3𓄹𓈒 Parte 15
Capítulo 3
Parte 16: Desenlace fortuito.
Tristana no estaba muy contenta, habían amagado con causar daño a sus compañeros, estaba más que segura en exterminarlos de no ser por una pequeña intervención de uno de los Reyes que descansaba en los tronos.
—Si los tocas, ten por seguro que extinguirá nuestras existencias, Aro. —pronunció el joven vampiro de ancha frente y rostro alcaido.
—No podemos dejar que se haga con nuestro poderío. ¿qué nos asegura de que no extinguirá toda la raza a la que pertenecemos?—pregunta Aro irascible y cagado de miedo.
—No lo hará, si no das motivo, hermano. —contesta sombrío Caius. No era fan de devoción de la situación puesta frente a sus narices pero nole quedaba de otra— ¿Has venido para exiliarnos de nuestro poder o a qué realmente?
Tristana debía admitir que Caius Vulturi era de los reyes vampiro más sexy de lo que deseaba admirar, tenía una mente fija, estratega y justa, ni más ni menos se permitía en errar. Eso era lo que siempre admiró tras ese carácter de mierda y petulante que se mostraba en la película o libro de la saga.
—No he venido con intenciones malas. Solo quería conversar como gente civilizada y explicarles mis motivos de intervención exponencial contra sus decisiones. Pero si me amenazan, no puedo negarle que voy a actuar y los extinguiré así sea necesario o no. —responde con tanta madurez que cae como anillo al dedo en aceptación al astuto rey Caius.
—Perfecto. ¿Ven? Solo era necesario un poco de claridad y comunicación justa. No dramatices algo innecesario, Aro. —enuncia Caius con tanta ironía hacia el más dramático y cínico Rey al que acompañaba a gobernar.
Aro con incredulidad, con una expresión de pura molestia, retrocede y se sienta en su trono.
—Escucharemos tus palabras a petición de Caius, luego procederemos con el veredicto final. Tanto como para usted como para tu Clan, querido Carlisle.—alega tratando de obviar su molestia.
Marcus solo espera ansiosamente su final feliz, sabiendo perfectamente que si amenazaba contra la vida del unicornio o le suplicaba piedad, terminaría con este eterno suplicio en que estaba expuesto a vivir.
—Bien. He utilizado ciertas cosas a mi favor en estos meses, y uno de eso es el siguiente caso: A principio del 2006, Edward Cullen expuso a su familia y el secreto tras salvar a su Tua cantante de morir en pleno estacionamiento educacional, lleno de humanos. Solo mi prima pudo ver la velocidad y fuerza sobrenatural con la que se movió Edward para salvarla. La naturaleza Swan siempre ha tenido la curiosidad por encima de la ley de sobrevivencia, pero tenemos otras cualidades que nos favorecen para continuar vivos; en fin, la cuestión es que Edward decidió echar a la mierda todo, tuvieron un conflicto con unos nomadas que pusieron mucho mas interes que de alimento en mi prima, le dieron caza a ella y con ello, Carlisle y sus hijos hacia los nomadas. Eran tres nómadas, uno murió a manos de la manada de mis compañeros lobos y el otro murió a manos de los Cullen. La tercera había escapado y utilizó un chico humano, su primer neofito para crear el batallon de neofitos en Seattle. Como bien sabrán tus queridos y fieles siervos. —explica puntillosamente la pelirroja mientras sus manos se encontraban en la espalda como pose militar.
—Mandamos a Jane, Ale, Felix y Demetri. Dijeron que vieron al batallón pero que luego desapareció en una luz que llegó a picar sus pieles. —expresó Caius, mientras sin darse cuenta estaba demostrando mucho interés.
—Así mismo, ninguno de ellos hubieran reaccionado ante el batallon hasta ver que el peligro sea severo. Pero yo no voy a dejar que las cosas empeoren para saber el objetivo para los que fueron creados, maté a Victoria por ser la creadora premiscua de todo el batallón, igualmente al ingenuo niño que creaba a diestra y siniestra neofitos en Seattle. Pero no por ello, iba a castigar a los inocentes humanos que fueron concebidos para destruir algo sin sentido alguno. —comenta totalmente tranquila.—Los purifiqué, devolví sus vidas humanas y millones de familias me lo devolvieron con su silencio. Ya estaban sospechando de las mordidas inexplicables de dos puntos en cualquier parte del cuerpo y la inexistencia de sangre. Si no intervenía probablemente debían exponerse al público humano, y ustedes no desean eso, ¿Verdad?
