Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 106

Es muy distinto estar con Fred abiertamente por los pasillos que andar escondiendose. Pero me gusta. Me gusta poder saludarle tranquilamente por los pasillos, me gusta cuando McGonagall nos regaña en clase —a pesar de que somos los únicos que hemos conseguido hacer la tarea en cuestión— cuando hablamos entre nosotros o, lo que parece ser la actividad favorita de Fred, pasarme el brazo por encima de los hombros cada vez que tiene oportunidad. Lo cual también hace en clase de pociones y Snape siempre le castiga cada vez que lo hace.

También me lanza una mirada que, si supiera que le importamos algo, sabría que es de advertencia.

Padre puede darse por satisfecho, Fred no es un sangre sucia, así que la elección habría podido ser mucho peor. Además, la familia Weasley aparece en los sagrados veintiocho, ¿no es eso lo que quería?

Pienso pelear por esto. Porque si sale bien con Fred, para May también podría salir bien. Y si sale mal ella no tendrá que exponerse. 

— ¿Cómo de serio vas con George? —le pregunto el día de la excursión a Hogsmeade. Vamos a ir con ellos, de verdad. Dar una vuelta por el pueblo, tomar una cerveza de mantequilla en Las Tres Escobas sin tener que escondernos. ¿Quizá es demasiado pronto?

— No lo sé, en serio —May no parece estar por la labor de contestar, y eso que estamos en su habitación, las dos solas—. ¿Por qué?

— Curiosidad —respondo y ella deja de mirar las fotos que había estado revelando la noche anterior para mirarme—. ¿Qué?

— ¿Y tú como de en serio vas con Fred? —si se piensa que le voy a contestar eso lo lleva claro.

— Esto no va de mi, va de ti.

— Pues hagámoslo de ti, quiero saberlo todo, ¿cuándo os liasteis por primera vez? ¿Cuántas veces fueron? ¿Por qué rompisteis?

— Lo primero no rompimos, no estamos juntos —lo corrijo aunque sea mentira. Quizá un poco juntos sí que estuvimos—. Lo siguiente ni te interesa cuando fue ni cuantas veces.

— ¡Ja, acabas de admitir que hubo más veces!

— Ja, eso ya lo sabías.

May me lanza una mirada que definitivamente podría matar a alguien si las miradas matasen, pero no importa porque le saco la lengua y de nuevo se empieza a reír.

— Me gustaría que me lo contases.

— Algún día —sí, si todo sale bien. Cuando todo esté bien, cuando no sea un peligro contarlo.

— Eso espero, no lo olvido, ¿queda claro?

— Sí, pesada —quizá es un buen momento. Quizá podría decirselo, quizá podría contarle la verdad, lo que padre planea.

—Oh, mira esta foto, ¿no sois adorables?

O quizá no. Las fotos que ha sacado May son de hace unos días, cuando estuvimos los cuatro dando un paseo demasiado cerca del Bosque Prohibido. Como siempre ha sido capaz de capturar el momento perfecto y en la foto salimos Fred y yo besándonos.

— ¿Quieres quedartela? —asiento porque no sé donde está mi voz. Esta completamente perdida porque sigo mirando la foto. Sé perfectamente que cuando Fred se aleje pasará su brazo por mis hombros y entonces le abrazaré por la cintura. Sé que nos giraremos y miraremos a la cámara. O al menos es lo que hice yo, pero Fred no. Fred me mira a mi—. Tengo que decirle a George que deje de hacer estas fotos.

El susurro me devuelve a la realidad y miro a May y la foto que tiene en las manos. Está hecha desde muy cerca y se ve como May sonríe de oreja a oreja. Entonces la mano de George aparece en la foto y le pone la mano en la mejilla. Sin dejar de apuntar a May —tengo que preguntarle como demonios hace eso— se cuela en la foto y la besa rápidamente antes de volver a alejarse.

— Es muy bonita —murmuro y cuando miro a May sé perfectamente que no puedo decirselo. Pero sé que puedo hacer—. Se lo voy a contar a padre.

— ¿Qué? ¿Estás loca? —May tira el taco de fotos al suelo y se pone de pie para empezar a andar por la habitación de un lado a otro, claramente nerviosa—. ¿Y qué planeas decirle? ¿Qué llevo saliendo con él casi un año?

— No le voy a contar que estas con George, le voy a contar que estoy con Fred.

