Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37

Presente

—Por suerte, hoy no tenemos que anunciar ninguna muerte, por tanto daremos por concluido el programa de hoy. Recordad, no sabremos cuando podremos volver a emitir, pero hasta entonces seguid moviendo esos diales. La próxima contraseña será Prewett —dice Lee, dejando un pequeño silencio después de decir la contraseña—. Mantened la fe, buenas noches.

Con un sencillo movimiento de varita George apaga la emisión y con ella las radios de todo aquel que nos esté escuchando. Hoy ha sido un buen programa, Fred ha decidido unirse y hablar y no hemos tenido que anunciar ninguna muerte. Sí, ha habido persecuciones y gente que ya no puede volver a sus casas, pero al menos siguen vivos. Y sus familiares saben que siguen vivos.

Llevo sin pisar el callejón Diagon tres semanas, que fue cuando vi a April por última vez. Y cuando Fred volvió de su excursión sin mi hermana. No recuerdo haber chillado a alguien tanto en la vida y dejé de hablarle por toda una semana; aunque eso no le importaba, para variar. George era el único que había conseguido sacarle algo, y cuando por fin conseguí que me dijera algo de lo que le había contad,o solo me dijo que April le había torturado de nuevo. Estaba cayendo hacia un lado bastante oscuro del que nadie le conseguía sacar.

—May, ¿puedes recoger las sillas? —asiento como una autómata ante la petición de Lee y empiezo a apilar las sillas junto a la pared. Tenemos nuestra pequeña sede escondida en el apartamento de los tíos de los gemelos, Gideon y Fabian. Como desviamos la señal no nos supone ningún problema y podemos estar bastante tranquilos aquí.

—Vuelvo con Tonks, ya se ha hecho bastante tarde —dice Remus como modo de despedida. Siempre hacemos lo mismo, por lo que no sé porqué sigue diciendo lo mismo. Emitimos bastante tarde para reducir las posibilidades de que nos pillen y siempre dice lo mismo antes de irse—. ¿Vais a volver a La Madriguera u os vais a quedar aquí?

—Yo voy a volver a mi casa —dice Lee, que lleva un montón de pergaminos en las manos. Son los que utilizamos para hacer las anotaciones sobre lo que vamos a decir en el programa y siempre los quemamos después. Mejor prevenir que curar, nunca se sabe si hay gente no deseada escuchando el programa.

—Volveremos a La Madriguera —le responde George, que viene a ayudarme con las sillas. Tenemos la misma rutina siempre, y ya llevamos cerca de siete programas, aunque nos instalamos aquí en el quinto por idea de Remus, que recordaba que este apartamento existía. Conseguir que la señora Weasley nos diera la llave fue bastante más complicado, pero George se las arregló para conseguir una copia con su permiso.

—Me quedo —dice Fred a los pocos segundos. Lo único que ha hecho es mover el colchón que había en una de las habitaciones hasta el salón y tirarse sobre él—. Avisad a mamá de que estoy bien.

—No —le contesto, cruzandome de brazos—. Se lo dices tú, no somos tus lechuzas. Si esto es por April no vas a conseguir nada estando así, tenemos que ir a buscarla, no quedarnos de brazos cruzados.

—May... —me advierte George, pero niego. No puede seguir así.

—No tengo ni idea de qué te hizo o qué te dijo, pero te puedo asegurar que es mentira —insisto y entonces Fred se levanta del colchón para ponerse justo delante de mí.

—Que mataría a mi familia si con eso se protegiese a sí misma —dice y no puedo evitar dar un paso atrás. Sé que April mataría a quien sea por proteger a los que quiere, pero nunca por protegerse a sí misma. Esa no es mi hermana.

—Nunca diría eso, ella no es así, no os dañaría a ninguno y menos por protegerse a sí misma, lo sabes perfectamente, Fred.

—No conoces a tu hermana —dice Fred, que empieza a andar por la habitación—. ¿Quieres saber qué pasó ese día? Nos desaparecimos en Sortilegios Weasley, pensé que podría hablar con ella y hacerla entrar en razón y luego volver a La Madriguera, pero no fue así. Nos desaparecimos de nuevo, la llevé a un lugar donde estaba convencido de que valdría y podría convencerla para volver, pero tampoco. Nos volvimos a desaparecer, pero esta vez decidió ella el lugar y fue el jardín de vuestra casa.

Fred coge aire, como si no quisiera recordar. Por un momento me siento terriblemente culpable porque está contando algo que se ve que le ha destrozado, pero quiero saber que pasó. Necesito saber que pasa por la cabeza de April para poder ayudarla.

—Vuestra madre estaba allí y luego apareció vuestro padre lanzando maldiciones asesinas. April disfruta torturando y lo demostró con él, como ya lo hizo conmigo en la boda.

—Tu también disfrutarías torturandole —murmuro mientras que me cruzo de brazos. No tiene ni idea de lo que es vivir con él, de todo lo que le ha hecho a April, de todas las veces en las que ella se ha interpuesto para evitar que me hiciera nada. Siempre le ha enfadado más, consiguiendo que se olvidase de lo que yo había hecho.

—La paré, pensando en que podría hacer que viniera conmigo, pero decidió torturarme a mi —sigue contando y levanto una ceja sin entenderlo. April no le torturaría nunca, no voluntariamente—. Nunca me ha querido, siempre le he dado asco y me lo ha dejado bien claro. Iba a torturarme cuando vuestro padre decidió torturarla a ella. Aproveché el momento para irme.

—¿La dejaste sola con él? —no reconozco mi voz. Sé que es mi cuñado, que yo no soy tan buena como April a la hora de realizar hechizos dañinos, pero sí que puedo envenenar su comida fácilmente—. ¿Viste que la estaba torturando y te fuiste? ¡Ella no te habría abandonado!

—¡Claro que lo habría hecho, ya lo ha hecho!

—¿Acaso te hizo algo cuando estabais solos? —nuestros gritos empiezan a elevarse y puedo ver como Remus mueve la varita disimuladamente, supongo que hechiza el piso para evitar que se oigan nuestros gritos desde la calle. O que nos oigan los vecinos—. ¡April solo actúa cuando su tapadera está en peligro!

—¡Ni siquiera tenía varita!

—¡Como que no te puede pegar un puñetazo! 

—¿Y por qué me ataca?

—¡Porque si no lo hace ella te matarán ellos! —respiro hondo y trato de tranquilizarme. Ellos no saben que es vivir con mortifagos. No saben como llegaba April después de estar con Bellatrix—. Haces lo que sea por sobrevivir en ese ambiente. Cuando mi padre acabó en Azkaban no había nadie en la casa que se pudiera presentar ante el Señor Tenebroso cuando llamó a todos los mortífagos, por mucho que April fuera a unirse a ellos acababa de salir de Hogwarts y todavía no se había unido. Bellatrix vino a casa a por madre para que representase a los Avery, pero April dijo que iba ella y se empezó a encargar de todos sus asuntos, protegiendonos a mi madre y a mi de ellos. Más de una tarde nuestra casa parecía el Gran Comedor durante el banquete de bienvenida, la masión estaba llena de mortifagos por todas las esquinas. Draco ya tenía la marca por esos momentos y todavía sigo sin entender como April pudo aguantar un año más sin ella, pero lo consiguió. Todo lo que hacíamos estaba totalmente vigilado. La ropa que llevas, la postura, las sonrisas, que comes o dejas de comer, con quien hablas o como hablas.

—Nunca me habías contado eso —dice George, acercandose para darme la mano y yo me encojo de hombros.

—No lo veía necesario —digo y miro de nuevo a Fred—. April venía todas las mañanas y vomitaba. Pensaba que nadie la veía, pero tanto mamá como yo lo sabíamos. No sé que le hizo hacer Bellatrix en esos entrenamientos porque nunca me lo contó, pero tenía que ser inhumano para que ella no pudiera más.

—Sigue sin justificar sus acciones —dice Fred y no puedo evitar asentir. Nunca las he intentado justificar.

—Lo sé, no tiene excusa porque podría haber huído conmigo. Pero no lo ha hecho y está allí, protegiendonos. Sé que tenemos que conseguir volver a hablar con ella, podríamos intentar emitir un programa en abierto para que...

—¡No vamos a emitir un programa en abierto! —grita Lee, consiguiendo que de un bote. Se me había olvidado que no se había ido a su casa—. ¿Estás loca? ¿Quieres que los tengamos a todos llamando a la puerta para que nos maten en el mejor de los casos? ¿Tortura en el peor? ¿Azkaban, con los dementores?

—No me has dejado terminar, en abierto, pero desde el bosque —digo, pero él sigue negando.

—No pienso dejar que destruyas el programa por intentar salvar a esa mortifaga que llamas hermana —dice Lee y se cruza de brazos.

—Creo que May tiene razón —Remus nos hace girarnos a todos para mirarle fijamente. Yo porque no puedo creer que alguien me haga caso con el tema de una vez y los demás porque es una completa locura y hasta yo misma lo sé—. No digo que hagamos una emisión en directo de todo el programa, pero sí que mandemos un mensaje para April al final de la transmisión, por si nos escucha.

—¿Veis cómo es una buena idea? —digo y me acerco a Remus lentamente—. ¿Qué es lo que te ha hecho cambiar de opinión?

—También creo que April no está con ellos por gusto, si no por protegerte, May —dice Remus y yo asiento.

—Os lo dije, quiere protegernos —insisto, pero Remus niega.

—No, solo quiere protegerte a ti y hará cualquier cosa para que estés a salvo.

—Incluso matar a nuestra familia por protegerte —dice Fred, continuando a Remus, y no puedo evitar quedarme callada porque sé que April lo haría. Mataría a los Weasley, que me han acogido como a una más, si eso significara que estoy a salvo. Y sé que la dejaría, porque si tiene que matarlos ninguna de las dos estaría a salvo si no lo hace. Porque la muerte es mejor que estar siendo torturado por ellos.

— ¿A partir de cuando llamaremos su atención? —trato de cambiar de tema, porque si respondo a Fred no podré mentir.

—El próximo programa —dice Remus y Lee se cruza de brazos—. Sé que algunos no estáis de acuerdo, pero tenemos que tenerla de nuestro lado, puede ser una pieza muy valiosa en esta guerra.

—No quiero arriesgar el programa —Lee vuelve a hablar, pero Remus niega—. Estamos ayudando, no podemos dejar de hacerlo porque queremos llamar la atención de una mortifaga.

—No lo arriesgaremos —digo, y empiezo a pensar—. No necesariamente la llamada la tenemos que hacer desde el programa. No lo arriesgaríamos y conseguiríamos llamar la atención de April.

—¿Qué estás proponiendo? —me pregunta George, y sé que no le va a gustar.

—Crearé otro programa, uno que parezca que siempre está acabando —empiezo a decir, fijandome en la reacción de mi novio, que asiente para que continue—. Estaré en el bosque, mi familia materna tiene una casa en un pequeño bosque a la que nunca vamos, está deshabitada y probablemente a mi tío se le haya olvidado que existe.

—¿Y April?

—Ella la conoce, y es donde espero que vaya —digo y sé perfectamente que es la parte del plan que no le gusta al ver la mueca que hace—. Cuando terminemos Pottervigilancia te vienes conmigo hasta allí, emitimos el trozo que necesitamos y esperamos durante una hora. Si viene, la cogemos y la secuestramos. Si no, nos vamos y volvemos a intentarlo hasta que venga.

—¿Estás proponiendo secuestrar a tu hermana? —George empieza a sonreír y veo que mi plan tiene futuro. No solo me sirve para atraer a mi hermana, si no que también puedo pasar algo de tiempo a solas con mi novio, algo que cada vez hago menos. Estamos viviendo en La Madriguera y duermo en la habitación de Ginny, muy a mi pesar—. Me gusta la idea.

—Lo haremos bien, no le quitaremos su varita esta vez —digo, y veo como Fred frunce el ceño—. Y yo no seré Piper.

—Ni hablar —dice George, moviendose hasta estar justo delante—. Es lo que te mantiene viva, no vas a dejar de ser Piper.

—Lo que me mantiene viva es April, no ser vuestra prima —le digo, irritada con el tema. Sigo molesta porque no me dejaron ver a April cuando estuvo en La Madriguera—. Si me ve, estará tranquila, si no lo hace intentará atacar o quizá se encierra sobre si misma, depende de como la tratéis.

—George, May tiene razón —dice Remus y sonrío, por fin me salen las cosas bien. Por fin volveré a ver a April—. Pero no vas a estar sola.

—¿Qué? ¿Por qué no? —ahora la que fruce el ceño soy yo—. Es mi hermana, no me va a hacer nada.

—No lo sabes, May, confío en que está de nuestra parte, pero no confío en como le va a sentar saber que la hemos secuestrado.

—Sí, probablemente esa parte no le guste —murmuro, sabiendo como es probable que se ponga. Aunque al menos tendrá su varita.

—Tengo que irme ya, id todos a vuestras casas y descansad, ¿os parece hacer otro programa la semana que viene? Después de la emisión podemos ir a la casa para ver qué tal está.

Lee, George, Fred y yo asentimos y Remus sonríe amablemente para luego irse del apartamento. Lee recoge sus cosas, prende fuego a sus notas y se despide de nosotros con un simple gesto de cabeza. Sé que no está contento con el resultado, pero al menos no vamos a tocar su programa. 

—Vamos, May —me dice George suavemente, cogiendome de la mano. No tenemos muchas oportunidades de estar tranquilos, y al menos delante de Fred soy capaz de acercarme a él sin morirme de vergüenza.

—Avisa a mamá —le dice Fred, a lo que George asiente y yo suspiro. Es un caso perdido. Pero cuando April vuelva con nosotros se recuperará, estoy segura. Quizá cuando April le diga la verdad sobre todo lo que está pasando vuelva en sí.

Sigo a George en silencio hasta que salimos del apartamento. Oimos como la puerta se cierra con llave y mi novio se gira para mirarme.

—¿Pasa algo? —le pregunto y él sonríe de una forma que hace que me de escalofríos.

Expecto patronus —convoca a su coyote, que empieza a dar vueltas a nuestro alrededor—. Mamá, estamos bien, dormiremos en nuestro apartamento, queremos abrir la tienda pronto. Nos vemos mañana.

—Pero serás mentiroso —murmuro cuando veo como el patronus se aleja—. No planeas abrir la tienda pronto mañana.

—Tampoco planeo dormir hoy.

Nunca me voy a acostumbrar a lo descarado que es George en algunas ocasiones, por eso noto como empiezo a ponerme roja. Él empieza a reírse, pero se inclina para besarme suavemente. Aunque pronto el beso suave acaba y empieza a acelerarse cada vez más. Para que la desaparición conjunta tenga efecto solo se necesita que las dos personas estén en contacto, y la manera más tradicional es darse la mano. Pero viendo como estamos, no dudo en desaparecernos mientras que no paramos de besarnos.

Definitivamente esta noche no vamos a dormir.

_____________________________________________________________________

¡Sí, tuvieron sexo, mucho sexo! ¡No, no voy a escribirlo porque soy pésima haciendolo!

Aprovechando que es el último capítulo del año.... ¡FELIZ 2020! Nos leemos el próximo año ;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro