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ଓ ⁝ ⁷¿Mi omega?

Es cierto, se habían arreglado y se habían confesado de manera vergonzosa en aquel pasillo, pero MinHo no quería conformarse solo con saber que el omega bonito aceptaba sus sentimientos, más bien quería hacer las cosas bien y hacer una propuesta lo más digna posible.

Por lo que unos días después, al salir del trabajo, se atrevió a hacer algo loco, buscó en sus registros y tomó todo su fondo de ahorros para eventos importantes, para dirigirse a alguna joyería medianamente modesta y adquirir un anillo. Entró al local con muchas ilusiones de ver un lindo diseño que lograra hacer al omega suspirar de amor, la señorita de aspecto amable lo miró curiosa y en pocos segundos ya estaba frente a él de manera sonriente.

— Buenas tardes, señor, ¿puedo ayudarle en algo? — soltó, en un tono muy pacífico y tranquilizante.

— Hola, quisiera adquirir un par de anillos para una propuesta — contó desde ya mirando por medio de la vitrina.

— Claro, ¿Compromiso o matrimonio? — preguntó ella de manera automática, pero MinHo se quedó falto de palabras al no haberlo pensado antes.

Lo más lógico era pedirle ser novios, pero ya le había prometido ser el papá de su bebé y vivir una vida juntos, así que eso se quedaba corto, de la misma manera, no podía llegar y pedirle matrimonio de una sola vez, era demasiado pronto. Miró a la señorita bastante confundido, sin saber realmente que hacer o decir.

— E-Es algo complicado de descifrar... — fue lo que dijo — es para pedirle que sea mi omega, ya hemos hecho muchas cosas que no harían simples novios, pero tampoco hemos llegado tan lejos para ser esposos, ¿Entiende?

— Oh, entiendo — le contestó pensativa, mientras buscaba una de las tantas bandejas que había disponibles, cuando escogió una y la trajo hacia la vitrina volvió a hablar — ¿Entonces que le parece un anillo de promesa? Es apto no importando en que etapa estén y con él puede prometerle cualquier cosa.

MinHo admiró todos los anillos, caracterizados por ser simples con una piedrita en el centro, sin embargo, la diversidad fue muy notoria y como siempre, hubo uno que llamó su atención. Lo tomó entre sus manos de manera delicada y automáticamente se lo imaginó en la mano del omega bonito, sonrió sin evitarlo.

El precio del artículo no era alentador para su bolsillo de clase media, era una persona que no solía gastar mucho dinero, por lo que tenía una buena cama de ahorros, aunque eso no amortiguaba el gran suicidio económico que estaba por hacer. Estaba seguro de que Jisung diría que sí, por lo que no era un gasto en vano que se esfumaría en el aire, ya estaba anticipando la alegría que sentiría el omega que alguna vez apareció en su puerta rogando por cumplir un antojo, por lo que, tras un suspiro, terminó por escoger el lindo anillo entre sus manos.

— Quisiera llevar este — le dijo a la chica decidido, sacando su tarjeta de ahorros para pagar.

— Claro, será un gusto y estoy segura de que su futuro omega estará muy feliz — le expresó ella con una sonrisa — Felicidades desde ya.

— Muchas gracias — sonrió, un poco apenado, para luego saciar una de sus curiosidades — Creo que calculé bien el tamaño de su dedito, pero si acaso me estuviera equivocado ¿Existe posibilidad de cambio de talla?

— Claro que sí, solo se presenta con la factura y el artículo, estaremos complacidos de cambiar la talla — aclaró ella, para luego ambos irse hacia la caja registradora y hacer el proceso de compra.

Unos minutos luego, MinHo estaba saliendo del local con la cajita de madera rústica en sus manos, un diseño bastante único, a su parecer. Con una sonrisa escapándosele, volvió a abrir la cajita esperando desde ya la reacción del omega.

