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Capítulo 8

La clase de Jimin estaba en tensión, el contenido del día había terminado de ser impartido y era momento de dar el resultado del examen sorpresa de dos días atrás. Todos seguían al profesor con la vista, mientras sacaba una carpeta con las hojas, dispuesto a repartirlas por todo el salón. Algunas expresiones eran de júbilo, otras de decepción, varias de contrariedad; sin embargo, todos se quedaban callados, Park había sido claro con que cualquier opinión o inconformidad, la escucharía en su escritorio después de que todos tuvieran su nota. Él era el único que dedicaba un que otro comentario a los examinados, según su desempeño.

La sorpresa de todos fue grande cuando Park Jimin llegó a donde se encontraba Jeon Jungkook.

—Muchas felicidades. —Le entregó la hoja—. Debo admitir que estoy gratamente sorprendido, no esperaba una nota tan buena de tu parte con todas las veces que te sorprendí sin prestar atención.

—No es que no preste atención, es que mis ojos no pueden evitar fijarse en lo que les resulta irresistible —susurró, solo audible para ambos—. Todo eso está junto en usted, así de simple. —Lo detalló con la mirada.

Haber admitido que sentía por Jimin algo más que simplemente atracción física, no quitaba el hecho de que la sola presencia del profesor lo continuara volviendo loco, y que tuviera unas ganas de follárselo tan grandes como el Océano Pacífico, esas no habían disminuido ni un gramo.

Era la última clase del día, después de aclarar dudas y que sonara la campana, todos comenzaron a retirarse a sus casas.

—Jeon —llamó Jimin—, ¿podrías quedarte un momento? Hay algo que me gustaría conversar contigo.

Jungkook asintió, terminando de ordenar sus cosas esperando a que sus compañeros terminaran de salir. Una vez solos y a puertas cerradas, se acercó al buró con paso confiado y expresión seductora.

—¿Qué deseas, Jimin? ¿Hacer un simulacro de todas las poses en que podríamos follar en este escritorio? Si es para eso, podemos comenzar ya.

—Menos mal que ya te he dado por perdido, o el que acabaría perdiendo la cabeza iba a ser yo. —Apartó un poco la silla y se puso de pie. Delineó la superficie de madera con la mirada, a la vez que se mordía el labio.

—Te ves como si estuvieras considerando la opción.

—No digas tonterías —contestó—. ¿Y por qué has vuelto a tutearme?

—No olvides que solo complazco a tu subconsciente. ¿Cuándo vas a admitir que te encanta?

Jimin carraspeó, no podía negar eso. El solo hecho de imaginar a Jungkook diciendo su nombre en todo tipo de escenarios y situaciones eróticas, lo excitaba sin excepción.

—Ese no es el motivo por el que te llamé aquí —desvió el tema—. ¿No te interesaría concursar en matemáticas a nivel nacional? Tu manera de interpretar los ejercicios fue muy prolija, a pesar de no prestar demasiada atención; señal de gran capacidad.

—Me rehúso —contestó tajante—. No puedo permitirme formar parte de cosas que me quiten tiempo de mirarte el trasero.

—No digas tonterías, estás anteponiendo algo sin importancia a tu futuro. Si lo que quieres es verme, podrías seguirlo haciendo en las clases de preparación. —Ni el propio Jimin se creía lo que acababa de decir a modo de convencimiento.

Ahí estaba de nuevo, ese Jimin devoto a su profesión que Jungkook tanto había llegado a admirar, pero que tanto le desesperaba en ocasiones. Jeon no era tonto, había demasiados escenarios y momentos para tener conversaciones como la de ahora, pero su profesor siempre buscaba espacios que implicaran estar a solas. Por más que se lo negara, él también quería que pasara algo, simplemente se encargaba de crear excusas para nada convincentes cada vez.

—Suspender e ir a verte en las clases de recuperación me traería menos problemas.

—¡No digas eso ni en broma! —Se puso de pie, acorralando al Jungkook entre la pizarra y él—. He tolerado todas tus conductas hasta ahora, pero no te saldrás con la tuya si haces eso. —Sus rostros quedaron separados a centímetros.

El azabache se hartó del mismo tira y afloja de siempre.

—Y yo no toleraré más tu falta de decisión. —Lo agarró por el rostro y estampó sus bocas con deseo y desesperación.

En cuestiones de segundos, intercambió posiciones y acorraló a Jimin contra la pizarra, le introdujo su muslo entre las piernas y un gemido de placer se le escapó al notar la erección naciente en los pantalones de su profesor. El combate de sus lenguas era salvaje y apasionado. Esta era la faceta de Jimin que más anhelaba ver, esa en la que sus ojos de llenaban de lujuria y la pasión se desbordaba de cada uno de sus toques desesperados. Introdujo una de sus manos por debajo de la ropa de su tutor y apresó uno de sus pezones entre sus dedos pulgar e índice, a la vez que acercó sus entrepiernas para aumentar la fricción de sus sexos; un gemido quedó ahogado en medio del beso. Sintió los dedos de Jimin aferrarse con fuerza al cabello de su nuca y apartarlo con brusquedad.

—No vas a someterme, Jeon. ¡Eso nunca! —jadeó.

Jungkook sonrió ladino. Había vencido la primera barrera, esa del profesionalismo que Jimin siempre erguía entre ellos, y que el placer parecía haber derrumbado de golpe. Ahora solo quedaba una, y sabía perfectamente cómo hacerla tambalearse. Se alejó del beso, pudiendo observar el tentador panorama que representaba un Jimin con ojos brillantes de lujuria, labios hinchados y entreabiertos, y una palpitante erección en sus pantalones; todo provocado por él. Era momento del jaque mate. De subió al buró y abrió sus piernas, masajeando con descaro y parsimonia su propia erección, sin dejar de clavar sus ojos en los de Jimin. No planeaba ceder, era cuestión de elevar el placer al máximo y volver a tomar el control justo cuando Jimin menos se lo esperara. Follarlo estampado en su propio escritorio mientras gemía su nombre, hacía su erección crecer cada vez más.

—Entonces ven aquí. —Señaló el espacio entre sus piernas abiertas, introdujo sus dedos por debajo de su propio pullover y fue levantando la tela poco a poco hasta dejar visibles sus pectorales.

De un momento a otro, la garganta de Jimin se secó en anticipación y se humedeció los labios antes de morderse el inferior. Sintió un pulso de sangre llegar a su pene y unas ganas irremediables de arremeter contra ese cuerpo seductor que se ofrecía frente a él, para follarlo de todas las maneras posibles. Ese chico descarado lo sacaba de sus casillas, no podía sacárselo de la cabeza, le impedía pensar con claridad. No creía ni por un segundo que se le estuviese ofreciendo en bandeja de plata, algún plan debía tener; sin embargo, no se sentía con capacidad para impedirlo. Si algo sucedía y no podía conservan el control, era capaz de olvidar todo y dejarse llevar por el placer que seguramente obtendría. Justo cuando estaba a punto de reducir a cero la distancia entre ellos, devorar esa boca y hacerle de todo a ese cuerpo, escuchó las risas de un grupo de chicas que parecía acercarse por el pasillo.

Recordó entonces lo que siempre olvidaba cuando ese chico se metía en su mente: su posición, el lugar donde se encontraban, y lo que podía suponer para su carrera un desliz más... La imagen de su madre disculpándose de rodillas frente a alguien que la menospreciaba, solo por tratar de defenderlo, se hizo presente. Por su mente atravesó fugazmente también el rostro de aquel hombre que disfrutó sometiéndolo y remarcándole que parecía una puta gimiendo por su polla mientras lo follaba. Dos momentos totalmente diferentes, pero que lo afectaban de una misma manera cuando de Jeon de trataba.

«¡Mierda!», se recriminó por estar a punto de dejarse llevar una vez más.

¿Qué clase de estragos ocasionaba Jeon Jungkook en su mente? Ni que fuera distinto a todos esos que solo quieren poner su polla en él. ¿Por qué pensó, siquiera por un segundo, en volver a someterse? ¿Por que estuvo a punto de poner en tela de juicio su profesionalismo, esta vez sin derecho a objetar?

Respiró profundo, tragó en seco, apretó los puños, tomó su saco que había dejado colgado en el espaldar de la silla y su maletín de una esquina del escritorio.

—Aléjate de mí de una maldita vez, Jeon —espetó—. No toleraré ni una más. —Salió y cerró la puerta tras de sí, sin mirar atrás ni dar la oportunidad a Jungkook de objetar nada.

¡Holiwis! Primera actualización de año. Ayer quería subir algo, pero fui cruelmente derrotada por la flojera xD. Si no soy vencida hoy de nuevo, puede que más tarde les traiga otro capítulo. 💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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