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Capítulo 15

El local está repleto de personas de todas partes del mundo. Todas ansiosas e interesadas por los diferentes avances tecnológicos que allí se muestran. Pero el comentario generalizado, lo que más llama la atención y el motivo principal por el que hay tantas personas allí, es principalmente por ver la primera prueba del PIANANO. Por donde quiera que caminases, ese es el tema principal de conversación.

Caminamos por todo el salón y a cada paso Daniel es detenido por diferentes personas que le hacen preguntas.

Estamos en medio de una conversación con el CEO de alguna compañía tecnológica, cuando todos prestaron atención a lo que se anunciaba por los parlantes.

—"Por favor todos los participantes dirigirse al salón principal para la conferencia."

Daniel entrelazó fuertemente sus dedos con los míos mientras nos dirigimos hacia la sala de conferencias principal. Cuando entramos, nos dirigimos por el pasillo hacia las primeras filas donde están localizados nuestros asientos. Me senté en el mío y Daniel se quedó de pie.

— ¿No te vas a sentar? —le pregunté mientras él me miraba fijamente y después se agachaba frente a mí.

—La primera conferencia será la mía.

— ¿Me dejarás sola?

—No tengo muchas opciones, pero no te preocupes que te estaré vigilando desde allí. —me dijo mientras señalaba el podio desde el que tendría que dar el discurso en solo unos minutos—. Además, hay dos guardias en cada salida, no tienes de que preocuparte. —me dijo mientras tomaba mis manos entre las suyas y las besaba.

—No estoy preocupada, sé que no dejarás que nada me suceda. —le dije infundiéndole confianza.

Daniel me sonrió. Me dio un ligero beso en los labios y después se levantó y se encaminó hacia detrás del escenario.

Me quedé mirándolo mientras se alejaba y justo antes de desaparecer detrás del escenario se me quedó mirando fijamente. Sé lo que su mirada dice en esos momentos. Daniel desapareció detrás del escenario y las personas continuaron entrando y sentándose en sus asientos correspondientes. Yo miraba en todas direcciones.

Estoy asustada. Pero no quiero decírselo a Daniel. No quiero que se preocupe más. Me quedé mirando el asiento a mi lado, vacío. Solo espero que no se siente nadie aquí.

—No te preocupes—me dijo una voz inconfundible en el oído—. Nadie se sentará a tu lado así que puedes dejar de mirar el asiento.

Miré en todas direcciones del escenario tratando de localizarlo, pero no lo encontré por ninguna parte.

— ¿Dónde estás? —murmuré en voz baja mientras intentaba en vano encontrarlo.

—Detrás del escenario, solamente me asomé un momento para verte.

— ¿Todo bien?

—Sí, no estoy muy contento con estar separado de ti, pero sé que dentro de un rato estaré sentado nuevamente a tu lado. —me dijo mientras yo sonreí.

En ese momento se apagaron las luces y solamente quedó una encendida sobre el escenario donde rápidamente subió el organizador de la convención y comenzó a dar un discurso al que le presté toda mi atención. El discurso abarcó todos los avances tecnológicos de las diferentes compañías incluyendo la nuestra, y se extendió por casi media hora.

—Y sin más, los dejo con la primera presentación y sé que la más esperada por todos. Con ustedes el CEO de TecFall, Leonard Price y el PIANANO. —dijo mientras todos aplaudían y se ponían de pie.

Daniel entró en el escenario y dio las gracias mientras se dirigió hacia el atril. Todo el público se sentó, y solo entonces Daniel comenzó con su discurso.

—Quiero comenzar primero con un breve resumen de cómo hemos logrado los avances tecnológicos que tenemos actualmente y como llegamos a desarrollar el Prototipo de Inteligencia Artificial...

Su voz me llegaba por el speaker del salón y por el audífono oculto en mi oído.

Mientras el daba el discurso iban pasando una serie de imágenes en la pantalla de atrás de él. Imágenes del comienzo de TecFall y de los avances en los diferentes campos y ramas tecnológicas de las diferentes épocas hasta finalizar con una imagen del PIANANO.

