𓄹𓈒 Parte 18
Capítulo 1.
Parte 18. Conviviendo con la verdad. 2
La pelirroja sin pensarlo mucho se deslizó en el primer sofá cercano de la oficina del psicólogo Jonas, por lo que, a Leah no le quedó de otra que sentarse en el otro individual pero cerca de ella. Dejó caer su cabeza en el respaldero y cerrar unos minutos sus ojos, descansando.
-¿Puedo saber que relevarás a la joven nativa presente? -pregunta curioso el licenciado de psicología.
Tristana se muerde el labio inferior agarrando muy gruesamente el mismo en presión por el nervio inicial, sin embargo intenta relajarse, para mirarlo y luego a Leah.
-Es mi compañera. -expresa sincera y sin ningún secretismo. El fénix se sorprende tanto que sus cabello se enciende de golpe en llamas- Y no quiero mas mentiras, y la tribu de donde proviene la mantiene cautiva de conocimiento que le involucra e involucró personalmente.
-Wow, eso no me lo esperaba. Digo... En algún momento encontrarías a tu compañera, pero... Es demasiada información importante, ¿estás segura que es lo correcto? -pregunta tratando de recomponerse el fénix, al mismo tiempo que trata de apagar su cabello tras toques.
-Estoy segura y aunque no lo estuviera, para ello la traje aquí. Pará evitar que se me vaya de las manos, después de todo aquí es usted el experto en la mente, no yo. -admite algo despreocupada, aunque su postura no demostraba lo mismo.
-¿Cautiva de información? ¿Tiene algo que ver con ese maldito de Sam? ¿Y la embustera de mi prima? -preguntó ligeramente inquieta, Leah.
-El contexto está en que: Leah estuvo emparejada antes con un chico, Sam Uley es un nativo que rompió toda relación con Leah tras unos días desaparecido, y sin decirle ningún motivo aparente, creo inclusive que estaban a días de un casamiento serio; ambos provienen de una tribu que tiene leyendas que involucran a los lobos protectores, lobos que tenían como misión proteger a su pueblo de los vampiros. Tras el rompimiento, Uley formó una relación con la prima de Leah, Emily. Por eso, los trata de dicha forma al nombrarlos-explicó con suma delicadeza la pelirroja de ojos verdes. Logrando sorprender a Leah ante lo muy bien informada que estaba ella. -El tema está en que, yo se el motivo por el cuál podría haberse excusado el ex de Leah, para romper todo lazo con ella de un tajo, y de esto ser incapaz de dar respuesta al respecto. -vuelve a decir y seguidamente callar un momento.
El psicólogo al escuchar aquello de estar encendido por sorpresa se empezó a quedar con una expresión fruncida, tenía una idea de por donde iban los tiros por la mención del linaje protector de la tribu nativa.
-Deja dar el contexto y dime: ¿cómo carajos sabes tanto de mí?
-Por qué vengo de un mundo alternativo a este. Pero eso es lo que menos te debe alterar, lo que a mi me preocupa, es saber como reaccionará ante la verdad tras esa relación traicionera que vez en Uley y Emily. -explica fijándose totalmente en ella.
Logrando encoger de hombros a la nativa, ante la profunda sinceridad. Pero de igual manera hizo una mueca de resignación al ver el enfoque del cual sólo eso iba a responderle.
-Bien, habla ya. -espeta Leah de malhumor ante lo expresado.
-Sam Uley tras sus días de desaparición se enfrentó a la cruda realidad que las leyendas guardaban, que la ignorancia de ser humanos hacia imposible de ser posible. Tras esos días de desaparición, se convirtió en un protector lobuno, el primero de la siguiente generación y en el Alfa. La transformación ocurre tras emociones fuertes, enojo e ira imposibles de controlar, algo que realmente se escape del control de uno mismo con sus emociones. -explica suavemente pero muy detalladamente Tristana.
-¿Quieres decir que por... Eso? Sam ya no quería acercarse, no quería hablarme, no quería nada conmigo, ni siquiera explicármelo. -preguntó con las manos empuñadas sobre sus rodilla, mientras la veía incrédula.
-No justifico su forma de actuar contigo, sino que te informo el motivo de su ausencia. Si bien, el concejo de la tribu expresó y dictaminó que no fueras involucrada ni que se te acercara para evitar algún daño físico hacia ti, debido a que tras el cambio, los sentimientos y emociones están a flor de piel; y por ende, en cuestión de segundos puedes salir de tu zona pasiva y tranquila a entrar en rabia, y atacar sin quererlo. El daño es irreversible. -comenta sentándose firme en el sofá, preocupada por el aspecto de enojo que empezaba a presentar Leah.
-¡Entonces me estás diciendo que mi padre lo alejó de mi por esto! ¡Que les costaba decirme!: "Leah, Sam tiene problemas de ira y necesitan tiempo para establecer un mejor medio." -exclamó levantándose fuera de sí, tras las lágrimas al sentir sus latidos ir rápido ante la molestia de la verdad.
-Joven Leah, respire por favor... -intervino inmediatamente el doc.
-¡Ni se atreva a tocarme! -gruñó ligeramente, para enfrascar la mirada en la pelirroja que estaba frente a ella-Dime porque se acercó a Emily, ¿por qué ella y no yo.?
-Sigue la indicación del doc, o me veré obligada a intervenir. -pidió con suavidad, algo inquieta al verla así de dolida, ahora mismo estaba pensando también en mil manera de hacer que Sam suplicara perdón a su compañera- Emily solo se cruzó en un tiempo y lugar inoportunos, aun no era tiempo para que Sam la conociera, debido a que era muy reciente el rompimiento contigo. Hay una... Una ley algo machista en la tribu Quileute, que consiste en que una vez que el Alfa encuentra a su impronta esta debe ir con él, porque estar separados llevará a la perdición al lobo. -explica intentando tocar el tema de a poco.
-¿Impronta? Me estas diciendo que las leyendas de almas gemelas eran reales también... ¿Y que... Sam no... No era como antes nos juramos serlo? -pregunta cada vez con la voz más rota pero los puños iban siendo apretados con más fuerza hasta quedar medio amarillos casi blancos.
-Sam Uley, al ver a tu prima, no lo decidió por el mismo imprimarse en ella solo pasó. Pasa mágicamente, cortando todos los hilos que a uno lo ata en la tierra, el amor a su familia, amigos, y hasta amores humanos. El gen protector rompe todo lo vivido anterior para tomar posesión de todo a su voluntad mística. Aunque Sam se negara, tarde o temprano moriría en el peor de los casos, realmente no debió haber encarado de buenas a primeras a Emily como pareja. Debido a que la imprimación surge cuando se ven a los ojos, y la alma o huella hace ver lo que necesita en su vida, pudiendo ser un: amigo, mejor amigo, hermano, amante o pareja. No necesariamente debían acabar en pareja. -explica Tristana.
Pero para la mente de Leah tan solo se reproducía una cosa de todo lo que había dicho la pelirroja. "pasó mágicamente (...)", "No necesariamente debían acabar en pareja", para ella estas palabras por algún motivo le habían dado paz saberlo pero también había vuelto a repercutir en ella como fuego en su piel, algo que ardía y por un momento, se sintió sofocada en un ardor y calentura digna de fiebre.
-¡Solo jugó conmigo, eso es lo que veo! -exclamó cayendo de rodillas al suelo totalmente decepcionada.
-¡Leah! -exclama Tristana preocupada por la inconfundible sensación de dolor en su corazón al saber que su compañera estaba viviendo un dolor muy profundo.
-¡No te acerques Tristana! ¡Aléjate ya! -gritó el doc en cuanto vio como los temblores se incentivaron aún más, y poco después, de que el psicólogo se había arrojado a proteger a la pelirroja, se escuchó un gran estruendo en el despacho.
Un gran lobo grisáceo y hermoso se encontraba alrededor de muebles rotos, y vidrios despilfarrados. Sin embargo, tras un momento, un solo segundo entre gemidos de cachorro llenos de temor provenientes de Leah, ambas pudieron conectar miradas. Demostrando así en flor vivo y piel, la magia de la imprimación a la nativa recién transformada.
Cada hilo que la mantenía en pie en la tierra, el amor a su padre, a su madre, a su pequeño hermano, a todo lo que alguna vez amó, eran cortados de un tajo. Quedando flotando en la nada, perdida y sin rumbo pero en cuanto volvía a enfocar su vista en esa pelirroja de ojos verdes, todos esos hilos iban navegando en su dirección, demostrándole la verdad através de la realidad. Tristana Marvin's Swan, era su impronta, y sería lo que fuera que ella necesitara: una madre o confidente, una hermana o mejor amiga, una amante o pareja. Sería lo que ella necesitara y sería feliz con eso, porque ahora el dolor que sentía por el resentimiento del desamor de Sam Uley, había sido roto como si nunca hubiera tenido que pertenecer en su vida, ya no sentía nada hacia él. Claramente no le iba a perdonar lo hecho, pero si que se sentía libre, ligera y más tranquila.
Al fin podría ser feliz, tal vez ser lobo no era tan malo.
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