ଓ ⁝ ⁵Tú y yo frente al mar
Una semana pasó luego de ese
divertido e inusual encuentro donde ambos habían terminado haciendo nuevas memorias, MinHo agradeció mucho que Jisung lo haya cuidado y recibido en su casa, pero las palabras no eran suficientes, a su parecer, y desde hace días había estado planeando invitar a Jisung a una cita.
La primera y gran cita.
Era sábado, se levantó muy temprano y se bañó, vistió y preparó casi como si estuviera convencido de que el menor diría que sí, al estar totalmente listo, salió de su casa y caminó los escasos pasos hasta el apartamento del omega bonito, tocando el timbre varias veces. Tuvo que esperar algunos minutos, pero no se desesperó, ya que era aún muy temprano y no dudaba que Jisung aún estuviera dormido.
Él finalmente vino, con una ternura genuina al frotar sus ojitos, totalmente adormilado y con una cómoda pijama color amarillo pastel, su cabello estaba desordenado y no podía evitar bostezar repetidas veces mientras miraba confundido al apuesto alfa en su puerta. MinHo sonrió ante la bella vista de un Jisung matutino, tenía ganas de lanzársele encima y comerlo a besos, pero se resistió por obvias razones.
— ¿MinHo? ¿Qué haces aquí tan de mañana? — cuestionó el omega.
— Jisung ¿Tienes algún plan para hoy? — le contestó, con su sonrisa emocionada.
— C-Creo que no... — soltó pensativo, para luego negar más seguro — ¿Por qué?
— Siendo así ¿Me concederías una cita? — le preguntó mirándolo directo a sus bellos ojos avellanas — Yo pagaré todo y te consentiré a ti y a Semilla de ajonjolí ¿Qué dices?
Jisung se sorprendió, no pudiendo ocultarlo del contrario, muchas veces en sus momentos de ocio había soñado con escuchar esas palabras, pero jamás pensó que realmente pasaría. Sus manitas se pusieron contra su boca de la sorpresa y MinHo rio melodiosamente por el tierno sonrojo que afectó al menor.
— ¿E-En este momento? — preguntó extremadamente nervioso — Y-Yo aún sigo en pijamas.
— Si, en este momento — le dijo muy feliz el alfa — puedes tomar el tiempo que necesites, yo esperaré por ti gustoso, por favooooor di que sí.
El alfa le hizo un movimiento de hombros y un pequeño aegyo para convencerlo, Jisung observó directo a sus ojos, estos sinceramente le transmitieron su deseo de pasar este día junto a él, lo que hizo a su corazón vibrar de emoción, así que asintió para él, con una sonrisa de genuina alegría.
— Yeiiiii — soltó el alfa triunfante, y pronto lo tomó de sus hombros y lo metió a la casa.
El omega observó como se sentó en el sofá con toda la confianza que habían acumulado en este tiempo, y el alfa le hizo una divertida seña para que se fuera a preparar, parecía estar radiantemente alegre.
— Ya regreso — mencionó Jisung, MinHo asintió.
El alfa vio la figura del omega bonito irse por el pasillo, soltó aire de manera enamorada y feliz, había aceptado la cita, y por ende tenía derecho de hacerlo feliz al 1,000 por ciento. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio la cabeza rubia de Jisung asomarse de nuevo entre el pasillo.
— ¿A dónde estamos yendo? — preguntó en un tono muy tierno y diminuto — para vestirme adecuadamente.
— Iremos al puerto, Jisung — le sonrió y al omega pareció encantarle la idea porque también sonrió y, tras asentir, se fue de nuevo.
MinHo esperó al menos 20 minutos, en ese tiempo decidió distraerse en su celular mientras esperaba ver venir al omega, de la misma manera, pensaba en todas las cosas lindas que podrían hacer juntos, su corazón se aceleraba de solo considerarlo. Jisung apareció luego, tan hermoso como siempre y, a la vez, más superior que nunca, traía un veraniego conjunto conformado por un short blanco y una camisa a cuadritos pequeñitos en tonos azules la cual había arrollado hasta sus codos y que, de manera hermosa, rodeaba su pancita haciéndolo ver tierno, claramente sus característicos tenis blancos hacían una nueva aparición.
— Wow — fue lo único que soltó un muy hipnotizado alfa, el omega se sintió explotar de la vergüenza, pero sonrió ante la gratificante reacción — E-Estás precioso, muy muy lindo.
— G-Gracias MinHo — contestó nervioso mientras bajaba la mirada en timidez.
— ¿Nos vamos? — sugirió y Jisung asintió, MinHo se acercó y le ayudó a llevar la pequeña mochila que Jisung cargaba, probablemente con las cosas que creía necesitar.
