009.
Unos jalonazos en su suéter le hicieron despertar y abrir los ojos, observando a todos lados sin entender.
—¿Qu-qué sucede?
Habían pasado seis horas en el hospital esperando, unos durmiendo en las sillas y otros en el suelo.
—El doctor viene —avisó Taehyung quién ya estaba totalmente despierto, relamiéndose sus labios con nerviosismo.
Jungkook limpió sus ojos que aún contenían restos de lágrimas y parpadeó mientras se acomodaba en su silla, con el corazón en la mano a la espera de buenas noticias. Los demás también ya estaban despiertos, nerviosos igual que él o incluso peor.
—Okay —suspiró el doctor apenas llegó junto a una enfermera— Les tengo buenas y malas noticias. La buena es que Jimin aceptó los suplementos correctamente y de milagro no sufrió alguna hemorragia interna así que no requerirá de una cirugía.
Al instante todos soltaron un suspiro de alivio.
—La mala es que tuvimos que cerrar la herida y tratar algunas otras leves que tiene, lo que significa que ahora está muy débil y tardará un mes exactamente en recuperarse con todo y tratamiento -explicó- Sin embargo, desafió nuestros improvistos y acaba de despertar, cuando se tenía pensado que despertaría en unas cuantas horas.
—¿Podemos verlo? —preguntó Namjoon con un eje de ilusión en sus ojos.
—Por supuesto, le hará bien ver rostros conocidos. Aunque porfavor eviten alterarle o hablarle sobre lo ocurrido, recuerden que acaba de despertar y necesita descansar. Traten de comportarse, y deben de entrar uno por uno ¿de acuerdo?
Todos asintieron.
—¡Yo iré primero! —habló Taehyung al instante.
—Okay, la enfermera a mi lado le indicará el camino a la habitación.
Fue un gusto atenderles, ahora me retiro.
Agradeciendo al doctor, los demás observaron cómo el pelimorado desaparecía de los pasillos junto a la enfermera.
—Dios... qué alivio —suspiró Namjoon permitiéndose reposar después de mucho tiempo, sentándose en la silla.
Jungkook mordió su mejilla derecha mientras movía desenfrenadamente su pie, impaciente.
—Jungkook —le llamó el peligris y este al instante lo miró— Ve tú, sé el siguiente.
—¿Enserio? -levantó las cejas.
-Sí, ve ya -suspiró el mayor.
El castaño miró a los demás, viendo sus reacciones o por si alguien se oponía, pero de lo contrario, todos estuvieron de acuerdo.
-Lo necesitas más que nosotros
-murmuró Yoongi con sarcasmo, a lo que recibió un leve golpe en el hombro por parte de Hoseok.
Jungkook asintió y giró sobre sus talones para comenzar a caminar a pasos rápidos el camino que había tomado la enfermera.
No tardó mucho en encontrar la habitación de Jimin, pues justo cuando había llegado, Taehyung salía lentamente de esta, ahogando un sollozo. Se acercó hacia él casi al instante y el pelimorado no tardó en abrazarle y llorar en su hombro.
-Se ve muy mal, Jungkook. Me duele verlo así -fue lo único que pudo decir entre de sollozos.
El castaño acarició con vehemencia y delicadeza su espalda, intentando tranquilizarle y pensando seriamente si entrar o no. Pues no estaba seguro de si iba a resistir ver a Jimin tan malherido cómo describió el mayor.
De a poco Taehyung se alejó de su cuerpo, sorbiendo su nariz roja y limpiando sus lágrimas.
-¿Vas a entrar? -le preguntó mirándole a los ojos.
Jungkook dudó.
-No estoy seguro si sea buena idea... Seguro ni quiere verme -formó una mueca dolorosa.
-Te equivocas -negó al instante- Él quiere verte Kook, me lo dijo.
Aquellas palabras hicieron que su corazón saltara sobre su pecho y bombeara más rápido, no supo explicar esa sensación, pero lo más cercano a describirla sería como alivio y alegría. Jimin quería verle.
Pero no debía hacerse falsas ilusiones, eso no podía significar nada. Talvéz que sólo quería ver una cara conocida más.
-Está bien -murmuró, medio decidido.
A continuación se acercó a la puerta, y tomó el pomo, titubeó un poco si abrirla pero se armó de valor y finalmente lo hizo.
El ambiente ahora se había tornado más sombrío, melancólico y silencioso. Fijó sus ojos hasta la cama que allí se encontraba, o mejor dicho hasta la persona que allí reposaba.
Y ojalá alguien le hubiese preparado para ese momento porque lo que vió le desgarró el alma. Llevando inconscientemente una mano a su boca, ahogando un sollozo.
Jimin se encontraba en la cama, las únicas luces en el lugar lo alumbraban sólo a él. Dejando expuestas todas y cada una de sus heridas y moretones, las cuáles se expresaban en cortadas en su rostro y cuello y en su labio inferior roto.
