Abrió sus ojos con pesadez ¿A qué hora se habían ido a dormir la noche anterior? Estaba seguro que no era temprano, observó a su costado en dirección a la cama de su compañero de cuarto en el viaje. Se extraño al no encontrar al menor en su cama, se levantó con sus ojos pesados y se tallo los mismos en un intento de despertarse aún más. Quito las sábanas que lo tenían como presa en la cama de aquella humilde cabaña, bajo sus pies y tanteo debajo en busca de su calzado de interiores. "¿Donde estará?" Pensó para si mismo. Salió de la habitación y se encontró con los pasillos vacíos, volvió a tallarse los ojos pensando que su vista le estaba haciendo una mala jugada. Escucho unas risas y se dirigió a paso lento hasta donde provenían.
Entro a la cocina encontrándose con dos de los chicos con los que estaba de viaje, Chenle les sonrió al entrar.

—¿Como te sientes pequeño?— Renjun fue el primero en hablarle, aún ocupado en su tarea de cortar lo que parecía ser un postre "¿Estarían preparando un rico desayuno?"

—Siento que no eh dormido lo suficiente— Contesto sincero.

—Aunque no lo creas, dormiste más de lo debido— Ambos mayores rieron.

—¿Que?—

—Son casi las cuatro de la tarde, dormiste bastante— Los ojos del pequeño chino se abrieron hasta no poder más, su sorpresa era enorme. Sabía que no había pasado una bonita noche, paso horas pensando en Jisung y la lista de besos que tenían que charlar, intentando aclarar su mente. Tampoco esperaba que pasara más allá del mediodía durmiendo— No te preocupes, Jisung nos dijo que no tuviste una buena noche y te dejamos dormir—

—¿Ji-jisung?— ¿Lo había visto dar vueltas en la cama? Eso significa que tampoco pudo pasar una noche tranquilo

—Si—

—¿Donde esta?—

—Se fueron hace unos minutos con Jeno a la ciudad— Si sus ojos ya estaban absortos en la sorpresa, se abrían aún mas grande si era posible—Compraran un par de cosas para esta noche— Jisung y Jeno a solas, no era una buena idea.  El mayor había estado detrás de cada movimiento de los dos menores, actuando sin temor en una suerte de ayudante en el amor. No era ningún secreto que Jaeno quería reflejar su amor imposible y no correspondido, en los dos pequeños del grupo. Quería hacer que el primer amor de ambos fuera único y los haga crecer, como aún eran jóvenes e inocentes, aceleraría un poco las cosas.

Del otro lado de la historia estaban los dos chicos caminando por los pasillos de un mini mercado cerca de la ciudad, en una mano sostenían una lista con todo lo necesario para la noche y en la otra, arrastrando un carrito con los elementos ya encontrados y listos para llevar. Desde que salieron de la casa donde se alojan, ninguno soltó una palabra que no fuera para indicarle el otro el camino o el siguiente producto que comprar. Jisung sentía que en cualquier momento Jeno soltaría una pregunta y sabía que no sería nada bueno, mordía sus labios y su corazón se agitaba cada vez que veía como los labios del mayor se movían para gesticular alguna palabra, su ritmo volvía a la normalidad cuando solo salían simples cosas.

—¿Porque me tienes miedo?— Soltó al fin el pelinegro, sosteniendo en alto la lista para leer las pocas cosas que faltaban.

—No te tengo miedo— intento sonar seguro

—Podrás mentirle a Mark, a Renjun, incluso a Jaemin— Trago fuerte y evito la mirada del otro— DongHyuk me dijo que te vio en tu cuarto— Ahí estaba su miedo, el tiempo se detuvo, no estaba listo para aceptarlo en voz alta. Difícil ya había sido para el luchar con su cerebro— Mirabas a Chenle y no como amigos—

—Hyung, es difícil— intento excusarse, no de Jeno, pero si de el mismo. Hace tan solo unas horas había comprendido lo que sentía.

—No Jisung, no lo es— Sujeto lo último de la lista y arrastro el carrito hasta la caja para poder terminar con las compras— Difícil es estar enamorado de alguien incorrecto, de alguien que no siente nada por ti, difícil es estar perdidamente enamorado de alguien que está feliz con otra persona, difícil es ser el tercero en una historia de amor completa, difícil es— Suspiro— Estar enamorado de Mark— El menor se sorprendió, todos en el grupo sabían del capricho de Jeno con el mayor, o eso pensaba todos en el grupo, que era un capricho más del pelinegro. Las palabras que había soltado no parecían provenir de un capricho.

—¿Porque me dices esto?— Ambos salieron del local y caminaron en dirección a la cabaña.

