Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Steve


Estando en una casa tan grande para él sólo, deseó muchas veces regresar a la suite de aquel hotel en New York, compartir sus noches de nuevo con Tony y despertar con él en la misma cama.

Sabía que no era posible, pero Thor le daba una nueva oportunidad para verlo otra vez.

Se sentía sumamente ansioso, pensando que diría y, sobre todo, que respondería Tony.

Pensó disculparse, pero no era tan simple cómo sonaba. Después de todo, sabía, por Clint, que Tony recibió su número telefónico, podía llamarle cuando quisiera o cuando lo necesitara. Pero también sabía que Tony no era de las personas que llaman aun cuando necesitan ayuda. Él era tan único que sabría salir del problema por sus propios medios.

Entre fantasías de reconciliación, Steve abrió la puerta del enorme closet, prácticamente una habitación llena de ropa, al fondo en un colgador solitario aguardaba un traje nuevo, aún sin ser sacado de la bolsa etiquetada con su nombre con una perfecta caligrafía. Un encargo especial hecho para el día de la boda de su mejor amigo. Internamente se negaba a aceptar que todo ese esfuerzo por su imagen tenía que ver directamente con que Tony estaría en el evento. Recordaba el día que se conocieron, la ropa que usaba, tan anticuada. Qué poco le interesaba su apariencia en esos días. A pesar de ser dueño de una multinacional, su reciente amargura y la falta de crítica hacía su vestuario por parte de los empleados o allegados, ya fuera por miedo a perder su trabajo o por simple desinterés, no ayudaba en su cambio de imagen.

Rozando lo instintivo y sin darse mucha cuenta, empezó a cambiar sus fachas. Inconscientemente quería verse bien para Tony, ser su centro de atención y por supuesto ser un buen complemento para la belleza que Tony irradiaba, desde su punto de vista.

Vistiendo el fino traje hecho a medida, que, con pensamientos llenos de Tony Stark, se acomodó y ajustó al cuerpo, añadió la corbata escogida para la ocasión y sonrió ajustándola frente al espejo.

Ahora estaba en un auto de lujo, la distancia se le hizo larguísima durante el viaje, llevaba la mirada pérdida a través del vidrio polarizado de la ventana del vehículo, nada le pareció interesante.

Hasta que por fin escuchó al chófer decir que habían llegado. Se bajó del auto y suspiró cargando sus pulmones de aire y liberando la tensión de sus hombros.

Todo pasó rápido y borroso para sus ojos, todo, excepto Tony, de pie justo al final de un camino alfombrado con una tela blanca en contraste con el pasto verde del jardín. Hermoso, perfecto, un sueño hecho realidad para él.

Deseaba una y mil millones de veces que esa fuera su boda. Que Tony fuera el novio que esperaba en el altar. Que el pastel, los regalos y la ceremonia fuera para ellos. Pero no lo era.

A penas escuchó algo de todo lo que pasaba. Una broma que Thor hizo y un estúpido comentario de su parte, que en el instante se ganó la reprimenda y rechazo de Tony. Toda su concentración estaba enfocada en él, en ese hombre que dejó de verse cómo un chico ante sus ojos. En su pecho sentía la terrible opresión de saber que era correspondido con la misma atención, sin embargo, por causas distintas. Él enamorado hasta el cansancio y Tony con su resentimiento a más no poder.

En su mente fabricaba diez mil o quizás más formas de poder declarar su amor en forma de votos de lealtad eterna.

¿Exagerado y cursi?

Probablemente.

Pero inevitable era el sentirse inquieto, inestable y agobiado cada vez que sus ojos se encontraban con los de Tony. Esa extraña sensación de incomodidad y extrañeza le asfixiaba, sin embargo, no podía hacer nada más que esperar. Por qué sobre todo lo que pasaba entre ellos existía el acuerdo mutuo de no empañar la felicidad de sus amigos, recordaban antes de cualquier otra cosa que esa era una boda y felicidad ajena, que estaban dispuestos a compartir, por supuesto, a costa de su propia incomodidad.

La ceremonia pasó fugaz ante él, desesperado buscó a Tony. No tardó mucho en encontrarse a solas en una banca fría lejos del jardín central bajo el cielo que poco a poco comenzaba a mostrar sus estrellas, pasando del hermoso atardecer a la inmensa oscuridad, la luna baja en las primeras horas de la noche llegó frente a él.

Abrió su boca para decir tantas palabras, de las cuales solo pudo decir una escueta frase: <<Por favor Tony, solo escúchame.>>

Lo que continuó a la conversación fue la chocante respuesta.

—Te odio.

Steve se desmoronó y colapsó en su interior al ver el llanto de Tony. No era la primera vez que él lloraba por su culpa. Pero sí fue la primera vez que él sintió que le hacía verdadero daño y lo mejor, quizás en ese punto era alejarse. Rogar por perdón y desaparecer.

Contrario a sus pensamientos, Steve mantuvo su fría calma y se sentó a su lado.

