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Capítulo 3

Jimin se quedó paralizado por un instante, pero se recompuso rápidamente. Estaba sorprendido, sí. Solo eso. No había motivos para crear ninguna clase de escándalo, él y Jungkook no tenían ninguna clase de relación. Recién se enteraba de su nombre, probablemente Jeon ni siquiera supiera el suyo. No negaría que sí se sentía algo incómodo saber que el chico había estado follando con su compañera de trabajo, mientras él no lograba sacarse de la cabeza lo que pudo haber sido y no fue, recurriendo a su mano para liberar tensión, cosa que usualmente no necesitaba, porque candidatos no le faltaban. Su orgullo estaba un poco lastimado, pero no más. Jeon Jungkook era su estudiante, esa era la única información que necesitaba recordar.

—Bueno, yo me retiro —dijo Jimin al notar el silencio incómodo que comenzaba a prolongarse demasiado—. Tomaré unas tabletas digestivas y me iré. Los dejo solos.

Hizo una reverencia, se dio la vuelta, tomó su medicamento y salió sin mirar atrás. Ya después tendría chance de conversar con su estudiante respecto a su ausencia. Regresó a su oficina para recoger los materiales que necesitaba para su próxima clase o se le haría tarde. Sintió un toque en la puerta y contestó desde su buró con un “adelante”, sin siquiera mirar hacia la puerta.

—Buenos días. ¿En qué puedo ayud...? —El resto de la pregunta murió en sus labios al ver a Jungkook en la entrada.

—Hola —dijo, cerrando la puerta tras de sí.

—¿Se te ofrece algo? —preguntó a la vez que regresaba la atención a sus papeles—. Tengo una clase que impartir.

—En realidad, sí... Ok, esto es algo incómodo. —Se rascó la nuca—. Iré al grano. Quería saber si tú...

—Tranquilo. Lo que vi no saldrá de mis labios. Conozco a Jisoo desde hace años y sé que tiene debilidad por chicos como tú; tampoco es que me importe lo que ella haga. No te delataré con el director ni nada por el estilo, eso la perjudicaría más a ella que a ti.

—Venía a preguntar otra cosa, pero me alegra saber que el secreto está seguro contigo... profesor Park.

¿Acaso había escuchado su nombre de Jisoo? ¿Lo recordaría de cuando Jin fue por él? Tampoco venía al caso.

—¿Todo bien con tu novio? Seguro es bastante celoso, parecía muy molesto cuando fue a buscarte.

¿Jeon había pensado que él y Jin eran pareja?

—No es mi novio, solo un mejor amigo inoportuno. —¿Por qué le estaba dando explicaciones?

—Veo que estamos de acuerdo en que la interrupción que tuvimos fue inoportuna —dijo con voz grave y seductora. Le dio la vuelta al buró hasta quedar frente a Jimin, separados por escasos centímetros, y se inclinó hasta que sus rostros quedaron a la misma altura—. ¿Qué te parece continuar donde lo dejamos? Estoy totalmente dispuesto. —Acarició con sus dedos el brazo del mayor, subiendo desde la muñeca hasta acabar en el hombro.

—Es una broma, ¿cierto? —preguntó con ironía—. ¿Esto es lo que vienes a proponerme después de verte teniendo sexo con mi compañera de trabajo? —Ese chico se estaba pasando de descarado.

—Acabas de decir que no te preocupa lo que ella haga. —Alzó una ceja con obviedad—. Estoy seguro de que tú también lo quieres. Espero no haber sido el único que ha tenido que buscar cómo bajarse la calentura porque no ha dejado de pensar en todo lo que pudimos haber hecho.

Una de las manos de Jungkook apretó la cintura de Jimin, pegando sus cuerpos, mientras que con la otra le inclinó el cuello, por donde pasó su nariz, aspirando su aroma a la vez que dejaba un par de besos húmedos en el trayecto. El profesor gimió ante el toque. Jeon le lamió el lóbulo de la oreja y le susurró:

—Tú solo dime la hora y el lugar. Podemos pasarla muy bien. —Soltó la cabeza de Jimin y dirigió su mano a la entrepierna de este, notando como el pene bajo los pantalones comenzaba a engrosarse.

Jimin había estado embobado y embriagado con las caricias y susurros, pero ese toque fue todo lo que necesitó para volver a colocar sus pies en la tierra y recordar su posición. Con un movimiento decidido y compacto, alejó el cuerpo de Jeon del suyo y ajustó las solapas de su saco con tal naturalidad que nadie podría decir que había estado gimiendo en brazos de ese hombre hacia solo unos pocos segundos. ¿Qué le había pasado? ¿A dónde se había ido su política? Ya no quería más experiencias amargas con estudiantes aprovechados, podía gustarle la vida loca, pero no volvería a poner en riesgo su profesión solo por un poco de placer.

—La única hora y lugar que obtendrás de mí, será la que indique donde tendrás que recibir las clases de recuperación si suspendes. —Jeon alzó una ceja confundido por el comentario, y por como la voz temblorosa que acababa de gemir ante su toque se había llenado de un temple inamovible—. Tienes mucho valor para ausentarte a mi primera clase, Jeon. Espero no se repita. Soy tu profesor y tú mi estudiante, no seremos más que eso, así que evita cualquier conducta inapropiada.