—Por que, ambos lados sienten lo mismo. Y si ninguno da el primer paso, perderán algo importante—

—Aun no lo entiendo—

—Solo pienso que, si dos personas se aman, deben estar juntas—

Chenle iba y venía por el lugar, hace una hora habían salido los dos chicos hasta la ciudad, sabía que el camino no era corto y eso le daba más terror. Mientras más tiempo a solas estén, más corría el riesgo que Jeno le dijera a Jisung sobre las dudas que había tenido sobre el. Ayudo a los demás a preparar todo para una velada significativa, después de comer algo, se había puesto en acción. Cuando escucho el sonido de la puerta abrirse y el silencio que rodeaba a los dos recién llegados, fue corriendo hacia ellos como si no los hubiera visto en años. Jeno lo miro a los ojos y levantó sus cejas, el menor sabía que eso no era una buena señal y lo arrastro hasta un lugar donde pudieran hablar.

—¿Porque no me despertaste?—

—Jisung quería que te dejáramos dormir— El mayor sonrió y decidió jugar un poco con los dos—Dijo que te veías tierno dormido— Su sonrisa se ensanchó satisfecho a la reacción del otro.

—Mientes— El mayor negó —¿Porque te fuiste con el a la ciudad?—

—¿Celoso?—

—No, a ti te gusta Hyung— Jeno sintió que le caía un balde de agua helada al escuchar eso.

—Mark Hyung no se fija en mi—       Se acomodó sobre el marco de la puerta— No perdería nada, jugando un poco—

—Serias incapaz, sabiendo que me gusta Jisung— Jeno sonrió y Chenle llevo sus manos a su boca, había aceptado que le gustaba el pequeño y no había marcha atrás.

La noche golpeaba su puerta y entraba sin pedir permiso, el fuego se prendía poco a poco. A su alrededor se encontraban los siete chicos disfrutando una deliciosa comida casera, esta vez hecha por Renjun. Hablaron como siempre, todos a la vez, gritando, riendo y haciendo su desastre característico. Los minutos corrían sin que nadie pudiera detenerlos, las brazas del fuego se iban consumiendo, Jeno acomodaba la leña para mantener viva la llama que iluminaba aquella noche estrellada. Hacía tiempo que habían terminado de cenar y la hora era temprana para volver a la cama, decidieron por unanimidad hacer juegos a la luz de la fogata.

—Haechan es tu turno— Indico Jaemin quien manejaba el juego.

—Esta bien— El juego consistía en decir tres afirmaciones, dos verdades y una mentira. Adivinar la mentira era parte de la imaginación de cada uno, si se animaban decían cual era la mentira—Me gusta una persona y no soy correspondido, tengo miedo a la oscuridad y odio matemáticas— todos reían, cada vez que hablaba el mayor era fácil de adivinar porque una de ellas era estúpida.

—Yo se cual es mentira— Dijo Mark casi riendo cómplice, DongHyuk lo silencio con su dedo y ambos rieron. Jisung miro a Jeno y se sorprendió al ver que no demostraba rastro de decepcionado o de preocupado.

—Tu turno Chenle— Llevaron su atención a uno de los más chicos del grupo.

—¡Mark!— Grito de golpe Jaeno—Te olvidaste de la sorpresa— El mayor lo miro confuso y después de un tiempo reaccionó y se paró con prisa.

—Renjun ayúdame a traerlas— El extranjero se levantó algo perezoso y fue tras del mayor.

—Jaemin, ayúdame a traer algunas bebidas— Casi lo obligó a pararse al pobre chico frente a el.

Solo quedaban ellos dos y Haechan en presencia del fuego, con el calor invadiendo sus rostros y el frío en sus espaldas lo golpeaban con fuerza, el ambiente era silencioso y Jisung se perdía en su mente, hipnotizado por las llamas del fuego que alumbraban una historia oculta bajo sus brazas. Sentía que los demás tardaban demasiado en volver. DongHyuk saco su celular que vibraba como loco en su bolsillo, leyó lentamente los veinte mensajes consecutivos que había recibido y se levantó aún con la mirada en su aparato móvil.

—Me voy a— Pensó en una excusa— Adentro— Termino por decir.
Solo quedaban el y Jisung.

—¿Hyung alguna vez has sentido amor?— Pregunto el menor junto a él, rompiendo el silencio. La luz de la fogata en plena noche había hecho que sus pensamientos fluyeran dejando escapar esa pregunta de sus labios.

—No lo creo, y si lo hice tal vez no me di cuenta— Respondió algo distante Chenle, aún le era difícil aceptar todo lo que venía sucediendo en este extraño viaje. —¿Y tu?— Dejo que sus ojos viajaran justo donde el rostro iluminado de jisung se veía como la creación más perfecta.

—Yo, creo que si— Sus ojos se conectaron por unos segundos, estaba dispuesto a aceptar su verdad.—¿Sera mi primer amor?—

—Eso sería bueno— Sonrió, algo decepcionado. Una persona ya tenía el corazón de su pequeño.

—No creo, sería un problema—El menor bajo su mirada un tanto triste y amargado, sin darse cuenta Chenle llevo su mano hasta la mejilla de su acompañante

—¿Porque?—

—Eres tu—El otro lo miro dudando—Mi primer amor—