Aún sorprendido y con dolor logré levántarme de la cama y hacer una reverencia.

—Es un gusto conocerla,lady Afrodita—hable con cordialidad.

Esta me dio un aligera sonrisa y luego hizo unos gestos con su mano-casi parecía avergonzada.

—No hay necesidad de formalidades cazador—hablo.

Casi inseguro me enderece.

Pero enseguida un pinchazo en el hombro me hizo soltar un quejido. Afrodita noto esto ya qué se levantó de la cama y vimo hacia mí.

Al llegar a mi lado puso una mano sobre mi hombro y con un movimiento con su otra mano hizo aparecer una silla.

—Sientate joven cazador—dijo o mejor dicho ordenó.

Hice lo ordenado un poco avergonzado,Afrodita hizo otro movimiento con su mano invoca do otra silla y una gran mesa.

Me sorprendi cuando vi la mesa llenarse de teteras y tazas al igual que un plato de tostadas con tocino y huevo revuelto.

Casi al instante mi estómago rugió sacándole una ligera risa a la diosa y provocando que mis mejillas se calentaran de vergüenza.

—Sientete libre de comer—exclamo y no me contuve.

Me lleve el primer bocado a mi boca y fue como si estuviera en el paraíso. Pero aún así tenía algunas preguntas.

—Disculpe si la ofendo,lady Afrodita—exclame tragando—¿Pero que la trae por aquí?

Esta suspiró mientras agarraba una tetera y se servía té.

—Tu—me señalo—Me traes tú.

La mire confundido—Disculpe,pero sigo sin entender.

—Eres especial Alan—sorbio de su taza—No puedo decirte mucho, pero te pido que confíes en mí.

Ella se levantó de su silla y se acercó a mí. Levantó una mano y me acarició una mejilla.

Probablemente me tendría que sentir incómodo. Pero se sentía bien.

Se sentía familiar.

—Eres hermoso—dijo con voz sueve.

Inconscientemente me frote contra su mano. Me sentía bien.

—¿Que son estás visiones?—logre preguntar.

—Son tus recuerdos—hablo quitando su mano.

—¿Recuerdos?

—¿Recuerdas como los perdistes?—preguto.

—Si... Fue hace algunos años—dirigi mi mirada hacia ella—Un cíclope me golpeó en la cabeza,el golpe tendría que haberme matado pero lo único que obtuve fue amnesia.

—Artemisa nunca fue buena mintiendo—murmuro.

—¿Mentir?—pregunte sintiendo mi hombro derecho punzar.

La diosa suspiró—Los dioses tenemos muchos secretos, Alán.

¿Porqué mi madre me mentiría?

Podría haber dicho otra cosa pero mi hombro volvió a doler sacándome otro quejido.

Toque mi hombro derecho sintiendo como éste estaba vendado,mi hombro volvió a doler y trate de arrancar el vendaje pero la diosa me detuvo.

—Tranquilo—exclamo con voz suave. Estaba empezando a sudar frío y mi respiración empezó a acelerarse.

—¿Q-que me pasa?—hable con dificultad.

La diosa acercó sus manos a mi hombro y con cuidado quito el vendaje.

Note que el vendaje estaba manchando de un líquido dorado pero no le tome importancia.

Dirigí mi vista hacia mi hombro notando como unas venas negras empezaban a aparecer.

Pero otra cosa llamó mi atención.

Una cicatriz en medio del hombro.

Una mordida.

El aire empezó a faltarme.

Afrodita también se notaba afectada ya que se tapo la boca y sus ojos empezaron a cristalizarse.

—Lo siento—murmurro.

Empecé a hiperventilar pero enseguida los brazos de la diosa me encerraron en un abrazo haciendo que me tranquilice.

—Tranquilo—murmurro acariciando mi espalda.

Las cazadoras nos dedicamos a cazar a los monstruos. ¿Esto en que me convierte? ¿Un monstruo cazando a otro monstruo?

—Talvez solo sea una herida superficial—trato de animarme.

Con cuidado se separó de mi y puso de nuevo el vendaje en mi hombro.

—¿Que pasó con lycaon?—pregunte un poco calmado.

—Cuando te encontré el no estaba por ninguna parte—solto un suspiró—Talvez este de regreso al tártaro. Nadie sobreviviría a esa caída.

—Si, pero yo estoy vivo—replique.

—Tienes razón—sonrió—Pero recuerda,eres especial.

Esta se quedó en silencio para luego soltar un suspiro—Debo regresar—informo—Y tú también deberías. Tus amigos te necesitan.

Lleve mi mano a mi frente masajeadola. No recordaba la profecía.

La diosa hizo desaparecer las mesa y sillas y luego se volvió hacia mí.

—Ven—me ofreció su mano—Te daré un empujón.

Tome su mano y sentí una sensación de vértigo rodear mi cuerpo. Cerré los ojos y de un momento a otro me encontraba en otro lugar.

Me dispuse a caminar cuando note que mi vestimenta había cambiado.

Ahora llevaba una especie de overol y mi cabello ahora estaba recogido en una coleta.

Vi como una cajita de terciopelo aparecia en el suelo,me agache y la abrí encontrándome con un anillo dentro junto a una nota.

“A veces el amor puede ser peligroso”

Att: Afrodita

Abochornado me coloque el anillo antes de empezar a correr con la esperanza de encontrar a los chicos.

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Hola~

Esperó les haya gustado esta capítulo.

Lamento si fue cortó pero era necesario.

¿Porqué Artemisa le mentiría a Alán?

¿Porqué Afrodita le tiene cariño a Alán?

¿Que pasará con la mordida?

Saquén sus teorías.

Lamento si hay errores los corregiré en cuanto pueda.

Nos leemos.

Los quiero.

Bye