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ଓ ⁝ ³El amor cura el alma

Las semanas siguientes la vida de MinHo siguió su monótono sentido, esto para nada significaba que era malo, al contrario, un buen sentimiento de saber exactamente que esperar de tu alrededor lo mantenía alegre y, por supuesto, desde que conoció y se hizo amigo de Jisung, la bella presencia del omega decoraba su día con chispitas de felicidad y ternura.

Se habían mantenido hablando, se veían casi todos los días en la puerta de sus apartamentos o cuando MinHo encontraba a Jisung viniendo de algún paseo con su bella sonrisa de gomita y Semilla de ajonjolí mostrándose en su barriguita. A MinHo le gustaba Jisung, lo había aceptado unos días atrás en una charla con Chris, y hasta se podía decir que lo amaba, a él y a su cachorro, su alfa no se sentía amenazado o celoso de Semilla de ajonjolí, no le importaba si había sido procreado por otro alfa, él definitivamente quería proteger a Jisung del cruel mundo.

Hoy era un día extraño para el alfa olor a chocolate amargo, llevaba sintiéndose mal de salud hace algunos días, por suerte su empresa no era explotadora y había priorizado su salud, dándole unos días libres para que se recuperara. MinHo tenía un resfriado, según el doctor, pero en su cuerpo se sentía muchísimo peor, con un dolor de cabeza que no lo dejaba pensar o estar tranquilo, dolor corporal infernal, flemas y mocos por todos lados, su constante tos que hacía su pecho doler, y no hablemos del dolor de garganta y la temperatura alta, su alfa inconscientemente lloraba en sus adentros para llamar la atención del omega bonito, rogando por sus cuidados.

En este tiempo juntos, MinHo había aprendido a conocer al omega como la palma de su mano, así que de alguna manera sabía que Jisung podría estar preguntándose dónde estaba, ya que estando enfermo apenas se movía de la cama y, por lo tanto, no había salido. Sus entrañas se estremecían cada vez que tosía, esparciéndole un dolor que hacía arder todo su pecho y que subía hasta su garganta, sus ojos estaban algo húmedos por el esfuerzo, todo mientras intentaba ignorar las peticiones de su alfa.

"Mi omega, necesito a mi omega"

No solo era su alfa, sino él también, deseaba que Jisung lo ayudara y poder calmarse con su rico olor a galletitas y leche, quería abrazar su pequeña anatomía entre sus brazos y no soltarlo jamás, pero tenía miedo de transmitirle algo y que su débil cuerpo, acompañado de su estado, lo postraran en cama por algún tiempo. Por más que quería seguir resistiéndose, llevaba días y noches enteras pensando en Jisung, y no podría quedarse ni un minuto más, cómo pudo se levantó de su cama, buscó la primera mascarilla que encontró cerca y, tras colocársela, salió de su habitación.

Al estar de pie, un mareo fuerte lo atravesó, acompañado de un aumento a su dolor de cabeza, se sostuvo de las paredes y no importando nada más, siguió su camino, cada paso que daba sentía que era el último, todos eran débiles y cortos, por primera vez sintió que el camino hasta el apartamento de al lado era eterno. Luego de mucho esfuerzo logró estar en el pasillo, el brillante sol colándose entre los balcones del piso lo hizo apretar sus ojos mientras tosía de manera estruendosa.

Vio con esperanzas la puerta de color caoba de Jisung, tocó el timbre varias veces y esperó, sintiendo su vista oscurecerse como si de un interruptor se tratara, se apoyó en la pared, dejando caer su cabeza; los arañazos de su alfa al sentir la tenue esencia de Jisung se hicieron más fuertes, esto era demasiado para MinHo y su expuesto estado. Cuando la puerta se abrió y Jisung salió vestido con ropa muy cómoda, sus ojitos se sorprendieron por verlo al fin después de tantos días ausente, apuñó su boca en un puchero listo para derramar algunas lágrimas, pero los brazos de MinHo acercándolo a él lo dejaron helado en su puesto.

MinHo lo abrazó, tan fuerte que pudo sentir su aroma a chocolate amargo fundirse con su piel, lo acunó de manera atenta entre sus brazos, rodeando su cuello y metió la nariz en el hueco de su cuello para aspirar su olor dulce, todo pensamiento cuerdo abandonó el petrificado cuerpo de Jisung cuando sintió una mano del alfa colarse hasta su vientre y acariciarlo, un cálido sentimiento invadió todo su ser, Semilla de ajonjolí pareció sentir la presencia del alfa, ya que tras un día entero de estar inquieto y tenso, pareció relajarse tanto que Jisung casi se desmaya en brazos de MinHo, sintiéndose en una estimulada burbuja de sensaciones.

— Te extrañé tanto, mi omega — expresó MinHo, siendo influenciado totalmente por su alfa, el corazón de Jisung se alocó y comenzó a latir más fuerte — te necesito, por favor ayúdame, solo tú eres mi cura.

Jisung no pudo evitar que de sus ojos comenzaran a bajar lágrimas, ser llamado "mi omega" por parte del alfa, hizo temblar a su parte animal, un sentimiento que parecía hacerse cada vez más grande lo comenzaba a ahogar, la mano ancha y grande de MinHo sobre la superficie de su vientre hacía todo sentirse tan cálido y seguro, que Jisung por una milésima de segundo temió sentirse bienvenido entre sus brazos.

Sin embargo, poca oportunidad de actuar tuvo, cuando sintió el cuerpo de MinHo ablandarse sobre el suyo y pronto supo que estaba desmayado, no estaba listo para recibir todo ese peso sobre su cuerpo y se asustó cuando sintió el cuerpo del alfa empujarlo hacia atrás. Al no aguantarlo y temiendo de hacer fuerzas peligrosas para Semilla de ajonjolí, con el dolor de su alma se apartó, dejando a MinHo caer directo al piso de su casa, el omega escuchó claramente el golpe que se llevó por eso.

De manera preocupada se hincó a su lado, mirándolo en busca de alguna señal, cuando puso la mano sobre su mejilla notó la alta temperatura que cargaba así que supo de inmediato que estaba tan enfermo que había colapsado, lo vio con tanto dolor gracias a las grandes ojeras en la preciosa cara del alfa y su aspecto totalmente derrotado.

— Es por eso que no te vi afuera — mencionó de manera suave, inestable y entre sollozos leves — estaba preocupado, muy preocupado.

Se permitió recostarse un poco sobre su cuerpo mientras lograba calmarse, el olor aún muy fuerte del alfa logró reconfortarlo y limpió sus lágrimas, pensó una manera eficiente de llevarlo hasta la cama, no podía dejarlo en medio de la sala estando tan enfermo, tenía que cuidarlo fielmente hasta que se sintiera mejor. Teniendo en cuenta que MinHo era mucho más grande y pesado que él, trajo una sábana de su habitación y tras mucho esfuerzo logró poner al alfa sobre esta.

El piso de manera era totalmente plano y liso, así que tomó un extremo de la sábana y con todas sus fuerzas comenzó a arrastrar a MinHo por todo el suelo, su meta era llegar a su habitación.

— Semilla de ajonjolí, podrían haber algunas turbulencias allá adentro, papi lo siente, mi amor — comenzó a hablar con el bebé, su voz salía forzada por la actividad que estaba realizando y su cara se ponía algo roja por la fuerza que implementaba al continuar arrastrándolo — Estamos arrastrando al apuesto vecino por todo el suelo hasta la cama, al parecer se está muriendo, jamás tenemos visita, así que espero todo luzca decente y limpio, aunque si lo piensas bien, al acostarlo en la cama se va a restregar y dejará su delicioso olor en las sábanas, vamos a dormir muy bien toda la semana siguiente. Ay dios como pesaaa, se me va a salir el nene a este paso, me vengaré otro día por esto.

A la mitad del camino, tomó un descanso, limpiando las diminutas gotas de sudor que comenzaban a acumularse mientras observaba al inconsciente MinHo, gracias a esto la lástima lo atravesó de nuevo y tomó otra vez la punta de la sábana para seguir el camino. Se sentía morir, pero logró llegar a la cama, y en un arranque de valentía, tomó el cuerpo de MinHo y lo alzó hasta la cama.

Terminó exhausto a más no poder, pero lo logró, luego quitó los zapatos del alfa y lo acomodó mejor en la cama mientras ponía una sábana en la mitad de su cuerpo. Tras ver la mascarilla que el alfa portaba, un sentimiento de tristeza atravesó su cuerpo, probablemente él lo haya hecho para protegerlo del resfriado, aún si le costaba respirar con ello, era un detalle invaluable.

