Capítulo Nueve.
-¿Estás nervioso?
SeokJin alzó la vista viendo a través del espejo la figura del señor Kim, quien le sonreía levemente antes de asentir igual y dar media vuelta.
-Sí...- contestó finalmente arreglando las arrugas inexistentes de su playera negra de cuello alto-. Yo nunca había pasado por esto.
-No te preocupes- siguió el moreno-. Yo tampoco. Aunque bueno, las cámaras me han seguido desde que nací, pero no por esconder una relación.
- ¿Nunca escondió ninguna relación?- preguntó curioso y el moreno negó restándole importancia-. ¿Por qué? Pensé que la gente importante como lo es usted se escondían para no dar muchos detalles.
- No en mi caso. Por lo general nunca tenía problema de que me vieran en una relación porque siempre era con mujeres importantes.
- ¿Mujeres? ¿Usted nunca ha salido con otro hombre?- NamJoon negó una vez más-. ¿Y no le da miedo que hablen de usted por eso?
El moreno rió levemente-. A quién le importa lo que los demás piensen de mí. De todos modos me declaré bisexual frente a los medios en una entrevista, no veo porqué deberían asombrarse de algo que ya saben.
Dicho esto la conversación dió por terminada antes de que el celular de NamJoon sonara en notificación de mensaje. Mensaje de su secretario quien le decía que la hora de salir había llegado y que un "paparazzi" los estaba esperando ya listo en el restaurante.
- Es hora de irnos-. Siguió el mayor y SeokJin asintió siguiendole el paso al moreno quien le sonrió levemente-. Si te llegas a sentir incómodo solo dímelo y nos iremos, ¿de acuerdo?
Finalmente la hora había llegado. El conjunto de SeokJin eran unos pantalones de mezclilla entubados de la parte de arriba y levemente acampanados de la parte de abajo, una playera de manga larga y cuello alto color negro, combinados con unos botines de piel igual negros con un tacón bajo y un abrigo color caqui que le llegaba más debajo de las rodillas. Su muñeca derecha con una esclava de plata no muy llamativa y sus cabellos bien peinados dejando de ser ondulados.
Por parte de NamJoon vestía unos pantalones de mezclilla rectos, una camisa de botones blanca, zapatos discretos color negro y un enorme abrigo del mismo color. Adornaba su rostro unos lentes sin aumento y sus cabellos también peinados dejando uno que otro cabello rebelde juguetear en su frente.
Aún así, aún si SeokJin traía botines con tacón, no era capaz de verse igual de alto que el señor Kim, y eso por más que llegara desanimarlo simplemente le hacía sentir el estómago revuelto en buenas emociones.
Y no es como si estuviera confundiendo sus sentimientos con amor, para nada. Simplemente el señor Kim era muy genial y solamente eso.
Finalmente y ante la atenta mirada curiosa de los trabajadores, y uno que otro hospedado del hotel, salieron no muy a la discreta directamente al auto de NamJoon quien le abrió la puerta del copiloto.
Y el camino aunque no fue largo fue un poco tenso puesto que ninguno de los dos se había dirigido la palabra en ningún momento. También la radio no ayudaba mucho puesto que (otra vez) NamJoon no solía escuchar la radio ni poner música de su gusto. Así que solo las noticias aburridas se escuchaban en un idioma que claramente SeokJin no entendía.
Finalmente. El auto se estacionó en frente de un bonito restaurante que SeokJin sabía que la cuenta no iba salir nada barata, pero de todos modos no se le iba descontar de su paga así que no se preocupaba mucho relamnete.
- Espera aquí- comenzó el moreno y a Jin no le quedó de otra más que asentir. Volteó a su alrededor escuchando solo la puerta ser cerrada y notando un par de personas con cámaras enormes quien comenzaban a sacar flash blanco y NamJoon solo las ignoraba antes de dirigirse a su lado y abrirle la puerta.
- Ponte esto por un momento antes de entrar al restaurante- siguió y SeokJin recibió un cubrebocas negro y un par de lentes de sol de igual color.
Ya puestos recibió la manor del señor Kim quien le ayudó a salir y por un momento sintió las luces y el sonido de los clicks sonar varias veces. Comenzaba a marearse...
Pero NamJoon apresuró el paso y no tardaron mucho en entrar al restaurante donde una joven linda que no sobre pasaba los trienta años los guió a la segunda planta del lugar a una mesa cercas del ventanal.
- Ya puedes quitarte todo, este lugar es más privado así que no importa. Además estás de espaldas de la ventana, la prensa no verá directamente tu rostro.
Hasta ese momento SeokJin notó que efectivamente estaba dándole la espalda al ventanal pero no lo suficiente como para que las cámaras no notaran por lo menos su perfil.
Fue así que SeokJin obedeció y se quitó el cubrebocas junto con los lentes para guardarlos en uno de los bolsillos del abrigo. Abrigo que no tardaron en quitarle para tenerlo mas agusto en la comida.
Los platos fueron recibidos con un corte de carne exquisito que a SeokJin le brillaron los ojos, las copas solo fueron llenadas hasta la mitad y una que otra canasta con pan francés que seguramente Jin estaría agradecido de probar.
Y la comida comenzó, a veces NamJoon le sonreía y SeokJin podía escuchar mas clicks de cámaras. Otras veces le daba algún bocado en la boca y le acariciaba el cabello sonriéndole.
Por un momento SeokJin creyó en todos esos actos de ternura que a ojos de muchos era real, que a ojos de esos fotógrafos y próximamente de la familia del señor Kim era un romance verdadero.
Pero debía caer en la realidad porque había un contrato de por medio (y también dinero).
-¿Disfrutaste de la comida?- preguntó el moreno y el menor asintió satisfecho.
-Nunca había probado algo tan rico, ni siquiera la comida del hotel es tan rica como esta- contestó antes de darle un último trago al vaso de agua. Y NamJoon le sonrió de medio lado.
-Aún así, no sé muchas cosas sobre ti, podría decir que no sé absolutamente nada. Se supone que tendremos un matrimonio, y aunque sea falso si no nos conocemos entonces seremos descubiertos muy rápido.
Jin asintió levemente.
-¿Qué es lo que tengo que saber de usted, señor Kim? Por mi parte tengo una vida falsa y planeada, es algo fácil de adivinar.
-Una familia desunida- interrumpió el moreno recordando la vida falsa que JiMin inventó para él-. Fuiste criado por tus abuelos quienes lamentablemente murieron en un accidente, heredaste todo lo que dejaron y decidiste viajar a Estados Unidos por una oportunidad de trabajo que aún no encuentras.
-¿No cree que eso sea peligroso?- siguió preguntando.
-¿Por qué lo sería?
-Según lo poco que sé, gracias al contrato, es que su familia es importante y tiene muchas conexiones en todo el ámbito de trabajo. ¿Si les digo que aún no encuentro trabajo no me ofrecerán su ayuda?
Namjoon pareció pensarlo un poco antes de asentir dándole la razón.
-No había tomado en cuenta lo metiche que es mi familia. Supongo que tienes razón, pero aún así evitemos mucho el tema. No te preocupes.
SeokJin volvió a asentir un poco más tranquilo. Y no es que fuera por nada, pero una de las cosas que SeokJin más odiaba en su vida eran las mentiras y claramente lo que hacía (el contrato) era una mentira muy grave hacia sus principios.
Pero dinero era dinero.
Finalmente NamJoon siguió;
-Su color favorito es el verde aceituna, comida favorita los perros calientes callejeros, salir de viaje es su hobby favorito, tiene un perro golden retriever que dejó en la finca de sus abuelos cuidado por los empleados y no puede dormir sin antifaz porque la luz del sol mañanero le molesta.
SeokJin sonrió impresionado.
