Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Inesperado



Steve caminaba por las húmedas calzadas decoradas con arboles en la orilla, su chaqueta de cuero café inseparable le protegía de las pocas gotas que aun caían, dejó atrás los trajes elegantes, ahora usaba vaqueros y camisetas, su cabello pulcro como siempre, con un ligero bello facial de unos cuantos días, no lo iba admitir abiertamente, pero cada día que pasaba sentía más la ausencia de Tony y la necesidad agobiante de saber de él. No podía decirse completamente como el único afectado, pero dudaba que buscar una vez más a Tony fuera lo más conveniente, no quería volver a escuchar un rechazo.

Un par de personas le saludaban al paso, correspondía con una pequeña sonrisa, la cortesía no lo abandonaba. Compró el periódico a pesar de ser ya de noche, pero el dueño del kiosco era un viejo amigo suyo, la ayuda no le venía mal. Pasó por una pequeña tienda de abarrotes, compró lo necesario para una cena en solitario, un par de tomates, un paquete de pasta y una lechuga.

Cargado con la bolsa de papel y un periódico, caminó unas cuantas cuadras más, las casas formando una extensa fila, todas y cada una iguales, en el fondo quería eso para él, una casa de suburbio en un barrio tranquilo, al lado de, por supuesto, Tony. Suspiró y el vaho se hizo notorio en la fría noche.

Su edificio de apartamentos estaba un poco más delante de esas casas, con sus lujos innecesarios que ni siquiera disfrutaba.


|||||||||


El precioso ejemplar de golden retriever que Tony acariciaba se percató de inmediato que alguien intentaba entrar, corrió dispuesto a recibir a la persona.

Tony solo rogaba por no desmayarse de nerviosismo.

Por fin se abrió la puerta y Cap saltó de inmediato sobre el hombre que a penas logró detenerse para no caer de espaldas, eso sí, el periódico que sostenía bajo su brazo cayó junto con el paquete de pasta que sobre salía de la bolsa del comprado.

Las risas de Steve se mezclaron con ordenes para que Cap se tranquilizara. Falló completamente.

Tony no movió ni un solo músculo en su asiento.

Cuando por fin el perro se calmó, Steve recogió el periódico y el paquete de pasta, ni siquiera se molestó en encender la luz, estaba acostumbrado a la penumbra del apartamento, nunca cerraba las cortinas de la puerta francesa que daba a la terraza, la luz de la calle era lo suficiente para él. Dejó descuidadamente las llaves sobre la mesita a la par de la puerta, junto con la bolsa del comprado y el periódico, siquiera notó el otro juego de llaves ahí mismo.

Cerró y dio un par de pasos hasta llegar a un armario en dirección opuesta al sofá donde estaba Tony sin moverse aún, apenas respirando.

Cap chilló y parecía querer advertir la presencia de Tony, Steve se quitó su chaqueta de cuero dispuesto a colgarla en el armario —Calma Capitán, déjame cambiarme al menos y te llevaré a pasear...— Hablaba mientras el perro seguía chillando, entonces fue cuando al cerrar la puerta vio el reflejo de una silueta, en el sofá, inconfundible, aun alumbrado solo por la luz de la luna.

—Hola Steve

La voz de Tony le desarmó por completo.

—Tony...— Trago saliva antes de continuar y como si de nada se tratara continuó con lo que hacía, tan natural como pudo fingir. —Parece que le vas a deber un favor a nuestro amigo— No era tonto, supo de inmediato que Bucky estuvo ahí con él y lo comprobó caminando de nuevo a la mesita, con la excusa de coger la bolsa del comprado y el periódico, notó el otro juego de llaves. Encendió la luz entonces.

Cap buscaba la atención de Tony con su hociquito —Parece que me hice amigo de Cap— dijo tratando de aliviar la pesadez del momento.

Steve sacó una bolsa de croquetas y le quitó la atención del canino – Capitán— le llamó y el perro movido por el hambre le obedeció de inmediato. —Bucky es el único que le dice Cap— Tony se quedaba sin ideas de conversación.