—Yo también. — Dijo en tono firme y Tony aguantó la respiración. —Me he odiado por varios años. Me odié mucho antes de conocer a Howard Stark, me odié cuando heredé esa compañía, me odié incluso estando con Peggy, me odié antes de conocerte y....— Pausó su monólogo un momento sólo para sentarse al lado de Tony, qué atónito y mudo solo pudo escuchar lo que Steve decía. —Y, sin embargo, no pude odiarme a mí mismo cuando estuve contigo. No pude porque no pensaba en mí, pensaba en ti todo el tiempo, nada más ocupó mi cabeza, siempre fuiste tú quien me alivió todo ese aborrecimiento.

Steve no se atrevió a ver los ojos de Tony, abiertos de par en par sin lágrimas, ahora sólo llenos de sorpresa.

—¿Por qué tuviste qué esperar que llegáramos a esto para decirlo?

—Porque es ahora cuando no estás conmigo, que he vuelto a odiarme por perderte.

Tony ahogó un suspiro de éxtasis y sorpresa en su garganta. Lo amaba no quería seguir negándolo. Pero de su boca escapan palabras erróneas, o más bien, nada salía de ella.

Los ojos azules chocaron de lleno en sus pupilas marrones inundándole de un extraño escalofrío que arrastraba un sentimiento de ansiedad por volver a esos brazos, arrasando todo el rencor que tuvo en algún momento. Pero, se quedó petrificado esperando por una respuesta que no encontró.

—Todo es tuyo, te lo devolveré de la forma que quieras. No pediré nada, si no lo quieres puedes desentenderte de todo y pasará a otras manos, pero, yo no quiero nada de lo que, por derecho, deberías tener. Perdóname.

La sincronía que Tony esperaba no llegó, en cambio, Steve habló de absurdos negocios y el maldito dinero. Porque era obvio que eso era lo más importante. ¿O estaba equivocado?

Steve se levantó de la fría banca, caminó unos cuantos pasos sin alejarse mucho, alzó la vista al cielo y respiró el fresco aire nocturno. Su cuerpo en ese traje era una poesía para los ojos de Tony y su pose con las manos dentro de los bolsillos del pantalón le hacían ver tan calmado, cuando en realidad era lo contrario.

Era increíble cómo la vida le hacía parecer un protagonista de absurdos dramas, comedias irónicas o ridículas ideas que nacen de alguna situación imposible.

Pero ahí estaba, de pie intentando esconder su angustia reflejada en todo el rostro, tratando de respirar sin delatar su quebrada voz causada por el llanto que luchaba por detener.

—Y, en cambio, yo, te amo.

Dijo finalmente con todo el valor que encontró y quiso pensar que Tony le escuchó perfectamente. De haber sabido que en los oídos ajenos la frase había hecho eco y que su corazón latió con fuerza, se habría quedado mucho más tiempo y quizás, solo quizás, habrían solucionado todo.

Tarde reaccionó Tony, pues Steve le dejó solo. De nuevo.

Si tan solo hubiera esperado un par de segundos más, se habría enterado de que Tony arrugaba entre sus manos un pequeño papel en el cual estaban dos números telefónicos, el suyo por un lado y en el reverso el de Tony, iniciando así una pequeñísima esperanza de poder reparar todo.

Pero eso, no pasó.

Una sola frase dicha en el momento inadecuado abría aún más la brecha entre ellos.
El <<Te odio...>> que Tony dijo, quedó grabado intensamente en Steve, ni siquiera se atrevió a preguntar las razones de ese odio.

Debió preguntar, pues la respuesta habría sido tan conciliadora para ambos:

<<...Por seguir tan presente en mí, por no poder olvidarte.>>




|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|


El drama, drama, dramaaaaaa, que tanto amo. -amamos (?)-

Hasta aquí el nuevo capitulo. Ya sé que tardo vidas enteras en escribirlos, pero no me odien (?) :'3

Nunca les ha pasado que comienzan con un intento de comedia y terminan con un drama cursi de telenovela? Pues ese rumbo tomé desde hace mucho y no pienso dejarlo hasta que llegue a un hermoso fin! >:3

Ahora, que si ya les parece rayando en lo absurdo y aburrido, pueden decírmelo en sus comentarios. Todos serán tomados muy en cuenta, en serio :3
/Nótese la ironía en algún párrafo del capítulo/

En fiiiiin. Muchisisisisisisimas gracias por continuar leyendo, comentando y sobre todo apoyando el fic. Corazoncitos para todos ustedes <3 <3 <3 <3 <3

Por último y no menos importante, quiero agradecer a quienes se tomaron la molestia de escribirme mensajes privados para preguntar sobre el fic. Eso me anima a seguir escribiendo. Sé que es muy corto el capítulo, pero ya ven que ahí va avanzando de a poco. Espero poder escribir algo mucho más largo para la próxima.

Saludos y abrazotes de ososte. <3

XOXO
Rust00

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro