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Descubrimientos


Tony conoció por primera vez el apartamento personal de Steve. Uno que no usaba cuando llegaba de Washington a New York, por la sencilla razón que ese era el mismo lugar que se disputaba con su esposa aún en proceso de divorcio. El lugar era enorme, lujoso y se notaba era un apartamento de soltero. Contaba con un enorme bar adosado a una de las paredes del cuarto principal, las puertas no eran realmente necesarias, el comedor, cocina y sala estaban divididas solo por anchos arcos en las paredes, las únicas puertas que existían eran las que dividían el dormitorio y el baño dentro de este.

Tony admiró todo el lugar en completo silencio por un rato en el cual la paz de Steve se veía reducida hasta quedar solamente el nerviosismo del silencio ajeno.

—Podemos buscar otro hotel si no te sientes a gusto aquí. —Steve ya se preparaba para coger las llaves del lugar y marcharse junto al menor.

—No. No es que no me guste, es solo que nunca pensé en conocer tu casa.

Steve sonrió y se tranquilizó solo lo necesario.

—No es mi casa propiamente dicho, es dónde viví por un tiempo antes de conocer a mi esposa. Pero podría hacer un lugar exactamente igual a este para ti, si lo deseas. — Tony guardó silencio otra vez.

—Cuando fui al hotel, era para devolverte esto— Sacó el reloj y caminó hasta Steve, que por un segundo se le notó confundido, tanto por el abrupto cambio de tema como por la razón que le dio para volver al hotel. Recordó entonces el detalle que jamás le dijo a Tony que el reloj era suyo; un regalo para él.

—Fíjate bien en el interior del brazalete.

Con el entrecejo fruncido Tony giró el reloj en su mano, buscando en el interior del brazalete plateado algo que ni sabía lo que era. Entonces, en el broche de unión encontró la grabación sobre el metal: Anthony E. Stark.

Simplemente su nombre que lo volvía de su propiedad. Abrió grande los ojos y estuvo a punto de insistir en que no podía aceptar tal cosa. Sin embargo, de su boca salió algo completamente diferente.

—Gracias...

Sin poder terminar la frase, su boca ya estaba unida a la de Steve, en un beso furioso y poco delicado. Abrumado Tony lo correspondió y se dejó arrastrar hasta la habitación que aún no conocía. El dormitorio.

Poco a poco fue perdiendo la ropa, para cuando su cuerpo tocó el colchón, ya estaba completamente desnudo y Steve en igual condición.

Sentía los dientes de Steve rozar su piel, la lengua ajena le recorría el cuerpo de una forma que se atrevía a denominar como obscena, pero sensual. Los chupetones se encargaban de marcarle en tono rojizo las zonas poco visibles y en las más visibles se tornaban poco a poco a tonos morados.

Gemía tan audible que su garganta comenzaba a resentirse. Steve gruñía y jadeaba tan ronco que Tony estaba seguro de que en pocas horas le costaría hablar sin escocerle la garganta.

Le penetraba suave al principio, fuerte y rápido en el medio y volvía con la delicadeza a la que estaba acostumbrado con él. Sus caderas tenían firmemente marcadas las manos de Steve.

Dudó de haber faltado alguna posición sexual en esa sesión. Probó estar al filo de la cama, de pie, sostenido solo por el cuerpo de Steve contra la pared, lo más tradicional, lo menos recatado, lo más tabú de hablar. Daba gracias a que los ventanales estaban en la sala y a su pareja no se le ocurrió salir de la habitación, sino, creería que New York tendría la vista de su trasero siendo penetrado una y otra vez. Algo de lo cual no quería pensar.

Perdió la cuenta de las veces que se corrió y de las veces que Steve le anunció llegar al orgasmo, estaban sucios, no hacía falta decir que todo su cuerpo estaba manchado de Steve y por alguna razón, quizá retorcida, no le molestaba.

No hubo tiempo para quedarse a descansar en ese momento, luego del último orgasmo Steve fue lo suficiente caballero para cargar a Tony hasta el baño, encender la regadera y ayudarle a lavar cada parte de su cuerpo. No sin dejar de besarle y tocarle tanto que Tony pensó que jamás olvidaría lo que se sentían esas manos sobre su cuerpo.

Como si no hubiera bastado con la ducha, Steve encendió el grifo de la tina, la llenó con agua tibia y sumergió ahí a Tony, diciendo que era para relajar sus músculos y para que descansara también.

Steve no entró en la tina a pesar de que Tony lo pidió varias veces.

Sin embargo, se quedó sentado en la pequeña grada que separaba la inmensa bañera del piso del baño.

Tony estaba tan relajado con las caricias de Steve, cerró sus ojos y apoyó la nuca en el borde de la fina porcelana. Estaba tan cansado que podría dormir en esa posición.

—Mi manera de ganar dinero no es tan honesta como crees. — La voz de Steve resonó en su cabeza. No era un tema que quería tratar en el momento ¿Por qué él hablaba de eso ahora?

— ¿Y tú qué sabes de lo que yo creo o no? Quiero decir, si todos ganaran su dinero honestamente, no existirían los millonarios. Si quieres un ejemplo, solo sigue la historia de la hamburguesería con la gran M y sus arcos dorados. Steve, no eres el primero y último que hará dinero de la manera incorrecta.

—No lo entiendes...

—Entiendo que te amo, con o sin tu sucio dinero.

Steve se quedó callado en el acto, encendiendo, con eso, las alarmas en la cabeza de Tony. El momento no era el adecuado para decir lo que sentía, se le escapó sin querer y era posible que Steve no quisiera escuchar nada de eso. Él era un hombre que disfrutaba de su libertad. Hasta hace pocos días Tony hubiera comprendido a la perfección lo que eso significaba, pero justo ahora el habría cambiado todo por estar con Steve en una seria relación.

—Conocí a tu padre.

Todo se detuvo en el mundo de Tony al escucharle. Sus abuelos jamás le hablaron de su padre, desde muy pequeño supuso que era un tema difícil de tratar y que lo mejor era no hacer preguntas, pero ¿Por qué Steve sabía de su padre? ¿Por qué no se lo dijo antes? Y Bruce... ¿Lo sabía él también? No entendía y su mente trabajando a mil luchando por encontrarle la lógica a la situación no le permitió darse cuenta en que momento Steve dejó de tocarle, se alejó de él y ahora su cuerpo se sentía pesado.

— ¿Qué? — Sus cuerdas vocales apenas dejaron salir su ahogada voz.

—Howard Stark. A él le debo todo lo que soy ahora...

Tony abrió los ojos casi con pánico al escuchar las palabras de Steve.


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Un puñado de papeles se habían apoderado de su modesto escritorio en su pequeñísimo salón de estudio.

Desde que Thor le encontró pasaba más tiempo en el minúsculo apartamento junto a él que en la enorme mansión Odinson. Por el contrario, lejos de molestarle, adoraba la compañía de su hermano adoptivo. Cosa extraña, pues cualquier tercero que pasara un rato con ellos pensaría que se odiaban a cierto grado, pero no, se amaban.

Loki sonreía tontamente cuando estaba solo y pensaba en su bobo rubio y Thor... Bueno, él sonreía tontamente en casi cualquier ocasión.

Sin embargo, en el momento, Loki hacia una mini rabieta al ver el desparramo de papeles que debía organizar y archivar para volver a tener su pequeño espacio de lectura invadida por tablas de ingresos monetarios y contratos que debían ser revisados y firmados. Tenía alrededor de quince minutos de limpieza obligada cuando lo encontró. Una revista de joyería moderna. Y no cualquier tipo de joyería, sino una de anillos de compromisos y demás artículos de bodas. Su corazón subió hasta su garganta y luego, con esfuerzo, volvió a su pecho. La revista estaba separada por pequeños post—it señalando varias páginas con preciosos y femeninos anillos de boda. Sí, femeninos...

Trato de ser racional y no adelantarse a los hechos. Tal vez Thor solo estaba ayudando a algún amigo a buscar algo bonito para su novia. ¿Pero cómo? ¡Si Thor era un burro en esos temas!