Eso frena inmediatamente a May, que vuelve a mirarme como si estuviera loca.

— No.

— Sí.

— No.

— Sí —repito y ella vuelve a negar—. Escuchame, cuando volvamos seremos mayores de edad, tendremos las varitas.

— Te hará daño.

— No porque tú estarás ahí y sé que no le dejarás —empiezo a pensar en el plan. Cuando lleguemos a la estación lo soltaré sin más. Con tanta gente no será capaz de hacernos nada y tendremos que llegar desde el tren hasta las chimeneas para llegar a casa. Eso nos dará tiempo si su reacción no es buena. Saldremos corriendo—. Escuchame.

— ¡No, no te pienso escuchar con esto! ¡Si se lo dices tú se lo diré yo también!

— No, necesito que crea que sigues siendo tan obediente como siempre.

— ¿Te crees que eso va a funcionar? —no, no lo creo, por eso quiero hacerlo yo—. Si lo haces pienso decirselo.

— La estación estará llena, May, no hará nada. Podemos usar la magia y...

— ¿Necesitas que te recuerde que no nos dejan sacarnos la licencia de aparición hasta el verano?

— No, soy perfectamente consciente.

— Se lo pienso decir a Fred, si piensas en llegar a la estación y decirle a padre que estás con él entonces le diré ahora mismo todo lo que padre te ha hecho. La verdad sobre tu moratón y el porqué no podíamos hablar con ellos—me amenaza y entonces me callo. No necesita saber eso.

— Vale, no diré nada.

May sigue desconfiando, pero es la realidad. No quiero que lo sepa. No quiero que sepa con quien vivimos en realidad. Ya sabe que no podemos elegir, ya es demasiado. Habrá otra forma de que todo pueda salir bien.

****

— ¿Por qué tenéis tantas ganas de hablar con Baman? —May lo pregunta en cuanto los dos están sentados con nosotras en Las Tres Escobas.

— Nada importante —contestan a la vez y no puedo evitar levantar una ceja mientras miro a Fred.

— ¿Y por qué no podíamos quedarnos?

— No es nada importante, era mejor que fuerais cogiendo sitio y las cervezas de mantequilla —George levanta su jarra y May niega.

— En el baile también fuisteis a hablar con él.

Claramente no es nada lo que pasa con él por como se miran entre sí.

— Es bastante maleducado hablar así, que lo sepáis.

— Como que vosotras dos no lo hacéis —contesta Fred, apartando la mirada de George cuando ve como asiente—. Venga, cuéntaselo a tu novia.

— Como que tú no quieres contárselo a la tuya.

Novia. Sigue siendo raro, pero no puedo evitar sonreír. Hasta que el flash de la cámara muggle de May salta y frunzo el ceño.

— Jo, otra vez has dejado de sonreír —es Fred quien coge la foto que sale de la cámara de May y se la guarda en el bolsillo de los pantalones—. ¡No hagas eso, no saldrá bien!

— Tus fotos siempre salen bien, no digas tonterías.

— Sé lo que estás intentando, George, no funciona, ¿qué os pasa con Bagman? —y ahí está su vena cotilla. La mía también lo estaría si no me hubieran distraído con lo de novia y la foto.

— Nos engañó, ¿vale?

— ¿Cómo que os engañó? —las dos hablamos a la vez, mirando a George que asiente y le hace un gesto a Fred con la cabeza para que hable él.

— Apostamos en los mundiales que ganaría Irlanda, pero que Krum cogería la snitch.

— Y eso fue lo que pasó, ¿no os pagó? —pregunto y los dos niegan.

— En oro leprechaun —Fred casi lo gruñe y me sale solo buscar su mano por debajo de la mesa—. Desapareció unas horas después.

— Con el ataque pues no nos dimos cuenta hasta unos días más tarde —explica George y las dos bajamos la mirada. El ataque en el que nuestro padre y nuestro tío habían participado. Si lo supieran no estarían con nosotras ahora.

— Así que llevamos todo el curso intentando que nos devuelva el dinero, le hemos intentado interceptar y le hemos mandado cartas, pero no funciona nada de lo que hacemos — Fred se queja y yo aprovecho para darle a May suavamente en el pie. Ella levanta la mirada y, con solo unos segundos, nos entendemos a la perfección—. ¡Era el dinero que teníamos para la tienda! Se lo hemos explicado por las buenas, yo creo que es momento de pasar a las malas, pero George no está de acuerdo así que...