Aro, Marcus y Caius la miraron tan sorprendidos de que tuviera tanto cuidado, meticulosidad y finalidad limpia de reconstruir un caos imposible de arreglar.
—Así es, el secreto de la inmortalidad es mejor llevar con calma. Muchos humanos no son de utilidad en esta vida eterna. Se le agradece sus intervenciones, pero, ¿Porqué ha hecho tanto por los Cullen o solo ha sido por su prima?—pregunta Aro, intrigado.
—Ni por lo uno ni por lo otro. Me estresa la falta de equilibrio en un ambiente tan tranquilo como mi hogar, Forks. Cuidar a mi prima es solo un efecto colateral, debido a que es familia pero no deseo exterminarlos de ese modo, vosotros hacen bien su trabajo de la peor manera, pero lo hacen. ¿quién dijo que para ser justos y soberanos deben ser inocentes ante la dictadura y poderío? Si bien, es cierto que muchas veces se pasan de la raya y exterminan más de los que os incumben, mi trabajo es cuidar de otras especies y se han metido con mi trabajo, no quedaran impune ante ello. —comenta seriamente, mientras ve a Caius, y este reacciona a la defensiva.
—¿Y porque me miras a mi? Yo no he hecho nada malo, que yo sepa.
—Usted arrasó con una manada de hombres lobos años atrás, eso no le incumbía realizar. Pero claro, vuestra ira es un cambio que del cual no existe la paz ni reparo. —atribuye con cierta ironía.— Pero bueno, en el resto de cosas lo hacen bien, como Reyes, así que espero que ser compasiva con sus faltas, también me lo regresen de vuelta con el respeto a mi trabajo.
Caius la miraba irascible.
—¿Qué esperabas? que diera una advertencia y entrarán en caza por nuestras cabezas sin más. —pregunta con tanto sarcasmo, que sale un gruñido de molestia hacia ella.
—No pero se podía solucionar de otra manera. En fin, no escarbemos en un lago de hipótesis, no tengo tiempo. —intervino por la paz.— La cuestión siguiente que diré es: Haré una intervención más, en algunos años próximos pero no este año, en mis compañeros Emmett y Rosalie. Os aviso a modo de prevención, no es fortuito que nos veamos tan a menudo.
—¿Intervención? ¿qué es lo que deseas hacer?—pregunta con sumo interés Aro, mirando a la pareja que se encontraba igual de curiosa.
—Borraré sus memorias, y purificaré sus cuerpos, volviéndolos humanos. Estarán bajo mi custodia, tal y como lo están Edward y mi prima. ¿Estáis de acuerdo? O ¿les será aún de utilidad sus dones para algo en común?—pregunta como si barajara los caminos.
Aro y Caius la miran, pensativos. Aro vuelve a sentarse en su trono, mientras que la mano de Caius se encontraba sobre la mano de Aro, hablando ambos de las cuestiones de contra y favor.
—Emmett posee superfuerza, aún así ya disponemos dentro de nuestro Clan dicho don. Por lo que no será de utilidad en el nuestro, mientras que la joven Rosalie tampoco está tenerla entre nuestros planes. —contempla Aro, mientras mira a la pelirroja que asiente aliviada.—pero... ¿Usted no querría unir un tratado con nosotros?
Tristana se lo queda mirando.
Carlisle, Alice y Jasper sienten escalofríos cuando notan una sonrisa aparecen entre la pelirroja y Aro, lo cuál no es de muy buena calaña.
—¿Porqué ella querría un tratado con vosotros? Es ella quien tiene más derecho a que se le respete que tener un tratado de paz con quiénes la amenazan por temor.—sisea a la defensiva Emmett.
Rosalie no decía nada, aún cuando fuera la que siempre estaba a la defensiva. Por algún motivo, este tema sentía que debía dejarlo en ella, y no intervenir como su instinto dictaba.
