18. El consejo del olimpo da mucho miedo. Maratón 1/3
Maratón 1/3
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Cuándo percy entro al salón del tronos del Olimpo pudo sentir sus nervios aumentar.
Había doce tronos formadon un círculo. El techo brillaba con constelaciones, incluso la más nueva. Zoë la cazadora.
Todos los asientos estaban ocupados por cada dios. Pero lonque le sorprendió fue ver a Alan parado en medios de los doce tronos.
No parecía intimidado por dioses de al menos tres metros.
Se veía muy diferente. Bastante se podía decir.
Su cuerpo ya no estaba rodeado de moretones. La herida en su ojo habia desaparecido. Llevaba puesto un traje parecido a el de las cazadoras de Artemisa pero este parecía emitir un brillo plateado. Su cabellos rubios estaban recogidos con una coleta y tenía una corona de plata en su cabeza.
Percy sintio un pequeño gay-panic.
-Bienvenidos, héroes-exclamo artemisa desde su trono.
-¡Muuu!
Allí Percy se dio cuenta que se encontraban grover y bessie.
Había una esfera de agua suspendida en el cetro de la estancia. Bessie nadaba alegremente en su interior, agitando su cola de serpiente y asomando la cabeza por los lados y la base de la esfera. Parecía disfrutar aquella novedad de nadar en una burbuja mágica. Grover permanecía de rodillas ante el trono de Zeus. Como si acabase de rendir cuentas.
Cuando los vio exclamó:
-¡Bravo! ¡Lo han conseguido!
Iba a correr hacia ellos pero recordó que le estaba dando la espalda a zeus y levantó la vista para solicitar su permiso.
-Anda, ve-diji zeus sin importarle grover. El señor de los cielos veía a Thalía.
Grover fue trotando. El redoble de sus pezuñas resonaba en el suelo de mármol. Ninguno de los dioses decía nada. Incluso Alan se veía tenso.
Percy miro nervioso a su padre, Poseidón.
Iba vestido como la última vez que lo vio. Una camisa hawaiana y sandalias. Tenía el rostro curtido y bronceado, la barba oscura y los ojos de un verde intenso. Percy no sabía cómo se sentía al verlo, pero en la comisuras de sus labios parecía insinuarse una sonrisa. Hizo un gesto con la cabeza, como diciendo que todo estaba bien.
-¡Bessie y yo lo conseguimos, percy! Pero has de convencerlo. ¡No pueden hacerlo!
-¿El qué?-pregunto percy.
-Héroes-empezo artemisa.
La diosa bajó de su trono y adoptando estatura humana se convirtió en una chica de cabello castallo cenizo que se movian con desenvoltura entre los Olímpicos. Su cara no reflejaba ninguna emoción. Parecía moverse en un halo de luz de luna.
-La asamblea ha sido informado de vuestras hazañas-dijo-Saben que el monte othrys se está alzando en el oeste. Conocen el intento de atlas de liberarse y el tamaño del ejército de Cronos. Hemos decidido por votación actuar.
Hubo algunos murmullos entré los dioses. Pero nadie protestó.
-A las órdenes de mi señor zeus-prosiguio artemisa-Mi hermano Apolo y yo cazaremos a los monstruos más poderosos, para abatirlos antes de que puedan unirse a la causa de los titanes. La señora Atenea se encargará personalmente de que los demás titanes no escapen de sus diversas prisiones. El señor poseídon ha obtenido el permiso para desencadenar toda su furia contra el crucero «Princesa Andrómeda» y enviarlos al fondo del mar y...
Se quedó callada. Casi como si le costará seguir hablando. Antes de que pueda decir algo una voz se adelantó.
-En cuanto a Alan, el volverá a el campamento y va a cumplir con su deber-exclamo zeus.
-¿Deber?-pregunto percy.
Alan hizo una mueca.
-En cuanto a ustedes-volvio a decir artemisa después de un largo silencio. Se volvió hacia los otros inmortales-Estos mestizos han hecho un gran servicio al Olimpo. ¿Alguien de los presentes se atreve a negarlo?
Miro a los asambleístas, examinando sus rostros uno por uno. Zeus llevaba su traje de raya diplomática. Tenía su barba perfectamente recortada y los ojos le chipeaban de energía.
A su lado estaba una mujer hermosa. De pelo plateado trenzado sobre el hombro y un vestido multicolor como un plumaje de pavo real: la reina Hera.
A la derecha de Zeus estaba Poseidón. Junto a él había un hombre enorme con una brazadera de acero en la pierna, la cabeza deformada y la barba castaña y enmañada, al que le salían llamas por los bigotes: el señor de las fraguas, Hefesto.
Hermes les guiño un ojo. Iba con un traje y no paraba de revisar los mensajes de su caduceo, que era también un teléfono móvil.
Apolo se repantigaba en su trono de oro con sus gafas de sol. Tenía puestos los auriculares de su iPod, Percy no sabía si estaba escuchando pero lo miro y levantó los pulgares.
Dionisio parecía aburrido y jugueteaba con una ramita de vid. Y ares estaba en su trono de cuero y metal cromado. Mirando percy con el rostro ceñudo mientras afilaba su cuchillo.
Por el lado de las dama, junto a Hera había una diosa de pelo oscuro y túnica verde sentada en su trono de ramas de manzano entrelazadas: Deméter, la diosa de las cosechas.
Luego estaba una muy muy hermosa de ojos grises con un elegante vestido blanco: La madre de annabeth, Atenea. A continuación estaba afrodita, que le sonrió abiertamente a percy y lo miro con complicidad haciendo que se sonrojara.
Ninguno de los dioses objeto en contra de las palabras de artemisa.
He de decir que estos héroes se portaron de maravilla-intervino apolo,luego de aclaró la garganta y empezó a recitar:
«Héroes que ganan laureles...»
-Si, de primera clase-interrumpio Hermes, deseoso de no escuchar un poema de apolo-¿Quienes a favor de que no los desintegremos?
Varios dioses levantaron la mano: Afrodita y Deméter tímidamente.
-Esperen un momento-intervino ares-Estos dos son un peligro-señalo a Thalía y a Percy-Ya que los tenemos aquí, sería muy fácil...
-Ares-le corto Poseidón-Estos héroes demostraron ser dignos. No haremos volar en pedazos a mi hijo.
-Ni a mi hija-intervino zeus-Lo ha hecho muy bien.
Thalía se sonrojó. No muchos semidioses recibían cumplidos de sus padres.
La diosa Atenea se aclaró la garganta.
-Yo también estoy orgullosa de mis hijos, pero hay un evidente riesgo con ellos.
¿Mis hijos? Percy se preguntó. Solo estaba annabeth entre ellos. Alan se removió un poco en su lugar.
-¡Madre!-exclamo annabeth-¡Como puedes!...
Atenea la corto con una mirada serena pero firme.
-Es una lástima que mi padre Zeus yi tio Poseidón hayan roto se júramento. Solo hades mantuvo su palabra. Lo cual lo veo irónico. La profecía dice que uno de ellos podría destruir en Olimpo y por muy majadero que sea. Ares tiene razón.
Y como si de un interruptor se tratase varios dioses exclamaron sobre la situación.
-Yo no les aplicaría ningún castigó-hablo Alan por primera vez-Sin destruyen a héroes que hicieron un buen trabajo entonces no son tan diferentes a los titanes.
Percy mantuvo la respiración. Esperaba que Zeus le lanzará un rato que fulminara a Alan por ser tan grosero. Pero pareció analizar sus palabras.
-Bueno-exclamo Zeus-Talvez. Pero en cuanto al monstruo, hay que destruirlo. ¿Todos a favor?
Varios asentimientos.
Percy tardo un poco en entender a lo que se refería.