Hablando consigo mismo se dijo que todo debía ser una equivocación, que Thor no estaba buscando algo para la chica con la que se casaría y por quién, eventualmente, lo abandonaría. Y si era el caso ¿Por qué ser tan obvio dejando la revista ahí?

Nervioso y angustiado quiso dejar la revista en el mismo lugar y no levantar la sospecha de que estaba enterado del asunto, entonces, su corazón no lo soportó más y se rompió en millones de pedazos al encontrar debajo de la revista varios folletos informativos acerca de orfanatos que ofrecían adopciones.

Pero... ¿Por qué necesitaría adoptar si podía tener hijos propios? Lo de la esposa lo entendía, pero la adopción...

Entonces, las piezas se unieron en su cabeza. Thor necesitaba un niño a quién llamar heredero y por supuesto una mujer que fuera su esposa. Pensó en Odín exigiéndole esas dos condiciones para heredarle todo, claro, más por obligación que por querer Thor aceptaría, porque siempre tuvo esa ridícula moralidad de hacerse cargo de todo el imperio que era Asgard. Aunque había prosperado por mérito propio no era nada comparado con el monstruo financiero que forjó su padre. Al final Thor terminó deslumbrado y sucumbió ante la ciudad de oro que se le presentaba, en símil, esa empresa era un reino y Thor sería el rey, no había cabida para él en ese mundo.

Loki se sintió desplomar, el oxígeno no llegaba hasta sus pulmones, sus pensamientos colapsados le obligaron a apoyar su mano en el borde del escritorio y lloró como nunca lo había hecho. Thor lo abandonaría. Después de prometerle tanto amor, después de permitirle enamorarse tan profundo que no lo resistía. Lo desechaba.

Su pecho se contrajo, su garganta se cerró, los sollozos llegaron y las lágrimas brotaron sin opción a detenerse. Quiso odiar a Thor, pero no podía simplemente, lo amaba.

Solo se preguntó quién sería la mujer que le adueño de todo lo que tenía.

El dolor emocional era increíble, pero Thor sería el último en enterarse de lo afectado que estaba, esto era, si algún día se enteraba.

Pondría su mejor rostro esa noche, prepararía una cena estupenda, por suerte, sabía cocinar muy bien. Compraría el licor más fino y el favorito de Thor y finalmente tendría el mejor sexo de su vida. Luego diría adiós con toda la dignidad posible. Porque Thor Odinson no se desharía de él como si nada. No. Sería él quien rompería con ese rubio estúpido, lo echaría de su vida como si no le importara lo más mínimo y luego... Luego... ¿Qué? ¿Volvería a llorar?

Lo más seguro era que sí, pero lo superaría y encontraría a alguien más que pudiera darle lo que Thor no pudo.



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CHAN CHAN CHAAAAAN

Hello~

No he muerto aún! (?) :D

Bueno, yo sé que estaban esperando mucho este momento... y sinceramente espero no decepcionarlos por como se sigue desarrollando el tema. :'3

Aunque sea un capitulo corto de nuevo, he preferido subirlo en estos últimos días, para desearles unas felices fiestas ^^ (Ya que no logré sacar a tiempo el especial navideño Stony que tenía planeado :'v )

Ahora, espero de todo corazoncito que pasaran una excelente noche buena y una feliz navidad, para todos quienes la celebran, sino, muy felices fiestas <3 <3 <3

Ultima actu de este año :3 

Les agradezco mucho por seguir este fic todo este tiempo, se que a veces tardo en actualizar, pero es porque siempre espero tener una buena idea para continuar la temática y darles lo mejor del fic :3

Ya finalizando, quiero comentar porqué metí esta ultima parte de la historia entre Thor y Loki. Es para ir dando forma al cierre de la pareja~ 
Con esto digo que realmente falta ya muy pocos capítulos para darle fin a la historia. Me entusiasma y me entristece a partes iguales porque ha sido un  proyecto que lleva mucha de mi dedicación. :'3
Pero bueno, me alegra que siga contando con sus lecturas <3

Ahora sí, les deseo un feliz año nuevo!!

Hasta la próxima actu y la primera del 2018. Yay~ :D

XOXO
Rust00


 

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