Capítulo 11
Pasado
— Anda, si ya has vuelto a ser rubia —la voz de Alexa me despierta la mañana siguiente, con un tono bastante más alto de lo normal.
Levanto la cabeza para ver a mi hermana, totalmente dormida sobre la almohada. Le cuesta abrir los ojos y a penas se puede mover por lo que supongo que estuvo levantada hasta tarde por el castigo. O porque quería dejar de ser pelirroja.
— Weasley me dijo como quitarme el rojo del pelo — murmura y entonces me espabilo rápidamente. Weasley la ha ayudado.
— ¿Me estás diciendo que el mismo que te puso pelirroja te dijo como quitarlo? ¿Qué pasó en el castigo? —digo mientras que me siento en la cama y la miro fijamente.
April se sienta, se frota los ojos y luego me mira. Mira a Alexa y sé que no me va a contar nada delante de ella.
— Ten cuidado con Shafik y Fawley — me contesta en su lugar, Alexa se gira rápidamente y la mira, pidiendo explicaciones—. Están molestos porque he vuelto a perder puntos.
— Y seguramente sean incapaces de distinguirnos — completo y ella asiente—. Si te preocupa podemos vestir hoy diferente, yo llevo la chaqueta de punto y tu el jersey de lana, sé que lo prefieres antes que la chaqueta.
April me sonríe, agradeciendo que hagamos eso. Nuestro siguiente paso es que en la sala común se enteren de quien es quien. No me da miedo lo que quieran hacer a April, pero ella no quiere que me hagan nada. Soy perfectamente capaz de defenderme sola, pero ella siempre argumenta que es la mayor y que tiene que cuidarme.
—Vamos, quiero desayunar ya —dice Alexa y sale de la habitación—. ¡Voy a avisar a Adrian!
April empieza a vestirse con la mirada perdida en algún lugar de la sala. Quiero preguntar qué pasa, pero no me atrevo a hacerlo con Alexa pudiendo venir en cualquier momento. Sé que ella no quiere que lo sepa.
—¿Quieres que vaya a buscarte esta noche? —digo y ella niega.
—Estaré bien, no te preocupes —dice, pero no la creo—. Va a hablar con los prefectos de nuestra casa y...
—¿Quién? —la interrumpo, y por un segundo nos veo al revés. April necesitando que la cuiden y yo haciéndolo.
—Charlie Weasley.
—April —me quejo y ella se levanta de la cama rápidamente y cierra la puerta.
—Fue Weasley anoche, te lo juro, yo solo estaba huyendo de esos dos porque su plan es tirarme al Lago Negro —empieza a contar y entiendo porqué no quiere que la tiren al lago.
—Sigues teniendo miedo al agua, pero no lo entiendo, te tiras mirando por esa ventana horas.
—Ese no es el tema, May, Weasley me ayudó anoche, ¿no lo entiendes?
—La verdad es que no.
—No puedo seguir con esto. Si ahora su hermano me ayuda con estos dos idiotas estaré doblemente en deuda, no puedo estar en deuda con los Weasley —dice y empieza a tirarse del pelo. Yo me muerdo las uñas cuando tengo ansiedad, April se tira del pelo.
—Tranquila, ¿vale? Todo va a estar bien —le quito las manos del pelo y se las agarro fuerte—. Esta noche iré yo al castigo, ¿vale?
—No vas a cumplir mi castigo.
—No estás en condiciones de ir, así que volverás a la sala común y te meterás en la habitación. Ocuparás mi cama y vas a fingir que eres yo.
—Sabes que no va a funcionar, se van a dar cuenta.
—Nadie nos conoce lo suficiente como para darse cuenta.
Tiro de mi hermana para salir de la habitación y en la sala común ya están esperandonos Alexa, Adrian y nuestros dos guardaespaldas. Ni si quiera Alexa se queja de que estén con nosotros, y cuando llegamos al Gran Comedor, Shafik y Fawley se ponen de pie y tratan de venir hacia nosotros, pero Runcorn se pone delante de ellos y ambos se quedan parados en el sitio. Montague, por su parte, prefiere gruñirles y resulta ridículo ver como tienen miedo de dos chicos de once años.