-Realmente sabe muchas cosas.
-Es mi trabajo como prometido de Kim Sur.
Una punzada en el pecho de Jin lo desconcertó.
-Aún así cuénteme algo sobre usted- prosiguiendo evitando el sentimiento raro clavado en su pecho cuando no obtuvo respuesta del menor-. Algún recuerdo feliz qué tengas gravado en tu mente.
Aquella pregunta resonó mucho en la mente de Jin, quien por más que pensó no obtuvo un recuerdo feliz en su estadía coreana.
Aunque con Ken y Leo...
-No tuve una vida muy fácil como usted sabe- desvió la mirada hacia el plato casi vacío y sonrió sin gracia-. Igual aunque no tengo recuerdos muy buenos, con mis compañeros de trabajo las cosas cambiaron... ellos son amables, pacientes, y aunque no tenían la obligación de ayudarme lo hicieron. Así que el único recuerdo bueno que tengo es con ellos, fue en mi cumpleaños número veinte y fue la única vez que tuve un pastel de cumpleaños.
-Yo...
-No lo sabía, lo sé. No tiene porqué sentirse culpable o mal, de todos modos usted no es el culpable de lo que me pasó- NamJoon asintió sintiéndose tonto de que su reacción fuera muy obvia-. Ahora es su turno, cuénteme algo feliz de sus recuerdos.
En la mente de NamJoon pasaron innumerables momentos felices en toda su vida. A lado de su familia, de sus amigos, de sus compañeros incluso de trabajo y escuela. Nunca en su vida lloró por algo que no fuera un berrinche absurdo cuando era niño y después de su adolescencia todo lo que tuvo fueron recuerdos felices.
Hasta ahora claro, cuando era un adulto que estaba siendo amenazado por su propio padre que sólo le causaba dolores de cabeza.
Pero había uno en especial.
-Cuando era joven siempre fui un niño de esos que son muy apegados a su mamá. Cualquier paso que daba ella lo daba yo, cuando ella sonreía lo hacía yo. Y aunque ella es una mujer muy educada y todo lo que hacía lo hacía con delicadeza, hubo una ocasión donde solté un chiste ridículo. Toodo el mundo decía que era muy difícil hacer reír a mi mamá, pero gracias a ese chiste fue la primera vez que la escuche reír de corazón. Con tanta gracia que hasta mi padre quien llevaba veinte años conociéndola dijo nunca escucharla así.
SeokJin le sonrió lindo por la mirada brillante que su jefe reflejaba.
-¿Y cuál era ese chiste?- preguntó curioso y NamJoon negó mientras soltaba una sonrisita irónica.
-Es vergonzoso decirlo.
-¿Tanto cómo para no decirlo?- el moreno asintió-. Supongo que usted tampoco es fácil de hacer reír. Nunca lo he escuchado hacerlo y lo único que hace es sonreír con burla.
-No cualquier cosa me hace reír, ni tampoco cualquier cosa me da miedo.
SeokJin arqueo una ceja.
-Entonces hágamos un trato.
-¿Otro?- preguntó y Jin asintió-. De acuerdo, esta vez de qué se trata.
¿Por qué había una aura diferente? ¿Por que el ambiente se sentía más cómodo? Incluso más cómodo de lo que debía ser.
-Si yo...-pensó en sus palabras-. Si yo puedo hacerlo reír a carcajadas de corazón, y asustarlo hasta erizarle la piel, entonces usted debe de contarme ese chiste ridículo.
La petición fue inesperada, pero aún así NamJoon asintió de acuerdo.
De todos modos, eso nunca iba a pasar.
Hay historias viejas y verdaderas.
De gente tan enamorada como tú y yo
More Than A Woman -Bee Gees.
Algo así me imaginé la escena del restaurante pero con Jin dando un poco más la espalda.
Igual el chiste se cuenta hasta el final de la historia, sorpresita claro.
-K_S_05.
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