Steve continuó moviéndose por el apartamento, encendiendo las luces fingiendo no querer saltarle encima a Tony y comérselo a besos.

—Estas un poco más delgado...— se decidió a hablar Tony, captando su atención.

— ¿Cómo te va Tony? ¿Ya tomaste posesión de tu cargo? — Por supuesto captó de que iba el tema.

—Bueno, nunca creí que tendría tanto dinero en mi cuenta bancaria... o que tan siquiera tendría una cuenta. Pero eso no importa ahora. Escucha, entiendo si estas enojado...

—Podrías convertirte en allanador de casas si te aburres del negoció— Lo interrumpió Steve temiendo lo Tony dijera. Se acercó a la puerta francesa y la abrió, dejando entrar la fresca brisa, se giró y notó el rostro nervioso de Tony. —Y ¿Qué haces aquí? — se animó a retomar el tema al ver que su broma no sirvió de nada.

—Quería hablar contigo, del por qué no te busqué...

—Oh, descuida, solo han pasado nueve meses, supongo que nuestro amor de una semana era superable. — Tomó asiento en las dos gradas que dividían el interior de la casa con la terraza, para quedar de frente con Tony.

—No, escucha, quiero explicarte por qué huyo de las relaciones... cuando, empecé con este... oficio, sabía que no debía enamorarme, el sexo es solamente una necesidad fisiológica, para algunos una forma de desahogo, vicio para otros. — hizo una pausa para acomodarse en el sofá —Pero tú... Por dios Steve, tú llenaste todo en mí. Me enseñaste a tu manera lo que significa hacer el amor. No era solo sexo. Contigo, todo era colores pastel, estrellas, arcoíris, una explosión de éxtasis en mi cuerpo...—Steve no pudo evitar sonreír – Yo, no tenia idea de quien era realmente, hasta que llegaste tú a mi vida, y a pesar de todo el drama entre nosotros, tú me conocías, fuiste parte de mi pasado y eso, puede parecer un guion de telenovela de la tarde, pero... así fue...

—Y, aun así, terminé solo con la incertidumbre de saber si aún me odiabas. — Steve se levantó del suelo y caminó hacia la terraza. Tony se levantó del sofá y lo siguió.

— No esperabas que pudiera entenderme en una semana...— Steve le dedicó una mirada condescendiente —Bueno, lo admito tú tienes más inteligencia emocional. — aceptó que Steve fue más rápido en comprender sus emociones —Pero oye, no puedo hacer nada para remediar eso. Sin embargo...

Tony corrió suavemente hacia el sofá donde había estado sentado, tomó una bolsa de papel que llevaba y sacó una caja de cartón.

—Para ti— le dijo extendiendo la caja hacia Steve, la tomó y con duda la abrió. Era una camiseta sin mangas blanca y un gastado jean, ambos manchados de grasa negra.

—Esto... está usado— fue lo que atinó a decir Steve. Tony rodó los ojos y el corazón del rubio sufrió una punzada al recordar ese gesto tan típico en él.

—Vamos, Pretty Boy, recuerda que esta fue la ropa con la que me conociste. — Y ese ridículo sobrenombre con el que lo llamó en ese primer encuentro le hizo estremecer. —Bueno, en mi cabeza funcionó mejor todo esto. Verás, quiero simbolizar esto como mi pasado Steve, quiero que juntos lo desechemos, o lo quememos, no sé, lo que sea más dramático. Pero, en fin, quiero que te enteres que quiero construir un futuro junto a ti. Oye, esto es aún más cursi que antes...

—Tony. — quiso interrumpirlo.

—Pero es que es tan difícil pensar un buen discurso...

—Tony...

—Es más creo que traje unas notas para...

— ¡Tony!

— ¡¿Qué?!

Entonces Steve colocó la caja de cartón en la marquesina del balcón y acunó entre sus manos el rostro de Tony.

