XXVII
Richie tomó fuertemente la mano de Bill, el hombre-lobo había aferrado sus gigantescas y peludas manos en la pierna izquierda de Denbrough.
-Su-Sueltame Richie-exigió Bill.
-¡No!-respondió y comenzó a jalar lo más fuerte que podía.
Luego de unos diez segundos se dieron cuenta de que era inútil. Bill no era egoista, jamás lo fue, sin duda era el más valiente y bueno del "club de los perdedores"; y, si existía la opción de la muerte, prefería morir él y que Richie tubiera la oportunidad de vivir.
-¡Vete!-gritó.
-¡Cállate Tartaja estúpido, no lo haré!
Tozier estaba concentrado en que el sudor de sus manos no le impidiera ayudar a Billy.
-¡Voy a so-soltarme!
La decesperación comenzó a correrle en las venas, trataba de afirmarse más para que el tartaja no se soltara.
Entonces lo recordó...
-¡Alto, no te sueltes! ¡Puedo detenerlo!
Bill lo miró con duda. Richie Tozier revisó sus bolsillos alterado y, con su mano derecha, sacó de su bolsillo izquierdo un paquete considerablemente grande de polvo estornudo, de esos que se compran en las casas de broma. Lo abrió con los dientes y lo lansó en el aire haciendo que el hombre-lobo terminara bañado en una niebla blanca que, al estornudar, lo hizo soltar a Bill. Él salió por la ventana, llegaron a dar unos trece metros cuando vieron a la criatura asomar la cabeza por la ventana.
Denbrough sacó el revolver nuevamente y le disparó justo en la cabeza. Ahora el pelaje del hombre-lobo estaba cubierto en sangre y polvo blanco, también de la tapa del craneo se le podía ver parte de su cerebro.
Al ver que el monstruo los miraba furiosos, Richie y Bill corrieron a buscar a Silver. Cuando Billy se montó en el asiento de la bicicleta y Richie detrás de él, Tozier se volteó y vio que el Hombre-lobo se encontraba caminando por en medio del portigo de la casa embrujada en Neil Street.
Por otro lado, Bill Denbrough no se atrevió a voltear y comenzó a pedalear lo más rápido que podía.
-¡Ha-Io, Silver!-gritó el chico al pedalear.
Richie no despegaba los ojos de las acciones de la criatura, ahora estaba vestido con un traje de payaso color platinado, y sobre éste la chaqueta con el logo del club de fútbol de Derry. El chico de anteojos quedó anonado cuando vio el nombre que llevaba la prenda en el lado izquierdo "Richie Tozier"
Bill iba más rápido, su amigo se aferró muy fuerte a su cintura mirando por sobre su hombro, ya no deseaba ver al espantoso monstruo.
El ser ya estaba a unos metros de ellos, "ya casi llegamos a la vías de tren" miró su reloj "Son las 05pm, hay un tren que pasa a esa hora, debo apresurarme y con suerte lo perderemos".
-¡Más rápido, Bill!-gritó Rich desde atrás.
-Ya casi-susurro Billy sin aliento.
El tren se hizo presente a unos metros de ellos, la rueda delantera de la bici cruzó la primer vía cuando el Hombre-lobo cortó la nuca de Richie Tozier con tres de sus largas garras.
Lograron pasar y detrás de ellos el tren. Bill frenó unos metros después y miró hacia atrás tratando de jalar aire, su pecho subía y bajaba alterado, su pulso era rápido y constante, sus mejillas estaban rojas y por su frente se escurrían gotas de sudor.
Tozier sentía que se estaba desangrando. Ambos clavaron sus ojos en el tren, al pasar uno de los bagones vieron al Hombre-Lobo mirarlos fijamente con odio y escuchaban sus gruñidos, al pasar otro bagón éste ya no estaba.
Bill miró a Richie y vio cómo él dirigía su mano hacia su nuca y ésta se bañaba en sangre, estaba mareado y con nauceas, sentía como si sus pies no tocaran el suelo.
-¿Ri-Richie? Es-Estás sangra-gra-gradon-dijo Billy preocupado.
Al ver que su amigo no reaccionaba y sus ojos parecían perdidos y comenzaban a cerrarse, le golpeó bruscamente la mejilla derecha.
-¡Ay! ¡Eso dolió, idiota!-gritó sobandoce la mejilla en la cual la mano del tartamudo había quedado marcada en un color rojo rosado.
-Lo-lo siento, cre-creí que al ce-cerrar los ojos p-p-podrías lle-llegar a des-desmayarte-contestó.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro