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Capítulo 13

Yyyyyy, como randommente decidí, aquí está el capítulo final. Espero les guste. 💜

Los rayos de sol eran los que se dispersaban esta vez en la habitación. Jimin fue el primero en despertar. Al abrir los ojos, notó que estaba entre los brazos de Jungkook. ¿Hace cuánto tiempo no despertaba en brazos de alguien? Ni siquiera solía ir a los departamentos de sus ligues, todo era siempre baños y moteles; pero para él era más que claro que Jeon no era como el resto de los hombres que se había llevado a la cama, era diferente. No sabía cómo, pero diferente, en todo el sentido de la palabra. Amanecer abrazado a él se sentía... bien. Inexplicablemente increíble. Ese calor, confortabilidad, confianza y tranquilidad, era algo que le hacía sentir cierta añoranza de sus relaciones de adolescencia, cuando todavía conservaba esa inocencia y creencia en el amor verdadero a primera vista, que el paso de los años fue convirtiendo en calenturas de una noche. 

Intentó levantarse, pero el agarre en su cintura se afianzó. Volteó su rostro, encontrando un tierno puchero en los labios de Jungkook, aún dormido plácidamente; le daban ganas hasta de besarlo y acurrucarse con él todo el día. El calor subió a sus mejillas, ¿en qué estaba pensando? ¿En qué se estaba convirtiendo este chico para él? Ahora que había saciado sus deseos interminales de follarlo, pensó que sería tan sencillo como levantarse, tomar sus cosas, irse y volver a clases el lunes como si nada hubiese pasado. Sin embargo, le era demasiado difícil alejarse, se sentía más apegado que al inicio, y en un marco más allá de lo sexual.

—Oficialmente, me has atrapado, Jeon Jungkook.

Giró su cuerpo, le besó la punta de la nariz y se acomodó nuevamente, quedándose dormido mientras observaba el lunar bajo los finos labios que tanto habían saboreado todos los rincones de su cuerpo, hacía tan solo algunas horas. Sintió una leve punzada en sus caderas. Haber cedido la noche anterior no era una rendición o retribución a lo que Jungkook había hecho, no se trató de una obligación; él era un hombre perfectamente capaz de largarse sin preámbulos ni reparos tras obtener lo que quería. Lo hizo porque quiso, porque desde el fondo de su corazón, sintió la sinceridad tras las palabras de Jeon, y deseó pertenecerle de todas las maneras, incluidas las que nunca más pensó entregar a nadie.

«¡Ay, Jungkook! Deseo tantas cosas a tu lado». Con ese pensamiento, sus ojos se cerraron.

Cuando volvió a despertar, ubicó el rostro de Jungkook, hermoso y sonriente, contemplándolo.

—Buenos días —saludó.

—Buenos días, Jimin.

—¿Otra vez mirándome dormir? Voy a pensar que te pagan por hacerlo.

—Este es el único trabajo que hago de gratis y sin quejas —sonrió—. Además, había algo que quería decirte y... pensé que si no lo hacía ahora, perdería el valor de hacerlo.

—¿Tú, perder el valor para hacer algo? Lo dudo. —Comenzó a reír, pero se detuvo al ver la expresión seria y decidida en su rostro—. ¿Qué pasa?

—Tal y como hablamos ayer, lo de príncipe azul no se me da, así que iré directo al punto. —Suspiró profundamente—. Lo de anoche no fue solo sexo. Esto es algo que no necesitas que te diga, porque seguramente no fui yo el único que lo sintió. Así que no daré rodeos... Jimin, ¿te gustaría salir conmigo? —Lo miró con decisión.

—¡¿Qué?! —Se quedó estupefacto—. Jungkook...

—Puedes creer que estoy confundido, que un buen sexo me está haciendo malentender las cosas, pero no es así. Ya te lo he dicho. ¡Sé lo que quiero! Y te quiero a ti. —Se incorporó un poco hasta quedar sentado, sin dejar de observarlo.

—No te preocupes, sé que no estás confundido. Si no, yo también lo estaría. —Sonrió—. Despiertas en mí muchas más cosas de las que podrías siquiera llegar a imaginarte, y sé que no eres como ella, pero... —Guardó silencio.

—¿Ella? —Jungkook sintió que estaba cerca de la raíz de todo.

Jimin tomó aire profundamente y exhaló calmado, dejó sus ojos fijos en el techo, como mirando a la nada, y habló:

—De esto han pasado ya varios años. Sucedió cuando vivía en Busan. Acababa de obtener mi puesto como profesor, mi carrera estaba comenzando, me esforzaba mucho por ser un buen docente que respondiera a las necesidades de sus estudiantes. Daba lo mejor de mí, aún lo hago, no quería que obtuvieran malos resultados y culparan mi inexperiencia para enseñar. Solía quedarme hasta tarde en la oficina explicando a los menos aventajados y a todos los que tuvieran dudas.

