Capítulo 98
Pasado
Dragones. Tenían que enfrentarse a dragones. No sé como conseguí mirar durante las cuatro pruebas —chillé junto a May cuando el dragón quemó a Diggory, dandole en la mitad de la cara—, pero me alegré de no haber tenido la edad necesaria para presentarme o me hubiera dado algo al enterarme de que tenía que enfrentarme a un dragón. O si lo hubiera hecho May. Si lo hubiera hecho May ni siquiera hubiera podido ir a verla. Ella desapareció durante un rato después de la primera prueba y cuando volvió lo hizo con comida, así que suponía que había ido a reunirse con George en las cocinas. Desde que Pitts se había retirado —muy a regañadientes porque decía que no estaba lo suficientemente mayor para hacerlo— no había vuelto a ir por allí. En el fondo el elfo gruñón me caía bien.
Desde que me había caído al suelo en clase de Defensa Contra las Artes Oscuras Fred y yo volvimos a hablar poco a poco. Ese día no podía más, insistió en que tenía que ir a la enfermería, pero me solté de él y fui a una clase vacía. A los pocos segundos llegó él y se sentó conmigo, en el suelo. Al final acabé abrazandole y llorando porque no podía seguir así. Estaba en constante estado de alerta por culpa de Moody y sabía que May no terminaba de creerselo, pero sabía que tenía razón y que ese hombre estaba loco y obsesionado con los mortifagos y toda su descendencia. Fred y yo empezamos primero a hablarnos con cosas pequeñas como "Avery, pásame el cuchillo" o "¿Te quedan raíces?". Pronto nuestro odio común a Snape —y los castigos que no dejaba de ponernos juntos— hicieron el resto junto con las clases de transformaciones donde nos teníamos que sentar juntos por órden directa de McGonagall, argumentando que se había cansado de recorrer toda la clase para mandarnos a ambos lo mismo. La salida a Hogsmeade ayudó bastante, claro. Me había pasado el brazo por los hombros, me había dado un beso en la cabeza y cuando me cogió de la cintura no quería que me soltase nunca más, pero se acabó alejando y yo volví al castillo sin decir nada. Hablábamos, no como antes, claro, pero al menos ahora nos dirigíamos la palabra —y para molestarle hablaba de Jensen porque había descubierto que no soportaba que hablase de él— cuando May y George nos usaban de tapadera para escaparse juntos a algún aula vacía.
Al menos la primera prueba ya había pasado y ahora tenía delante una a la que me tenía que enfrentar sí o sí, el baile de Navidad. Una cosa había sido ir a comprar la túnica en agosto. Todavía parecía un evento lejano del que no tenía que preocuparme, pero cuando Snape lo anunció durante la clase de pociones se hizo realidad. Y como él, me puse de muy mal humor. ¿Cómo iba a ir al baile de Navidad si la única persona con la que quería ir era Fred? Tenía que superar ese tonto enamoramiento y no pensar en estupideces.
—He sido el encargado para contaros que se celebrará un baile por motivo del Torneo —empezó diciendo y todos en la clase callaron aún más—. El baile de Navidad es una parte tradicional del Torneo de los Tres Magos y es un buen momento para, según el director, que os relacionéis con nuestros invitados —faltaban quince minutos para acabar la clase y se le notaba que no le gustaba haber tenido que parar para darnos semejante noticia—. Por eso se os recomienda que vayáis con ellos. Solo podrán ir de cuarto curso en adelante, pero podréis invitar a alguien menor, si es que queréis. La túnica de gala es obligatoria y tendrá lugar el día de Navidad, desde las ocho de la tarde hasta la medianoche. De las alumnas de la casa Slytherin espero solo la más absoluta excelencia. Y Diggory, los campeones abren el baile, le recomiendo que busque una buena pareja y deje en buen lugar a Hogwarts. Ahora, terminad las pociones, nadie saldrá del aula hasta que no tenga un pequeño vial de cada uno. Va con nota.
—Menudo genio, decirlo en el último momento para que nadie se centre en terminarlo —murmura Fred a mi lado y no puedo evitar poner los ojos en blanco.
—Algunas lo sabemos desde agosto. Y estoy convencida de que mucha gente lo ha adivinado —le repondo y entonces él deja de remover su poción para mirarme.
—¿Cómo que lo sabes desde agosto?
—¿Acaso no fuiste a comprar tu túnica? ¿O es que no has leído la carta de este año, Weasley?
—Con todo lo de los mundiales mamá fue a por todo, no tengo ni idea de qué ponía en la carta —lo dice tan tranquilo, como si no tuviera importancia—. De todos modos, dudo que pusiera algo como túnica para el baile que se celebrará este año.
—Solo ponía túnica de gala, para tu información. ¿Acaso tu padre no trabaja en el Ministerio? ¿O es que nadie le cuenta nada?
—Que va, todos lo sabían, Bill no dejaba de decir que quería volver a Hogwarts y Charlie se encargaba también de los dragones de las pruebas así que...
—¿Charlie ha estado aquí? ¿Encargandose de los dragones?
—¿Por qué tanto interés en mi hermano, Avery? —no entiendo muy bien por qué frunce el ceño y se cruza de brazos. ¿Por qué no me va a interesar lo que ha hecho Charlie si nos ayudó cuando estabamos en segundo?—. ¿Le quieres pedir que vaya contigo al baile o que? Porque lamento decirte que ya está de vuelta en Rumanía.
—Ah, no, no iba a pedirle a él que viniera conmigo —¿y si se lo digo ahora? ¿Y si hago esa locura? Vuelve a estar entretenido con la poción, rellenando su frasco. Me tiembla un poco el pulso mientras relleno el mío y, en cuanto lo cierro, me giro para hacer desaparecer mi poción—. Oye, Weasley.
—No te voy a dar de mi poción.
—Oh, por favor, como si la necesitase.
—¿Qué es lo que quieres?
Que le den a todo.
—¿De qué color es tu tuni..?
No llego a terminar la frase. Y sinceramente menos mal. ¿De verdad le iba a preguntar de qué color era su túnica? ¿Pero qué me pasa? Recojo todo, cojo el frasco y lo dejo rápidamente en la mesa de Snape para luego salir corriendo. Casi le pregunto de que color es su túnica para luego decirle que la cambiara a una que pegara más con la mía. Soy tonta, tonta de remate. No puedo hacer eso, no puedo ir con él. Estaba claro que no llevaba muy bien lo de alejarme de él. Así que el único lugar donde podía hacerlo era la biblioteca. Fred nunca entra allí, siempre la evita y si entra madame Prince no tarda en echarle.
Hermione ya estaba allí sentada, sin parar de resoplar y lanzando miradas hacia donde estaba Viktor. Desde que su Weasley y Potter habían vuelto a hablar volvía a estar en la biblioteca sola, como los años anteriores. Y hoy parecía molesta porque Viktor volvía a estar aquí, con su club de fans. Aunque la verdad es que Viktor siempre estaba en la biblioteca cuando Hermione estaba aquí, ¿cómo no se había dado cuenta Hermione?
—No es tan tonto como piensas —le digo, después de un rato aguantado sus resoplidos.
—¿Por qué no se va a su barquito? —murmura ella y empieza a pasar con furia las hojas de su libro.
—Voy a decirle que se siente con nosotras —le digo y me levanto de la silla, pero Hermione me coge la túnica y casi me caigo al suelo de boca.
—Ni se te ocurra —sisea y vuelvo a sentarme con ella.
—Dale una oportunidad, anda, Viktor es realmente simpático, cuando Rainer me lo presentó pensaba que me daba algo porque no creía que fuera a volver a hablar con él después de lo del Gran Comedor. Le dije que si me presentaba a Quigley, el golpeador de Irlanda que le rompió la nariz en los mundiales.
—¿Quién es Rainer? —dice ella, frunciendo el ceño.
—Jensen —le digo y ella dice "aaaaah"—. Bueno, pues cuando nos presentó Viktor no dijo nada, solo se disculpó por no haber podido conseguir el autógrafo de Quigley y me dio los de Volkov y Vulchanov. Y luego me dijo que había escrito a Clara Ivanova y que estaba encantada de jugar conmigo al Quidditch y me dio también su autógrafo.
—¿Y qué me quieres contar con todo eso, April? —dice, impaciente, y chasqueo la lengua.
—Actué como una loca que fue a burlarse de él porque le habían roto la nariz en el partido y él ni siquiera me juzgó, dale una oportunidad —le pido y ella, al final, asiente—. Voy a buscarle.
—Pero como sea insoportable me voy —me advierte y asiento.
Me acerco hasta Viktor, que en esos momentos estaba leyendo el libro al revés y le asusté, lo que hizo que casi me diera con el libro.
—Vente, Hermione no va a salir corriendo esta vez —le digo, riendome porque había sido realmente divertido como daba un saltito—. Y dale la vuelta al libro, anda.
—Estaba viendo una imagen —me responde él, pero le da la vuelta al libro y viene conmigo hasta la mesa—. Hola.
