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Capítulo 89

Presente

Voy con ella —murmura Fred, también desapareciendose. No sé si de verdad sabe donde está o no, pero ahora mismo me da igual. ¿Qué se quiere ir al mundo muggle? Pues que se vaya a donde la de la gana. 

—¿Por qué te lo callaste? —me pregunta George después de unos segundos de silencio—. ¿Por qué?

—¿Y qué más daba? Ya no podía volver a tocarme —le respondo, de mal humor. ¿Por qué tenía que contarlo?—. ¿Querías sentirte culpable? ¿Querías cargar con el peso de eso? No sabes que era estar en la habitación, siempre encerradas. Lo único que oiamos era a la otra gritar.

—May, no...

—Querías saberlo, ¿no? —le interrumpo, sonando realmente brusca, pero me da igual. ¿Quería enfadarse por no haberselo contado? Pues iba a saberlo. No tenía bastante con haber estado a punto de volver a perder a April, ahora también tenía que recordar eso—. No dormíamos. Las noches estaban dedicadas a las torturas, las mañanas a estudiar, las tardes a preparar las bodas. Las de ambas. Todo el verano. Y entonces llegó, una tarde de agosto, el Señor Tenebroso. Teníamos que guardar el secreto, por supuesto, y ser totalmente ejemplares. Y April se le ocurrió contestar sobre cual eran los planes para nosotras, en lugar de dejar a padre responder.

—¿Fue a peor? —susurra George y no puedo evitar reírme.

—Para April, fueron torturas, para mi era oir sus gritos. Todavía cuando llegamos a Hogwarts cada vez que cerraba los ojos la oía gritar. Nos había quitado las varitas según llegamos a casa, no podíamos defendernos. No las recuperamos hasta un minuto antes de que el tren se pusiera en marcha, cuando Ambur nos las dió dentro del vagón —digo, y vuelvo a reírme—. Creo que sabía que no dudaríamos en atacarle, e ibamos a hacerlo, pero ya se había ido. Y no le volví a ver hasta...

—Ya —dice George. No hace falta que lo diga, los dos sabemos a que día me refiero. La batalla. El día de la muerte de Percy.

—¿Cómo estás? —le pregunto, acercandome hasta él y abrazandole por la cintura. Tengo que dejar la rabia, ahora no es el momento, no con todo lo que ha pasado en el último día—. Nunca hablas de ello.

—Estoy bien, supongo, no lo sé —dice y luego suspira—. Sé que no es lo mismo, pero... Percy llevaba sin hablar con nosotros meses y...

—No podía, estoy segura de que quería hacerlo —digo, viendo como deja la frase sin terminar, flotando en el aire—. Quizá le tenían bajo la maldición imperius y por eso no podía venir o...

Nos quedamos en silencio, George está apoyado en el sofá y yo me apoyo contra él, abrazandonos. No hay mucho que le pueda decir sobre ello, yo a penas conocía a Percy, solo de un mes y porque, cuando fui a la biblioteca, él ya estaba allí porque había estado ayudando a April. Ella le conocía mucho mejor que yo, había estado estudiando mucho más con él y habían hablado mucho más de lo que hablamos nosotros nunca.

—¿Estáis ocupados? —oh, es verdad, Ron y Harry seguían en el apartamento. Asiento y Ron sale del pasillo para ponerse a nuestro lado—. ¿Lo que has contado es verdad?

—¿El qué? —le pregunto, frunciendo el ceño.

—April le ha llamado tu marido —dice Ron y solo asiento lentamente, al igual que hace George. Sí, el secreto ha durado mucho. Ron empieza a reírse, al igual que hace Harry—. Mamá os va a matar y a mi me va a encantar verlo. Y cuando Ginny se entere de que no ha sido dama de honor en esa boda también.

—Tú vas a guardar el secreto, ¿entendido? —le dice George, sonando realmente amenzante. Aunque a mí solo me causa risa. Su versión de amenazante es la versión de April de "Acabo de levantarme, no me hables".

—Yo no pensaba decir nada —dice Harry rápidamente y Ron asiente.

—Tranquilo, si mamá se entera de que lo sé también me matará a mí, así que tú no dices nada y yo no digo nada —responde Ron y George asiente. Luego Ron me mira fijamente y, parece, que duda en hablar—. Y lo otro que ha gritado April, ¿también es verdad? ¿Os torturaba? —George estira el brazo para darle una colleja, que esquiva hábilmente. Será un buen auror, tiene reflejos.