Me siento al lado de April, mirando a la mesa de Gryffindor cómo hacemos siempre. Puedo ver a los gemelos Weasley mirando hacia nuestra dirección, pero lo que más me llama la atención es cuando otro pelirrojo más, que deduzco que es Charlie Weasley, se dirige hacia nuestra mesa. Lleva las mangas de la camisa remangadas y, por lo que me han contado, es buscador en en el equipo de Quidditch de Gryffindor. No tiene una forma física definida, pero si que tiene algo de músculo en los brazos que se marcan perfectamente con la camisa.
—Espero que os hayan llegado las noticias de vuestro prefecto —dice al llegar a nuestra mesa y asustando a Shafik y Fawley con el golpe que da al apoyarse.
—¿Te crees que nos das miedo, Weasley? —dice uno de ellos, pero no sé quién es quién por lo que decido llamarle idiota número uno.
No llego a oír la respuesta del Weasley mayor cuando veo como ambos se ponen completamente rojos. Sin duda alguna hacen competición al pelo de los Weasley. Charlie Weasley se aleja de la mesa haciendo un gesto en nuestra dirección que parece ser un saludo y April se lo devuelve disimuladamente. Sé que lo está pasando realmente mal porque él la está ayudando y no puede decir nada. No podemos decir nada.
—Vamos a llegar tarde a clase —murmura April, coge su bolso y se levanta tan rápido que casi no me da tiempo a seguirla.
No ha comido nada por lo que cojo una manzana de una fuente de fruta y unas pastas. Estoy segura de que dentro de un rato planea pedírmelo. Y no me equivoco ya que en el pequeño descanso que tenemos entre las dos clases antes de la comida empieza a quejarse de que tiene hambre y, sobre todo, empieza a preguntar si no tengo nada de comer.
Pasamos el resto del día sin inconvenientes, con Runcorn y Montague siguiéndonos a todos lados como si fueran dos guardaespaldas y, en algunas ocasiones, me da la sensación de que los gemelos Weasley quieren acercarse a hablar con nosotras.
Pero son solo sensaciones mías.
—Vamos, ve a cenar al gran comedor —le murmuro a April y ella niega, intentando ir hacia las cocinas—. Tú lo has querido, ¡Alexa!
—¿Qué os pasa ahora? —nos dice con el ceño fruncido porque hemos interrumpido su conversación.
—May se ha puesto el jersey para fingir que soy yo e ir por mi al castigo, ¿puedes llevarla a cenar? —digo, imitando lo mejor que puedo el tono en el que April dice las cosas. Y parece que funciona.
—¡Pero serás mentirosa! —grita April y no puedo evitar sacarle la lengua mientras que Alexa se la lleva tirando de ella.
Ahora mi único problema es llegar a las cocinas, porque eso era algo que April no me había contado en todo el día. Pero la suerte está de mi lado y, cuando ambos gemelos pasan delante de mis narices, no dudo en pararlos.
—¿A dónde te crees que vas, Weasley? —intento sonar como April, enfadada constantemente cuando habla con ellos—. Tenemos un castigo que cumplir.
—¿Por qué vas a cumplir el castigo de April? —dice uno de ellos, y finjo que no me doy cuenta de que es George quien ha hablado.
—No entiendo qué quieres decir, ¿vamos ya al castigo o no? —insisto y Fred asiente. Está totalmente rojo y evita mirarme. O mirar a April mejor dicho.
—Vamos, os acompaño —dice George y les dejo ponerse delante.
Van susurrando todo el camino, y cuando llegamos delante de un cuadro Fred levanta la mano y le hace cosquillas a la pera, haciendo que se abra un pasadizo. Al igual que hace April no me molesto en esperarle y entro directamente a las cocinas de Hogwarts.
—Sé que eres May —la voz de George suena en mi oído y me provoca un escalofrío. Y cuando me giro le veo con las manos en los bolsillos y sonriendo—. Hoy cumplimos nosotros el castigo, le he mandado descansar, algo pasó entre ellos ayer, no he conseguido que me cuente nada.
—Ella tampoco me lo ha dicho, solo me ha contado lo de los dos idiotas, por eso estoy aquí —le aclaro y él asiente—. No me fío de ellos, aunque agradezco que Charlie les haya amenazado hoy.
—Vendrá a buscarnos más tarde, dice que no se fía de ellos —me comunica y yo asiento.
—Pitts os ha preparado la cena, cuando la terminéis tendréis que fregar y mucho más que ayer. Pitts ha tenido que hacer vuestro castigo —nos dice el elfo y ninguno de los dos nos molestamos en decir nada.
—¿Aquí podemos hablarnos? —pregunta George y yo asiento—. ¿Tengo que seguir llamándote Avery aquí?
—Te lo recomiendo, ellos no sabrán que Avery soy —le digo y tomo un poco del puré de calabaza que tenemos para cenar—. Si dices mi nombre sabrán que se ha saltado el castigo, igual que si digo el tuyo.
—Tienes razón —dice y no puedo evitar sonreír—. No entiendo que haces en Slytherin.
—Ni yo entiendo que hacéis en Gryffindor. Ninguno de los dos. Tú quizá podrías estar ahí, pero, ¿tu hermano? Es un Slytherin en toda regla. Y tú también, aunque te empeñes en negarlo.
—No me insultes así, por favor —dice y veo que finge estar ofendido—. Es herencia familiar, todos los Weasley vamos a Gryffindor.
—Y todos los Avery a Slytherin —le contesto y él solo calla. Porque no hay mucho que decir sobre el tema.
Terminamos la cena en silencio y justo antes de que Pitts empiece a protestar porque tardamos demasiado. Las primeras fuentes del gran comedor están empezando a llegar y tenemos mucho que fregar.
—Pitts se ha cansado de lo mal que lo hacen, ayer fue mucho mejor —nos dice el elfo después de fregar cinco fuentes—. Pitts espera que mañana lo hagan mejor o aumentará su castigo.
George asiente y se aleja rápidamente de la pila de agua. Decido imitarle cuando Pitts me mira con mala cara y ambos salimos de allí a la vez, casi chocando con Charlie Weasley a la salida.
—¿Por qué estás cumpliendo el castigo de Fred? —dice el prefecto frunciendo el ceño—. ¿Sabes qué? No quiero saber nada, no me metáis en esto. Buenas noches, May, encantado de conocerte.
—¿Cómo sabes que no es April? —pregunta George.
—Porque ella parece que no tiene muy claro quién soy y April me conoció ayer —dice y me tiende la mano—. Charlie Weasley, encantado de conocerte.
—May Avery —digo y le agarro la mano para luego agitarla con decisión. Esto es algo que se le da mucho mejor a April que a mí.
—Vamos, te llevaré a las mazmorras —dice y no puedo evitar sonreír ante la mención del lugar. Estoy realmente cansada.
No vamos hablando en ningún momento del camino. Algunas veces creo que alguno de los dos Weasley tiene la tentación de hacerlo, pero las palabras se las lleva el viento y cuando nos queremos dar cuenta estamos delante de la puerta de mi sala común. Charlie Weasley me hace un gesto con las manos y se vuelve por dónde ha venido, supongo que para poder seguir su ronda de prefecto.
—No termino de entender una cosa —empiezo a decir y George se muestra atento por lo que decido continuar—. ¿Por qué has cumplido el castigo de Fred?
—Me gusta pasar tiempo contigo.
George Weasley se despide de mi con un beso rápido en la mejilla que me deja parada mirando como se va hasta que desaparece al girar la esquina.
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Estoy con el CampNaNoWriMo y un fanfic de The umbrella academy y pensaba que ayer era viernes 🤦
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