— Podemos financiaros —decimos a la vez, interrumpiendo su discurso.

Vuelven a lo mismo, la conversación silenciosa entre ambos y yo también aprovecho para tenerla con May. No necesitamos mucho, porque con solo un gesto de cabeza sé que quiere aportar todo lo que nos dejen.

— O podemos hablar con Bagman —sugiere May y ahí sí que le doy una patada fuerte por debajo de la mesa. Esa sí que no me la esperaba.

— ¡April! —se queja y levanta la pierna sobre la silla para poder frotarse la espinilla—. ¡Sabes que podemos hacerlo!

— Sí, si vamos a la mansión Malfoy y el señor Malfoy le invita a la casa. Sabes perfectamente que a la nuestra no vendría —y también sabe que padre nunca le invitaría porque nosotras lo dijeramos—. Olvidad lo de Bagman, podríamos hacerlo, sí, pero son demasiadas cosas que no dependen de nosotras.

— Pero si le vemos le abordaremos —dice May y asiento. Eso sí que podemos hacerlo.

— Correcto. Quizá podríamos intentarlo en la siguiente prueba, con un poco de suerte no saldrá corriendo —los gemelos siguen sin decir nada, aunque al menos ya han dejado la conversación—. ¿Y bien? ¿Aceptáis a que os financiemos?

— No podéis financiarnos —dice George y May se ríe.

— Oh, creéme que podemos, tenemos una cámara llena de oro que es nuestra. Tendréis que esperar a que cumplamos los diecisiete, pero por lo demás...

— En este punto da igual unos meses más que menos, ¿no? —añado y May asiente—. Si lo que os procupa es que sepan que estamos utilizando el dinero para ayudaros no habrá ningún problema. Seguro que a padre le encanta la idea de pensar que tiene una parte de la empresa y que estamos influyendo en un negocio de traidores a la sangre. Incluso le convenceremos de pensar que os estamos reformando o algo así, estará encantado.

Ahora es May quien me da una patada por debajo de la mesa y, si yo la he dado tan fuerte, entiendo porqué se ha empezado a frotar la espinilla.

— Lo que quiere decir April es que le diremos que tenemos una parte de la empresa y los beneficios correspondientes, pero que es todo vuestro —dice May sin dejar de mirarme. Supongo que no se esperaba que dijera el resto de cosas porque yo tampoco me esperaba decirlas y mucho menos con ese falso tono.

— Creo que necesitamos un momento —dice George y los dos se levantan rápidamente de la mesa y salen del local. Así que May se gira para mirarme.

— ¿Estás loca? ¿Se lo quieres contar delante de todas estas personas o qué?

— Bueno, ¿vas en serio con él o no? Porque si es así a lo mejor va siendo buena idea que George vaya entendiendo como es nuestra familia.

— ¿Y tú se lo piensas contar a Fred?

Podría decirselo. Podría ser el momento de decirle Fred ya sabe como es padre, ya sabe que estoy prometida. Que tú también lo estás. Pedirla perdón por no haberselo dicho antes, por haberselo dicho primero a Fred.

Pero no lo hago porque los dos vuelven.

— Aceptamos esa financiación —dicen a la vez, sin sentarse todavía en la mesa—. Pero tenemos una condición.

— ¿No tendríamos que ser nosotras las que dijeramos las condiciones? —pregunta May mientras que yo me cruzo de brazos y los gemelos niegan—. Vale entonces, ¿cuál es la condición?

Otra oportunidad perdida para contarselo.

— Tendréis que veniros con nosotros cuando acabemos el colegio.

George lo dice como si nada, pero la idea empieza a salir. Ellos son la respuesta, ellos son los que pueden sacarnos de nuestra familia.

— Hecho —digo, antes de que May diga nada más.

No hace falta que se lo diga a May porque, cuando se entere, poco importará porque nos iremos con ellos.

_______________________________________________

Sinceramente menos mal que tenía una guía para este capítulo porque si no............. 

Bueno, el resumen es que parece que April tiene un plan y bueno pues ya sabéis como acaba, pero todavía no como llega a la conclusión de que ella se queda uy

Nos vemos la semana que viene mil gracias por todo ♥

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro