Pasajes y vagones
El perrito se acomodó aún más dejando pelusita blanca sobre la ropa de Inti. A Inti no le caía muy bien el ambiente. Había como un vapor oliente a discusiones, pero todos hablaban tranquilos. Se empezó a marear. Sosteniendo al cachorro. Se lo llevo consigo hacia otro vagón. Al abrir la puerta paso a ver soldados y magos con impaciencia. Y los trabajadores preguntaba :¿se le ofrece algo? con tono cansado. Pues el viaje era largo y sobre ellos pesaban largas jornadas.
Se oían murmullos ¿A que hora llega? ¿no podría ir más rápido?
-Oh ya veo - dijo Inti hablando como para sí- en mi vagón también era el mismo asunto.
Un oficial oyendo eso; le hizo señas para que se acercara:
-Es verdad, que el farfullo de esta gente llega a irritante - le dijo- Mire. Ese vagón que tiene el número dos en ambas puertas. Allí encontrará algo de tranquilidad, si es que la busca. Esta reservado para un muerto, pero solo esta el ataúd vacío; así que no ofenderá a nadie. ¿Quiere hacerse acompañar?
-Oh, no es mucho pedir - pidió Inti recordando a Coral- hay también una joven a la que un caballero hostiga latosamente. Creo que ella también apreciaría estar unos minutos en paz.
Fue a buscarla, pero abriendo su vagón, vio a todos dentro muy tranquilos. Así que se limito a cerrar silencioso la puerta. Volviendo, el oficial le abrió las el vagón con el número dos grabado en ambas puertas. Inti vio el ataúd recargado sobre el fondo. Avanzo un poco se sentó, y miro a la ventana.
Oía aleteos pesados, se arrimo al cristal con emoción. Y vio a un dragón, grande, que se divertía como un chiquillo. Amontonando nubes en figuritas fantásticas con el batir de sus alas y el soplo cálido de su escamosa garganta. Inti se acercó un poco más y sus ojos se le iluminaban.
De pronto sintió un brisa blanca, ventolina suave a su derredor. Volteo y nubecillas, como hojuelas pálidas salían de la habitación contigua. Se levanto y acercándose pego oído a la pared.
-Tu tele transportación es peligrosa- dijo entonces una extraña voz- seguro nos puedes enviar al palacio en un abrir y cerrar de ojos.
-Muy seguro, ninguna habilidad mágica podrá torcer o escapar del designio. -dijo otra voz. Y empezó a hablar de nuevo, pero con voz más baja y dulce- Que todo aquel con fe, poder y ánimo en su existencia. Persiga el afán de mi destino. Que no se detenga y me acompañe aún deba ser por la fuerza...
La voz seguía larga y copiosa. Inti veía la bruma espesarse bajo sus pies y se sintió indignado.
-No quiero irme!- grito dando golpes a la pared- No estoy preparado, no tengo ganas. Y no me he pedido el desayuno! Además, y además hay un dragón allá afuera y si me voy no podré verlo! - Entonces la neblina lo inundo y se lo llevo.
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