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(35)

Alec.

Después de que todo se estabilizará, intentando dar lo mejor de él con su familia, llegó el día en que le pidió a Rafael irse a vivir con él, a su casa, para compartir una vida juntos y no estar alejados de nuevo, ya habían estado por mucho tiempo alejados como para seguir estándolo y agradecía que ninguno reprochara aquello, cuando sabían que legalmente él era el tutor del niño, y aunque hicieran lo que quisieran no iban a poder negar eso, aunque ahora los papeles de tutoría habían cambiado en algo, ahora ya no era el único tutor si no que Magnus Bane por pedido del niño era el otro tutor, pero hubo un problema cuando llegó la hora de las agregaciones de tutoría, los requisitos habían sido muy exigentes, Magnus Bane, la misma persona con la cual estaba tratando de llevar bien a pesar de todo lo que había ocurrido, debía vivir junto al niño y al otro tutor, después estaba la plata y los bienes que debían que debían compartir para el niño, como sus horas de atención. 

Después de hablar con Rafael para ver si en serio quería eso y con Magnus para ver si aceptaba después de las súplicas del niño, por fin el pequeño se iba a su casa con alguien agregado, ya tenía a Merliot y a Clarissa en casa, agradeciendo que el lugar fuera grande para más integrantes.

Cuando los llevó a la casa de los Lightwood, después de amenazas por parte de Isabelle y llamadas de atención de Jace, pudieron llegar al vecindario, viendo por el retrovisor a Magnus cuando llegaron, se notaba un poco tenso y más cuando pasaron frente a la vieja casa de los Bane y se estacionaron frente a la casa Lightwood, Merliot salió en la búsqueda de las maletas con la poca pertenencia que habían traído.

 Alec vio como el niño salía corriendo hacia dentro de la casa para poder curiosear más, pero Magnus después de salir y haberse acomodado con su bastón caminó hasta su ex casa, el ojiazul le hizo una seña con la mirada a su amigo de que seguiría al chico, y lo hizo, viendo como el moreno entraba por unos de los hoyos que habían en la puerta, que la debían haber hechos niños de la cuadra para vencer el miedo a un cuento que ellos habían creado, y el entró detrás del chico, conocía la casa ya que de pequeño siempre había estado ahí muchas veces, así que cuando lo vio en la sala mirando el suelo supo que algo en particular el moreno se acordaba o que había ocurrido, llegando a su cabeza la muerte de su familia

— ¿Aquí fue?— preguntó curioso.

—Sí, aquí ambos fueron asesinados.

Todo estaba oscuro siendo alumbrados por algunos que otros rayos de sol que entraban por las tablas que estaban clavadas en la ventana o en algunos hoyos de la pared que se habían causado por diferentes motivos, vio como Magnus comenzó a sollozar en silencio.

—Una parte de mi decía que yo tenía la culpa de esto, y es cierto— agregó el moreno.

—Fue mi culpa, mi dibujo, solo era un niño y no medí la consecuencias de aquello ¿Cómo iba a saber que mis padres harían tan bestialidad?— musitó Alec molesto consigo mismo— unos padres normales me hubiesen prohibido juntarme contigo y tener una enemistad con tu familia, como vecinos normales, pero no lo que hicieron.

—Ya es pasado Alexander, esto ya fue hecho— susurró Magnus— nadie cambiará nada, lo hecho está.

—Lo lamento tanto, tú no tuviste padres después de esto y yo sí, los tuve a pesar de lo que eran y siempre te culpe de mi desgracia cuando yo te desgracie a ti.

Vio como Magnus se acercaba hasta él y le colocaba una mano en el hombro dando una palmada suave, como sabían hacer dos amigos para consolar, pero ellos no eran amigos como para estar compartiendo aquel ritual, el ojiazul lo miró, a pesar de la oscuridad los rayos de sol dejaban verlo, Magnus aún era joven, a pesar de casi tener la misma edad, y que el moreno sufriera aquella enfermedad, lo joven que era aún no desaparecía, siempre había sido así mientras que el siempre lo habían aparentado un poco mayor de lo que era, y a veces se olvidaba de aquello, de que la persona con la que estaba al frente era de su edad y habían compartido niñez.

—Me alegro que hayas abierto los ojos y vieras que yo nunca quise hacerte nada malo y no te culpes, tú solo eras un niño— dijo Magnus— ahora vamos, no quiero que los vecinos piensen cualquier cosa porque estemos aquí dentro, solos.

Un poco nervioso dejó escapar una carcajada por lo bajo viendo cómo Magnus se alejaba por donde había entrado y el detrás, saliendo de nuevo al vecindario, dejando atrás un ambiente tenso para salir a uno más relajado, el moreno no volvió la mirada atrás y entró a la casa, pudo verlo conversar con Clarissa mientras que Rafael estaba hablando por teléfono al parecer con Samuel y Merliot con su tableta donde hace días estaba ocupado.

—Clary muestra la habitación de Magnus y Rafael mientras preparo algo para el pre almuerzo.

La chica pelirroja llamó a Rafael y se llevó al moreno con ella, mientras que el veía de reojo lo que su amigo estaba haciendo, estaba tecleando sin parar y el pudo ver en la pantalla como una foto de su hermana estaba en la pantalla y unos que otros datos. Sorprendido colocó su mano con fuerza en la mesa viendo como este se sobresaltaba.

— ¿Qué estás haciendo Merliot?— preguntó firmemente Alec.

Vio como su amigo quería tapar un poco la tableta, riendo nervioso mientras daba un poco vuelta la mirada para poder mirarlo, Alexander a pesar de aceptar las bromas era un poco celoso con su hermana mayor, además le había dicho que no hiciera aquello, las probabilidades de que Isabelle le diera su atención era mucho menos de cero.

— ¿Acaso sabes de privacidad?— preguntó Merliot— Sé que me amas, pero dame mi espacio hermano.

—No te ilusiones Merliot, Isabelle es superior e imposible para ti— susurró Alec— ahora ayúdame a hacer algo de comer y que sepa delicioso para nuestros inquilinos.

El chico asintió, apagó la tableta, guardo el tecleado portátil para pararse y caminar juntos a él hasta la cocina para comenzar a buscar algo para preparar, se sentía un poco mal por hacer aquello y bajar esperanzas de su amigo, pero no quería verle sufrir después, Merliot merecía una persona que llegará más rápido a él.

—Alec, Rafael quiere dormir en la pieza a lado de Magnus, dice que no dormirá lejos de su padre ¿Mando a Merliot a la otra habitación?

—Oye, yo quería estar cerca de Magnus— bromeó Merliot.

—Merliot. — Musitó Alexander— si Clarissa, manda a este chico lejos, si puede en la última habitación de esta casa alejado de todos nosotros.

Dejó a su amigo en la cocina mientras él iba hacia las habitaciones para ver a sus inquilinos, debía fijarse si podía haber alguna opción para cambiar el pensamiento del niño y no tuvieran que cambia todo de orden, aunque sabía que no haría nada, porque Rafael se saldría con la suya, entraron a la habitación donde Magnus se quedaría viendo como el niño estaba sentado en la cama junto al moreno, pero al contrario del moreno que estaba mirando toda la casa con atención el niño tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido mostrando que no estaba del todo feliz con donde le había tocado.

— ¿Qué sucede aquí?— preguntó.

— ¡Yo quiero dormir cerca de Magnus papá Alec!— gritó el niño.

—Está bien, cambiaremos tu habitación— dijo Alec un poco desconcertado.

Había puesto la habitación de Rafael cerca del suyo por una simple institución de protección, pero ahora sabía que en ese lugar no podía ganarle a Magnus Bane porque ya el niño lo había escogido para ese lugar, y debía aceptarlo. Vio como el niño se levantaba de su lugar mientras sonreía para abrazarlo.

—Gracias papá Alexander.

—Ahora ayuda a Merliot a cambiar sus pertenencias para tomar esa habitación pequeño mimado— dijo el chico.

El niño sonrió para salir corriendo de la habitación gritando el nombre del muchacho, que debía seguir en la cocina, mientras que el se quedó con Clarissa que estaba en la puerta apoyada en el umbral mientras que Magnus seguía en su lugar como él.

— ¿Debes trabajar?— preguntó al moreno.

—Sí, solo unas horas— respondió.

—Te llevaré hoy, y te iré a buscar, como Isabelle sabía hacer contigo.

Vio como Magnus se sorprendía y comenzaba a negar.

—No hace falta, Fran o Simón pueden venir por mí.

—Vives aquí con nosotros, yo me haré cargo de ahora lo que hacían por ti y por Rafael allá ¿Entendido?

Vio como el chico asintió y Alec sonrió para caminar fuera de la habitación, algo le decía que por primera vez estaba comenzando a hacer todo bien, y eso le gustaba, le agradaba.

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