—En ese tratado nos mantendríamos comunicados en armonía, paz y seguridad. Donde ninguno se metiera con el camino del otro, es por un bien común. ¿Qué dice joven Unicorn Red?—pregunta Aro interesado.
—No quiero faltar al respeto ni mucho menos que se malinterprete mi moral. Pero... ¿Usted es consciente de que soy la criatura sobrenatural que debe mantener el orden en carácter neutral sin tener lado izquierdo o derecho de favoritismo, verdad?—pregunta seriamente, aunque la diversión se notaba en la mirada.
—Pero, ¿no cree que sería mejor trazar los límites de nuestras intervenciones como más lo requiera al igual que los nuestros?—pregunta reticente Caius.
—Igual si trazara o no los límites, ninguno lo respetaría. Mi deber es intervenir ante cualquier situación controversial, no importa de que especie sea. Si ha realizado un pecado imperdonable no hay castigo similar para redimir los hechos, solo la exterminación absoluta. —defiende su postura sin elevar la voz.— Ustedes ya estáis advertidos, si no me respetan no los respetaré. Siempre que pueda evitarse la perdida de vuestra gente, lo haré, comunicaré como corresponde pero no les incumbe ser quienes decidan sobre mi juicio.
—¿Acaso nos crees idiotas? No nos aseguras nuestra protección ante tus decisiones. Es injusto lo mires por donde lo mires. —gruñó Aro.
—Los protejo tanto como puedo, pero si vosotros seguís actuando como si fueran Dioses impunes a la destrucción, es imposible evitar que el caos le llegue. Deben prever, trazar su camino seguro y hacer que se los respeten sin ganar tantos enemigos. Un día de estos, todos los vampiros que se encontran como nomadas, ocultandose de vosotros vendrán a cobrar venganza, perecerán si no sois astutos. —advierte.
—¿También has visto ese futuro?—pregunta Marcus, por primera vez ansioso de que pronto llegara a cumplir su libertad.
—Antes. Mi prima lo causaba, e incluso Carlisle junto a Edward, pero actualmente ese destino es impredecible para mi. Ya he roto el hilo de ese desenlace fortuito de vuestra muerte, ahora ya no sé quién determinará vuestra extinción. —comenta Tristana con una mueca torcida de preocupación.
—Así que con esas estamos. —contesta Aro, observando a su querido ex-compañero de Clan—Entre mis hermanos, declaramos que no necesitaremos de tus compañeros vampiros, así que, ya nada nos entrelaza. Seguiré persistiendo en cuanto al tratado, hasta que realmente te lo pienses con calma.
—Hace bastante tiempo Emmett y Rosalie, han dejado de pertenecer al Clan Cullen, por lo que no nos compete lo que suceda en relación a este. —comenta Tristana mirando la angustia de Esme al notar como ella se lava las manos ante la situación.— Tranquila, querida Esme, mientras tu compañero acate las ordenes de sus Reyes, nada malo ocurrirá en tu vida perfecta.
Aro, Marcus y Caius asienten de acuerdo a lo que profesaba con tanta determinación. Era claro que ese favor que había hecho la pelirroja en muchos sentidos, se daría a través de lo dicho a continuación:
—Queda bastante claro, no tenemos más tema de conversación que aclarar. Podéis retiraros en paz, espero que nos volvamos a ver en otra ocasión. Buen viaje, Red Unicorn. —despide reacio pero resignado Aro.
—Cualquier dilema que obstruya su camino, de ser necesario incluyanos para estar al tanto de vuestra justicia. —comenta Caius con frivolidad.
—Lo intentaré. Gracias por la charla amena que hemos consumado hoy.
Siendo así como, Tristana con un gesto de manos pide a Emmett y Rosalie que los acompañe fuera de la sala de Trono, al igual que sus compañeros lobunos que no cabían de la sorpresa.
Habían logrado salir ilesos, enfrentando a Reyes enemigos, y por consiguiente, abandonando a los Cullen en el agua lleno de pirañas.
Este sin duda, había sido un desenlace muy fortuito para ellos.
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