Luego lo guardó en un lugar seguro, para que no se fuera a perder o a dañar, siguió su camino para ir al supermercado, dónde compraría cosas para la cena casera que prepararía está noche para su amado omega, prefería mil veces complacer a Jisung con una cena en casa, hacer la propuesta y luego ambos quedarse acurrucados en el sofá viendo películas antiguas, sonaba a paraíso. No quería llevar al omega a una salida costosa y cansada hacia un restaurante, estaba embarazado de 7 meses, sabía que algunas cosas simplemente ya no podían ser tan fáciles para él, las miles de feromonas y olores desconocidos podrían marearlo, podría haber un accidente, demasiado estrés, y miles de cosas más que prefería evitar por el momento.

El supermercado fue fácil y entretenido. Todo el tiempo mantenía su sonrisa de ilusión y al omega bonito en la mente, haciendo que cada cosa la hiciera con la mayor dedicación posible. Cuando estuvo camino a casa por medio de autobús, con las manos llenas de bolsas, sacó su celular y se dispuso a llamar a Jisung.

Los tonos sonaron por algunos segundos, para que luego la dulce voz del chico animara sus oídos.

— ¡Hola, MinHo! — contestó él, el alfa juraba que estaba sonriendo al decirlo.

— Hola, Jisung — saludó en respuesta, rápidamente notó que no estaba en la seguridad de su casa, por todo el ruido de fondo — ¿No estás en casa?

— Oh no, es que hoy me tocaba control con el bebé, así que salí — le contó, MinHo notó su voz algo agitada por lo que quiso saber si se encontraba bien.

— Ya veo ¿Y estás bien? — cuestionó el alfa.

— Si, aunque algo cansado — confesó el omega — salí de la consulta hace unos 15 minutos, el clima estaba precioso, así que quise caminar un rato, ahora estoy sentado en una banca del parque porque estoy completamente exhausto, me duelen muuucho los pies, no debí hacer esto.

— Jisung, toma el autobús, no te sobre esfuerces — le regañó en tono pasivo, el omega rio al otro lado de la línea.

— Lo haré, lo juro, ya aprendí mi lección — le hizo caso, MinHo se sintió satisfecho tras sus palabras.

— Oye, ¿Tienes algo que hacer hoy en la noche? — soltó MinHo finalmente.

— Mmmh no, solo lo mismo, cenar, lavar platos, mirar televisión e ir a dormir — le contestó Jisung.

— Entonces, ¿Te gustaría ir a mi apartamento está noche y así cenar juntos? Cocinaré para ti — le propuso, teniendo una gran sonrisa en su cara.

— Oh, suena muy bien, claro que quiero si eres tú el que cocina — dijo Jisung con sutiles risitas.

— Bien, te esperaré con la cena lista a las 8:30 — le avisó de manera dulce — por mucho que me gustan tus lindas pijamas, no vengas así por favor.

— Jajajaja está bien, MinHo, así será — respondió el omega — procuraré llegar pronto a casa para poder vestirme bien, ¿Contento?

Tras unas cuantas risas y frases más, la llamada llegó a su fin y MinHo disfrutó de su tranquilo camino a casa, apoyando su cabeza en el vidrio, cerrando sus ojos y escuchando a su corazón latir con mucha fuerza.

Apenas le había alcanzado el tiempo para hacer la cena, limpiar la casa y ponerse guapo, ahora se encontraba ubicando los últimos detalles en la mesa mientras se ocupaba de esparcir su olor en toda la casa, sabía que a Jisung le encantaba. Con todo listo, admiró todo su trabajo con una sonrisa, mientras mantenía sus manos en su cintura en una señal de satisfacción; casi al hilo, el timbre resonó anunciando la llegada del invitado más importante.

Se sintió nerviosísimo, palmeó su bolsillo solo para comprobar que la cajita importante siguiera allí y corrió emocionado a abrir la puerta. Del otro lado estaba el lindo omega, con su cabello muy bien arreglado, ropa muy casual pero presentable y manteniendo su amplio vientre rodeado por su mano.

— Buenas noches, Jisung — saludó, con una sonrisa embelesada hacia el omega — te ves precioso hoy, todos los días lo estás, pero hoy te pasaste.

