Un nuevo diseño
Cuando salió del establecimiento, no recordaba ya si había dado las gracias. O si había dicho hasta luego o adiós.
Tropezó con alguien, un pequeño, bamboleándose a cada paso. Alzo el juguete para devolvérselo. El niño lo miro con ojos de cristal y volteándose se fue, dejando el soldadito en sus manos. Luego, varios metros después, el niño se puso a llorar; había recordado muñeco, más no recordaba donde lo había perdido. Inti no pudo oírlo entonces.
La comida se le subía, le hacia indigestión. Al poco tiempo se encontró, sentado entre paredes talladas. La piedra de los muros estaba fría, pero las peticiones subían con la calidez de cada entrega. Parecía iglesia, el ministro estaba en receso. Su ayudante, corriendo tras una muchacha. Había dejado el lugar con el incienso quemando; las velas chorreando gotas de cera en sus platitos.
Rosa y vainilla en fumarolas, Inti se ahogaba, intento salir. El corazón le punzaba. La bola de estambre giraba. Deshaciéndose en un solo hilo, se convertía en maraña. Intento detenerla, averiguar que era, pero estaba pendida a sus latidos con un alfiler. Empezó a toser, cayendo. Con sus manos, araño el tapiz que adornaba al suelo. Su respiración le dejo. Se desprendió de él, como bufanda. Y el hilo daba vueltas por entre los hilos del inmenso tapiz. Y el dibujo en el viejo tapiz, cambió... Intento arrastrarse.
...Los juguetes de su infancia. Construyendo, dibujando, los hilos le mostraban su vida pasada a placer. Una vida que no parecía la suya. Edificaba primero, destruyendo después. Alineando al presente los recuerdos. Añadiendo fruncidos a la imagen del tapiz. Se templaba al fin la imagen, saltaba el estambre. Avanzaba entremezclándose con el diseño, lo hacía saltar. Quemaba los hilos antiguos y las cenizas del original, caían aún calientes... Consiguió trabajosamente tocar el umbral, y su respiración volvió a él. Poniéndose en pie, salió.
Caían rápidas gotas, estrellándose hacían charquitos en el suelo.
Inti las miraba sin conocerlas. Luego, sonriendo, musito: Es lluvia.
Apenas dijo esto y con el gesto de sus palabras compuso las nubes. Volvía el sol... se quemaban hilos. Y las cenizas aún calientes, se reunían en la obscuridad, brillando en la nada. Iluminando el nuevo motivo, un nuevo diseño... Inti se echo a llorar, le deparaba final triste. Desterrado en un destino que se construía en su corazón, sin que él lo quisiera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro