Odiaba tener que obedecerle, pero lo cierto es que mi miembro dolía y necesitaba acabar lo que había empezado. Jimin se había ido a su dormitorio y yo me quedé en el baño. Volví a agarrar mi pene pero mi mente ya no estaba centrada, ya no estaba...cachondo, por lo que tuve que rendirme y seguir con aquel dolor entre mis piernas  hasta que se calmase solo.

Me dirigí, desnudo, a sus aposentos. Choi me vió desde abajo de las escaleras y murmuró algo que no llegué a oir con claridad.

Llamé a la puerta con mis nudillos un par de veces.

-Pasa.

Escuché tras ella.

Abrí la puerta. Jimin estaba escribiendo algo en su móvil, tardó unos segundos en fijarse en mi. Y cuando digo en mi, me refiero a MI pequeño yo.

-Te dije que arreglases tu problema antes de venir aqui, es que no oyes?

Bufé.

-Perdí la motivación en cuanto entraste al baño.

-Me estás diciendo que es mi culpa?

Le miré fijamente a los ojos.

-Si, lo es.

Por primera vez en mi vida vi a Park Jimin sonreírme.

-Debería ser yo entonces quien lo solucione?

Y por primera vez en mi vida, me asustó que alguien quisiese complacerme sexualmente.