—Ya entendí, esto es muy serio para ti. — Dijo sonriente y su rostro poco a poco se acercaba cada vez más al contrario, con la intensión clara de besarle, Tony lo leyó a tiempo.

— ¡No! — Steve se descolocó y Tony se separó de inmediato —No así, espera, necesito... tengo que hacerlo bien esta vez. Siéntate. — Lo guio hasta una silla de terraza. Confundido como estaba Steve se sentó sin poner esfuerzo y Tony regresó al sofá para sacar unas fichas de papel, regresó con Steve y se arrodilló frente a él.

Steve de inmediato se tapó el rostro con incredulidad.

—No, no, no te cubras, esto solo pasará una vez en la vida y tienes que aprovecharlo antes que me arrepienta. — Carraspeó y Steve encontró el valor necesario para encararlo. Tony cogió las notitas de papel y sus manos temblaban, le resultó tan conmovedor verlo leer su pequeño discurso. – Me odio, por mucho tiempo lo he sentido así, me odié cuando dejé a mi familia para irme con Stane, me odie cuando no encontré el valor suficiente para huir de él, me odie cuando comencé a trabajar de... bueno, tú sabes, me odie cuando te dejé ir, me odie incluso antes de conocerte, y...— Alzó la vista de las fichas que estaba leyendo para no olvidar nada —...y sin embargo, no pude odiarme a mí mismo cuando estuve contigo, no pude porque no pensaba en mí, solo pensaba en ti todo el tiempo, nada más ocupó mi cabeza, siempre fuiste tú quien me libró de ese aborrecimiento — Steve conocía esas palabras, eran tan familiares para él cuando también las usó. — Te amo, Steve Grant Rogers— Enrojeció al escucharlo.

Suspiró y tomó entre sus manos las de Tony.

—Que gran discurso, Tony— Sonrió tan enternecido como le fue capaz

Tony correspondió con una gran sonrisa y los ojos acuosos.

—Lo tomé prestado de un importante hombre de negocios... Hay, algo más. — Del bolsillo de su pantalón, Tony sacó una cajita, Steve la identificó como la que él le dio con el reloj adentro cuando estuvieron juntos – Steve... ¿Te casarías conmigo? — al abrir la caja Tony mostró un juego de alianza, sobrias, en color oro con grabados decorativos muy finos.

Los ojos de Steve brillaron llenándose de lágrimas, abrió la boca tratando de decir algo, pero no podía, se tapó la boca con ambas manos y las bajó de nuevo tratando de buscar algo en su cerebro que decir.

Entonces se puso de pie, tomando de la mano a Tony para que también se pusiera de pie, este entendió y cedió, Steve cogió las dos sortijas, sin soltar la mano izquierda de Tony le colocó la sortija y le dejó en la palma de la mano la otra sortija.

—Acepto...— Habló por fin y Tony comprendió que debía hacer lo mismo con la otra sortija. La colocó en el dedo anular izquierdo de Steve.

—Esto no será fácil, acabas de firmar tu contrato con el demonio. — Bromeó Tony.

—Un adorable demonio— siguió Steve. —Te amo, Tony.

Por fin sus bocas se encontraron en un perfecto beso, necesitado, sediento, cargado de amor y deseo.

El paisaje nocturno de la ciudad fue testigo de esa ansiada unión.




|*|*|*|*|*|*|*|*|*|*|

Hello~

Y FIN! 







Nah, no se crean XD

Bueno, no fueron 9 meses esta vez. :'3

En fin, el capitulo anterior originalmente iba a ser una unión con este, pero decidí separarlo.

Ya lo sé, esperaron tanto tiempo por esto, así que la duda del millón de dolares ¿Los decepcioné? ¿Era justo lo que esperaban o más? No sean crueles, chiquillos míos. :''''3

Sin más que decir:

Muchas gracias por leer y comentar.


XOXO
Rust00

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro