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18

Los días con Jeno fueron muy buenos para Sun. Aunque prefería quedarse en casa la mayoría del tiempo, le gustaba estar acompañada.

Jeno pasaba las tardes en su casa, merendando con ella de vez en cuando, mayormente cuando salían tarde de la escuela.

Una primera cita en sí, tuvieron después de dos semanas. Fue tranquila, hicieron un picnic en el parque, el día les ayudó mucho y la comida fue riquísima.

Pero ahora llegaba lo que, probablemente, le daba más miedo a Jeno: contar sobre esto a los señores Jung.

Y es que..no podía seguir mintiendo con que debía hacer puros trabajos en grupo o que iba a la casa de sus amigos. En algún momento eso fallaría y no quería que sucediera.

Por eso, hablaría primero con Seomin. Ella estaba más tiempo en casa y podría escucharlo. Debía admitir que le tenía al señor Jung, no era malo..pero muchas veces su rostro serio le llevaba más de un susto.

YoonOh y Minsuk estaban en sus habitaciones cuando Jeno decidió hablar con la mujer. Por eso bajó y la encontró trabajando en la isla de la cocina.

---- Jeno..- sonrió un poquito en su dirección -

---- Hola..- susurró - e-ehm...yo, quería hablar de algo.

Seomin dejó de teclear en su computadora y le dió toda su atención, esperando que hablara.

---- e-es que..- carraspeó - bien, lo diré.

Ella sonrió de ternura, Jeno muchas veces hablaba para si mismo y así tomar valentía.

---- estoy saliendo con Sun, una amiga de la escuela. - suspiró - hace mas o menos un mes, sé que debí decirte antes..pero tenía miedo de como reaccionarían y también e que no debo mentirles, no el gusta mentirles, pero...no lo sé, solo... tenía miedo y vergüenza.

La señora Jung tenía su boca abierta, en signo de sorpresa, pero rápidamente sonrió.

---- hey, ¿Un mes? - tronó sus dedos, quejándose por el dolor - wow..

---- somos amigos desde principio de año.

---- claro..entiendo. - asintió suave - y..¿Ella te gusta?

Sus mejillas pálidas se pintaron se un cálido rosa ---- estamos saliendo por eso..- dibujó en al mesa con su dedo, intentando distraerse -

---- hm...está bien. - respondió como si nada - eres un buen chico, se que por tu parte no pasará nada malo. Pero no te dejes solamente porque te guste. Si algo no te agrada, hablarlo no haría mal.

---- Oh..no, no..Sun no es así. - se apresuró a defenderla - es..muy parecida a mí.

---- ¿En serio? Entonces deberías invitarla a almorzar algún día. - apoyó su mentón en sus manos -

---- cla-claro..- aclaró su garganta, sintiéndose más tranquilo - yo..también quería decírselo al señor..

---- no le digas así..- carcajeó - no le gusta que le digas así.

---- de acuerdo. - bajó sus manos, atreviéndose a mirarla - entonces..¿Podrías ayudarme con eso?

---- ¿Avisarle? ¡Claro! Invitala a comer y puede enterarse allí. No creas que él se enojará o algo así.

---- ¿Está segura?

Seomin se sintió mal al notar desconfianza en los ojitos oscuros del pelinegro.

Aún trabajaban en la confianza hacia su marido, era un camino difícil.

---- sé que tiene cara de perro malo, pero no es como piensas. - explicó con delicadeza en su voz - muchas veces llega cansado a casa, pero no cambió a como lo conociste hace años. Es el mismo hombre solo que.. cansado de estar ordenando la empresa.

---- a-ajam..- buscó la jarra de agua con su mirada - ¿Puedo..?

---- ay Jeno, no es necesario preguntar. - dejó escapar una risita - toma y come lo que quieras, están aquí por algo y no de decoración.

Esas costumbres aún no se borraban de su mente. Era completamente inconsciente el pedir permiso para todo.

Cuando la comida estaba lista, pedía permiso para sentarse y comenzar a comer. Cuando iba a bañarse, pedía permiso para usar el baño. También cuando quería agarrar algo, siempre preguntaba antes de tomarlo.

Eso también aplicaba a abrir habitaciones, subir a su cuarto, gastar su propio dinero, pasar tiempo en la sala de estar mirando la tv, entre otras situaciones.

Los Jung siempre se apresuraban en recordarle que está en completa libertad de hacer lo que quiera, pero eso se le olvidaba o prefería olvidarlo para hacer las cosas bien y no molestar a nadie en la familia.

Seomin tenía algo de miedo sobre "entregar" a Jeno. Porque, por dentro, era muy sensible y algo débil.

Sí, Jeno creció física y psicológicamente, pero seguía siendo el mismo niño que lloraba en su habitación cuando algo no le salía bien, él mismo que pasaba días sin dormir con tal de estudiar y tener la máxima nota posible en algún examen.

No le gustaba que se exigiera de esa manera, pero entendía que era su vida y que tenía que experimentar. Nunca estaría en contra del crecimiento de sus pequeños.

---- ¿Quieres salir con ella? ¿Por qué no van a tomar un helado? O tal vez a pasear...- volvió a poner la contraseña en su computadora - estuviste todo el día aquí. Tal vez tú novia esté aburrida.

---- N-No es mi novia..- aclaró avergonzado - S-Sun..no, no es mi novia.

---- oh, bueno, tu..-  pensó algunos instantes - tú..no se.

Jeno estaba incómodo, algo nervioso.

---- no es mía, es Sun. - respondió algo molesto, más bien confundido - Sun es..ella.

---- bueno...- parecía algo incómoda -  ¿Por qué no sales con Sun? - corrigió sonriendo -

---- uhum..- asintió, tomando una botella de jugo de naranja de la heladera - voy a mi habitación, con permiso y gracias por ayudarme.

Seomin le respondió en voz baja y sonrió un poquito, más aliviada de ver al chico más relajado y menos tenso.

Quería conocer a Sun.

Jeno era un buen chico y merecía a alguien igual.

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