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006

N/A para las partes en Frances, la traducción estará en el comentario de esa parte y abajo del capítulo. Btw, no sé frances, solo uso como 4 traductores y rezo. ¡Disfruten la lectura!

Sebastian Lacroix

—¿De verdad te quedarás así? Si quieres disculparte, solo búscalo.— le gruño al estúpido adolescente que me mira desde el sofá con ojos de cachorro triste.

—No necesito disculparme con nadie.— responde, tratando de hacerse el duro aún con el puchero en la cara.

—¡Vamos, Gilbert! Yo sé donde está.— le digo, tomando su mano y tratando de levantarlo de su sofá depresivo.

—¡No soy quien tiene que disculparse, Bash!— me grita, y por un momento inicial de shock, doy un paso atrás y suelto su mano. —El fue quien me besó.

—Aleix no puede controlar sus sentimientos, Gilbert.— le digo, u veo su cuerpo y sus facciones relajarse.— Tú tampoco.

—¡Que no me gusto besarlo!— casi que grita y yo me rio, apoyándome de la mesa de la cocina.

—Yo hablaba de Anne, ya sabes, la que se supone que te gusta.— se sonroja completamente y se levanta para subir las escaleras.

—Yo no quiero tener nada más que ver con Aleixandre Malfoy.— murmura mientras sube.

—¡Bien! Tú lo dijiste.

Dos semanas después.

—¿Dónde dijiste que está Aleix?— escucho como me pregunta Gilbert a mis espaldas y la sonrisa más grande de mi vida brota de mi sin que pueda controlarla.

—Pensé que ya no querías nada que ver con él.— le respondo, tratando de esconder la burla en mi voz.

—Y no quiero. Solo quiero devolverle las cosas que dejó aquí.

—Vino a buscarlas mientras ibas a la escuela.— le respondo, y me volteo para verlo. Él rueda los ojos y se cruza de brazos.

—Lo sé, sus cajones están vacíos pero dejó sus botas abajo de la cama.

—Uy. Suena como que revisaste muchas cosas en busca de una excusa para verlo.

—¡Bash!— grita, aun con el gran sonrojo en sus mejillas.

—Eres listo, tú mismo averigua donde está. Él no quiere verte y yo, por supuesto, estoy de su lado.— le digo, aunque al ver su cara no puedo evitar agregar. —¿Donde irías si fueras un Francés solo en Avonlea?

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Gilbert Blythe

La casa de los Baynard, (o más bien la habitación) es una estructura pequeña de madera con aspecto poco cuidado, afuera se ven colgadas muchas prendas de ropa y hay al menos cuatro muñecos de nieve rodeándola.

Me acomodo el abrigo y toco la puerta mentalizándome para hablar con Aleix aunque, no tengo ni idea de que voy a decirle, o por que vine, que ciertamente no es por unas botas. La puerta la abre una señora honestamente hermosa pero con apariencia cansada que me sonríe levemente.

—¿Puedo ayudarte?— su fuerte acento me recuerda al de Aleix.

—¿Está Aleix aquí?

—¿Eres amigo de Xan?— abre la puerta antes de que pueda detenerla y de inmediato muchos pares de ojos están pendientes a mi.

Reconozco a Aleix sentado en la mesa rodeado de muchísimos niños y jóvenes de nuestra edad, pareciendo totalmente parte de la familia hasta que su radiante sonrisa se cae cuando me ve.

—¿Gilbert?— pregunta, poniéndose de pie.

—¡Siéntate! Cualquier amigo de Xan es amigo nuestro.— dice un alguien que se ve bastante joven, supongo que uno de los hijos mayores.

—Muchas gracias, pero no vine a quedarme...— trato de negarme.

—Tonterías, donde comen nueve, comen diez.— dice el señor que debe ser el padre de todos.

—Son muy amables, gracias.— uno de los niños comienza a empujarme por la espalda y me lleva Justo al lado de Aleix, donde termino sentado.

—Xan, ¡el ocho!— grita una niña de repente.

—Nop. Les quedan dos intentos.— responde el rubio a mi lado.

—¿Estás pensando en el seis?— pregunta otro.

—No, uno más.

—Es el uno.— Afirma uno de Los mayores y Aleix se ríe, negando.

—El cero.— se escucha como todos bufan incluyendo la señora que revuelve una olla en la estufa.

—Dijiste del uno al diez, tramposo.— se queja ella.

—No, dije que hasta el diez.— se cruza de brazos y se echa para atrás, balanceándose en la silla.

—Si, si.— dice el señor, pasándole por atrás y empujándolo para que deje de balancearse.

—Listo.— la señora toma la olla con las manos envueltas en paños y la pone al centro de la mesa. —Dejen que el invitado se sirva primero.— siento mis mejillas sonrojarse cuando todos voltean a verme. Miro a Aleix para transmitirle mi ansiedad y él suspira, aunque deja salir una sonrisita.

—Dios, yo te sirvo. —dice, tomando el plato que está frente a mi y haciendo lo que dijo que haría.

Minutos después, ya todos estamos comiendo y se forma una conversación en la mesa de la que no puedo ser parte, porque está en francés.

—Todos, inglés. Gilbert no entiende nada. — dice Aleix, sin siquiera voltearse a mirarme mientras sigue comiendo su sopa.

—Cierto, cierto. Perdona nuestros modales.— dice la señora.

—No se preocupe señora, no me incomoda.

—Y bien, ¿cómo se conocieron?— antes de que pueda hablar, Aleix me interrumpe, casi que con una sonrisa maliciosa.

—Es de quién le hablé.— responde, y en la habitación resuenan varios exclamos de sorpresa como si hubiera dicho la mayor de las blasfemias.

—¿Él es el idiote?— pregunta la señora.

—¿Idiote?— puedo no saber francés, pero a eso si le entendí.

—Tu as raison, il est attractif.— dice una de las hermanas y Aleix asiente.

—Je connais mes garçons.— parece orgulloso al decirlo y de repente todos me analizan.

—Estamos diciendo que fuiste muy amable en dejar que Aleix se quedara en tu casa un tiempo, Gilbert.— dice la misma chica riéndose, y algo me dice que eso no es de lo que estaban hablando.

—Estaba deliciosa, señora Baynard, gracias por invitarme.— digo una vez que la cena terminó para todos. Ella asiente y me dice que puedo volver cuando yo quiera, y como si Aleix supiera que necesito hablar con el, me acompaña afuera.

Narrador omnisciente

—Quiero disculparme. Sinceramente.— dice Gilbert, después de unos minutos de caminar en silencio.

—No volveré a tu casa, Gilbert.— le dice el mayor, mirándolo a los ojos por tan solo un segundo.

—Pero...

—Si te perdono, pero... aquí me siento en casa. Los Baynard son lo más parecido a una familia que jamás tendré, me quedaré hasta que ya no quieran que lo haga.

—No digas eso, nos tienes a Bash y a mi, y en algún momento tendrás tu propia familia.— Aleix no puedo evitar reír y se detiene, tomando su brazo para que deje de caminar.

—Tú te casarás, Gilbert. Bash también, Jerry, Alexander, Sandie, hasta mi hermana... todos van a casarse y a tener sus propias familias, pero yo no voy a casarme, ni voy a tener hijos. No puedo.

Lo dice como si le causara gracia, pero en sus ojos y tono se puede sentir la tristeza que le causan estas cosas. Gilbert quisiera decir que fue algo involuntario o que realmente no quiso hacerlo, pero estuvo en su sano juicio y en todos sus cabales cuando puso su mano en el hombro de Aleix Malfoy y lo abrazó.

—Aleix, si me quedo contigo por siempre, ¿prometes que nadie va a saberlo?

La pregunta debió ser "Aleix, ¿estas dispuesto a ser por siempre nada más que un secreto?"

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Yyyyy, fin. Murieron, ¿verdad? Ay se viene lo chido. ¿Que quieren que pase ahora, o que creen que pasará?

Porfi, si les gusta voten. Eso me motiva mucho. Veo personas que comentan mucho (cosa que me encanta aún más) y que dicen que les encanta, pero que no votan :(

Anyway, espero que les haya gustado! Ahora si me desaparezco por un tiempo, juro que no mucho porque ya me volví a inspirar

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