— Buenas noches, MinHo — saludó él, con una tímida sonrisa y un tierno sonrojo que coloreaba sus mejillitas — gracias, tú igual luces muy guapo hoy, Semilla de ajonjolí y yo estamos agradecidos por la invitación.

Al decirle esto mostró más su barriguita, y ya se imaginaba que el bebé estaría pateando de la felicidad, el alfa extendió su mano y Jisung se acercó hasta poner su vientre en contacto con MinHo, quien sonrió al comprobar los movimientos algo violentos del cachorro.

Ambos sonrieron al unísono, MinHo soltó más su aroma para calmarlos a ambos y acarició repetidas veces para que el cachorro supiera que estaba allí para él. Jisung sintió el alivio llegar a su vida, la paz interna que se producía en él cuando su cachorro identificaba que MinHo estaba cerca era incomparable y deliciosa.

— Pasa — le invitó luego el alfa, Jisung asintió más que complacido y, al oler el aroma a chocolate amargo estaba en cada rincón de la casa, abrazándolo de forma cálida, soltó un pequeño suspiro que no pasó desapercibido por el alfa.

— Delicioso — fue lo único que Jisung dijo, tomando la iniciativa de caminar más por la casa al recordar el camino a la perfección.

Llegó hacia la cocina, y por ende el comedor, donde vio todo muy bien arreglado, con algunas flores naranjas sobre el centro de la mesa y una vela blanca olor a vainilla a un costado, todo estaba más elaborado de la usual, así que se volteó curioso hacia el alfa, quien solo lo vio de vuelta con una sonrisa.

— ¿Celebramos algo importante? — le cuestionó con una sonrisa emocionada.

— Mmmh, tendrás que quedarte a comprobar — fue lo único que el alfa dijo mientras encogía sus hombros.

— Está bien, entonces... ¡Sorpréndeme! — asintió el omega bonito con ánimos.

MinHo asintió y en silencio lo llevó hacia la mesa hasta sentarlo, la sonrisa que el alfa mostraba era tan hermosa que Jisung no pudo evitar quedarse embelesado mientras acariciaba su vientre, porque su cachorro se impacientaba tanto como su corazón. MinHo y su cocina estaban en perfecta armonía, en poco tiempo el alfa sirvió los platos como si de un restaurante caro se tratara, preparó bebidas y cubiertos.

Al tener todo listo lo llevó hacia el omega en la mesa, este sonrió de manera brillante cuando reconoció la comida, por alguna razón, un sentimiento de nostalgia atravesó su corazón y miró profundamente a MinHo, este le dedicó la misma mirada con esa sonrisa enamorada.

— Hoy quiero que recordemos la extraña, pero tierna forma en la que nos conocimos, Jisung — le dijo, el omega bajó la cabeza un poco mientras el sonrojo calentaba toda su cara.

— Seguro no hay nadie en el mundo que se haya conocido de una manera tan extraña — dijo Jisung, tratando de mantener el contacto visual con MinHo, a pesar de que sus manos bajo la mesa estuvieran temblando como gelatina — y aún agradezco que me hayas ayudado.

— Si un omega bonito en mi puerta me pide de forma tan hermosa algo de mi comida, porque su cachorro tiene antojos, claro que iba a caer rendido — le dijo, Jisung sintió las graciosas corrientes recorrerle el cuerpo y estremecerlo, MinHo ahora estaba confiado por lo que amó ver cada una de sus reacciones.

Jisung no supo responder, pero se sintió tranquilo al ver que el alfa no exigió una respuesta y, en cambio, solo tomó su tenedor para comenzar a comer, el omega vio su propio plato, lleno de ese delicioso manjar que su cachorro amaba, los movimientos de Semilla de ajonjolí no se detenían en su interior, por lo que comenzó a comer, tan complacido que MinHo no pudo ocultar su sonrisa.