—Y sin más, vayamos a la demostración—dijo mientras se bajaba del atril y las luces se encendían. Dos guardias de seguridad llegaron con una cajita en las manos que colocaron en una mesa. Daniel se acercó a la cajita y la abrió cuidadosamente. Tomó el dispositivo en la mano—. Este es el PIANANO—dijo mientras lo mostraba a todos. Rápidamente comenzaron los murmullos entre el público. Todos pensaron que sería más grande o diferente, jamás se imaginaron que luciría como un microprocesador de computadoras—. Esto, es similar a un microprocesador de computadoras—continuó mientras buscaba algo más en la mesa—. Y esto es un perro robot—dijo mientras mostraba un perrito de juguete—. No hemos cambiado nada, solamente agregamos unos ajustes para colocarle el microchip. Primero vamos a encenderlo sin el chip—dijo mientras encendía el perrito y lo ponía en el suelo. Le dio varias órdenes al perrito y este realizó todo lo que ya conocíamos para lo que estaba programado. Y le dio otras órdenes a las cuales el perrito no reaccionó—. Bien, ahora veamos que sucede cuando le ponemos el microchip. —dijo mientras le colocaba el dispositivo al perrito y lo encendía poniéndolo nuevamente en el suelo. El perrito miró primero en todas direcciones y después se le quedó mirando a Daniel fijamente mientras se sentaba—. ¿Quieres jugar chico? —le preguntó agachándose frente al perro.

— Estás muy preocupado como para querer jugar conmigo. —le respondió este.

— ¿Por qué estoy preocupado?

—Por tu novia sentada en la primera fila. Aunque no sé decir por qué. —le respondió analizando la primera fila con su mirada.

— ¿Quieres hacer algo por mí para que no esté preocupado? —le pregunto él con una sonrisa.

—Sí.

—Puedes ir y saludarla de mi parte.

—Enseguida Leonard.

El perrito se levantó del suelo y comenzó a caminar en mi dirección. Bajó los escalones del escenario y llegó donde yo estaba. Se paró en las patas de atrás y puso las de delante sobre mis piernas.

—Kate, Leonard me ha enviado a saludarte. —me quedé impactada cuando el perro se refirió a mí con mi nombre.

—Pues hazlo. —le dije como si estuviese hablándole a un niño pequeño.

— ¿Puedes acercar tu rostro un poco más a mí?—me pidió e hice lo que aquel perro me pedía.

Acerqué mi rostro a su cabeza y entonces sin esperarlo el perro pegó su hocico a mis labios.

—Gracias. —le dije mientras el perro alejaba su hocico y se bajaba de mis piernas.

—Estoy para complacer. —me dijo mientras se alejaba y subía nuevamente hacia donde estaba Daniel.

—Ya la saludé, ¿te sientes mejor ahora?

—Sí. —le respondió sonriéndole al perro.

—Entonces podemos jugar.

—Sí. Ven aquí. —le dijo mientras el perro se acercaba donde él estaba y Daniel lo cargaba apagándolo.

En cuanto Daniel apagó el perro todo el salón de conferencias estalló en aplausos y vitores. Lo que el prototipo puede hacer es asombroso. Ahora entiendo a Daniel cuando dice que es peligroso si cae en las manos equivocadas.

Daniel se encuentra parado en medio del escenario mientras sujeta el perro y todos continúan aplaudiendo. Se dirigió nuevamente al atril y levantó una mano ocasionando que todos hicieran silencio. Las luces se apagaron y solamente quedó una iluminándolo a él.

—Como pueden ver, el prototipo es capaz de analizar las facciones del rostro y detectar las emociones. Mediante su interfaz es capaz de vincularse a nuestros dispositivos, saber todo de nosotros, reconocer a cualquier persona, literalmente dotar al objeto de una inteligencia similar a la de los humanos...

Daniel continúa hablando, pero dejé de escucharlo en el instante en que alguien comenzó a acercarse a él lentamente por el escenario. Apenas y se puede ver quien es esa persona. Y no sé porque tuve un mal presentimiento. Todos los vellos de mi cuerpo se pusieron de punta.

—Se acerca alguien por tu izquierda. —murmuré muy bajo.

Daniel no me podía contestar, pues continuaba dando una explicación, pero sé que me está escuchando pues se me quedó mirando fijamente. Entonces vi a la persona del escenario sacar algo del bolsillo y comenzar a levantar la mano hacia él.

— ¡Cuidado! —grité. —¡Tiene un arma!

Y rápidamente vino el disparo que Daniel evadió rápidamente agachándose detrás del atril. Las personas comenzaron a gritar mientras se levantaban y corrían desesperadamente fuera del salón. Y yo me quedé agachada allí en mi asiento sin poderme mover, congelada por el pánico. La persona llegó donde estaba Daniel y se paró justo frente a él.

—Entrégalo por las buenas o las malas, tú decide. —le pidió mientras Daniel sujetaba el perrito con ambas manos y el hombre le apuntaba a la cabeza.

Daniel tenía el perrito sujeto por lo que no podía sacar su pistola.

—Espera, te lo daré, no cometas una estupidez. —le dijo mientras aún agachado con una mano le tendía el perro.

El hombre cogió el perro con una mano y le sonrió a Daniel.

—Estúpido, de veras crees que te dejaré vivir después de que viste mi rostro, Daniel. —le dijo mientras pegaba la pistola en la frente de Daniel y lo empujaba con ella haciendo que Daniel cayera al suelo apoyándose en las manos.

Todo pasaba frente a mí en cámara lenta. Y escuchar al hombre llamándolo por su verdadero nombre hizo que me pusiera más nerviosa de lo que ya estaba. Aquel hombre sabe quién es en realidad.

—La verdad nos tardamos un poco en descubrirlo, pero comenzamos a sospechar cuando regresaron de New York—yo solamente escuchaba aterrorizada. Miré con horror hacia donde se encontraba Daniel con las manos y rodillas apoyadas en el suelo y el cañón de la pistola apuntándole mientras el hombre se agachaba frente a él. Y ahora le ponía el cañón de la pistola debajo de la barbilla haciendo que el levantara la vista—...y escaparon de la explosión del auto, eso fue lo que nos hizo sospechar—entonces en un rápido movimiento golpeó el rostro de Daniel con la pistola. Grité sin poderme mover de mi lugar, presa del pánico. El hombre miró en mi dirección y me sonrió perversamente. Sé perfectamente lo que quiere decir aquella sonrisa. En cuanto se deshaga de Daniel vendrá a por mí. Daniel levantó el rostro mientras un poco de sangre corría por su frente. Puedo ver la furia y el enfado en su mirada. ¿Por qué no hace nada? —...tuvimos que halar de unos cuantos hilos, pero al final descubrimos quien eras en realidad—dijo volviendo a mirar a Daniel, acercó su boca a su rostro y le habló muy bajo para que yo no pudiese escuchar. Pero él no tenía ni idea de que yo podía escuchar perfectamente todo incluso a diez metros de distancia—...y cuando terminemos contigo voy a disfrutar con la perra de tu novia haciéndola gritar—le volvió a sonreír y Daniel en ese momento comenzó a reír a carcajadas ganándose otro golpe esta vez en la boca— ¡Levántate imbécil! —le gritó el hombre. Daniel levantó el rostro nuevamente escupiendo la sangre y lo miró fijamente. La furia corriendo por su rostro—. ¿Qué se siente sentirse tan indefenso en estos momentos? —le preguntó con el rostro pegado al de Daniel, la pistola apuntando a su cabeza. Daniel le sonrió levemente.

—Se siente poderoso—contestó mientras le daba un fuerte cabezazo al hombre y en una rápida maniobra lo desarmó lanzando la pistola lejos de él y después inmovilizándolo por detrás—. Te dije que no cometieras una estupidez. —le dijo mientras lo apretaba.

Entonces vi que venía otro hombre por detrás de Daniel.

— ¡Detrás de ti! —le grité mientras Daniel se giraba y desarmaba al otro también, pero sin soltar al que tenía el perro.

Me siento impotente en este momento mientras lo veo defendiéndose y sin ser capaz de poder hacer nada para ayudarlo. Daniel le quitó el perro al hombre y después comenzó a pelear con ambos sin soltarlo. Le está resultando algo difícil defenderse con una mano ocupada. Entonces en un momento se me quedó mirando fijamente.

— ¡Kate! —fue lo único que me dijo antes de lanzar el perro en mi dirección.

Traté de cogerlo, pero me fue imposible y el perro cayó a mis pies haciéndose pedazos.

— ¡Ve por el perro! —gritó uno de los hombres.

— ¡Kate corre! —me gritó Daniel.

Y fue todo lo que necesité. Recogí el perro del suelo y salí corriendo a toda velocidad en busca de la salida.

Corrí desesperadamente por toda la estancia. Afuera todas las luces están apagadas, solo alguna que otra luz de emergencia encendida.

Tengo que salir de aquí rápidamente, así que fui rumbo al parqueo subterráneo en busca del auto. Sentí que alguien venir detrás de mí, pero no quiero mirar pues sé que será uno de los hombres que me está persiguiendo.

Llegué al parqueo subterráneo y pude divisar a lo lejos el auto de Daniel. ¡Mierda! No tengo la llave.

Siento los pasos a lo lejos acercándose cada vez más donde yo estoy. Me escondí detrás del auto mientras aferré con fuerza el perro destrozado en mis manos. Los pasos se sintieron más cerca.

— ¡Puedo ver dónde estás perra! —grita mientras se acerca al auto. Salí de mi escondite y me enfrenté a él—. ¡Dame el perro! —gritó apuntándome con el arma.

—De acuerdo. —respondí mientras le lanzaba el perro fuertemente.

Y aproveché ese momento de distracción para salir corriendo en otra dirección, porque sé que, si me quedo allí, no voy a contar la historia. Entonces sentí un disparo pasar por mi lado lo que hizo que gritara y tapara mis oídos. Dejé de correr, tengo miedo de que si continúo esta vez va a acertar. El hombre se quedó mirando al perro y después me miró a mí.

— ¿Te crees que soy estúpido? ¿Dónde está? —preguntó apuntándome de lejos con el arma y lanzando el perro al suelo.

—No sé de que hablas. —respondí retrocediendo con las manos en alto.

— ¿Dónde lo escondiste? —preguntó nuevamente mientras se acercaba a mí.

—No te diré nada. —mi cuerpo chocó contra una pared.

Ahora si no tengo escapatoria.

Creo que la adrenalina del momento es la que me hace sentir eufórica. El hombre continuó caminando hasta llegar frente a mí y ponerme el frío cañón del arma en la frente.

— ¿Dónde escondiste el procesador? —preguntó mientras apretó el arma contra mi cabeza.

— ¡Jódete! —así que sin pensarlo dos veces levanté mi pierna y lo golpeé entre las suyas. El hombre se dobló y cayó al suelo gritando de dolor. Y yo aproveché ese momento para salir corriendo nuevamente. Tengo que salir del parqueo y llegar afuera. Ha sido una mala idea bajar aquí. Veo a lo lejos la salida del parqueo subterráneo. Ya estoy casi cerca. Entonces sentí una mano que me agarraba por detrás y me tiraba al suelo haciendo que me golpeara el hombro—. ¡Auch! —exclamé desde el suelo mientras me agarraba el hombro derecho adolorido.

— ¡Maldita! —dijo mientras me sujetaba en el suelo—. Vas a pagar—me dijo mientras me apuntó con el arma—. No vas a hablar eh, parece entonces que tendré que buscarlo yo mismo. —comenzó a cacharme buscando el procesador en mi ropa.

Intenté apartarlo con las piernas, pero él es más fuerte que yo. Entonces recordé lo que cogí esta mañana antes que Daniel despertara y que traigo en el bolsillo derecho delantero de mis jeans. Debo usarlo antes de que él lo encuentre. Lo saqué rápidamente con el brazo derecho. En un rápido movimiento, y aguantando el dolor del hombro, se lo inyecté en uno de los brazos.

— ¡Desgraciada! —lo último que vi fue la parte de atrás del arma golpeándome en la cabeza.

Después de eso todo mi mundo se puso en blanco y poco a poco se fue desvaneciendo hasta hacerme caer en una oscuridad total.

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Espero les guste este capítulo. ¿Que creen que va a suceder ahora?
Déjenme sus comentarios y no olviden dejar su voto.

Xoxo
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