Capítulo 69
Presente
Si pensaba que la señora Wealsey me odiaba era porque ella no había conocido a April todavía. Parecía que a Fleur y a mí nos adoraba en comparación. Estábamos hablando con Charlie cuando Fred y April llegaron al Gran Comedor y parecía que habían arreglado el problema del plan de April. Convencer a George de que el plan había sido una buena idea fue bastante sencillo en cuanto Ginny se dio cuenta de porqué discutíamos. Le aclaró a George que April no había querido y que, cuando ella salió, lo hizo porque la había empujado y luego se tiró al suelo frente a ella. A partir de ahí April había reaccionado lo suficientemente rápido como para que el Señor Tenebroso se pusiera a tiro de todos los hechizos y nunca estuviera demasiado cerca de Ginny y era algo que habíamos visto todos. April había estado entre el Señor Tenebroso y ella, protegiéndola con su cuerpo y no dudo en decirle que era una traidora en cuanto salió.
—¿Qué es esto Frederick Weasley? —esa había sido la frase que nos hizo girarnos a todos.
—¡Hola, April! —dijo Charlie tranquilamente y ella le saludo con una especie de sonrisa. Estaba terriblemente nerviosa.
—Mamá, te presento a April, April ella es mi madre —dice Fred como si nada y la señora Wealsey se pone totalmente roja, lista para gritarle.
—¿Cómo te atreves a traer a esa mortifaga delante de nosotros cuando tu hermano acaba de morir? ¡Ha puesto a Ginny en peligro!
—Yo la he empujado a salir, mamá —dice Ginny, pero la señora Wealsey la calla con un gesto sencillo.
—Molly...
—¡Ahora no, Arthur!
—Pero Molly...
—¡No pienso dejar que esa loca se acerque a nuestra familia! —chilla ella y veo a April suspirar. Consigue soltarse del brazo de Fred y sencillamente le da un beso en la mejilla antes de irse del Gran Comedor.
—¡April! —le grita Fred, pero ella no se gira—. ¿Por qué, mamá?
—¡Es una mortifaga!
—¡Nunca lo ha sido!
—¿Y la marca de su brazo? ¡Es mi imaginación, por supuesto!
—¡Claro que no es tu imaginación, pero ella nos ha ayudado!
—¡Nunca lo ha hecho!
—¡Cuándo estábamos con la maldita radio ella fue la que nos avisó de que lo sabían! —le grita Fred de vuelta y la señora Wealsey se calla durante unos segundos. Y nosotros también porque eso no nos lo había contado nunca.
—¡Eso es una vez!
—¡Harry y Hermione saben dónde vive, les ayudó en Navidades! —le responde de vuelta y la señora Wealsey se ríe.
—¡Dos veces! ¿Acaso ha hecho algo más? ¡Te puede está mintiendo!
—Bueno, querida, ella fue quien me alertó de que nos escondieramos cuando encontraron a los chicos —el señor Wealsey interviene y Fred le señala.
—¿Ves?
—Ve a buscar a April, anda, esto va para largo —me dice George al oído y suspiro. Las comidas familiares van a ser algo de lo más interesante. Quizá hay hasta comida volando. Sí, va a ser muy divertido.
—¡Está loca y es inestable, lo viste en la boda de Bill!
—¡Tenía a Bellatrix respirando en su cabeza y al maltratador de su padre encima!
No sigo escuchando la discusión porque salgo casi corriendo del Gran Comedor. No es muy complicado saber dónde está mi hermana porque siempre dice que el agua la relaja. Por eso después de los TIMOs vinimos hasta el lago negro, lo repetimos después de los EXTASIS y ella dormía junto a una ventana. Y ha decidido que es buena idea meterse dentro del Lago Negro. Flota tranquilamente en la superficie y de vez en cuando algunas olas la devuelven en la orilla, supongo que será el calamar gigante, no dejando que vaya hacia el centro del lago por todas las criaturas que hay allí abajo.
—¿Crees que la ropa era buena idea? —le pregunto desde la orilla y ella finge no escucharme—. Fred te está defendiendo.
—¿También fue tan dura contigo?
—Lo sigue siendo. Y con Fleur también, tendrías que ver cómo eran las comidas en casa de Muriel. Ella también te va a odiar, por cierto —le comento y ella levanta un poco la cabeza del agua para mirarme.
—¿Por qué lo dices tan tranquila?
—Tampoco es que podamos hacer mucho, ¿no? Al final acabarán cediendo —April vuelve a meter la cabeza dentro del agua—. Venga, sal.
—Estoy bien aquí —dice, pero el calamar gigante no parece estar de acuerdo y manda una ola que la deja tirada en la orilla—. ¡Te recuerdo que somos amigos, tienes que ponerte de mi parte!
Uno de sus tentáculos sube a la superficie y salpica a April, que le devuelve el salpicón. Nunca entendería como podía llevarse tan bien con el calamar gigante, hasta el punto de entenderse con él. Solo sabía que había empezado a aparecer por la ventana de su habitación y luego que la apoyaba cuando iba hasta al lago. También la ayudaba, como cuando tiró sus apuntes de herbología al lago después del TIMO o cuando le ayudó a pelear contra Fred cuando terminamos todos los TIMOs.
April se levanta de la tierra y se sacude como si fuera un perro, llenándome de agua. Cualquiera hubiera cogido la varita y se hubiera secado, pero April parece ser que prefiere parecer un perro. Y apestar a mojado. La llevo de vuelta al Gran Comedor, donde ya están Ronald y Hermione hablando tranquilamente con todos. La situación parece que se ha calmado y Fred se echa a reír cuando ve a April totalmente empapada.
—He ido a jugar con el calamar gigante, le echaba de menos —le dice y a Charlie le brillan los ojos. April no necesitaba ganarse a Charlie porque ya lo había hecho hacia tantos años, pero por lo visto le había conquistado de nuevo.
—¡Presentamelo! —le dice emocionado y ella asiente, lista para ir de nuevo al Lago Negro, pero la paro y suspira. No es momento de que se vaya y lo sabe, tiene que arreglar todas las cosas.
—Venga, ¿a qué esperas? —le pregunto, suavemente y ella solo se encoge de hombros.
—Hermione —ella mira a mi hermana fijamente, para luego darse la vuelta e ignorarla—. Hermione, por favor, habla conmigo.
—¡No! Y si no me dejas en paz lo vas a lamentar.
—Vale, pues lo lamentaré, lo siento por cómo me comporte —le dice April y baja la voz. ¿Se habían peleado?—. Tenías razón, no estaba bien y necesitaba ayuda. Siento haberme comportado como una completa imbécil. Perdóname. También le pediré perdón a Potter por haber sido tan idiota.
—¿Qué te pasaba? —ella la interroga, pero April solo sonríe de una forma realmente triste—. ¿Por qué te despertaste gritando que parase?
—¿Podemos hablar solas?—le dice, Hermione asiente y al final acaba moviendo la varita y se seca rápidamente, para llevarsela a una esquina. Y yo me quedo con Ronald, que no aparta la mirada de ellas.
—Sabes que no le va a hacer nada, ¿verdad? —me ignora, como siempre que le hablo. Nuestra relación familiar es estupenda—. Sabes que George y yo estamos juntos, ¿verdad?
—¿Y por qué iba a seguir contigo cuando condenen a toda tu familia, Avery?
—April es toda mi familia —le respondo y él se ríe.
—¿Qué crees? ¿Qué va a poder ir libre por la vida? ¿Qué tendrá una casa al lado de la tuya y podréis pasar las tardes juntas? Es una mortifaga y pagará.
—Eres insoportable, Ronald —ignoro su comentario. April no irá a Azkaban, no lo pienso permitir.
—¡No la toques!
Hermione y April están abrazadas, ambas llorando. Supongo que April le habrá contado qué pasó y Hermione no ha podido soportarlo. El grito de Ronald llama la atención de todos los que quedan en el Gran Comedor y de nuevo empieza otra pelea.
Ronald quiere a April lejos, como la señora Wealsey. Fred la defiende y George también se mete para apoyar a su gemelo y porque es mi hermana. Bill y el señor Weasley intentan que todos se relajen, Fleur también apoya a la señora Wealsey, Charlie grita que no es para tanto y entonces Ginny grita tanto que todos se callan.
—¡Dadla el beneficio de la duda! —grita y la señora Wealsey se ríe.
—¡Te ha sacado delante de todos esos mortifagos!
—¡Con ella delante y todos estaban avisados! —le responde Ginny—. ¡Si May hubiera podido llegar hasta ti te lo hubiera contado, pero estabas en primera fila, como Ron y Hermione!
—¡Y encima ha sido la hermana quién ha ayudado! ¿No lo veis? —les grita a los gemelos y voy con ellos, porque por algún motivo que no entiendo creo que tengo que ir y justificarme.
—No sabía que era el plan de April porque fue Ginny quién vino y nos dijo "Vamos a distraerlos para que podáis recoger el cuerpo de Harry, May avisa a mis hermanos" —digo, haciendo una imitación patética que hace que Ginny se ría—. ¡Ni siquiera sabía que April estaba involucrada!
—¡No mientas!
—¿Pero cómo voy a mentir si acababa de ver a April? —le chillo y ella se pone seria. Da igual lo que hagamos, todo estalla con ella a la mínima y más ahora, con todo lo que acaba de pasar—. Sé que no nos puede soportar, señora Wealsey, lo sé perfectamente y podemos vivir con ello sin ningún problema. Pero lo que no le pienso permitir es que siga llamando a mi hermana mortifaga.
—¡Pues vete con ella! ¡No os quiero volver a ver cerca de mis hijos nunca!
—Somos mayorcitos para decidir lo que queremos hacer —le responde George en un tono que es mucho más propio de Fred.
—Si quiero hablar con ellas lo haré —le responde Ginny con una fiereza que solo la había visto sacar en los duelos—. ¿Sabes por qué confíe en ella? ¿En qué no me iba a utilizar?
—¿Por qué? —la señora Wealsey frunce el ceño y va a gritar cuando Ginny se acerca a April y le coge el brazo izquierdo, el de la marca y la cicatriz de traidora. Por mucho que ella intente ocultarla es algo que se ve a distancia—. ¿No lo ves?
—La marca tenebrosa —dice y ni siquiera mira. Pero todos los demás si lo hacen y ven el traidora bien escrito en su brazo. Fleur empieza a maldecir en francés y April se ríe al escuchar todo lo que le dedica a Bellatrix. Quizá no lo tiene perdido con ella.
—Mira bien el brazo de April —insiste Ginny y April, incómoda, intenta soltarse—. ¡No ocultes la cicatriz, enséñasela!
—Suéltame, Ginevra —April intenta soltarse, pero Ginny no la deja—. ¡Ginny suéltame!
—¡Deja que la vea y le enseñas como tienes la espalda porque te ha clavado un cuchillo! —chilla ella cuando April consigue soltarse y se empieza a alejar, lista para volver a irse—. ¡Te estoy intentando ayudar!
—¡No puedes hacerlo!
—¿Qué es lo que pasa?
Y él que faltaba en la fiesta aparece, Harry Potter llega con un sándwich en la mano y una cara de sueño terrible. Cómo todos nosotros todavía no se ha molestado en ducharse y estaba lleno de sangre y polvo por todos los lados.
—Ah, hola, April, ¿qué tal? —le pregunta a mi hermana como si nada.
—Bien, Potter, gracias por preguntar —le responde ella, todavía lejos de volver a estar tranquila—. ¿Y tú?
—Cuando duerma algo estaré mejor —dice tranquilamente y es bastante divertido mirarle porque intenta con todas sus fuerzas no mirar a Ginny, pero no lo consigue—. Bueno, que qué está pasando.
—Mamá no quiere que las gemelas vuelvan a acercarse —le responde Charlie y Harry asiente.
—Ah. ¿Y ya está?
—Sí —le responde Fred, que se acerca a April y ella retrocede. Así que vuelve a intentarlo hasta que April se queda sin pared para retroceder y Fred es capaz de llegar a ella para abrazarla—. Eres una cabezota.
—¡Por las barbas de Merlín, que no me toques! —chilla April y empieza a respirar tan deprisa que creo que se va a ahogar.
Todos, incluida la señora Wealsey, nos ponemos a su alrededor y tengo que gatear por el suelo para poder llegar hasta ella. Fred no para de disculparse y al final tengo que sacar la varita para poder aislarla.
—¡Está teniendo un ataque de pánico, no puedes pegarte a ella así!
El grito de Hermione desata de nuevo el caos mientras que April sigue intentando respirar en esa burbuja que le he conseguido crear. Rompo durante unos segundos el hechizo y paso a su lado para volver a crearlo, tan solo unos centímetros más atrás, pero lo suficientemente lejos como para que tenga un poco más de hueco.
—Soy yo —le susurro y le paso el brazo por la espalda cuando veo que parece reaccionar bien—. Voy a buscar a Madame Pomfrey, ¿vale?
—Hay gente que necesita más la ayuda que yo —dice ella después de un rato y saca la cabeza de entre las piernas para mirarme. Tiene las mejillas llenas de lágrimas que no tardo en limpiar.
—Vamos, no seas boba.
Los gritos de todos los Weasley siguen sin parar y sé que la están poniendo nerviosa así que los hechizo. Todos tienen las lenguas pegadas a sus paladares y resulta demasiado divertido verles intentar hablar.
—Quitaos del medio de una vez, voy a llevarla con Madame Pomfrey —y como todos están silenciados me escuchan a la perfección y se apartan.
Me levanto y ayudo a April a levantarse. Avanzamos lentamente hasta la zona donde todavía hay multitud de heridos en el suelo. Madame Pomfrey va rápidamente de un lado a otro, intentando llegar a todo, pero por mucho que cuenta con ayuda extra es casi imposible. Hay estudiantes con mordeduras de hombres lobo que les dejarán secuelas, quizá demasiado importantes. Los pacientes más dañados están tras una cortina, ocultos a la vista de todos los demás. Es horrible.
Madame Pomfrey hace que April se siente en el suelo y le mira la espalda. No deja de murmurar la suerte que ha tenido porque Bellatrix solo ha fallado por un centímetro y la podía haber dejado parapléjica o, incluso, tetrapléjica. Y luego intenta terminar de examinar a April, pero en el momento en el que va a levantarle la camiseta ella se levanta y le falta tiempo para salir corriendo de allí.
—¿A dónde vas? —Fred la coge antes de que atraviese las puertas del Gran Comedor y vuelve a traerla con Madame Pomfrey, que se la lleva hasta detrás de las cortinas.
—¿Cuántas cicatrices crees que tiene? —le pregunto a Fred casi susurrando y él me pasa un brazo por encima de los hombros—. Han acabado con ella, Fred.
—La recuperaremos —dice y suena seguro, pero yo no confío en ello. No confío en que April vuelva a ser ella misma.
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Esperable, ¿no? Nada más que añadir, que nos vemos el miércoles jajajaja prometo que será un capítulo mucho más interesante
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