>>Lo que casi pasó entre nosotros fue un desliz de una noche, uno que a partir de este momento queda olvidado y enterrado. ¿Ha quedado claro? —Puso distancia suficiente entre ambos y lo miró con severidad, en espera de una respuesta.

—Me ha quedado claro. Es tu cuerpo el que no parece haber entendido. —Jeon le señaló los pantalones.

Jimin sabía que estaba duro. ¡¿Cómo no estarlo?! Ese chico liberaba testosterona por cada poro. Las ganas que tenía de follárselo eran inmensas, pero no quería más problemas, al menos no en el trabajo. Era cuestión de recordar su posición y controlar sus hormonas. En unas horas habría olvidado todo.

—Comprenderá pronto, no es algo que te incumba. Puedes retirarte, tengo que irme ya. —Le señaló la puerta con una de sus manos. Jungkook se encogió de hombros, metió las manos en sus bolsillos y se dio la vuelta—. ¡Ah! Y, Jeon. A partir de ahora, háblame de usted.

El estudiante simplemente tragó grueso, se relamió despacio, dejando una mordida en su labio inferior y asintió, con su mirada cargada de un brillo de excitación. Salió de la oficina sin poder dejar de preguntarse cómo demonios ese hombre podía ser tan caliente, cómo solo con su voz podía excitarlo de esa manera. Miró su ingle y rio con ironía, al parecer no era el pene de Jimin en que debía aprender a controlarse. ¡Quería follárselo, y lo lograría!

El resto de la mañana, Jimin se la pasó dando clases, no tuvo tiempo de pensar en demasiado. Se fue a almorzar a la parte trasera del gimnasio, bajo el roble rodeado de césped del jardín posterior; un lugar apartado y donde no sería molestado. Seokjin lo invitó a la cafetería, pero iba a hacerse el enojado por un poco más de tiempo. La brisa era fresca y la sombra agradable, un sitio perfecto para comer con tranquilidad y reflexionar. No era como que tuviera demasiadas cosas en que pensar; era un hombre joven, atractivo, independiente, con una carrera exitosa y pocas preocupaciones.

Comió su almuerzo mirando las escasas nubes en el cielo, esa mañana se había preparado algo sencillo, se había demorado de más por su pequeño “problema matutino” en la ducha. Antes de siquiera poder darse cuenta, se quedó dormido. Solía ponerse algo somnoliento después de almorzar, pero nunca antes a este extremo. Soñó con Jungkook, para su sorpresa. Los labios finos y rosas del peli negro succionaban los suyos y él respondía entre gemidos, sin importarle demasiado no tener el control, por muy extraño que le pareciese.

Al lado de un Jimin que disfrutaba de un profundo sueño, Jungkook estaba sentado, recargado del tronco, mientras apreciaba su innegable belleza. Lo escuchaba gemir por lo bajo y hacer leves movimientos con sus labios y mover rítmica y suavemente sus caderas. Se veía jodidamente caliente y... apetitoso.

«¿Con qué estás soñando?», se preguntó mentalmente.

Le acarició los cabellos y se los apartó de la frente, dejando una mejor vista de sus hermosos ojos y cejas, su pequeña nariz y esos gruesos labios que hacían que cualquier pensamiento casto y puro de desvaneciera de la mente de Jungkook, como si de espuma de mar se tratase. Sin embargo, a pesar de ese apetecible cuerpo indefenso que se extendía frente a él invitándolo a hacer travesuras, había un pensamiento que no podía alejar cuando lo miraba hacer pucheros y arrugar su naricita: «tierno». Era tan distinto. Parecía como si el aura imponente y dominante que le había mostrado todo el tiempo hasta ahora, fuera solo una coraza que resguardaba esta algodonosa y comestible apariencia. Se relamió los labios. ¡Joder! Quería besarlo, pasar sus labios por cada rincón de esa piel. Devorarlo.

—Mhmm... —Un gemido más sonoro escapó de los labios de Jimin.

Jungkook tragó grueso y pasó su vista nuevamente por la silueta frente a él.

—¿Con qué estás soñando? —repitió, esta vez en voz alta y con una sonrisa de lascivia en sus labios. Un bulto comenzaba a crecer notablemente en los pantalones de su profesor.

—Jeon... —La palabra escapó como un jadeo, aún entre sueños.

Jimin abrió los ojos de golpe, consciente de lo que acababa de soñar y de lo que había pronunciado. Cuando vio la figura de Jeon Jungkook a su lado, observándolo con una expresión lasciva y triunfal, supo que su desliz había sido escuchado.

—Hola de nuevo, profesor. —Sonrió con suficiencia y con una idea cruzando por su mente.

¡Holiwis! Seguro que nadie me esperaba jajaja. Como les dije, esta historia es mega random, simplemente voy escribiendo lo que de me ocurre xD, así que no esperen la gran cosa *c lanza del puente*. No es mucho, pero es trabajo honesto. 💜

Otra cosa que quería aclararles es que soy only Army, ni idea de nombres de otros idols o sus personalidades, apenas y me sé algunos (siempre le pregunto a mis amigas kpopers  ndmdkd). En esta historia estoy diseñando los personajes un poco diferentes al plano romántico que suelo usar, a ver qué sale 😅. En fin, recuerden que estoy usando nombres y rostros de los idols, pero solo eso, sus personalidades y comportamientos son creados por mí.

Chao chan 😘

Hasta la próxima actualización.

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