>>Había una estudiante que casi todas las tardes se quedaba a aclarar detalles de las clases, era una chica inteligente, a leguas se notaba que estaba interesada en mí y todos eran pretextos para estar a mi lado. No le hice caso, creí que era solo un capricho pasajero, como el que tienen muchos estudiantes; siempre me prestó atención y fue responsable en todo. Pensé que se cansaría de lanzarme indirectas y terminaría por concentrarse solo en los estudios... ¡Qué equivocado estaba!

>>Una tarde, se me declaró. La rechacé como era debido y le dejé en claro que entre nosotros no sucedería nada. Para esas fechas, mi madre, que estaba enferma del corazón, atravesaba algunas recaídas; así que tampoco tenía cabeza para nada más. La chica, más que rendirse y comprender, como la estudiante recatada y responsable que había aparentando ser, sacó sus garras. La vi tirar de sus cabellos y despeinarlos, rasgar su ropa y salir corriendo hacia la oficina del Director, gritando que había intentado violarla.

—¡¿Qué?! —Jungkook se sorprendió ante la declaración.

—Me quedé estático y sin saber qué hacer, nunca imaginé que se atrevería a tanto. Su madre me acusó e inició un proceso judicial en mi contra, quería verme hundido y tirar mi carrera por la borda. Lo que más recuerdo de esas fechas, es a mi madre arrodillada ante ellas, dejando su orgullo de lado, disculpándose y rogándoles que retiraran las demandas, que yo era incapaz de algo como eso. Pero, ¿cómo pedirle a esa mujer que no creyera en su propia hija, si ella, como mi progenitora, también creía ciegamente en mí?

>>Las cosas se fueron saliendo de control, hasta los vecinos comentaban sin disimulo. Nadie me creía. Nadie le creía. Su corazón no pudo soportarlo y tuvo una recaída más fuerte, estuvo hospitalizada varios días, aunque lograron estabilizarla... —Su barbilla tembló—. Esa mujer fue a verla una tarde. No sé qué pudo haberle dicho a mi madre, pero cuando llegué por el llamado de emergencia, me dijeron que pocos minutos después de que ella se marchara, había entrado en paro y no lograron sacarla. Me entregaron una nota de mamá, las letras estaban temblorosas. “Confío en ti, Minie”, decía.

>>Me pasé días sin salir de casa, odiaban al mundo y a mí mismo por ser tan imbécil y crédulo. Al poco tiempo me enteré de que se mudaron a los Estados Unidos; me llegó un sobre por correo, con un cheque de varios ceros y un papel que decía que habían retirado la demanda. La rabia me carcomió y rompí todo en mil pedazos. ¿Era eso la compensación por lo que habían hecho? ¡Qué se fueran a la mierda! No quería saber nada de ellas ni de esa estúpida ciudad. Mi expediente no sufrió daños, no había pruebas de nada, pero poco me importó, eso no traería a mi madre de vuelta, ni eliminaría lo que nos hicieron.

>>Por eso prometí frente a su tumba, que no volvería a involucrarme con uno de mis estudiantes... —Tragó grueso—. Y entonces llegaste tú, mandando todos mis esfuerzos a la basura.

Los ojos de Jimin estaban rojos y cristalizados, las lágrimas rodaban por sus mejillas y la punta de su nariz estaba roja. El corazón de Jungkook se contrajo, le dolía demasiado verlo así.

—Lo siento, Jimin. Yo... no sabía.

—No tienes que disculparte, todo esto entre nosotros está pasando porque yo también lo he deseado. No me arrepiento. —Se sentó en el colchón y lo tomo de las mejillas—. Y mi respuesta a tu pregunta es sí. Salgamos, Jeon Jungkook. Intentémoslo. Contigo de seguro vale la pena. —Lo besó con ternura y se fundieron en un abrazo.

Ya no se trataba de orgullo o sexo, sino de una conexión más allá del placer que había acabado surgiendo entre ellos. Y no podían estar más felices. Cultivarían ese algo que había nacido, hasta convertirlo en un amor lo suficientemente grande como para sanar todas las heridas, y darles lo que habían estado tanto tiempo esperando.


Hasta aquí llega este mini proyecto experimental. Está algo/muy desastroso e improvisado, pero es trabajo honesto; en un futuro quizás le edite un par de cosas, no sé. Muchas gracias por haberlo leído. 💜

Todavía queda el epílogo, lo subo mañana, así que no me pierdan la fe jajajaja. Ahora sí, regresaré oficialmente a las actualizaciones de "Over lies". Espero nos veamos por allá.

Chao chan 😘

Hasta la próxima y última actualización.

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