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28

Nunca antes se había divertido tanto en su cumpleaños.

Casi siempre estaban llenos de discusiones de sus padres, por no ponerse se a cuerdo en quien haría cada cosa y terminaba siendo un completo desastre.

No había cumpleaños en que Sun no se escondiera a llorar en el baño de la vergüenza que le daba salir. Su madre la vestía ridículamente y sus compañeros de escuela no tardaban en burlarse de su físico.

Era simplemente asqueroso.

Pero Jeno le invitó a diferentes lugares, comprandole cositas pequeñas que le llamaban la atención, pero se detuvieron en una tienda de collares.

---- ¿Quieres uno?

No hizo falta más. Ahora mismo tenían un collar dorado con un corazón pequeño y la inicial del otro grabada.

Pero ya la noche estaba llegando y Jeno decidió acompañarla a casa.

---- ¿Fue divertido? - intentó sacar algo de charla -

---- mucho. Gracias. - susurró - no quiero llorar..- cubrió su rostro ante las lágrimas acumulándose.

¿Cómo no lloraría? Si tenía al chico más dulce del mundo sonriendole con completa admiración y amor.

Por primera vez en mucho tiempo, disfrutó de su cumpleaños, disfrutó cuando en la cafetería Jeno le cantó el feliz cumpleaños y..

---- ¿Sería muy apresurado decir que te amo?

Eso había sido un simple susurro, un susurro tan bajo que apenas pudo escuchar, pero con palabras tan poderosas que no podía ignorarlo.

Si antes solo eran pequeñas lágrimas, ahora era una catarata completa. Sun se quedó mirándolo con sorpresa a través de sus dedos mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

---- lo siento...- Jeno se acercó, acariciando así brazos con delicadeza - muy apresurado, ¿Verdad? Lo supuse..¿Te asusté? Perdón, no quería..Sunnie..

Ante la desesperación que comenzaba a consumirlo, ella soltó una pequeña rosa y negó, limpiando su rostro de todo rastro húmedo.

El pelinegro también sonrió, algo confundido por su reacción, pero..no quería que llorara.

---- ¿Todo está..bien? - preguntó susurrando -

Pero la repuesta que recibió fue un fuerte abrazo por parte de su novia. Sus piernas atraparon su cadera y se vio en la necesidad de atrapar sus muslos para no dejarla caer.

Algunas personas que pasaban simplemente los ignoraban, mientras que un grupo de estudiantes parecían encantadas con la escena.

---- ¿Por qué eres tan lindo? - murmuró cerca de su oído, causando algo de cosquillas - me volverás loca..

***

YoonOh dejó de comer de tu tazón de cereales cuando Jeno ingresó a la casa con una pequeña sonrisa.

---- me da vergüenza preguntar pero..¿Todo salió bien? - el mayor limpió sus labios con una de sus manos, centrándose en el pelinegro -

---- más que bien..

Eran casi las once cuando Jeno llegó y todo porque Sun se encargó de dejarle en claro que sentía lo mismo por él.

Sus labios estaban algo rojizos e hinchados por aquella pequeña batalla de besos que tuvieron en la sala de la casa.

Sus dedos aún cosquilleaban de haber acariciado la piel de Sun, creando risas suaves provenientes de ella.

La dejó cuando su padre volvió del trabajo, prometiendole verse en clases el lunes.

Con una sonrisilla tonta, asintió en dirección al mayor, escuchando una risa nasal.

---- lo sabía, te dije que esa cafetería era preciosa. - estiró sus brazos, quejándose - lleve a una chica allí y quedó maravillada. Además, tienen precios muy buenos.

---- Hyung..

---- dime.

---- gracias. - parecía avergonzado de decirlo, pero debía - si tú no me hubieses ayudado..yo no conocería a Sun y..no sé que hubiera sido de mi vida. No podía decírtelo porque.. sinceramente me da algo de pena, pero hoy en día creo que es lo mejor que alguien ha hecho por mí.

El ambiente cambió completamente. Ambos estaban atentos a las reacciones del otro, en silencio..pero de esos cómodos.

---- me harás llorar, enano.

---- tengo miedo..- suspiró, decidiendo por realmente dejar salir todo - porque estoy siendo muy impulsivo y en algún momento arruinaré todo, lo sé..

---- si lo dices por ese tonto, Jeno sabes que..

---- arruinaré la relación con tus padres si no logro poder expresar lo que realmente siento sin ser bruto o nulo en mis reacciones, ya lo hice con mi familia..no quiero repetir esto, Hyung.

---- Ay, Jeno..- sonrió, con sus hoyuelos a la vista - no lo harás. Ellos te quieren muchísimo y no les importa si no les llamas "mamá" y "papá", saben que te va a costar mucho trabajo en tu confianza. Tampoco van a obligarte, ellos te quieren como nos quieren a nosotros, cómo a un hijo.

---- estoy causando tanto problemas últimamente..

---- no lo haces..yo era peor, ¿Lo recuerdas? - rió - mamá tenía que rescatarme de dirección dos veces por semana.

El silencio volvió, pero está vez YoonOh entendía lo que quería decir.

---- ¿De que tienes miedo?

---- no lo sé..de tantas cosas.

---- ¿Cuál es tu mayor miedo hoy en día? - insistió - dime..sabes que puedes confiar en mi.

Los ojitos marrones de Jeno se encontraron con los de YoonOh, llenando de lágrimas en segundos.

---- mi madre tiene cáncer de útero.

YoonOh abrió impresionado su boca, intentando mantener la compostura.

---- yo sé que debería odiarla..pero no puedo. - apartó la mirada, negandose a llorar - es mi mamá después de todo. Siento algo en el pecho que no me deja respirar bien y creo que es culpa..culpa de no haber sido un buen hijo, de no haberla cuidado y no hacerlo hoy en día.

---- Jeno, no es tu obligación..no normalizes la violencia familiar.

---- solo quiero que ella me quiera. - balbuceó entre lágrimas que salieron sin permiso - quiero que ella sea como tú mamá, que me cuide, que se preocupe por mi salud, que me recuerde comer y dormir a horario, hacer mis tareas..quiero que se sienta orgullosa de mis notas, que me abrace y mire sin molestia...

Jaehyun apartó su mano del antebrazo que estaba lastimando inconscientemente, atrayendo al chico en un abrazo protector.

Minsuk se sintió mal de estar escuchando a escondidas, pero sabía muy bien que hacer.

Fue a la oficina de su madre y tocó la puerta, sabía que aún estaba despierta.

---- hey, ¿Que sucede, cariño?

---- creo que necesitas ver esto.

Sí, no siempre se veía al gigantón y bruto de su hermano abrazando con tanta delicadeza a otra persona, mucho menos consolandola.

La vista de Seomin se vio borrosa por las lágrimas, lágrimas que cayeron al escuchar al menor hablar entre sollozos.

---- te tengo tanta envidia. Porque creciste con una mamá preciosa, que te quiso desde el primer momento en que vio, que te sigue amando hasta el día de hoy. Yo..yo siempre quise algo así, y ahora que lo tengo..no puedo permitirme aceptarlo, porque no quiero romper esto. - sus manos se aferraban a la camisa de YoonOh, balbuceando bastante afectado - en verdad quiero decirles cuando los quiero, pero.. no sé si realmente seré un buen hijo para ellos, ¿Comprendes? Son temores estúpidos, porque en más de una ocasión me dejaron en claro las respuestas. Solo soy muy inseguro...

---- no debes sentir culpa por lo de tu madre..- decidió responder - esas cosas pueden pasar, sé que en la actualidad no existe cura..pero si tratamientos, ella tiene las posibilidades de hacerlo, tranquilo.

---- últimamente estuve discutiendo mucho conmigo mismo, porque una parte me dice que lo correcto en perdonarla y acercarme para charlar, pero la otra..solo quiere que ellos se sientan igual de miserables que yo. No está bien...

---- las ideas que surgen en nuestras cabezas con respecto a la venganza, son muy creativas a veces, ¿No es así? - intentó reír para aligerar el ambiente - Jeno, si tú quieres ir a verla, puedo acompañarte, no debes tener miedo de pedir ayuda o compañía

---- yo.. - su voz se escuchó más baja, porque no quería volver a llorar - no sé realmente que hice para merecer conocerlos, hyung...

Minsuk, prefirió volver a su cuarto cuando su madre ya estaba cerca de sus hermanos, porque entendía si Jeno se sentía avergonzado de que le vean llorar, ¡A ella también le pasaba!

Ellos tenían su forma de mostrar su apoyo y cariño por el otro, luego de encargaría de cocinarle unos ricos panqueques para el desayuno.

Seomin, en cambio, abrazó a los otros dos, sintiendo la mirada sorprendida y lagrimosa de Jeno en su rostro.

---- para todos en este mundo tú eres mi hijo, ¿Oíste? No importa si me llamas o no mamá, yo sé cuánto me quieres y sabes cuánto te quiero, cuánto te queremos.

Hoy fue el día de dejar salir sus sentimientos por primera vez en mucho tiempo.

Se sentía bien.

Casi igual de bien que los abrazos y besos en la frente de Seomin.

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