Jisung amaba comer, MinHo amaba cocinar para él; Jisung amaba ser feliz, MinHo amaba hacerlo feliz; Jisung amaba la compañía, MinHo amaba acompañarlo todo el día; Jisung amaba las películas antiguas, MinHo amaba verlas con él; Jisung amaba ser abrazado, MinHo amaba abrazarlo; Jisung amaba hornear y MinHo amaba comer lo que horneaba. Ambos eran almas tan perfectas para la otra, hechas para amarse sin que nada se los impidiera, y ambos, muy en el fondo, estaban felices por ello.

Las cosas se habían dado en el momento justo, MinHo estaba en un punto de su vida en el que estaba completamente listo para formar una bella familia, su economía era buena y se creía lo suficientemente maduro para ello; Jisung, si bien no había planeado un embarazo, la idea de criar a un cachorro junto a su alfa lo llenaba de ilusiones, había sufrido un rechazo inicial, pero ahora esperaba poder conseguirlo con MinHo.

La cena prosiguió así, con un ambiente romántico muy cómodo, con halagos amorosos provenientes de MinHo y muchos sonrojos tiernos por parte de Jisung, charlando de tantas cosas, pero a la vez solo concentrándose en admirarse el uno al otro. Tras terminar, Jisung se ofreció a lavar los platos y a limpiar, MinHo no opuso resistencia, y solo se quedó revoloteando en la cocina mientras veía al omega concentrarse en su tarea.

Comenzaba a ponerse ansioso, porque el momento de hacer su propuesta había llegado, y solo esperaba que todo saliera bien, esperaba que Jisung le dijera que sí, que quería pasar la vida junto a él y que le permitía llamar suyo a ese cachorro en su vientre, quería poder tener el derecho de llamarlos suyos, sin que nada lo detuviera.

Jisung, de alguna manera, sintió sus nervios, las feromonas inestables de MinHo llenaron toda la cocina y le hicieron sentir que sus piernas temblaban un poco, lo que igual lo puso nervioso a él. Cuando acabó de limpiar, con un suspiro profundo se volteó hacia MinHo, este automáticamente lo miró con nervios.

— ¿Qué sucede, MinHo? — preguntó de forma suave, comprensiva por si se trataba de algún problema, pero curioso por saber.

MinHo suspiró de vuelta, lo cual inquietó un poco a Jisung, este se acercó a él y extendió sus brazos, el omega se enganchó al abrazo con gusto, recostando su cabeza en el pecho amplio de MinHo y esperando silenciosamente que le dijera algo. Al pasar los segundos, este se separó y lo miró directo a los ojos con esa lucecita tintineante de nervios.

— Necesito decirte algo, ven aquí — habló por fin, Jisung sintió más nervios crecerle y la electrizante corriente invadirlo cuando el alfa tomó su mano y lo llevó hasta la sala.

Se sentó en el sofá, por pedido silencioso del alfa, con sus piernas juntas y los nervios haciendo estragos en su interior, para calmarse a sí mismo, comenzó a acariciar a Semilla de ajonjolí encima de su ropa. MinHo se hincó sobre su rodilla, en la típica posición de propuesta de matrimonio y algo en Jisung se alteró.

— Jisung, a pesar de que ya nos confesamos, pienso que no es suficiente solo dejarlo así — le comenzó a decir, tomando sus manos y sintiendo el leve temblor del omega — desde que te conocí, me pareciste tan hermoso, tu olor dulce me atrapó y tu timidez me hizo querer pasar más tiempo a tu lado, puede que nos conozcamos desde hace muy poco, posiblemente aún estés inseguro, pero yo voy muy en serio contigo y Semilla de ajonjolí, me gustaría poder quedarme con ustedes para siempre. Te he logrado amar en este poco tiempo así que déjame preguntarte... ¿Te gustaría ser mi omega?

Jisung sintió sus ojitos ponerse llorosos, MinHo lo miraba de manera atenta, con los nervios casi dominándolo, pero esperando ver algo de él. Jisung asintió, aceptando ser su omega, al mismo tiempo que sus lágrimas bajaron y una pequeña risita nerviosa se extendió en toda la sala.

MinHo sintió el alma regresarle al cuerpo, Jisung se abrazó a su cuerpo rápidamente, las feromonas de felicidad y amor se extendieron hasta crear una burbujita dónde solo importaban ellos, ambos rieron nerviosos pero muy felices.

Mi alfa, mi alfa, claro que quiero pasar contigo por mucho tiempo, confío en ti — habló Jisung, con su voz inestable por el llanto, pero destilando una felicidad incomparable.

Mi omega, mi omega, prometo cuidarlos muchísimo — le expresó de manera orgullosa, MinHo, luego se separó un poco para unir sus manos con Jisung y seguidamente, ponerlas sobre su pancita para sentir al bebé — y Semilla de ajonjolí ahora es mi cachorro, tuyo y mío, ya no más de ese bastardo que se atrevió a dejarte.

MinHo buscó la cajita y se la mostró a Jisung, este se tapó la boca sorprendido y conmovido, era precioso a su vista y seguro que su alfa había gastado mucho en él. MinHo lo sacó de su cajita y se lo colocó en el dedo.

— Por ahora es un anillo de promesa, te prometo una vida plena y feliz, dónde criaremos a nuestro cachorro con amor — le habló — pero en el futuro, voy a reemplazarlo por uno de compromiso, te lo prometo.

— Alfa, es precioso — le dijo Jisung, abrazándolo luego de que MinHo se levantara del suelo y se sentara a su lado en el sofá — muchas gracias, prometo ser un buen omega para ti, daré lo mejor de mí.

MinHo lo admiró embelesado por la cercanía y no pudo evitar mirar hacia sus labios, sintiendo la necesidad de besarlo, el omega lo notó y, aunque se puso nervioso, no se alejó y solo esperó que el alfa hiciera algo.

— ¿Puedo besarte? — preguntó MinHo, subiendo la mirada hasta los ojos expectantes del omega, quien automáticamente sonrió.

— ¿Qué alfa pide permiso para besar a su omega? — sonrió Jisung — claro que puedes.

MinHo se acercó y por fin se unió a sus labios, había deseado volver a sentir ese característico sabor una vez más, llevó su mano hasta el mentón de Jisung y lo sostuvo con más seguridad, el omega buscó contacto con él, uniendo su mano a la de MinHo que se posaba sobre su vientre. Al inicio fue estático, con ambos solo sintiendo la tersa piel de los labios del contrario, pero luego de unos segundos, MinHo comenzó el movimiento y Jisung se dejó atrapar.

Fue increíble, ambos disfrutaban del momento, con un sentimiento de enamoramiento creciendo a pasos agigantados en sus corazones, sus partes animales se reconocieron y sincronizaron, llevándolo a una aura llena de amor, el tiempo pasaba, pero ninguno podía concentrarse en ello, secretamente ambos habían esperado muchísimo para poder estar así.

— Oh dios — fue lo único que Jisung dijo cuando se separaron por falta de oxígeno, preso de las sensaciones, con un sonrojo más fuerte que nunca.

MinHo rio ante su reacción, tan genuina y tierna, y sin siquiera hablarlo, ambos buscaron acoplarse con el otro. MinHo se posicionó mejor en el amplio sofá y Jisung se escondió entre el hueco de sus piernas, el alfa abrazó a Jisung por la espalda, dejando sus manos puestas en su vientre y regalándole caricias suaves, el omega se recostó sobre MinHo, cerrando sus ojos un poco y disfrutando de la delicia de la calma.

Pasaron así por mucho tiempo, el resto de la noche en realidad, hubo largas sesiones de besos, lograron acercarse demasiado y aceptarse como pareja, hubo momentos lindos con Semilla de ajonjolí y Jisung creyó estar en el paraíso con cada atención que su alfa le daba.

Ambos sabían que era el inicio de algo muy hermoso y una relación que esperaban que durara para siempre, ambos eran el hogar seguro del otro.

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Fin del capitulo

VIVAN LOS NOVIOOOOOS 💐❤️

Bye, lxs amo 🌼💛

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©𝐅𝐀𝐈𝐑𝐘_𝐇𝐀𝐍𝐍

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