por el menor — ¿Qué pasa?

— ¿Estás seguro? — Jungkook sonrió ladinamente y se acercó al menor pinchándole la nariz.
-Ya sé que quieres que estemos solos tú y yo, para encargarnos de estas colitas y orejitas.

— ¡J-Jungkook!

— Pero, debo hablar con tus padres antes de irnos a vivir juntos y tener muchos  hijos.

— E-espera ¿Qué? — A ese punto, Taehyung sentía que inauguró una nueva tez color rojiza en su cuerpo. Podía sentir su rostro caliente, incluso mordía su labio inferior y éste tenía una alta temperatura — ¿Vivir juntos? ¿Hijos?

Jungkook sonrió — Sí, para tener hijos debemos vivir juntos ¿no?

— No me refiero a eso ¿Te das cuenta que nos acabamos de reencontrar y ya tienes nuestro futuro planeado?

Jungkook soltó a Taehyung y colocó una mano en su barbilla pensando.

— Bueno, no exactamente. Siempre te he tenido presente en mis planes del futuro, incluso, hay una sesión en mi empresa que está registrada a tu nombre — sonrió como un conejito.

Taehyung suspiró “Dios, ¿de quién me enamoré?”

— Estás loco — murmuró con los brazos cruzados.

— Lo sé — se encogió de hombros el mayor — Pero así me amas.

— Desafortunadamente, sí — Jungkook hizo una mueca.

— Oye — reprochó ofendido — A ti no te sale — se acercó y lo agarró de nuevo por el brazo — Vamos.

— E-espera, J-Jungkook, no lo hemos hablado — el mayor lo miró.

— ¿Tienes algún inconveniente en vivir conmigo? – todas las defensas de Taehyung se vieron afectadas y derribadas por la repentina pregunta. Sonrojado negó — ¿Y de tener hijos?

El menor desvió la mirada “Para tener hijos, tendremos sexo primero” y en su mente, se creó una imagen mental para nada santa de un Jungkook desnudo envuelto en sábanas.

Jungkook notó el cambio en Taehyung y lo miró con picardía — ¿En qué estarás pensando dulce pervertido?

— Jungkook — reprochó Taehyung lo suficientemente avergonzado.

El mayor se acercó y lo tomó de las mejillas, le dio un beso corto pero muy alentador en los labios y al alejarse le sonrió.

— Bebé, es broma — sonrió — Sí, quiero hablar con tus padres y pedirles tu mano formalmente. Además, será agradable volver a verlos y probar la deliciosa lasaña que hace tu mamá. No tengo problema en esperarte hasta que te sientas seguro, pero, quiero que tengas algo en claro — quitó las manos de sus mejillas y tomó sus manos — no quiero compartir mi vida con alguien más que no seas tú — y nuevamente el corazón de Taehyung se dio a la maratónica — Puedes pensar lo de vivir juntos y todo lo que eso conlleva. Te amo y estoy enamorado de ti desde hace mucho, cuando te caías con tus propios pies y te enredabas con tu propia cola.

— Oye — Taehyung golpeó tiernamente el pecho del mayor.

Jungkook metió un cabello de Taehyung detrás de su oreja y sonrió

— Esperaré por ti, todo lo que sea necesario, amor.

Taehyung lo observó y sintió como se hacía mantequilla derretida ante la mirada dulce que le daba el peliazul, con su piercing en la ceja, sus aretes en las orejas y esos mechones rebeldes fuera de la coleta.

“Es un tramposo” pensó “Como quiere que lo piense después de lo que acaba de decir”

— Juegas cruel — dijo Taehyung y se acercó a los labios del mayor — Te amo, Jeon Jungkook, ya deja el chantaje.

Los ojos de Jungkook brillaron de emoción.

-Entonces… ¿Eso es un sí?

— ¿A qué pregunta?

— A ser el amor de mi vida, casarnos, vivir conmigo, tener hijos, además d—

— Ya soy para todo eso, no entiendo la propuesta — Jungkook se detuvo y miró al menor con una sonrisa, irradiando alegría. Lo tomó de la cintura y lo cargó — O-oye ¡Jungkook!

— ¡Wuju! ¡Kim Taehyung será mi esposo! ¿Me oyen?

— B-basta ¡Kook! — reía avergonzado el menor sujetándose del loco mayor que corría por todos lados.

— ¡Kim Taehyung vivirá conmigo! – gritaba una y otra vez mientras corrían por las calles.

Taehyung sonrió enternecido.

Amaba a Jungkook y, aunque le avergonzara hacer eso en plena calle, se dejó hacer y recibió todo el amor que Jungkook en ese momento quería darle. Lo besó repetidas veces y disfrutó de su alocado amor.

Ambos se sentían felices y deseaban gritarlo, aunque ya lo estaban haciendo mientras iban hasta la casa del menor, donde fue solo el primer paso para fomentar su primer amor.


FIN

Amores míos
¿Como están?

Tiempo sin vernos 😿 jsjs este regalito lo tenía guardado en mis borradores, espero les haya gustado y les haya hecho pasar un momento agradable y lindo >•<

Si eres un lector que por casualidad de la vida tropezaste con este shot, te invito a leer otras de mis historias que probablemente te gusten 😋 y si no te quieres perder de las historias que vienen, también te invito a seguirme.

Los quiero bebés 🐥
Nos vemos pronto.

Gene

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