De esta manera, ambos emprendieron el viaje, la parada del autobús estaba a unas cuadras del complejo departamental, pero la caminata suave y entre conversaciones hizo todo muy agradable para el par de chicos. En el lugar indicado, esperaron el autobús que los llevaría hasta su destino; al subir, MinHo sostuvo a Jisung de su cintura ante el miedo de que se fuera a tropezar por el movimiento, esto hizo que varias miradas de ternura se pegaran a la joven pareja.
El autobús estaba un poco vacío, gracias a la hora, así que tuvieron la libertad de escoger el último asiento, con Jisung quedándose al lado de la ventana. El camino sería de aproximadamente una hora y media, por lo que las conversaciones triviales continuaron, algunas risas por parte del menor y varias anécdotas entretenidas por parte de MinHo, cuando la costa comenzó a aparecer en la vista, Jisung no se resistió a abrir la ventana y mirar embelesado el lindo paisaje, MinHo, en cambio, disfrutó de verlo a él.
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Al llegar, la brisa salada y fresca los recibió, Jisung estaba más feliz y entretenido, dándole lindos recuerdos a un alfa muy enamorado a su lado. Lo primero que hicieron fue caminar un poco a la orilla de la playa, de dónde el puerto que visitarían más tarde se veía con plenitud, estaban camino a desayunar.
— Este día quiero que seas más feliz que siempre, que escojas y pidas lo que quieras sin limitarte — le dijo mientras ambos caminaban, Jisung lo miró conmovido con unas diminutas ganas de ponerse a llorar por los sentimientos que las palabras del alfa creaban — me dices si algo te duele, si algo te asusta, si algo te incomoda, si estás cansado, si estás hambriento, etc. Yo estoy aquí para cuidarte y buscaré siempre tu bienestar y seguridad, confía en mí.
Jisung asintió, con una cálida sensación extendiéndose a su pecho, y su apuesto vecino alfa admirando la extensa belleza del menor. Lo primero que hicieron, fue ir a desayunar, Jisung escogió el lugar que más le llamaba la atención y comió toda la comida deliciosa que su estómago y bebé estaban pidiendo, MinHo continúo observándolo, sonriendo al verlo llenar sus mejillas con comida y sintiendo las asfixiantes feromonas de felicidad en el aire.
Terminaron de comer, pero se quedaron allí un buen rato, haciendo la digestión porque luego caminarían hasta el puerto a ver con qué cosas impresionantes se topaban. En el camino hacia allá, Jisung caminaba unos pasos adelante de manera enérgica, tomando fotos de cada cosa linda que veía, MinHo mantenía un semblante más calmado, recordando la última vez que había pisado una playa.
El puerto, sin duda, era un lindo lugar para un omega de fácil ilusión como Jisung; este, en toda su extensión, tenía un mercado donde, en cada puesto, el omega se detenía a curiosear y tal vez a comprar algún adorno, de esa manera se hizo de un lindo brazalete hecho de vistosos caracolitos; en el puesto siguiente, también aprovechó para conseguir algo de pescado seco y llevarlo a casa. Más adelante se topó con el delicioso olor de pinchos de mariscos a la parrilla, y claramente no pudo evitar que el antojo lo dominara.
MinHo, con una sonrisa, le compró todos los que quería, siendo todos de calamar, también compró algunos para él y mientras comían, llegaron al final del mercado, dónde solo estaba una área libre para ver hacia el mar. El omega bonito lo invitó a sentarse al borde del final del puerto, mirando las aguas revolotearse bajo sus pies y escuchando las olas rugir con potencia.
Había varios barcos pesqueros que se podían observar desde donde estaban, ambos se quedaron allí en un cómodo silencio, observando a los pescadores hacer su trabajo, hasta que el momento del almuerzo llegó, y las tripitas de Jisung delataron su hambriento estado.
MinHo rio, pero lo llevó de vuelta a tierra firme para buscar un buen lugar donde almorzar, terminaron en un lindo restaurante de terraza, desde dónde la vista del mar podía seguir siendo disfrutada. Esta ocasión, Jisung pidió un pescado más grande que toda su cabeza y una sopa de mariscos realmente deliciosa.
La comida estaba excepcionalmente rica, por lo que MinHo disfrutó del momento junto a Jisung, este siempre llenando sus mejillas hasta hacerlo ver como una ardillita, una ardillita muy gordita. Cuando acabaron, MinHo había hecho la cuenta mental de los gastos así que comenzó a sacar el dinero para dejarlo sobre la mesa, se distrajo unos segundos, pero cuando regresó la vista al omega, se asustó un poco.
— ¿Qué sucede, Jisung? — le habló MinHo, al ver su expresión fruncida y su tono un tanto pálido mientras sostenía su vientre, este no le contestó, lo que lo hizo impacientarse — Jisung, respóndeme por favor.
— Y-Yo creo que voy a... — el omega no siguió sus palabras y se levantó de golpe mientras tapaba su boca con sus manos yéndose de la mesa.
MinHo se asustó más, así que puso el dinero en la mesa y fue en busca de Jisung, este llevaba un paso muy agitado, a su parecer, pero como pudo lo siguió hasta el baño, dónde lo encontró vomitando en el primero cubículo. Su corazón se oprimió, se hincó en el suelo junto al omega y lo ayudó al sostener su frente. Las arcadas del pobre omega eran fuertes, creando un tono rojizo en su cara cada vez que hacía fuerza para expulsar todo y sus ojitos se volvieron llorosos.
Vómito todo, hasta la última gota del almuerzo, cuando creyó acabar, el omega se abrazó a su cuerpo de manera instintiva, llorando de manera muy resentida y temblando por el mal rato, MinHo lo acunó protectoramente, liberando su olor con feromonas de seguridad y compañía, consolándolo como si de un indefenso niño se tratara.
— H-Hace meses no vomitaba y o-olvidé cuanto lo odio — le contó, entre sollozos y con cierto resentimiento pegado a su voz — e-el almuerzo estaba delicioso y a-ahora mi estomaguito se siente raro.
— Shh yaaa, lindo — le habló, amoroso y atento, tratando de calmar sus dolorosas lagrimitas — puedes volver a comer cuando te sientas bien, no hay problema, lo importante es que tú y Semilla de ajonjolí se sientan bien.
Al decir, MinHo se separó un poco y llevó la mano hasta su pancita para acariciarla, Jisung miró el gesto y limpió sus ojos con sus manos, aún hipando.
— E-Estamos bien ahora — le aseguró, MinHo asintió con una sonrisa y ambos se levantaron del suelo.
Jisung salió del cubículo primero, comprobando su aspecto en el espejo, MinHo tardó unos segundos más en llegar, ya que había tirado de la cadena y enviado lejos ese feo vómito. Jisung formó un puchero triste al ver los signos de llanto en su carita, MinHo se acercó por detrás, dándole la mochilita por un momento.
— Quiero que te quedes aquí, vuelvo pronto — le dijo, y sin esperar una respuesta clara, se fue.
Jisung se quedó en su puesto, esperándolo en silencio mientras intentaba volver a la normalidad, acarició su vientre por varios segundos, reprochándole en silencio a Semilla de ajonjolí por haberlo hecho desperdiciar así el almuerzo. Cuando MinHo regresó, no lo hizo con las manos vacías, sino con un cepillo de dientes y pasta dental nuevos, también traía una píldora con él.
— Te conseguí esto, porque seguro no querrás andar con el mal aliento lo que resta del día, aunque a mí no me importa mucho — le sonrió pasándole las cositas — además, te compré esta pastilla para las náuseas, es apta para embarazados, así que no tengas miedo.
Jisung miró las cosas en sus manos, su mentón comenzó a temblar un poco y sus ojitos a picar, hasta soltar sus sollozos una vez más, se abalanzó a abrazar el cuerpo del alfa una vez más, rodeándolo con sus bracitos y buscando inconscientemente un refugio en sus brazos. MinHo acarició su cabello mientras correspondía, doliéndole mucho el corazón al notar el leve temblor del cuerpo del más bajito.
— Nuestro Jisunggie está muy sensible tras haber vomitado el demonio hecho comida, pobre pobre — le habló, en un tono infantil y reconfortante — pero Jisunggie estaría mejor si ya no llora, o alfa también va a llorar.
Jisung sacó su cabeza del cuerpo de MinHo y lo observó, este le sonrió mientras palmeaba su cabeza de manera amorosa, claro que Jisung estaba muy sensible y sentía que entre más el alfa lo consentía, más ganas de llorar le daban.
— G-Gracias por todo, MinHo — le habló con su tono de voz afectada, mientras rompía el abrazo — g-gracias por apoyarme cuando nadie más lo hace.
MinHo lo miró sin responderle, por varios segundos Jisung igual le sostuvo la mirada dándose cuenta del brillo que estos despedían al verlo con tanto aprecio, su corazón saltó de amor, por su cuerpo recorrió la adrenalina, sus piernas flaquearon ante esa profunda mirada y su mente creó miles de ilusiones coloridas y felices.
Así se sentía el verdadero amor.
Jisung se separó pronto, tras eternos segundos solo mirándose y ya comenzando a ponerse nervioso, se fue hasta los grifos y se dedicó a lavarse los dientes. MinHo tomó la mochila de nuevo, sabiendo que era su responsabilidad cargarla y cuando Jisung terminó, sacó su pañuelo del bolsillo trasero, humedeció una esquina, para luego tomar el rostro del omega y así eliminar los rastros de lágrimas.