Sin poder evitarlo, se sentó a su lado y comenzó a pasar la yema de sus dedos por la cara perfecta de alfa, admirando la tranquilidad con la que parecía dormir y lo mucho que lo estaba necesitando. Semilla de ajonjolí comenzó a moverse más, quizás emocionado por la presencia del alfa, Jisung llevó su mano libre hasta su vientre y lo acarició con movimientos envolventes.

"Mi omega" — recordó, susurrándolo porque se sentía hasta prohibido mencionarlo — ¿Será verdad, Semilla de ajonjolí? MinHo es un alfa muy dulce y valioso, merece tener un omega excepcional... No uno usado y abandonado como yo.

Su voz se quebró en el último segundo, sintiéndose tan insignificante e insuficiente ante la presencia del alfa y su precipitado acto de necesidad, a Jisung por supuesto que le gustaba MinHo, a quien no le gustaría un alfa escrito a la semejanza y a los gustos de todo omega, una dulce, atenta y agradable persona, sin llegar a perder ese toque de dominancia que caracterizaba a los de su casta.

Pero siendo realistas, Jisung a veces se sentía miserable a su lado, su omega clamaba ser marcado por el alfa, pero su parte racional aún le decía que por muy lindo que fuera, seguía siendo un omega abandonado y embarazado, uno que no todos los alfas aceptarían tan fácilmente. Jisung tenía miedo del futuro y de pensar que algún día ya no podrá seguir ocultando su amorío y que cuando lo confiese, MinHo se aleje como todos los demás en su vida.

Las veces que él y MinHo habían estado juntos, trató de analizar a profundidad si su comportamiento impecable era igual a atracción o estaba confundiendo la amabilidad, sus pensamientos ilusionados le decían que MinHo estaba en su misma sintonía, pero sus inseguridades le hacían preguntarse, si en caso de ser así, ¿Qué es lo especial que MinHo había visto en él?

Trató de dejar esos pensamientos de lado y preparó paños tibios para bajarle la temperatura, estaba atardeciendo así que también prepararía una nutritiva sopa que le ayudara a reponer fuerzas.

MinHo despertó, tan descansado y tranquilo que por un momento se confundió, el aroma fuerte a galletas de chispitas y leche natural estaba en cada centímetro a su alrededor, con algo de susto, se sentó en la cama, al instante se sintió tan renovado que fue un total alivio, pero luego notó que esta no era su habitación y definitivamente esa no era su cama.

Se paró rápidamente, temiendo de haber hecho alguna locura en su estado de enfermedad; mientras salía de la habitación trató de ver algún signo de alguna persona o detalle, pero eran todas paredes blancas y aburridas, con muebles y piso de madera color caoba. Aún está adormilado, por lo que no analizaba al 100%, rápidamente llego hasta la cocina y la sala, dónde claramente encontró al omega por el que había estado clamando todo este tiempo.

Eso significa que había caminado hasta su casa.

El omega bonito esta vez vestía un short unos centímetros arriba de la rodilla, con una camiseta naranja, reprimió una risa cuando notó que Jisung estaba tratando de alcanzar un estante alto, estando de puntitas se veía tan tierno, su pancita se apoyaba en la orilla del estante bajo y hacia todo lo posible por llegar, pero luego de un momento intentandolo, este se encendió en una furia que lo hizo zapatear por impulso, tan jodidamente tierno.

En silencio decidió caminar hasta él, lo rodeó por la espalda, abrazando su vientre con una mano y con la otra alcanzando las especias que Jisung tanto había batallado por obtener, no supo de dónde obtuvo el valor, pero cuando sintió al omega tensarse en su puesto, solo aseguró más el toque en Semilla de ajonjolí y miró directo a los ojos de Jisung. Este, aparte del susto que se había llevado, rápidamente se puso nervioso por la cercanía y un sonrojo violento, que MinHo disfrutó, coloreó toda su carita.

MinHo continuaba mirándolo, de forma sincera y amorosa, admirando cada parte del rostro hermoso que poseía Han Jisung, de su delicioso aroma y de su altura convenientemente más bajita que la de él, en su agarre pudo sentir claramente la patada que Semilla de ajonjolí dio contra su mano, cómo queriendo avisar que él también estaba allí, esto lo hizo sonreír en un cálido sentimiento.

— Aquí tienes — le entregó, Jisung aún no había podido despegarse de sus ojos, pero al escucharlo, automáticamente tomó el frasco.

— G-Gracias — expresó Jisung, preso del nerviosismo de su cercanía y de estar siendo sometido ante sus feromonas.

MinHo comenzó a alejarse de forma suave, no queriendo perder el contacto con su vientre, pero finalmente lo hizo, rascó su nuca un tanto incómodo por la tensión y miró a Jisung tragar grueso mientras intentaba actuar normal, una sonrisa genuina salió de sus labios mientras fijaba su mirada en el piso por un momento.

— H-Hoy te ves realmente lindo — le dijo en un tono sincero que Jisung apreció.

— Gracias — sonrió Jisung, apretando el frasco de las especias contra su pecho — En serio me gustaría decir algo lindo también, pero llevas la misma ropa de ayer y te hace falta una cita con la ducha.

— ¿A-Ayer? — soltó, bastante desubicado ante las palabras del omega.

— Probablemente no recuerdes porque estabas muy mal — se percató Jisung, pensativo — viniste ayer al atardecer, diciendo que m-me necesitabas, te desmayaste encima de mí y casi muero aplastado, pero logré llevarte a la cama, mientras estabas desmayado, cociné algo de sopa pensando en que te levantarías a cenar, pero no lo hiciste, así que me quedé toda la noche cuidándote, además te di medicinas mientras estabas dormido, porque necesitabas mejorar.

Al terminar de explicarle, Jisung se acercó peligrosamente a su cara, llevó su mano tiernamente diminuta a su cara y comenzó a tocarlo por todos lados. MinHo se concentró en su cara, parecía un maldito niño viendo la cara de su más grande crush, porque Jisung era hermoso en todas las cosas que hacía, no podía dejar de verlo.

— Es un alivio, pareces estar bien — le soltó con una sonrisa muy aliviada — ¿Cómo te sientes?

— Muy bien, estoy como nuevo — sonrió, Jisung miró de cerca su sonrisa y también sonrió. MinHo lo vio con intenciones de alejarse una vez más, para darle su espacio, así que no pudo evitar tomarlo del brazo y acércalo de nuevo para atraparlo en un abrazo amplio.

Jisung se quedó quieto y nervioso, justo como la noche anterior, MinHo metió su nariz en el hueco de su cuello para aspirar la esencia del omega, pero esta vez existió la diferencia de que Jisung enrolló ambos brazos en el cuello de MinHo aceptando su abrazo, ambos quedaron envueltos en su burbuja y Jisung amó la sensación de sentir las manos traviesas de MinHo colarse en su vientre, acunándolo con tanto amor que estaba seguro de que Semilla de ajonjolí estaba igual de feliz que él.

No se separaron por varios minutos, ninguno quería dar el paso de alejamiento y aunque Jisung estuviera de puntitas gracias a la altura de MinHo, intentó disfrutar cada segundo de ese abrazo, recordaría la sensación cada que se sintiera solo por las noches.

Al separarse, ambos dieron un paso hacia atrás casi al unísono, nerviosos, pero con una sonrisa amplia de satisfacción, Jisung trajo a la vista su hábito de mirar y mover sus pies de manera tierna cada vez que estaba por pedirle algo.

— ¿Quieres desayunar con nosotros? — preguntó refiriéndose también a Semilla de ajonjolí y mirándolo a los ojos con un brillo sin igual.

— Estaré encantado de hacerlo — sonrió en respuesta, Jisung emocionando se acercó a él, tomó su mano y comenzó a llevarlo a rastras hacia la cocina.

— Tienes que tomarte la sopa que te cociné ayer, además que el desayuno está listo — soltó alegre, MinHo sabía que estaba emocionado de compartir el desayuno con alguien, así que asintió hacia el omega bonito que estaba dispuesto a engordarlo solo para él.

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Fin del capítulo

Semilla de ajonjolí cada vez que MinHo se acerca Jisung: Este hombre me gusta papá, conquistalo 😍

Bye, lxs amo 💐✨

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©𝐅𝐀𝐈𝐑𝐘_𝐇𝐀𝐍𝐍

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