—Sí, era verdad —le respondo, y automáticamente su expresión cambia de felicidad a una de pena mezclada con algo que parece enfado—. Supongo que ya entendéis porqué os dimos las gracias cuando os disculpastéis porque le habían arrestado.

—Sí, ahora tiene mucho más sentido —dice Harry, y luego se queda pensativo—. ¿Y el chico que estaba en la estación quien era? El que casi mata George.

—Ah, Orion —le digo y veo que sigue sin tener ni idea—. Mi exprometido y creo que también el de mi hermana. No tengo muy claro esto último, si os soy sincera, lo único que sé del tema es lo que dijo el señor Weasley y el grito de April en casa.

—¿Qué?

—Harry, no sabes nada de la sociedad de los sangre pura, ¿verdad? —le pregunto y él niega, así que miro a Ron—. ¿Pero qué demonios le has contado a este niño?

—Tampoco ha preguntado —se defiende y niego.

—Vamos, tengo que culturizarte en el mundo mágico —le digo, alejandome de George después de darle un beso en la mejilla—. ¿Me enseñas sobre el muggle? Desde que Hermione me habló de la televisión he querido ver una.

—La nuestra tiene que llegar pronto —dice Harry, sonriendo y Ron le mira.

—¿Vamos a tener tevelisión? —pregunta Ron y no puedo evitar reirme al ver que lo ha dicho mal, pero es realmente gracioso verle emocionado por ello. Quizá todo este tiempo nos habíamos estado llevando mal por nada.

***

—Voy a escribir a Hermione —dice Harry a primera hora de la mañana, sin dejar de mirar el periódico que ha traído desde su casa, solo para avisarnos. April está en portada, mientras que abraza a Fred en el Ministerio, luego se aleja y la marca tenebrosa se ve perfectamente en su brazo. Por supuesto el titular es mucho más dramático de lo que en realidad cuenta Rita Skeeter en su mierda de artículo. ¿Cómo demonios han conseguido esa foto si era de madrugada cuando salimos del Ministerio y allí no había nadie más que nosotros y ese estúpido empleado que vigilaba las chimeneas?

—No hace falta, creo que ya lo habrá leído —dice Ron, señalando la lechuza que entra por la ventana. Coge el pergamino de la lechuza, le da un poco de comida y esta sale volando en cuanto termina las migajas—. Dice que ella se encargará de todo.

—¿Qué importancia tiene Hermione en todo esto? Porque de verdad que no lo entiendo —les digo, mirandoles a ambos, que suspiran—. ¿Hola? ¿Podéis explicarme algo? Porque habéis llegado con ese periódico de mierda cuando se supone que teníais que estar en vuestra casa, preparandoos para ir al Ministerio.

—Luego te lo contamos, llegamos tarde de hecho —dice Harry, mirando el reloj que la señora Weasley le había regalado por su mayoría de edad—. No salgáis de casa, ninguna de las dos.

—¡No voy a quedarme aquí dentro! —grito, pero es demasiado tarde porque ambos se desaparecen. El periódico sigue sobre la mesa, y lo cojo para leerlo más detalladamente.

Habían aparecido en el jardín, justo delante de la ventana de la cocina cuando estaba limpiando todos los platos del desayuno y había gritado al verles delante. Por suerte el señor Weasley estaba en el Ministerio, la señora Weasley estaba en el gallinero, April perdida en el jardín delantero y Fred y George se habían ido a la tienda para recibir un pedido de juegos de magia muggle. Por lo visto habían sido un éxito de ventas durante la última semana y querían tener los suficientes para la tienda de Hogsmeade. Así que la única que se enteró de su rápida visita —y del artículo del periódico— había sido yo.

"Los juicios por los crímenes cometidos durante la guerra por los seguidores de Quien-No-Debe-Ser-Nombrado comenzaron el pasado treinta de agosto, con la absolución de dos de los miembros conococidos por ser fieles seguidores, Draco Malfoy y Narcissa Malfoy. Si bien esto no sería llamativo de por si, solo hay que mirar a su círculo más cercano de amistades. Los Avery, conocidos por haber declarado que, durante la primera guerra mágica, habían estado bajo la maldición imperio —como los mismos Malfoy declararon por aquel entonces—son cercanos a la familia Malfoy. April y May Avery, las hijas gemelas del matrimonio son amigas de la infancia del joven Malfoy, lo que podría justificar su absolución ya que ambas gemelas tienen como parejas a los jóvenes empresarios Weasley, dueños de Sortilegios Weasley. ¿Será que no tienen bastante con la fortuna familiar que desean aún más?

Mientras que May Avery había decidido alejarse —aparentemente— de los ideales de su familia y desaparecer durante meses —¿quién no daba por muerta a la joven teniendo en cuenta el historial familiar y las amistades que frecuentan?— su hermana gemela se unía a los mortifagos para realizar completas atrocidades como ayudar a los mortifagos a entrar en Hogwarts durante el curso de 1996-1997, ataque que acabó con la muerte del exdirector del colegio, Albus Dumbledore o torturar a su pareja, Fred Weasley. ¿Qué le habrá echado en el zumo de calabaza del desayuno para que siga con él? ¿Será un filtro de amor tan potente que ha nubado el juico del pobre empresario? ¿O quizá le esté amenazando? Sea lo que fuere, a la joven se la declaró el pasado treinta y uno de agosto como culpable y fue sentenciada a Azkaban con una pena de cincuenta años, pero fuentes cercanas nos confirman que April Avery sigue viviendo en La Madriguera, el hogar familiar de los Weasley como si fuera una más y que su ingreso en prisión se limitó a medio día. Esta familia perdió recientemente a uno de sus miembros, el prometedor Percival Weasley, que obstentaba el cargo de ayudante junior del Ministro de Magia. ¿Sería la joven Avery la que mató al muchacho durante la guerra? ¿O quizá fue alguno de sus amigos mortifagos? Lo que está claro es que a la familia Weasley debe de tenerla totalmente engañada para haberla aceptado como una más. Y no solo les ha engañado a ellos, también ha conseguido engañar al joven Potter, probablemente la razón por la que no ha entrado a Azkaban y ha sido indultada. ¿Habrá tenido algo que ver su supuesta amistad con El Elegido para que no vaya a Azkaban? ¿Le habrá pedido ayuda para que liberen a Draco y Narcissa Malfoy?

Lo que está realmente claro de todo este asunto es que la joven bruja no pierde el tiempo y aprovecha el momento, sin importarle nada ni nadie. ¿Veremos más absoluciones en los próximos días? ¿Más indultos? Recordemos que el jucio de Rigel Avery, padre de las gemelas tendrá lugar el próximo tres de septiembre y el de su tío materno, Thorffin Rowle, el cuatro de septiembre. ¿Serán ambos absueltos y se unirán a la familia Weasley como dos más? ¿Comerán todos felices en La Madriguera o irán a la gran mansión Avery? Aunque todavía queda una duda, ¿qué pasó con la madre de las gemelas, Carina Avery? Fuertes rumores apuntan a que fue su hija quien la mató durante una discusión con su padre el pasado mes de septiembre y esto le destrozó ya que también había perdido recientemente a su otra hija, May. Por supuesto estos son rumores, aunque viendo a April Avery y todo lo que ha conseguido desde que acabó la guerra está claro que hay que tener mucho cuidado con ella ya que su próxima víctima puede ser cualquiera.".

—Menuda cabrona de mierda —murmuro, lanzando el periódico sobre la mesa. Espero que Hermione de verdad se ocupe y que luego Harry y Ron me expliquen como lo va a hacer.

—May, ¿puedes ir a buscar a tu hermana? Necesito vuestra ayuda para... —la señora Weasley entra en la cocina, con la cesta llena de huevos y se calla de golpe. Supongo que ya ha visto el periódico—. ¿Por qué están en portada Fred y April?

—Será mejor que no lo lea, es pura basura —intento coger el periódico para tirarlo, pero la señora Weasley es mucho más rápida que yo y, a pesar de llevar los huevos encima, no tiene problema para coger el periódico y no romper ningún huevo—. Señora Weasley, de verdad, es pura basura escrita por Rita Skeeter, no le va a hacer ningún bien y...

—Silencio —me ordena y suspiro. Ella no deja de leer, así que le quito la cesta de los huevos y me dedico a colocarlos en la despensa. Cuando salgo ella sigue leyendo, solo que se ha sentado en una de las sillas y se le cae una lágrima. Supongo que ha llegado ya a la parte de Percy. Al final acaba soltando el periódico y empieza a llorar.

—Es pura basura, señora Weasley, está escrito para hacer daño —le digo, intentando consolarla, pero soy realmente terrible en esto. O más bien soy terrible intentando consolar a la señora Weasley. April lo hace mucho mejor que yo—. Todo lo que dice esa mujer es mentira, solo tiene que recordar el artículo que escribió sobre Hermione hace cuatro años. O leer el párrafo final, April no mat...

—¿Qué pasa conmigo? —y April entra en la cocina, interrumpiendome. Ayer no nos habíamos cruzado, ni siquiera nos habíamos vuelto a hablar. ¿De verdad pensaba dejar que ganasen los idiotas que no la conocían antes que quedarse con nosotros?—. ¿Qué pasa, señora Weasley?

—Solo me he acordado de Percy —dice ella, levantándose de la silla y coge el periódico, intentando ocultarlo, pero es demasiado tarde porque April lo ve e intenta cogerlo—. Venga, vamos necesito vuestra ayuda, quiero cambiar el gallinero y alguien tiene que ayudarme a coger a las gallinas.

—¿Por qué está esa foto ahí? —dice ella y no espera a que alguna de las dos respondamos, le quita el periódico de las manos a la señora Weasley y empieza a leer.

El silencio en la cocina mientras que April lee es insoportable. Va leyendo, y no precisamente en diagonal, si no que lo hace lentamente, como si disfrutase del daño que le van a hacer esas palabras, como si quisiera aprenderselas.

—Es basura —digo cuando ella baja el periódico, pero es tarde, ya han calado en ella todas esas palabras—. April, tú no eres nada de lo que ha dicho esa periodista de pacotilla.

—Lo que no logro entender es como hay trozos de verdad dentro del artículo, como sabe que cumplí medio día de condena —murmura ella, sin dejar de mirar el periódico.

—Nada de lo que dice ahí es verdad —le respondo, pero ella niega y me mira.

—Sí que estabamos peleando la noche que la mató, May y eso es algo que te conté en el Gran Comedor. Solo a ti —me dice e intento recordar si había alguien más cerca de nosotras en el Gran Comedor, pero no, solo estabamos nosotras dos sentadas entre los escombros y la sangre. Y te lo acabo de decir, sabe que he cumplido un día de condena de los cincuenta años.

—Sigue siendo mentira, tú no la mataste, por mucho que hubiera discusión —insisto y ella niega. Prefiero ignorar el tema de Azkaban de momento, porque April no está bien con ello, ha vuelto a no dormir en absoluto.

—El tema está en que sí que la maté yo, May —dice, y la señora Weasley ahoga un grito—. Me aparecí allí, no hice caso a Fred, tenía que haberme quedado con él en nuestra casa y no haberme aparecido en el jardín de la mansión.

—April, no...

—Es mi culpa, May, está muerta por mi culpa. Igual que Emmaline. Igual que Percy —susurra, mirando a la señora Weasley, y esta niega—. Dumbledore también.

—No es tu culpa, la de ninguno de ellos —le dice, acercandose a ella, pero April retrocede.

—Quiero... quiero estar sola, por favor.

Tampoco podemos decirla que vale porque se va, todavía con el periódico en la mano.

—Será mejor que no salgas de casa, May —me dice la señora Weasley, que intenta limpiarse unas lágrimas con disimulo, pero no lo consigue, así que me acerco a ella y la abrazo. De forma realmente torpe, pero parece que funciona ya que me abraza de vuelta.

***

—Me estas diciendo que Rita Skeeter es una animaga no registrada con forma de escarabajo —digo y Harry asiente. George y yo hemos venido a su piso para poder hablar mientras que Fred se ha quedado en La Madriguera, intentando hacer que April suelte el periódico y hable con alguien. Se había encerrado en la habitación por la mañana y los gemelos volvieron en cuanto vieron el periódico, enfadados con la noticia. También escribieron Draco, Daphne y Astoria en la misma carta, que si alguien viera, los meterían a Azkaban de cabeza.

—Sí, Hermione lo descubrió durante el Torneo de los Tres Magos, por eso publicó que Viktor la había invitado a Bulgaria en verano —dice Harry y no puedo evitar sonreír al recordarlo. Después de la segunda prueba, Hermione nos arrastró a April, Ginny y a mi al aula que usabamos a veces para que Madame Prince no nos echase de la biblioteca y nos lo contó. Por supuesto nos lo contó entrando en pánico total porque acaba de asimilar lo que le había dicho Viktor. Luego se tranquilizó y se fue del aula sin dejarnos siquiera responder.

—¿Y no la delatasteis? —pregunta George y Ron niega.

—Hermione tenía planes mejores para ella, como chantajearla.

—Ahora tiene mucho más sentido, me pidió que le hiciera una foto a un escarabajo que llevaba en un tarro y me metió mucha prisa para revelar las fotos. También me hizo fijarme mucho en los detalles del escarabajo, quería que se le viera totalmente —digo y ambos asienten.

—Sí la miras bien siendo un escarabajo puedes ver la forma de sus gafas —dice Ron.

—Ya decía yo que ese escarabajo era muy raro —murmuro y los tres se ríen—. ¿Y qué es lo que ha hecho Hermione?

—Todavía no nos ha escrito, supongo que la extorsión lleva su tiempo —dice Ron, encogiendose de hombros.

—¿Eso no sería denunciable? Los muggles suelen denunciar por delito de calumnias o algo así, salía mucho en los programas de prensa rosa que veía mi tía Petunia —dice Harry e intento recordar si existe algo así en el mundo mágico.

—No sé si nuestras leyes tienen algo, pero podría mirarlo.

—No vas a ir mañana al callejón Diagon a comprar libros de leyes —me dice George y cuando voy a quejarme niega—. Hasta que esto no esté solucionado te quedas en La Madriguera con April.

—¡Pero no soy ella!

—¿Y te crees que a la gente le va a importar? Rita Skeeter ha puesto a tu hermana de asesina para arriba, ha insinuado que tiene a Fred bajo los efectos de la amortenia y a toda la familia bajo la maldición imperius —dice George y suspiro. Yo también he leído el artículo, sé lo que dice—. La gente sigue teniendo miedo, May, que nuestra tienda vaya tan bien no significa que todo vaya bien en el callejón Diagon. Hay cuatro tiendas contadas abiertas, la gente sigue sin salir de noche y si oyen a alguien caminando detrás suelen atacar.

—April y tú sois gemelas, a la gente no le va a importar si cogen a la equivocada —dice Ron.

—No puedo quedarme encerrada allí, no otra vez —les digo y los tres niegan.

—Intenta ayudar a April entonces —dice George y suspiro—. Tendréis que hablaros de nuevo en algún momento, ¿no?

—Hemos hablado esta mañana —murmuro y él niega—. No estabas delante, no lo sabes.

—¿Acaso habéis hablado de lo de ayer?

—No, pero...

—Entonces habla con ella.

—No somos como Fred y como tú, George, dejamos de serlo en cuanto salimos de Hogwarts —digo y me rompe un poco decirlo en voz alta. Fuimos como ellos alguna vez, hace muchos años. Pero nos fuimos alejando, poco a poco—. Quizá nunca lo volvamos a ser.

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He ADORADO escribir el artículo de Skeeter de verdad es que efwkjnwejfnwekfnw tengo ya otro escrito (se lo mandé a mi novio y, palabras suyas "lo veo bastante poderoso, pobre zzzzz, la estás haciendo picadillo" no, no os voy a decir de quien es porque SPOILER pero efjnwkejfnefnwkefwefw) y ME CHIFLA os juro que estoy por crear una mierda así de todas mis hijas y ponerlas super verdes porque me parece de lo más entretenido efnwkejfnwkef

Ah, sí, lo que dije la semana pasada... que volvemos a un capítulo por semana porque tampoco es que haya tenido mucho tiempo y tampoco sé si voy a tener mucho más porque... ¡me van a llamar para una entrevista técnica aaaaaaaaaaaaaaaah! La verdad es que estoy emocionada hoy (sé que es domingo, ha sido rarísimo) me ha llamado el CEO de la empresa donde eché el curriculum y, por lo visto, sé de lo que hablo y fkdnwkjfnwefnw (es lo que tiene ser una empo) Ya veremos que pasa porque estoy apuntada en otras dos ofertas más y no me han dicho nada de momento en esas y sigo mirando pero aaaaaaaaaaaaaaaaaaah si empiezo a trabajar lógicamente tendré menos tiempo, pero no os preocupéis que no voy a parar de subir efnwkjefnwkjef

Mil gracias por leerme, comentar y votar no sabéis la ilusión que me hace y fkjenkfjwne ♥♥♥♥♥♥♥♥

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