Jisung se dejó hacer, quedándose quieto y con la mirada fija hacia el alfa, su cara de concentración al limpiarlo era muy linda, así que se permitió sonreír de felicidad pura, lo cual MinHo notó e imitó, sintiéndose más tranquilo de ver al más bajito fuera de su pequeña crisis.
— Ya está, tómate la pastilla y todo listo para seguir — le soltó, doblando el pañuelo y dejándolo en manos del omega.
Este sonrió una vez más, el alfa más bueno del planeta estaba a su lado, cuidando de él.
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El día siguió luego de ese evento, tras sentirse mucho mejor, Jisung devoró otro almuerzo, una paleta de frutas y una bolsa de gomitas agridulces, MinHo continúo cuidándolo y observándolo bien, asegurándose que nada malo le fuera a pasar de nuevo.
Ahora, estaban a eso de las 6 pm, caminando por la orilla del mar, sin zapatos porque el agua les mojaban los pies, y viendo el anaranjado y bello atardecer. Hablaban y reían mucho, hasta detenerse en un determinado lugar, Jisung se quedó viendo hacia el horizonte, dónde el sol desaparecía y MinHo se quedó mirándolo desde muy cerca, ambos cuerpo estaban pegados el uno al otro, y la tensión en MinHo fue percibida por Jisung.
Este se volteó a verlo, algo estaba diferente en esas miradas, MinHo parecía pensativo, mirándolo con tanta concentración y admiración, que se sintió chiquito ante su presencia. El brazo de MinHo subió hasta tocar el suyo, se sintió nervioso cuando sus dedos se movieron contra su piel y el alfa pareció acercarse más a él.
Sabía lo que podría pasar y estaba nervioso, pero aun así no retrocedió su paso, se mantuvo firme a pesar de que sus piernas le querían fallar.
— ¿Puedo...? — MinHo no terminó su propia frase, ya que instintivamente se acercaba peligrosamente cada vez más.
Jisung vio sus ojos un poco más oscuros, quizás por la influencia de su alfa y ese asfixiante olor que despedía, también estaba seguro de que sus propios ojos estaban más claros, porque estaba dejando a su omega tomar todas las decisiones. Jisung asintió hacia esa pregunta, aceptando lo que perfectamente sabía sin necesidad de decirlo.
Y finalmente pasó, MinHo se unió a sus labios en un beso de movimientos necesitados y un tanto feroces, su gran mano lo tomó de la zona de su cintura y lo acercó más a su cuerpo, así que él llevó las manos arriba, enganchándose al cuello del alfa mientras intentaba seguir el ritmo de ese beso. Tenía sus ojos cerrados por los nervios, guardaba la esencia y ese sabor de los labios de MinHo en su mente y sentía las sensaciones de su cuerpo reaccionando ante los estímulos del más dominante.
MinHo pronto lo tomó de la barbilla, controlándolo más y succionando como una sanguijuela, después introdujo su lengua a la boca del omega, Jisung se sintió derretirse en sus labios, la usual mano libre acarició su vientre una vez más. Era un beso de un tinte muy necesitado y caliente, como un sentimiento que arde sin parar, pero también era uno muy protector, mostrando el buen complemento que un alfa es para su omega.
Ese fue el broche de oro con el cual esa cita terminó, como ya estaba anocheciendo regresaron a casa, en todo el camino ninguno habló y ni siquiera se voltearon a ver. Ambos lucharon en todo el camino de regreso por contener sus partes animales, o si no, se restregarían el uno al otro en medio de la vía pública.
Al estar llegando a los apartamentos, Jisung aún mantenía sus nervios y vergüenza, sosteniendo su vientre porque incluso sentía a Semilla de ajonjolí tan tenso y descontrolado como él. Se fue directo a su puerta, sin ser capaz de despedirse y volver a agradecerle al alfa por la cita.
Pero antes de que entrara, MinHo le tomo el hombro, le dio la vuelta y volvió a estamparse contra sus labios, dándole otro delicioso beso que desafortunadamente fue más corto que el primero. Luego, el alfa se alejó hasta su hogar luego de solo susurrarle un "buenas noches" como si eso fuera a calmar a su agitado corazón.
Terminó solo en el pasillo, totalmente rojo y sin poder moverse.
— S-Su alfa es muy atrevido — susurró en una combinación de susto, adrenalina y confusión, para sí mismo y para Semilla de ajonjolí — m-me besó, bebé, M-MinHo me besó.
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Fin del capítulo
Todos nerviositos, todos chiquitos los wawas ✨
Bye, lxs amo 🌊💙
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©𝐅𝐀𝐈𝐑𝐘_𝐇𝐀𝐍𝐍
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