—Hola —le responde Hermione sin levantar la cabeza de sus libros.
—Hermione te presento a Viktor, Viktor te presento a Hermione. Oh, vaya, mirad que hora es, llego tarde a hablar con May —digo y recojo rápidamente todas las cosas. Hermione ahí si que levanta la mirada de los libros y, sin decir nada en voz alta, vocaliza "No te atrevas a dejarme sola con él"—. Oh, no, cada vez es más tarde, que mala suerte la mía, tengo que irme, lo siento por no poder quedarme. ¡Oh, no! Se me hace aún más tarde. ¡Disfrutad de la compañía del otro!
Ya me agradecería más tarde que la hubiera dejado a solas con Krum, sí. Quizá se había notado que había exagerado muchísimo, pero no me importaba, había sido muy divertido por la cara de terror de Hermione y la risa de Viktor. Salí de la biblioteca tranquilamente y fuera metí todo en la mochila con calma. Ahora solo tenía que encontrar algún sitio donde meterme hasta la hora de la cena. Quizá después podía volver a la biblioteca y... bah, para que iba a engañarme, iba a ir a la sala común y me encerraría en mi habitación porque no podía seguir dando vueltas por el castillo. Este año no tenía Herbología ni Historia de la Magia, pero aún así seguía teniendo siete asignaturas, a diferencia de Fred que solo tenía cuatro. May me había contado que los dos se habían pasado junio y todo el verano inventando cosas para su futura tienda de bromas, así que eso explicaba porqué habían pasado de cursar más asignaturas. Eso y que no habían conseguido más TIMOs porque no habían querido.
Al final me metí en la misma aula que me metía siempre que usaba con Hermione y Ginevra porque hablabamos y Madame Prince nos regañaba si lo hacíamos en la biblioteca, pensando que iba a estar tranquila, pero Ginevra apareció en cuanto me senté en la silla y estaba sacando mis cosas.
—¿Has visto a Hermione? —me pregunta nada más abrir la puerta y pongo los ojos en blanco, no voy a poder trabajar—. Éstá hablando en la biblioteca con Viktor Krum.
—¿Por qué te crees que estoy aquí? Le he presentado a Viktor y luego he salido corriendo para que estuvieran a solas —le digo y entonces ella entra. Sí, hoy no hago deberes ninguno.
—¿Y por qué iba a estar hablando ella con él? ¡Si ni siquiera le gusta el quiddith! Seguro que ya ha salido corriendo y estamos aquí haciendo el tonto en lugar de haberlo visto—dice , y quita mis pergaminos de la mesa para sentarse sobre ella.
—Pero a Viktor sí que le agrada Hermione, es tan obvio—me echo hacia atrás en la silla y ella empieza a reírse—. No digas todavía una palabra a nadie, ¿entendido?
—Claro, sin problemas —dice, sonriendo—. ¿La invitará al baile?
—Seguramente, quiere conocerla más —admito y ella sonríe de una forma un poco triste—. ¿Qué te pasa?
—Solo estoy en tercero, no voy a poder ir. Todos podréis ir y yo me tendré que quedar en la sala común, sin la fiesta.
—Encontrarás a alguien, ¿no hay nadie de cuarto con quien hables?
—Sí, claro, Neville es majo, pero...
—Bueno, pues si es majo preguntale —le digo y ella niega—. Venga, dilo ya, ¿con quién quieres ir?
—Con Harry —susurra ella y no puedo evitar reírme—. Tú te mueres de ganas de ir con mi hermano y yo no me río, Avery.
—No quiero ir con tu hermano —le respondo, poniendome seria. Claro que quiero ir con él, pero no lo haré. No puedo hacerlo. Aunque casi lo hago.
—¿Vas a esperar a que te lo pida él o se lo vas a pedir tú? —dice, para picarme y no puedo evitar darla un golpe en el brazo. Si ella supiera.
—Si quieres ir con Potter invitale, seguro que no tiene pareja porque... bueno, es un inútil con las chicas, ¿o acaso no lo has visto? —vuelvo al tema porque no quiero hablar de Fred. No me apetece hablar de si quiero ir o no con él porque no lo haré. No puedo hacerlo, no puedo fingir toda una noche que no siento nada por él.
—Ya veré que hago, queda bastante para el baile de Navidad —dice y baja de la mesa para sentarse en la silla de al lado—. ¿Y tu hermana? ¿Con quién va a ir?
—Supongo que con George, como están juntos —le digo, sin pensarlo y ella abre muchísimo los ojos. Oh, mierda, ella no lo sabe—. Yo no te he dicho nada, me van a matar, soy una bocazas.
