❛04;; Drunk❜
—Creo que has tomado demasiado —comentó divertido Boun al ver cómo su novio tenía un rubor en las mejillas y no podía decir una oración coherente.
—¡Uh! ¿Qué dices? ¡Y-yo estoy solo atordido!
—Aturdido, querrás decir, Prem —dijo la fémina de cabellos marrones que les acompañaba para corregirlo. A lo que el pelinegro le sacó la lengua en respuesta.
Ambos chicos se encontraban en un bar lejos de su universidad, era un viernes por la noche y al ser el día siguiente un día sin trabajos escolares decidieron salir a tomar con sus amigos.
—Warut es tan malcriado, ¡eso pasa porque lo mimas demasiado! —reclamó Sammy a Boun con una falsa molestia. Éste rodó los ojos e ignoró lo declarado por su amiga, tenía cosas más importantes por hacer, mirar como su novio reía al escuchar los malos chistes de Yacht, por ejemplo.
Eran casi las dos de la mañana y pocas personas se encontraban en el lugar, aparte de ellos, había tres grupos pequeños de chicos tomando.
Volvió su atención a su lindo novio. No lo diría en voz alta, pero por la única razón que accedió a venir a tomar algo, fue porque le gustaba mucho como se veía Prem después de beber una buena cantidad de bebidas alcohólicas.
El tenue rubor en sus mejillas, la mirada adormilada que ponía y la risa que soltaba por cualquier cosa, era lo que más amaba del dulce pelinegro cuando éste se encontraba en ese estado.
—Ya es muy tarde, creo que es hora de volver —manifestó el mayor—. Uh, aún es tem-prano, quedémonos un rato más —rogó el más bajo, sin embargo, el otro lo ignoró y se acercó a la barra para pagar las cosas que habían consumido.
—Es hora de irnos, adiós, chicos. —Levantó a Warut y, con algo de dificultad, lo llevó hasta afuera del local. El viento frío de la madrugada chocó con el cuerpo de ambos y, aunque Noppanut llevaba casaca para evitar el frío, Prem no lo había hecho, haciendo que su cuerpo temblara un tanto al salir.
—Ou, Boun, tengo frío. —Tomó el brazo del de mechas oscuras y se refugió en su cuerpo para intentar mantenerse caliente.
—Te dije que trajeras algo con que abrigarte. —Separó al menor un poco para poder sacar la casaca que llevaba y luego entregársela.
—Ow, que novio más dulce y caballeroso tengo. —Recibió gustoso la prenda y se la puso, luego tomó del brazo al pelinegro para poder dirigirse al vehículo en donde habían venido.
—Cariño... —llamó cuando faltaba poco para llegar al auto, a lo que el nombrado respondió un bajo ¿sí?—. Sigo teniendo frío en mi cara, ouh, mi cara. ¡La pobre se va a congelar! —lloriqueó.
El tenerlo borracho podía deleitar con la apariencia que tenía a Boun, pero aquello siempre le hacía olvidar cierto detalle. Cada que Prem estaba borracho, éste se volvía algo, por no decir muy, irritante.
—¿Y qué tal si cuando llegamos al auto, te caliento? Así evito que tu bello rostro, termine hecho hielo —mencionó aquello en modo de broma, no obstante, el menor malinterpreto todo. Ahora su rostro estaba caliente y un lindo tono carmesí adornaba sus mejillas.
—Sabes, y-ya no siento frío. —Ocultó su rostro entre sus manos y Noppanut no pudo evitar pensar en que su novio era lo más tierno de este mundo.
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