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Capítulo 6

Jeon caminaba enojado por los pasillos. ¿Lo peor de todo? Su molestia era consigo mismo. Las semanas continuaban pasando y no lograba sacarse a Park Jimin de la cabeza. Todo no había concluido como normalmente lo hacía para él. Si alguien le decía que no quería nada, cosa bastante rara, él simplemente se alejaba con un “tú te lo pierdes”, cuando más, se restregaba con otro delante de esa persona si la volvía a ver antes de olvidar su rostro. Sin embargo, ahora, no dejaba de pensar en el significado detrás de las palabras de su profesor; tampoco dejaba de observar detalladamente su desenvolvimiento.

Había notado al Jimin entregado, responsable, docente, preocupado por el aprendizaje de sus estudiantes, con buena actitud ante el trabajo y cordial con todos sus compañeros. La llama de pasión que notaba en él mientras impartía clases y explicaba, la amplia sonrisa que dedicaba a todos los pupilos preocupados que se acercaban a aclarar dudas; eran algo digno de apreciar y admirar.

¿Qué había pasado con el Jeon Jungkook despreocupado? ¿Dónde estaba el chico amante de las relaciones sin compromiso y que podía llevar a la cama a quien quisiera? No podía concebir estarse interesando por la única persona que, aparentemente, no podría tener. Rendirse no estaba nunca en sus planes, si se trataba de algo que deseaba, pero en esta ocasión no estaba seguro de si querer ir más allá. Ni siquiera sabía si esto era efecto de nuevos sentimientos, o de unos besos demasiado buenos que no lograba sacarse de la cabeza; pero tampoco era un simple adolescente hormonal que no sabía distinguir cuando nuevos sentimientos estaban surgiendo. Era hormonal, demasiado, pero no un chiquillo ignorante. Se estaba interesando por Park de disímiles maneras, lo sabía.

—¡Kook! —Una voz conocida llamó su atención—. ¿Qué haces? —Min Yoongi, su amigo desde inicios de primer año, se acercó vistiendo ropa deportiva color rojo.

—Ehmm... ¿Existir? —Se encogió de hombros.

—Ok, definitivamente estás raro. —Era lo mismo que llevaba diciéndole en las últimas semanas, desde que no lograba sacarse a Park Jimin de su cabeza—. Siempre pareces un zombie en los pasillos, con la cabeza Dios sabe dónde, y te distraes demasiado mirando a la nada. ¿Hay algo que deba saber?

Yoongi siempre había sido muy perspicaz, no podía ocultarle nada.

—¿Vas a entrenar? —desvió el tema. El baloncesto siempre era la solución cuando se trataba de distraer a su amigo.

—Sí. El Torneo de Otoño se acerca. Si logramos buenos resultados, podremos obtener pase directo a la Copa de Invierno. ¿Quieres venir a ver el entrenamiento?

—Paso. Aparte, tengo clases ahora. —No era de sentarse en gradas por horas a ver entrenamientos—. Pero iré a animarte al torneo si ganan. —Aunque no le gustara ese deporte, se trataba de su amigo, iría a apoyarlo cuando fuese necesario.

—Siempre lo haces, espero verte este año también ahí.

—Y yo espero que este año vuelvan a ganar.

—¡Suga! —El apodo de Yoongi en el equipo se escuchó desde el final del pasillo—. ¡Vamos, el entrenador nos espera!

—¡Voy! —respondió y volvió a mirar a su amigo—. Debo irme, Kook.

—Claro. Nos vemos más tarde.

Jungkook volteó hacia el chico que había venido a recoger a Yoongi, y ambos alzaron la mano a modo de saludo.

—¡Un gusto haberte visto también, Jeon! —agregó el chico a lo lejos.

—¡Igualmente, Hobi! ¡Suerte en los entrenamientos! —saludó en respuesta a Hoseok, el vicecapitán.

Chocó puños con Suga y siguió su camino a lo largo del pasillo. Se detuvo en el pequeño cristal de la parte superior de la puerta de un aula, sus pies se quedaron quietos al distinguir la figura de Jimin y escuchar el sonido tenue de su voz, vestía su usual look enemigo de trajes y elegancia, pero que no le restaba formalidad. En un par de minutos, la campana sonó. Vio a Jimin despedirse y orientar los estudios independientes, para luego dirigirse a la salida con su portafolios. El profesor salió tan distraído, que no había notado su presencia hasta que sus cuerpos chocaron.

—Buenos días, Jimin —lo saludó, sin dejar de observar sus labios.

—Buenos días, Jeon. —Se relamió inconscientemente ante la observación de sus belfos—. Tan irrespetuoso como siempre. —Siguió de largo, tratando de alejarse de las tentaciones, tal y como había hecho hasta ahora.

—Sé que te encanta esto, simplemente te complazco. —Caminó detrás—. ¿Me estás evitando? ¿Huyes de mí? —cuestionó con una sonrisa coqueta.

—Los estudiantes iban a salir a su próxima clase, no iba a obstruir el tránsito. ¿Tú no tienes una clase a la que ir también?

—Sí... De hecho, a la tuya. —Le dedicó un guiño travieso.

—Al menos no andas perdido. Vé antes de que se te haga tarde.

—¿Por qué no vamos juntos? —sugirió—. ¿Acaso me estás evitando?

Jimin enarcó una ceja.

—Simplemente voy a la oficina a recoger unos cuadernos que debo entregarles. —Sonrió de lado—. ¿Podrías dejar de pensar que todo lo que digo y hago, gira en torno a ti?

—Golpe bajo, profesor —respondió—. ¿Qué te parece si voy contigo? Debe ser mucho para cargar solo.

Más que avergonzarse o retirarse, Jungkook optó por seguir insistiendo un poco más. Ni él mismo tenía una explicación lógica para sus acciones, solo quería estar un poco más al lado de Jimin, extrañaba incluso estos pequeños intercambios verbales desafiantes y descarados. Era, en cierto modo, divertido.

—¿Qué planeas, Jeon?

—¿Podrías dejar de pensar que todo lo que digo y hago, gira en torno a ti? —le devolvió sus palabras, alzando sus cejas un par de veces.

—Dicen que lo cortés no quita lo valiente, pero a ti no te quita lo descarado, según veo. —Se mordió el labio en un gesto demasiado sensual a ojos de Jungkook.

—Gracias por el cumplido.

Jimin solo se dio por vencido, negó con la cabeza y continuó su camino acompañado de un Jungkook que, a pesar de seguir siendo el mismo de siempre, se veía tierno ante sus ojos. Se sorprendió a sí mismo por estar pensando en algo como eso, y trató de desviar sus pensamientos al examen sorpresa que le tenía preparado a sus estudiantes.

«¿Podrá aprobar? Siempre está distraído con mi trasero o mis labios cuando está en clases». Su mente lo traicionó y regresó a Jungkook, esta vez con un pensamiento más indecoroso que el anterior.

¿Qué le estaba pasando? Es cierto que le era imposible ser indiferente, y fingir que no notaba cómo era el objetivo de las miradas de su estudiante más veces de las que debería, y por tiempo demasiado prolongado. Por otro lado, eso también significaba que él mismo lo estaba observando más de lo debido.

¡Holiwis! Seguramente no hay muchos por aquí en estas fechas, pero igual estaré escribiendo y actualizando esta historia, estos son los únicos días que tengo libres para hacerlo. No estoy editando mucho, perdón si hay errores.

Espero estén pasando un bonito día. 💜

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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