-¿Entonces hay más de uno?

-Efectivamente. Tiene una hermana mayor y un mellizo que aún sigue estudiando. Ultimo año, está dando sus EXTASIS.

-¿Su hermana a que se dedica?

-Estaba enseñando hasta el año anterior, en estos momentos se encuentra viajando

-Imagino que aun la siguen rastreando, ¿Verdad?

-Correcto jefe

El señor Devon había pasado el último tiempo intentando rastrear todo lo que quedaba del vestigio Prewett-Nuttley.

-Me hubiese gustado que sean más veloces, en esto. Hace tres meses que recibí la visita de ese muchacho

-Lo siento tanto jefe. Ya no es tan fácil hacer movimientos a escondidas, todo está monitoreado y debo trabajar con cuidado, el Ministerio ya no es lo que era en sus tiempos.

-Una lastima

-¿Entonces como proseguimos jefe?

-Sigan rastreando a su hermana mayor, sigan vigilando a los Nuttley y que ese muchacho que aún sigue en Hogwarts jamás se gradué. Es una orden

Y la cabeza con la que hablaba se esfumó de la chimenea. El señor Devon miraba por la ventana con un vaso de whisky sobre su mano izquierda.

-No te saldrá nada barato tu visita imprevista, muchacho. Y me alegraré tanto cuando Die Musiker rompan cada uno de tus huesos y me los envíen todos en una cajita.

El anciano bebió del vaso y lanzó una sonora carcajada.

Los granos de arena que caían dentro del reloj en el escritorio del aula de encantamientos parecían más grandes de lo normal. El muchacho de pelo rubio se encontraba mirando fijamente al profesor frente a el

-No puedes dar el examen Samuel. El ministerio me impide hacerlo debido a que has infringido una de las normas escolares

-¿imitar a un profesor en descanso es infringir las normas?

-Me temo que es una falta al código de conducta

-¿Es en serio? ¿Por una broma no van a dejarme hacer mi EXTASIS?

El profesor solo asintió

-Se puede ir a la puta mierda

El muchacho se levantó furioso y salió del salón a toda velocidad. No podía pensar. No había tomado suficientes asignaturas y tenía las notas contadas para poder graduarse y esto comenzaba a empeorar toda la situación.

-AAAAAAAAAAAA-

El rubio se agarró la cabeza sin lograr encontrar una solución

-Maldito mellizo ciego de mierda ¿Por qué no estas para ayudarme a pensar? ¿O para desahogarme contigo a putazos al menos? ¿Qué hago, que hago?

-¿Samu?

Una muchacha de pelos castaños y un sombrero azul estaba en medio del patio observando como el rubio casi se da la cabeza contra el suelo. Este observó a la muchacha y se sentó en el suelo.

-Hola Lau.

-¿Qué haces?

-Intentando matarme

Laura se levantó y se sentó al lado del muchacho. Tenía un paquete de galletas y se lo puso frente a la cara

-Come, te hará bien.

El muchacho tomó algunas galletas y las puso en su mano

-¿Problemas con los EXTASIS?

-Me suspendieron uno ya y estoy contado con mis EXTASIS aprobados así que no sé si me voy a graduar

Laura soltó una risa

-¿Y desde cuando te importan tanto las notas?

-Desde que quiero graduarme de una vez y salir de aquí

-Oh, ya veo

Ambos se quedaron en silencio

-Pues, mira el lado positivo, si no te gradúas te puedes quedar un año más conmigo ¿No?

Ambos se miraron y de repente abrieron enormemente los ojos

-Haciendo pendejadas, claro está. Sí, eso. – Dijo la muchacha mientras desviaba la mirada

-Pues, siempre es divertido hacer pendejadas contigo

Ambos se sonrieron y no se percataron que la profesora de Sanación se encontraba frente a ellos con una expresión entre enojada y dolida

-Samuel, tengo que hablar contigo

-¡Profesora! ¿Qué sucede?

El muchacho dirigió su mirada a la profesora

-Me duele decirlo pero, tengo que reprobarte.

-¿¡Que!?- Dijeron Samu y Lau al unísono

-Es Samu. Si hay algo que esta cabeza teñida rubia sabe, es sobre sanación- Mientras golpeaba su cabeza. El muchacho se tomó la cabeza y observó a la profesora

-No lo sé, pero tengo dos exámenes iguales y me temo que veo que te has copiado

-Profesora, yo sé sobre esto. Quiero dedicarme a esto, no tengo necesidad de copiarme

-Eso mismo- replicó Laura – Tal vez la otra persona fue la que se copió

-Imposible, es una gran alumna y no creo que lo haya hecho

-¿Entonces yo que soy?

Samuel observó a la profesora desafiante, Laura lo observó a el y ya imaginó que el muchacho se había quebrado. En un abrir y cerrar de ojos, el Prewett sacó su varita y apuntó a todos los puntos cardinales

-Samuel, baje su varita

-No, ya reprobé otro examen. Ya reprobé el año- El muchacho comenzó a apretar los puños – Ya no me graduaré y ya no tiene sentido seguir siendo alumno de este lugar, con todo y sus reglas estúpidas y sus profesores que no diferencian ni un Crup de un Labrador.

El rubio sacudió su varita en todas direcciones a la voz de Incendio y demás hechizos elementales de fuego. La profesora intentó detener a Samuel pero no hubo caso, la furia del muchacho era imparable y cada vez el patio estaba cubierto por más y más fuego. La sanadora decidió entrar al castillo en búsqueda de ayuda

-¡Samu! ¡Incendiaras el castillo!

-Me vale ya, no me interesa nada. Quemaré esto y luego me largaré de aquí. Lo siento pero no vamos a poder seguir haciendo pendejadas

La muchacha de pelo castaño se lo quedo observando un momento

-¿Y si voy contigo? Dudo que vuelvas solo a tu casa, así que puede ser interesante.

-¿Seguro?

-¿Habrán osos?

-Tal vez...

-Vamos

Entonces el muchacho terminó por incendiar el patio y dejando que el fuego vaya avanzando, se escabulló junto a Lau hacia la salida, dirigiéndose hacia el bosque prohibido para así escaparse de los terrenos del castillo.

Mientras tanto, un muchacho de lentes se ocultaba en la ciudad de Berlín.