HOLA. Me extrañaron? No les importa, y seguro irán directo a leer el capitulo porque eso es lo que yo haría JAJA pero espero que lean esto aunque sea de último.

Me disculpo Por la tardanza, estoy trabajando tiempo completo y también tengo todo un lío con la universidad en el que mejor no entro en detalles.

No voy a prometer que actualizaré la novela muy seguido, pero si les dire que voy a acortar todo lo que tenía planeado para el final (que era solo drama y más drama) para así asegurarme de poder terminarla. Odio cuando las escritoras dejan un libro que me encanta sin terminar, lo he hecho en el pasado y si sigo rindiéndome, va a ser cada vez más fácil no terminar lo que empiece.

Así que si, les prometo hoy, que esta novela no va a ser una de las que se queden sin final. Por más que me tarde y me cueste, la terminaré de una forma que me haga sentir orgullosa y, más importante, les regresaré todo el amor que me han dado asegurándome de que no queden decepcionadas con la historia de Gilbert y Aleix. Sin más parloteo;

Gilbert Blythe

El sol está saliendo en el horizonte, Bash sigue buscando a Aleix por todas partes y yo volví hace media hora, para revisar si había vuelto. Me alejo de la ventana y me siento en el sofá con el corazón latiéndome a toda velocidad, mis ojos se cierran por el cansancio y siento que estoy dormido pero a la vez despierto, alerta.

La puerta se abre lentamente con un chirrido, y mi corazón al fin deja de latir a mil por hora para esta vez detenerse. Levanto la cabeza poco a poco y solo con ver sus pies descalzos ya sé la respuesta, mis ojos se llenan de lagrimas sin previo aviso y no puedo detenerme una vez comienzo a llorar como un bebé.

—Gilbert. — un sollozo de puro alivio deja mis labios y llevo mis manos a mi cara, escucho sus pasos apresurados y se arrodilla entre mis piernas. —Lo siento, cariño, ya volví.

—¿Estás bien?— pregunto, todas las reclamaciones mueren en mi garganta cuando lo veo.

Aleix está empapado, de pies a cabeza. Huele a sal, tiene heridas en sus rodillas y veo sangre en sus manos.

Él toma mi rostro en sus manos y comienza a limpiar mis lagrimas, dejando mis mejillas húmedas de agua salada mientras asiente con la cabeza. Sus ojos se ven tristes.

—Aleix, no...— me interrumpe acercándome a el con velocidad y me besa, finalmente, después lo que se sintió como años sin él.—Tenemos que hablar de esto...

—No.— dice, y me vuelve a besar mientras se pone de pie y se sienta en mi regazo. —No quiero hablar, Blythe.

—Aleix, no puedes... estás escapando.— el asiente, tomando una de mis manos y poniéndola sobre su pecho.

—Escapa conmigo, por favor. Lo necesito, te necesito.— sus ojos brillantes me miran a los ojos y su mano libre me toma del cuello, quedándose quieto mientras espera mi respuesta.

Sus ojos me hipnotizan y me convencen, mi mano derecha sube a su nuca y lo acerco a mi. El beso comienza lento, siento como tiembla sobre mi cuerpo y me aseguro de envolverlo con mis brazos para que se sienta seguro.

Mi mano derecha roza sube y baja por su columna y es como si hubiera encendido un switch, sonríe en medio del beso y me contagio, yo también te necesito.

Aún besándome, sus manos van entre el sofá y mi cuerpo para tomarme de la espalda, se lanza a un lado para quedar acostado en el sofá llevándome con él y quedando debajo de mi. Nos reímos, olvidando completamente todo lo que no sea él y yo, aquí y ahora.

Mis rodillas quedan a cada lado de su cintura y el aprovecha el no estar completamente acostado para comenzar a desabotonar mi camisa con manos expertas y seguras, lo miro con adoración mientras lo ayudo a terminar de quitarla de mi cuerpo.

No tarda en segundo y vuelve a juntar nuestros labios de forma agresiva, sus manos bajan por mi torso como si estuviera aprendiendo de memoria cada parte de mi cuerpo.

Trato de desabotonar su camisa torpemente pero él no me ayuda, besando mi cuello y riéndose de mis torpes intentos hasta que golpeó su hombro.

—Quítatela, ya. —le ordeno y me sorprendo de la severidad que se escucha en mi voz. Aleix se echa para atrás y me observa con una ceja alzada, la comisura de sus labios se levantan en una sonrisa de lado mientras desabotona su camisa jodidamente lento, botón por botón. Observo los moretones qué hay en su pecho y brazos, paso mis dedos por uno de ellos en confusión.

—Salté de un acantilado.— me dice, como si fuera algo completamente normal. Mis ojos se abren como platos y trato de bajarme de su regazo, pero no me lo permite rodeándome con sus brazos.— Estoy bien.— dice, pero escucho su voz temblar.

Tomo su rostro y lo llevo gentilmente hacia adelante, haciendo que quede sentado conmigo todavía sobre su regazo. Junto nuestras frentes y lo abrazo con fuerza, cosa que inmediatamente me devuelve.

—Te amo, Aleix. — puedo ver el momento en que sus ojos se vuelven negros y una sonrisa gigante se forma en sus labios y me besa de manera feroz, empujándome hacia atrás para quedar sobre mi una vez más. Mi cabeza cae sobre la parte dura del sillón y me quejo, haciéndonos reír otra vez.

—Je t'aime mon amour.— me responde casi en un susurro, mirándome desde arriba como si no quisiera perderse nada de este momento.

Me sorprende cuando me besa, bajando lentamente por mi torso con su lengua, sus manos desabrochando mis pantalones. El romance del momento ya no se siente tanto como la pasión, baja mis pantalones justo lo suficiente y lo miro atentamente como un venado a punto de ser cazado.

—Haré lo que me gusta a mi así que toma nota para el futuro, mon amour.

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VOLVÍ.

Los próximos capítulos serán Cortitos porque todos terminan en cosas que son shockeantes entonces para dejar la emoción, veda?

Espero que amen el capítulo ❤️❤️