XXX
27 de Julio, cumpleaños número 19 de June. Se supone que ese día debe ser tranauilo y divertido para tu hermana, pero cuando ella no es NORMAL, por así decirlo, no puedes saber con qué te vas a encontrar...
-¿June que haces?
Al abrir la puerta de la habitación, ella estaba parada con una pierna dentro del cuarto y la otra fuera de la ventana, vestida con unos jeans de Teo y una chaqueta con capucha.
Ella me miró espantada.
-¡¿Bill qué haces aquí?!-exclamó.
-Es-Es t-tu cumpleaños-contesté.
June me miró extrañada. Clavó su vista en el suelo, luego volvió a mi.
-¿Hoy es 27 de julio?
Asentí con la cabeza, segundo cumpleaños sin George. Tal vez hubiera sido preferible no decirle, de esa forma pasaría desapercibido y no estariamos finjiendo sonrisas.
-¿A dó-dó-dónde ibas?-pregunté con el seño fruncido.
June se puso nerviosa, algo le pasaba. Un segundo...
-¿A qui-quién vas a v-ver?-crucé los brazos- ¿A Ví-Ví-Ví-Víctor Criss o a nu-nuestros pa-pa-pa-padres?
Abrió los ojos asombrada, había veces en que June no creía que yo pudiera ser tan inteligente.
-A papá y mamá-contestó.
-Qui-quiero ir contigo.
-Me atrasarás.
-T-Te prometo que n-n-no.
June soltó un bufido y saltó. Yo la seguí, salimos del lugar y fuimos hasta nuestra casa.
Eran las 07:00am nadie estaba despierto, así que nosotros ibamos encapuchados como ladrones por Main. Rogabamos no encontrarnos a Bowers, Patrick o Belch, ag...cierto, a Patrick no lo podemos encontrar aquí, sigue en terapia intensiva.
Mi cara chocó con la mochila de June, ya que ella frenó de golpe. Di un paso hacia atrás y otro hacia el costado, entonces me di cuenta de lo que sucedía...
Nuestra casa, estaba cubierta por cinta policial como si hubiera una escena del crimen o cadaveres por doquier.
-¿Ju-June?-pregunté preocupado.
Ella me miró y sonrió. Pasó saliva y tomó mi mano.
-Tranquilo, todo estará bien-susurró.
...
Llegué furiosa con Bill de la mano a la casa de Wayne. Toqué la puerta con ferocidad.
Él abrió al instante y al vernos nos miró sin comprender, le indiqué a mi hermano que pasara y lo hizó, Teo lo siguió con la mirada.
-¿Le ayudaste a escapar?-preguntó.
-Al contrario, él me ayudó a escapar a mi-contesté con seriedad-Ahora dime, ¿por qué no me contaste lo de mis padres?
-Creí que sería lo mejor...-dijo friamente.
Lo miré con indignación.
-¿Creíste que sería lo mejor no decirme que mis padres desaparecieron de un día para el otro y nadie piensa buscarlos porque creen que se fueron de la ciudad?
-June, no debemos discutir ésto afuera...-miró hacia los lados para ver si aluien nos veía.
-¡Y tu no deberías ocultarme cosas!-grité.
Él me tomó del brazo y me introdujo dentro de la casa. Yo forcegeaba.
-¡No, deja que los vecinos escuchen que estoy aquí!-grité histerica y enfadada.
Teo cerró la puerta y me estampó contra la pared para que me calmara.
-Tranquilízate, ¿si?-me miró fijamente a los ojos.
Miré a mi alrededor, sus ojos eran...azules, como los del payaso.
-No te quise mentir, tampoco ocultar nada...
-¿Por qué lo hiciste?-susurré.
Él soltó un suspiro y me besó. Le seguí el beso, a nuestro lado había una mesa, comencé a pasar mi mano por allí y, en cuanto rocé la pocelana de un jarrón, lo tomé y lo estrellé contra la cabeza de Teo.
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