Las hematomas en sus brazos no pasaron desapercibidas, enseñando un fuerte color violeta con verde que insinuaba la brusquedad a la cuál había sido sometido. También las vías y cables que de todo su cuerpo sobresalían. Cabe destacar que ahora todo rastro de sangre no estaba, debido a que lo habían limpiado completamente, cubriendo sus heridas con vendas o pequeñas curitas. Pero eso no impedía que no se notara todo su daño a simple vista.
Sus ojos estaban cerrados tal cuál bella durmiente en cuentos de hadas, sólo que su piel ahora estaba pálida y sus labios morados, se veía tan enfermo y malherido. Pero a pesar de todo aquello, Jungkook seguía encontrándolo sumamente hermoso.
Intentó recomponerse y caminó silenciosamente hasta la camilla, su corazón no dejaba de latir en dolor y rabia a cada paso que daba. Y su cerebro procuraba traerle nuevamente a tierra y recordarle que era real. Pues el castaño seguía sin poder creerselo, jamás había vivido algo así ni mucho menos experimentado. Sabía que este tipo de cosas pasaban, pero verlo en persona, en carne y hueso, y con sus propios ojos le hizo sentir escalofríos de pies a cabeza.
Se sentó en la silla que estaba al lado de la cama, sin quitar un ojo encima del rubio. El único sonido que se escuchaba era el de la máquina que indicaba los pulsos del rubio. Su vista recorrió todo su cuerpo, mordió su labio al sentirlo temblar, pues dolía, dolía demasiado. Finalmente vió una de sus pequeñas manos, parecida completamente sin vida sobre el colchón y efectivamente así se sentía cuando la tomó entre sus manos y la besó con cariño.
Aunque no se esperaba que en ese momento Jimin abriese sus ojos y le mirara, fue tan repentino que le asustó al punto de saltar de su asiento y soltarle.
Llevó una mano a su corazón, el cuál no dejaba de latir desenfrenado y cerrando levemente sus ojos al captar la situación. Seguidamente los abrió, encontrándose con los de Jimin al instante, quién al parecer no se había inmutado ni había dicho nada hacia su repentino espectáculo. En realidad solo se dedicaba a mirarle en silencio, y Jungkook no supo que fue peor, el que su mirada estaba sin vida y trasmitiera todo el dolor del mundo ó el que moviera débilmente su mano a su dirección, con intenciones de que la tomará nuevamente.
Y eso hizo, se acercó al instante tomando su mano, la cual ahora tenía un poco más de fuerza y calor que hace unos minutos, la rodeó entre sus palmas, acariciándola con sus pulgares suavemente.
-Jimin... -susurró, combatiendo internamente con el molesto nudo en su garganta- ¿Cómo te sientes?
Jimin abrió y luego cerró su boca, el castaño captó al instante que no podía hablar, pues no tenía las suficientes fuerzas para hacerlo.
-Descuida, estás a salvo y te pondrás bien -aseguró, dedicándole una mirada cálida.
Pero lo que recibió fue totalmente lo contrario, Jimin negó lentamente con su cabeza mientras sus ojos se cristalizaban de a poco. El único sonido que pudo transmitir fue el sollozo que se escapó de sus labios.
Jungkook al instante se levantó de su asiento, preocupado y angustiado.
-Tranquilo, no llores -limpió delicadamente sus lágrimas y besó su frente mientras le abrazaba- Estarás bien, Jimin. Todo saldrá bien, te lo prometo -murmuró con voz ahogada.
Pasaron unos minutos en los que Jungkook intentaba calmar a Jimin quién no dejaba de llorar en silencio.
Repitiéndole incontables veces las mismas palabras y besando sus manos y cada parte que podía de su rostro con total cariño y amor para hacerle sentir mejor.
Una vez el rubio se calmó, supo que ya era hora de irse pues había estado más tiempo del necesario allí y habían más personas que querían ver al mayor.
Pero cuando hizo ademán de levantarse de su silla, Jimin sacó fuerzas y tomó su mano antes de que se fuera.
-Porfavor no te vayas -pidió con la voz más débil que había hecho en su vida.
Jungkook se sorprendió de su acción y giró su cuerpo nuevamente al rubio, sentándose otra vez en la silla y acercándose a él, mientras acariciaba su mano.
-No me iré -afirmó con voz suave -Me quedaré aquí hasta que te recuperes y no me alejaré de tu lado hasta que me lo pidas. Te lo prometo.
Maratón 3/3✨
Bueno ya vieron que en teoría Jimin está bien, de milagro.
Esperemos que se logre recuperar rápido y más con alguien como Jungkook a su lado.
Y recuerden, esparzan amor y no odio♥️
Y no se preocupen, las cosas pasan por algo y talvez este acontecimiento ayude a que Jungkook y Jimin se vuelvan más unidos.
Nos vemos, chau! 💗
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