-¿Quieren destruir a bessie?-pregunto con incredulidad.
-¡Muuu!
Poseidón frunció el ceño.
-¿Llamaste bessie al taurifidio?
-Padre. No pueden destruir a bessie. Es una criatura marina inocentes. No pueden destruirla.
-Percy-suspiro poseídon-El poder se esa criatura... Si llega a manos de los titanes.
Y de nuevo inicio un debate. Alan se estaba exasperado.
-Lord Zeus, si me permite-pidio permiso. Zeus le hizo una señal para que de acercara-Lady artemisa, agradecería si me acompaña.
Artemisa también se reunió. Por uno momentos hablaron en privado. Percy entró en pánico cuando logró escuchar parte de la conversación.
Momentos después artemisa se volvió hasta ellos. Con Alan a su lado.
-Elegire a una nueva lugarteniente-dijo Artemisa-¿Thalia Grace? Te unirás a la cacería.
Percy y annabeth no daba crédito a lo qué escuchaban.
-Si-respondio Thalía con firmeza.
Zeus se levantó con rostro preocupado.
-Hija mía. Considéralo bien...
-Padre-exclamo thalia-No cumpliré dieciséis mañana. Nunca los cumpliré. No permitiré que la profecía se cumpla conmigo. Permaneceré junto a mi hermana artemisa. Cronos no podrá tentarme.
Se arrodilló ante artemisa. Y recitó las mismas palabras de Bianca.
-Prometo seguir a la diosa Artemisa. Le doy la espalda a la compañía de los hombres.
Thalía se volvió y sorprendentemente abrazo a Percy. Compartieron algunas palabras y luego abrazo a annabeth.
-Thalia, me gustaría que se acercaras-exclamo Alan.
Thalía lo miro con curiosidad, pero de igual forma fue hasta él.
Alan llevo sus manos a la corona en su cabeza y se la quitó para ponerla en la cabeza de Thalía. La corona brillo de plata y se convirtió en una tiara. Que parecía ajustarse a la cabeza de Thalia.
-Ahora el taurifidio-dijo artemisa.
-Yo digo que lo destruyamos-dijo Dionisio.
-No-tercio percy-Tienen que dejar vivir a bessie. Mi padre puede ocultarlo en el mar o puede quedarse aquí en el Olimpo. Pero no pueden destruir a bessie.
-¿Y porque deberíamos confiar en tí?-pregunto Hefesto.
-Tengo catorce años-intervino-Aun faltan dos años para que se cumpla la profecía.
-Dos años en los que crono puede manipularte mi joven héroe-dijo Atenea.
-¡Madre!-grito annabeth.
-Solo digo la verdad niña. Es una mala estrategia mantener con vida a la criatura. O al chico...
Poseidón se levantó de su trono.
-No van a destruir a una criatura marina si puedo evitarlo y puedo evitarlo-extendio su brazo y en ella apareció un tridente. Un mango de seis metros con tres filos-Yo respondo por el chico y por el taurifidio.
Zeus se levantó de golpe de su trono-¡No te llevarás al fondo del mar! No dejaré tanto poder en tus manos.
-¡Hermano, por favor!-suspiro Poseidón.
El rayo maestro de Zeus apareció en las manos de este.
-Muy bien, construiré un acuario aquí en el Olimpo. Hefesto puede echarme una mano. Los protegeremos todo con nuestros poderes.
-¿Todos a favor?-pregunto Zeus.
La mayoría levantó las manos incluso Alan lo hizo aunque no se tomará en cuenta su voto.
-Hay mayoría-decreto zeus-No destruiremos a estos héroes... Me figuro a que debemos honrarlos. ¡Que de inicio a la celebración triunfal!
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Espero les haya gustado.
Se que aún no resuelvo algunas dudas, pronto eso cambiará.
El siguiente capitulo será subido mañana.
Lamento si hay errores los corregiré en cuanto pueda.
Nos leemos.
Bye.
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