—¿Desde cuándo hace que están juntos? —consigue decir ella cuando se le pasa la sorpresa—. Sois unas malnacidas, no me habéis contado nada, ¡tengo derecho a saberlo!
—No quieres verles compartir saliva, te lo aseguro —le digo y ella empieza a sonreír de una forma que no me gusta nada.
—Supongo que será como verte reflejada en un espejo, ¿no? Aunque tú prefieras a Fred —dice, de forma maliciosa y me quejo, pero a ella le da exactamente igual—. Oí a Fred y a George hablar el año pasado del chupetón que tenía Fred en el cuello después del partido de Gryffindor contra Slytherin, ya sabes, cuando os ganamos la copa.
—¿Por qué todos tenéis que sacar eso? —me quejo y me tapo la cara con las manos. Sí, me había vengado con ganas, pero ¿tenía que haberlo visto toda la escuela? A este paso lo iban a saber hasta en Castelobruxo— ¿Alguien más lo sabe?
—Estaban a solas cuando Fred se lo contó —dice sonriendo—. Lo que no sabían era que estaba escuchandoles.
—¿Para luego decirmelo e intentar avergonzarme? Porque lo has conseguido —le digo y la miro, se está riendo de mi—. ¿Qué es lo que quieres?
—Que me digas desde cuando lleváis liados —dice, tranquilamente—. No me mientas diciendo que solo fue una vez, porque tengo más fechas.
—¿Qué más da las que fueran? —le digo y suspiro, May y George ya deben de sospechar que no fue cosa de una vez. O cuatro en este caso, que eran las que sabían—. Fueron un error, ¿vale? No siento nada por tu hermano y él no siente nada por mi.
—¿Bromeas? Pero si cada vez que Fred habla de ti le bril—.
No llega a terminar ya que la puerta del aula se abre y Hermione entra, roja como un tomate.
—Me ha pedido que vaya con él al baile —dice en cuanto cierra la puerta—. Le he dicho que sí. ¿Pero qué he hecho? ¿Por qué le he dicho que sí?
—¡Eso es estupendo! —chillo y me levanto para ir a su lado.
—Voy a volver y voy a decirle que no, es una locura yo...
—Tú no vas a decirle a Viktor Krum que no vas con él —Ginevra se apoya en la puerta para que Hermione no pueda escapar y ella empieza a moverse de forma nerviosa por todo el aula.
—¿Y qué hago? ¡No puedo ir con él! —empieza a chillar, y luego se queda parada en mitad del aula, con cara de terror. Esto está siendo mucho más divertido de lo que me esperaba—. ¿Y si me lo pide Ron?
—Venga, ya has aceptado, ¿dónde está el problema? Vas con él y ya está, ¿qué es lo peor que te puede pasar? ¿Qué todo el colegio te mire mientras que abrís el baile? ¿O mientras que estáis en la mesa de los campeones? Tampoco lo veo algo tan grave. Y si te lo pide Ronald le dices que tienes pareja, solo sois amigos, ¿no? Tampoco creo que le importe mucho —le digo, y parece que Hermione entra aún más en pánico.
—Oh, no, no, no —empieza a murmurar y Ginevra me da un golpe en el brazo. Hoy no es mi día—. ¿Abrir el baile? ¿La mesa de los campeones?
—No es para tanto. Además, también lo tendrá que abrir Harry —le dice Ginevra y, de golpe, parece que se le pasan todos los males y empieza a reírse.
—¡Es verdad, Harry tiene que abrir el baile y estará en la mesa! —dice y parece mucho más relajada—. Siempre puedo huir con él si no sale bien.
—Viktor es simpático, saldrá bien —le digo y ella no parece muy convencida—. Habla con él en la biblioteca, ya lo verás.
—¿Vosotras tenéis ya pareja? —pregunta Hermione y ambas negamos—. Ah, yo pensaba que Fred te lo habría pedido ya o que se lo habrías pedido tú.
—¿Pero qué os pasa con Fred? —me quejo y ambas se ríen—. Me voy al Gran Comedor, no os aguanto más con vuestras teorías estúpidas. ¿Qué tengo que hacer para demostrar que no me gusta?
—Acepta a quien primero te lo pida —dice Ginevra y yo asiento.
—Así lo haré, no te preocupes.
Recojo mi mochila y ellas también lo hacen y bajamos al Gran Comedor juntas. Ambas van hablando como si nada, pero yo voy un poco detrás, pensando. ¿Y si es Fred el primero? No, no lo será. ¿Por qué iba a serlo? Solo nos hablamos ocasionalmente. Sigo bajando escaleras hasta que llegamos a la puerta del Gran Comedor y me choco con Hermione y Ginevra, que están paradas delante de Fred y riendose. Mierda.
—Oye, Avery, ¿podemos hablar? —dice y ambas se ríen aún más. Las voy a matar.
—¿Qué quieres? —le respondo, cruzandome de brazos. Voy a vomitar en cualquier momento. ¿Por qué siempre que me pongo nerviosa quiero vomitar?
—Bueno... —empieza diciendo y luego mira a Ginevra para que se vayan, y ambas fingen que se van, pero se quedan en la puerta del comedor, mirando—. Quería contarte que mi túnica es de color...
—¡Aprril! —no sé de donde ha salido Rainer, pero le interrumpe y yo me giro aliviada para mirarle. Fred me iba a decir de qué color era su túnica. Había entendido mi pregunta de clase de pociones, ¿podría tragarme ya la tierra?—. Te estaba buscando, ¿os han dicho ya lo del baile?
—Sí, hace unas horas, ¿por qué?
—¿Quierres venirr conmigo al baile? —dice y oigo los gritos de Hermione y Ginevra, pero sonrío. Ellas lo han dicho.
—Claro, Rainer, encantada de ir contigo —le respondo y él me abraza. Hermione y Ginevra se mueven a la vez, al alcance de mi vista y veo que están diciendo "Te mato" sin hacer ruido ninguno. Sí, quizá yo también querría hacerlo.
—¿Vienes a cenarr? —me pregunta cuando se separa.
—Ahora voy, ¿vale? —Rainer asiente y me da un beso en la mejilla para luego irse. Cojo aire y me giro para volver a mirar a Fred, que tiene el ceño fruncido y parece realmente enfadado—. Perdona por la interrupción, ¿qué estabas diciendo?
—Nada.
—Eres imbécil —me dice Ginevra, acercandose en cuanto Fred se ha ido, cruzandose de brazos y luego se va, con Fred.
—Ha sido el primero que me lo ha preguntado —me defiendo, delante de Hermione, pero ella niega y se va con Ginevra.
Voy hacia la mesa de Slytherin y me siento con Jensen, que empieza a hablar animado del baile, pero no le escucho porque no puedo dejar de mirar la mesa de Gryffindor. Fred está comiendo, como si nada mientras que Ginevra le habla, pero él niega. No mira ni una sola vez en mi dirección, no como el resto de veces. Se había convertido en una competición, ver quien apartaba la mirada del otro durante las comidas, pero hoy no juega. No juega durante el desayuno del día siguiente, ni la comida, ni la cena. No vuelve a hablarme en pociones, por mucho que insisto, ni en transformaciones a pesar de que tenemos que trabajar juntos para poder hacer bien este trabajo por parejas.
—Sabes que si no me hablas no podremos terminar esto, ¿verdad? —le digo y él suspira—. Weasley, vamos, quiero acabar de una vez.
—¿Para ir a ver a Jensen? —me responde y mi corazón se acelera un poco porque me ha hablado.
—Quiero acabar el trabajo, sencillamente —le respondo, y espero que no se me note demasiado que estoy nerviosa.
—¿No quieres ir a hablar con tu novio? —dice y puedo notar que está molesto. Muy molesto. ¿Por qué podría estar tan molesto? Ni que me hubiera ido a invitar al baile, solo iba a decirme de que color era su túnica porque yo le había preguntado antes.
—Pensaba que ya lo habrías superado, Weasley, solo fue un error, como tú mismo dijiste —le digo, en cambio, en lugar de negar ese noviazgo que se ha inventado.
—Sí, sí fue un error, el peor de mi vida —responde.
El timbre suena y le falta tiempo para irse de la clase. Yo me quedó allí sentada, sin moverme. Ahora no puedo con esto porque duele. Duele que diga que fue un error. Duele porque parecía que volvíamos a llevarnos bien. Duele porque no puedo sacarle de mi cabeza por mucho que quiera.
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Oh sí April le iba a invitar oh sí April no va con Fred es algo que se sabe en los primeros capítulos jejejejeje Por cierto, la niña las excusas las lleva fatal la adoro de verdad kfewnfwefnwefw
No sé si me dejo algo del capítulo, pero sí que sé que de nuevo he cambiado el día de actualización a los domingos, como era incialmente. Seguirá la cosa por aquí los domingos y a un capítulo semanal porque no me da la vida de otra forma.
Muchas gracias por seguir aquí desde hace tantos capítulos y nos vemos el domingo que viene ♥♥♥
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